Antología de Textos
INSTRUMENTOS DE DIOS
1. Viendo los príncipes de los sacerdotes y los escribas las maravillas que hacía y a los niños que gritaban en el templo y decían: Hossana al hijo de David, se indignaron y le dijeron: ¿ Oyes lo que estos dicen? Respondió Jesús: Sí. ¿No habéis leído nunca: "de la boca de los pequeños y de los niños de pecho has hecho brotar la alabanza"? (Mt 21, 15-16).
Dios Padre escoge a los niños para elogiar la grandeza del Mesías. En todo el Evangelio encontramos con frecuencia este mismo pensamiento: se elige lo pequeño para confundir lo grande. Abre la boca de los que saben menos, y cierra la de los que parecían sabios.
El Señor utiliza lo poco como instrumento de cosas grandes. Todos los hombres, que somos poca cosa, podemos ser instrumentos del Señor para manifestar su gloria al mundo.
2. En todo instrumento existe una doble virtualidad: la instrumental, que le es comunicada de modo transitorio, y la propia del instrumento en cuanto tal, que depende de su propia naturaleza y cualidades. Y en las obras producidas por un instrumento cabe distinguir: la moción de un agente principal (que utiliza el instrumento) y la acción derivada de su naturaleza propia. El Señor, que podría no haber asociado al hombre a su obra redentora, ha querido hacerle corredentor con Él. "El Espíritu Santo se sirve del hombre como de cierto instrumento" (SANTO TOMAS, 2-2, q. 177, a. 1); pero como el hombre únicamente puede realizar obras proporcionadas a su naturaleza, "el don de la gracia lo eleva para cosas que están por encima de su naturaleza" (2-2, q. 171, a. 2), y sus acciones cobran entonces una eficacia divina, desproporcionada a sus fuerzas. Como la herramienta, que de sí misma sería incapaz de producir nada y en manos de un buen profesional puede llegar a realizar una obra maestra. Así hace Dios con los hombres.
3. Para ser un buen instrumento en manos de Dios, es necesario, además, la propia eficiencia (que Dios no ha querido dejar de utilizar, como no dejó los pocos panes disponibles para dar luego de comer a más de cinco mil hombres), la docilidad de la voluntad humana a la voluntad divina. El hombre, en las cosas de Dios, ha de poner todo lo que esté de su parte, los medios humanos, junto a la humildad de saber que aquellos frutos son debidos a la gracia de Dios en él. "Se levanta acaso un monumento a los pinceles de un gran pintor? Sirvieron para plasmar obras maestras, pero el mérito es del artista. Nosotros -los cristianos- somos solo instrumentos del Creador del mundo, del Redentor de todos los hombres" (SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ, Es Cristo que pasa, 1).
Estas gracias "se conceden al hombre por encima de sus facultades personales y del mérito personal" (SANTO TOMÁS, S.Th. I-II, q. 11, a. 1). Y Dios retiraría estas gracias si fueran ocasión de perdición para el instrumento que las recibe, como es el caso en que le fueran ocasión de soberbia.
El hombre se capacita para grandes obras cuando es humilde y cuida con esmero su trato con Dios, la oración.
Citas de la Sagrada Escritura
Victoria de Gedeón y los trescientos escogidos: Jc 7, 1-7
David y Goliat: 1S 17, 31
La borriquillo de Balaám: Nm 22, 21-34
Considerad si no, hermanos, vuestra vocación: no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; mas Dios eligió lo necio del mundo para confundir a los sabios, lo débil para confundir a los fuertes, lo vil, lo despreciable, lo que es nada, para anular lo que es; para que nadie se glorie delante de Dios. Por él vosotros estáis en Cristo Jesús, quien de parte de Dios se ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención, para que, como está escrito, el que se glorie, que se glorie en el Señor (1Co 1, 26-31).
Poderoso es Dios para hacer que nazcan de las mismas piedras hijos de Abraham. Mt 3, 9
Como el barro en manos del alfarero, que le señala el destino según su juicio, así son los hombres en manos del Hacedor, que hace de ellos según su voluntad. Si 33, 13-14
¿Debería acaso estar agradecido al siervo porque hizo lo que se le había ordenado? Lc 17, 9-10
Que nos tengan los hombres por ministros de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios. 1Co 4, 1-2
Cada uno permanezca en la condición que Dios le ha asignado, en la que tenia cuando fue llamado. Así lo dispongo en todas las Iglesias. 1Co 7, 17
Porque si predico el Evangelio, no tengo de qué gloriarme; es que tengo obligación. Pues ¡ay de mi si no evangelizare! Si hiciera esto por propia voluntad, merecería recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo con un cargo que se me ha confiado. 1Co 9, 16-17
Dios suele escoger "instrumentos desproporcionados" para que colaboren con El
3046 Te reconoces miserable. Y lo eres.-A pesar de todo –más aún: por eso– te buscó Dios.-Siempre emplea instrumentos desproporcionados: para que se vea que la "obra" es suya.-A ti sólo te pide docilidad (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, 475).
