Catena Áurea
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← Jn 4, 43-45 →
Y dos días después salió de allí, y se fue a la Galilea. Porque el mismo Jesús dio testimonio, que un profeta no es honrado en su patria. Y cuando vino a la Galilea le recibieron los Galileos, porque habían visto todas las cosas que había hecho el día de la fiesta en Jerusalén, pues ellos también habían asistido a la fiesta. (vv. 43-45)
Alcuino
Después de dos días que estuvo en Samaria, se marchó a Galilea, en donde se había criado. Por esto dice: "Y dos días después", etc.
San Agustín, In Ioannem tract., 16
Mas llama la atención por qué dice el Evangelista enseguida: "Que el mismo Jesús dio testimonio, que un profeta no es honrado en su patria". Mejor hubiera podido decir que el profeta no tiene honra en su patria, si hubiera dejado de ir a Galilea y permaneciendo en Samaria. Yo creo esto: que en Samaria estuvo dos días, y los samaritanos creyeron en El. Estuvo tantos días en Galilea, pero los galileos no creyeron en El. Por esta razón dijo "que un profeta no es honrado en su patria".
Crisóstomo, In Ioannem hom., 34
Se añadió esto porque se marchó, no a Cafarnaúm, sino a Galilea y a Caná, como se dirá después. Y yo creo que en este lugar llamaba patria suya a Cafarnaúm. Porque como no recibió allí honor alguno, dijo por medio de San Mateo: "Y tú, Cafarnaúm, que has sido levantada hasta el cielo, bajarás hasta el infierno" ( Mt 11, 23). Pero ahora llama patria suya a aquélla en que se convierte mayor número.
Teofilacto
El Señor salió de Samaria y vino a Galilea. Para que no hubiese quien dudase y preguntase por qué causa no había estado siempre en Galilea, dice que porque no había recibido allí honor alguno, lo cual atestigua el mismo Salvador cuando dice: "Que ningún profeta es honrado en su patria".
Orígenes, In Ioannem tom., 17
Debemos examinar el sentido de estas palabras. Es verdad que la patria de los profetas era Judea. Y es bien sabido que nunca fueron honrados por los judíos, en virtud de lo que dice el Señor por medio de San Mateo: "¿A cuál de los profetas no han perseguido vuestros padres?" ( Mt 23, 31). Es admirable también la verdad de estas palabras, porque se referían no sólo a los profetas santos, menospreciados por los suyos y al mismo Señor nuestro; sino que se extendía también a otros que habían seguido ciertas doctrinas filosóficas, que habían sido despreciados por sus conciudadanos y conducidos a la muerte.
Crisóstomo, ut supra
¿Cómo es eso? ¿No vemos también a muchos que llegan a ser admirados por los suyos? Así sucede en verdad; pero no debemos hacer extensivo a muchos lo que sucede rara vez. Porque aun cuando algunos sean honrados en su propio país, lo son mucho más en país extraño. La costumbre suele hacer a los hombres despreciables. Cuando Jesús vino a Galilea, los galileos le recibieron. Por esto sigue: "Mas cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron". Y aquellos que se llamaban malos se les ve que salen a recibir en primer término al Salvador. Mas se dice, respecto de los galileos: "pregunta, y verás que ningún profeta ha salido de Galilea" ( Jn 7, 52). Mas le vituperaron porque había estado entre los samaritanos y le dijeron: "Samaritano eres tú, y tienes el demonio" ( Jn 8, 48). Pero los samaritanos y los galileos creen, para confusión de los judíos. Los galileos eran mejores que los samaritanos, porque los primeros creyeron por los milagros que Jesús hacía, mas los segundos sólo creyeron por las palabras de la mujer. Por esto sigue: "Porque habían visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén en el día de la fiesta".
Orígenes, ut supra
Como Jesús arrojó del templo a los que vendían ovejas y bueyes, le guardaron tanta consideración que los galileos le recibieron por este motivo, respetando y adorando su majestad. Y la verdad que no aparecía menor su poder en esta ocasión que cuando daba vista a los ciegos y oído a los sordos. Pero yo creo que no hizo entonces esto solamente, sino que hizo otros milagros.
Beda
Y de dónde tomaron ocasión para ver todo aquello, lo manifiesta cuando dice: "Pues ellos también habían asistido a la fiesta". En sentido espiritual puede decirse que, una vez confirmados los gentiles en la fe por medio de los dos preceptos de la caridad, Jesucristo volverá a su patria, cerca del fin del mundo, esto es, a los judíos.
Orígenes, In Ioannem tom., 14
Conviene, por tanto, que Galilea (esto es, "la que emigra") acuda a las fiestas de Jerusalén, adonde se encuentra el templo del Señor, y que vea allí todos los milagros que hace Jesucristo. Pues ésta es la razón por la que los galileos reciben al Hijo de Dios cuando viene hacia ellos. De otro modo no lo hubiesen recibido, o El no hubiese venido cuando ellos preparaban su recepción.