TOBÍAS

Tb 1 En este capítulo Tobit es presentado como modelo de hombre justo, fiel a la ley, tanto en Israel (3-9) como en el exilio (10-22). Tb 2 mostrará el contraste entre su justicia y su sufrimiento.

Tb 3, 1-6 Súplica en la que Tobit se dirige al Dios justo (2), reconoce los pecados (3-5) y pide ser liberado del sufrimiento por la muerte (6). La oración desencadena los acontecimientos (véase Tb 3, 16ss; Tb 12, 12). Aunque no ve más salida que la muerte y la pide, no intenta el suicidio, ni se sale de la voluntad de Dios.

Tb 3, 11-15 La oración de Sara, paralela a la de Tobit (3, 1-6), comienza con una bendición (11), sigue con la petición (13), apoyada en su inocencia y su necesidad (14-15a), y termina repitiendo y modificando la petición (15b).

Tb 4-11 Constituye la parte central del relato y se desarrolla en un viaje de ida y vuelta desde Nínive a Ecbatana y Ragués en el que Dios realiza la salvación de Tobit y Sara.

Tb 4, 13 La ley solo prohibía tomar esposa entre las mujeres extranjeras para evitar la idolatría (Ex 34, 16; Dt 7, 3ss). El matrimonio dentro de la misma familia es una costumbre patriarcal que es importante para el autor del libro y su época.

Tb 4, 15 Se trata de la formulación negativa de la conocida «regla de oro», que en el Nuevo Testamento se enuncia de forma positiva (véase Mt 7, 12; Lc 6, 31).

Tb 6, 13 El matrimonio con un pariente de la familia del padre se prescribe en la ley para las hijas herederas; pero no tiene por qué ser el pariente más próximo (véase Nm 27, 1-11; Nm 36, 1-12); por otro lado, la trasgresión de esta norma nunca se asocia con la muerte.

Tb 8, 5-7 Antes de la petición propiamente dicha (7b), Tobías invoca a Dios con una bendición (5) y apoya la súplica en la voluntad del Señor expresada en su palabra (6-7a; véase Gn 2, 18) y en la intención pura del matrimonio, que refleja la piedad judía.

Tb 8, 20 Estos banquetes solían durar siete días; los catorce días subrayan la abundancia y la alegría en esta boda. La dote que Ragüel promete a continuación a Tobías, la mitad de la herencia de la hija única, solía pagarla el novio, no el padre de la novia.

Tb 11, 1-14 Con la curación de Tobit termina la misión de Rafael, que es la respuesta de Dios al sufrimiento del justo (véase Tb 2, 1-15). Tobit manifiesta que la curación viene de Dios (Tb 10, 14.16), aunque solo conocerá el modo cuando Rafael desvele su identidad (véase Tb 12, 6-20).

Tb 12, 12-15 El ángel manifiesta su identidad a los personajes –uno de los siete ángeles principales que ofrecen a Dios las oraciones (véase Ap 5, 8; Ap 8, 3ss) y las obras buenas, y le dan cuenta de ellas–. De este modo descubren que todo proviene de Dios y que la desgracia es una prueba. A la coincidencia de las oraciones de Tobit y Sara en el tiempo (véase Tb 3, 7) se une la coincidencia en el ministerio de Rafael.

Tb 13, 1-18 Cuando termina la acción del relato aparece este solemne himno de alabanza que corona la obra. Es respuesta a lo que manda el ángel en Tb 12, 6. 17-20 y amplía la bendición de Tb 11, 14. Tiene un horizonte mucho más vasto que la historia de Tobit.

Tb 14, 3-11 Estas palabras de Tobit en el lecho de muerte constituyen un verdadero discurso de despedida o testamento, en el que, además de anunciar –al estilo de los profetas– la caída de Nínive y de Jerusalén (4) y de prever la restauración del templo y la gloria de la ciudad santa (5-7), les exhorta e indica –en un tono más sapiencial– cómo ser fieles ante el Señor (8), y les propone el modelo de Ajicar (10ss).