3047 Mas la providencia de Dios, que quiere que los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad (1Tm 2, 4), permite en ocasiones, por su magnífica liberalidad, que incluso quien no se ha hecho digno de predicar el Evangelio por una vida irreprochable, obtenga la gracia de la ciencia espiritual para la salvación de muchos (CASIANO, Colaciones, 14, 19).
3048 El sacerdote presta (a Cristo) su lengua y le ofrece sus manos (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. Evang. S. Juan 86, 4).
3049 Con frecuencia, escoge para esto a personas aparentemente inadecuadas, pero eleva de tal modo sus cualidades personales que las hace capaces de realizar acciones absolutamente superiores a sus posibilidades. Y esto lo hace no tanto para confundir la sabiduría de los sabios, como para poner de relieve su obra, que no necesita apoyos humanos, y para indicar más claramente a los hombres cuál es la dignidad a que los eleva su gracia y a qué grandeza puede y quiere conducirles bajo su guía (JUAN PABLO II, Carta Apost. Amantíssima Providentia, 14-VI-1980).
El Señor da las gracias necesarias
3050 A los que Dios elige para una misión los prepara y dispone de suerte que resulten idóneos para desempeñar la misión para la que fueron elegidos (SANTO TOMÁS, S.Th. III, q. 27, a. 4 c).
3051 Nosotros somos simples braceros, porque Dios es quien siembra (SAN AGUSTÍN, Sermón 73, 3).
3052 Les invita a la fe con la parábola del grano de mostaza; y les hace ver que, de todos modos, se propagará la predicación del Evangelio. Es necesaria la fe para comprender esto. Los más pequeños, los más débiles entre los hombres, eran los discípulos del Señor; pero como había en ellos una eficacia divina grandiosa, esa fuerza se desplegó y se difundió por todo el mundo. Con esto quiso dar el Señor una prueba de su grandeza (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo 46).
Dios es quien actúa a través de sus instrumentos
3053 Pecadores e ignorantes son enviados a predicar, para que se comprenda que la fe de los creyentes está en la virtud de Dios, no en la elocuencia ni en la doctrina (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. IV, p. 31).
3054 Nosotros os hablamos desde el exterior, pero es él quien edifica desde dentro [...]. Es él quien edifica, quien amonesta, quien amedrenta, quien abre el entendimiento, quien os conduce a la fe; aunque nosotros cooperamos también con nuestro esfuerzo (SAN AGUSTÍN, Coment. Salmo 126, 2).
3055 Todos los que reciben el bautismo de manos de un borracho, de un homicida, de un adúltero, si el bautismo es de Cristo, por Cristo son bautizados (SAN AGUSTÍN, Trat. Evang. S. Juan 5, 18).
3056 Hay que insistir en que los hombres no son más que instrumentos, de los que Dios se sirve para la salvación de las almas, y hay que procurar que estos instrumentos se encuentren en buen estado para que Dios pueda utilizarlos (SAN Pío X, Haerent animo, 4-8-1908).
3057 El Espíritu Santo se sirve de la palabra del hombre como de un instrumento. Pero es Él el que interiormente perfecciona la obra (SANTO TOMÁS, S.Th. II-II, q. 177, a. 1 c).
3058 Si contamos exclusivamente con nuestras propias fuerzas, no lograremos nada en el terreno sobrenatural; siendo instrumentos de Dios, conseguiremos todo: todo lo puedo en aquel que me conforta (Flp 4, 3). Dios, por su infinita bondad, ha dispuesto utilizar estos instrumentos ineptos (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 120).
La gloria para Dios. Humildad del instrumento
3059 Imitad el ejemplo de humildad del Bautista. Lo toman por Cristo, pero él dice que no es lo que ellos piensan ni se adjudica el honor que erróneamente le atribuyen. Si hubiera dicho: "Soy Cristo", con cuánta facilidad le hubieran creído, ya que lo pensaban de él sin haberlo dicho. No lo dijo: reconoció lo que era, hizo ver la diferencia entre Cristo y él, y se humilló. Vio dónde estaba la salvación, comprendió que él era sólo una antorcha y temió ser apagado por el viento de la soberbia (SAN AGUSTÍN, Sermón 293, 3).
3060 Ya puedes desechar esos pensamientos de orgullo: eres lo que el pincel en manos del artista.-Y nada más.-Dime para qué sirve un pincel, si no deja hacer al pintor (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, 612).
3061 Rechaza las alabanzas que te hagan por el éxito obtenido, porque no se deben a un vil instrumento como tú, sino a El, que, si así lo quiere, puede servirse de una vara para, hacer brotar el agua de una roca, o de un poco de tierra para devolver la vista a los ciegos [...] (J. PECCI –León XIII–, Práctica de la humildad, 45).