Catena Áurea
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← Mc 1, 35-39 →
Y levantándose muy de mañana, salió y fue a un lugar solitario, y hacía allí oración. Y le siguieron Simón y los que con él estaban. Y cuando llegaron a El, le dijeron: "Todos te andan buscando"; y El les dijo: "Vamos a las aldeas y ciudades próximas, para que predique allí, porque para esto he venido". Y predicaba en las sinagogas de ellos y por toda la Galilea, y lanzaba los demonios. (vv. 35-39)
Teof
El Señor, después de curar a los enfermos, se retiró a un sitio apartado: "Por la mañana muy de madrugada salió fuera a un lugar solitario". Con lo cual nos enseñó a no hacer nada por ostentación y a no publicar lo bueno que hagamos. Y continúa: "Y hacía allí oración".
San Crisóstomo
Porque obrando de este modo se nos ofrece verdaderamente como modelo con el que debemos configurarnos por nuestras buenas obras.
Teof
También nos muestra que es a Dios a quien debemos atribuir todo lo bueno que hagamos, y a quien debemos decir: Todo el bien de que gozamos nos viene de Ti desde el cielo ( Stgo 1). "Y le siguieron Simón y los que con él estaban".
San Crisóstomo
San Lucas dice que las muchedumbres se acercaron a Cristo y le dijeron lo que San Marcos pone en boca de los apóstoles en los siguientes términos: "Y cuando llegaron a El, le dijeron: todos te andan buscando". Pero no hay contradicción entre ambos evangelistas, pues permitió el Señor que la muchedumbre, anhelante por llegar a los pies de Cristo, se juntase a El después de los apóstoles. Y aunque la recibió con gozo, quiso despedirla como si no hubiera de permanecer mucho tiempo en este mundo, para que también otros fuesen partícipes de su doctrina. Así continúa: "Y El les dijo: Vamos a las aldeas y ciudades próximas para que predique allí".
Teof
Se dirige a aquellos que más lo necesitan, porque conviene extender por todas partes sus rayos y no circunscribir su doctrina a un solo lugar. Y prosigue: "Porque para esto he venido".
San Crisóstomo
En lo cual manifiesta el misterio de la encarnación y el señorío de su divinidad confirmando que había venido al mundo por su voluntad. Y San Lucas dice ( Lc 4, 43): "Para esto soy enviado", manifestando la buena voluntad de Dios Padre sobre la disposición de la encarnación del Hijo.
"Y predicaba en sus sinagogas por toda la Galilea".
San Agustín, De cons. Evang., lib. 2, cap. 19
En esta predicación que tuvo lugar en toda la Galilea está comprendido también el sermón que pronunció el Señor en el monte, como lo refiere San Mateo. Ni de éste ni de alguno semejante hace mención San Marcos, si se exceptúan algunas sentencias sueltas que dijo el Señor en otros lugares y que él consignó aunque no consecutivamente.
Teof
Juntó la obra a la palabra, porque después de predicar ahuyentó los demonios conforme a estas palabras: "Y echaba a los demonios". Si Cristo no hubiese hecho milagros, no se hubiera creído su doctrina. Del mismo modo, el que enseña debe obrar en consonancia con lo que enseña, a fin de que no se pierdan sus palabras.
Beda
Si la muerte del Salvador se expresa místicamente por el ocaso del sol, ¿por qué no ha de expresar la vuelta de la aurora su resurrección? Y así, al rayar la aurora fue al desierto de las gentes donde oraba en sus fieles, porque por la gracia del Espíritu Santo excitaba sus corazones a la virtud de la oración.