Catena Áurea
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"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! que sois semejantes a los sepulcros blanqueados, que parecen de fuera hermosos a los hombres, y dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad. Así también vosotros de fuera os mostráis en verdad justos a los hombres, mas de dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad". (vv. 27-28)
Orígenes, homilia 25 in Matthaeum
Como se ha dicho anteriormente, los fariseos estaban llenos interiormente de rapiña y de intemperancia. Del mismo modo aquí aparecen llenos de hipocresía y de iniquidad, comparados a los huesos de los muertos y a toda clase de inmundicia. Por esto dice el Salvador: "Ay de vosotros, escribas y fariseos que sois semejantes a los sepulcros", etc.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 45
Con mucha razón se llaman los cuerpos de los justos templos, porque el alma domina en el cuerpo del justo; así como el Señor domina en el templo y como el mismo Dios habita en los cuerpos de los justos. Los cuerpos de los pecadores se llaman sepulcros de muertos, porque el alma está muerta dentro del cuerpo del pecador y no puede creerse que viva, porque nada hace sobre el cuerpo que pueda llamarse vivo y espiritual.
San Jerónimo
Los sepulcros están pintados por fuera con cal y adornados con mármoles, y se distinguen por el oro y por los colores, pero interiormente llenos de huesos de muertos. Por esto dice: "Que aparecen de fuera hermosos a los ojos de los hombres, pero que interiormente están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad". Así también, los malos sacerdotes que enseñan una cosa y hacen otra, demuestran la limpieza en el hábito del vestido y en la humildad de las palabras, pero interiormente están llenos de inmundicia, de avaricia y de lujuria. Y esto es lo que el Señor demuestra claramente diciendo: "Así también vosotros, de fuera os mostráis en verdad", etc.
Orígenes, homilia 25 in Matthaeum
Toda santidad fingida es muerta, porque no obra impulsada por Dios, sino que más bien no debiera llamarse santidad. Así como un hombre muerto no es hombre, así como los farsantes que fingen y simulan ser otras personas y no son las mismas que aparentan. Y hay en ellos tantos huesos y tanta inmundicia, cuantos bienes aparentan con mal fin. Parecen exteriormente justos delante de los demás hombres. No en presencia de aquéllos a quienes la Escritura llama dioses, sino en presencia de aquéllos que mueren como hombres.
San Gregorio Magno, Moralia 26, 28
Y no pueden tener excusa de ignorancia ante el juez sabio que todo lo escudriña, porque cuando manifiestan ante los ojos de los hombres todas las formas de santidad, ellos mismos se sirven de testimonio porque no desconocen que no viven bien.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 45
Di, pues, hipócrita: Si es bueno ser malo, ¿por qué no quieres aparecer lo que quieres ser? Pues es malo parecer ser depravado, pero peor es serlo, así como también está bien parecer bueno pero mejor es serlo.