Catena Áurea
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← Mt 15, 29-31 →
Y habiendo salido Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea: y subiendo a un monte, se sentó allí. Y se llegaron a El muchas gentes, que traían consigo mudos, ciegos, cojos, mancos y otros muchos: y los echaron a sus pies, y los sanó: de manera que se maravillaban las gentes, viendo hablar los mudos, andar los cojos, ver los ciegos: y loaban en gran manera al Dios de Israel. (vv. 29-31)
San Jerónimo
El Señor, después de haber curado a la hija de la cananea, se vuelve a la Judea. Por eso se dice: "Y habiendo salido Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea", etc.
Remigio
Varios son los nombres que se dan a este mar: se le llama mar de Galilea por su proximidad a la Galilea y mar de Tiberíades por la ciudad de Tiberíades.
Sigue: "Y subiendo a un monte, se sentó allí".
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 52, 3
Son de considerar las idas y venidas del Señor de un punto a otro con el objeto de curar a los enfermos. Unas veces se sienta y los está esperando y por esta razón se añade oportunamente: "Y se dirigieron a El", etc.
San Jerónimo
Se tradujo débiles por la palabra griega kullouV , que significa, no una debilidad general, sino una sola enfermedad. Así como se llama cojo al que no puede valerse de un pie, así también se llama kulloV a aquél que tiene una mano débil.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 52, 3
En dos cosas demostraban éstos su fe: en subir al monte y en la persuasión que tenían de que no necesitaban, para ser curados, más que arrojarse a los pies del Señor. Y no se contentan con tocar la orla de su vestido, sino que dan pruebas de una fe más elevada. Y por eso se añade: "Y se echaron a los pies del Señor". Y tardó algún tiempo en curar a la hija de la cananea, para hacer patente la virtud de esta mujer y a éstos los curó en seguida, no porque eran mejores, sino para acallar a los judíos infieles. Por eso sigue: "Y los sanó a todos". La multitud de curaciones y la facilidad con que las hacía, llenó de estupor a todos, de suerte que toda la gente se admiraba al ver que hablaban los mudos.
San Jerónimo
No habla el evangelista de los mancos porque no podía expresar el fruto de su curación con una sola palabra.
Rábano
En sentido místico, viene el Señor a la Judea, después de curada la mujer cananea, figura de la conversión de los gentiles, porque alcanzará su salvación todo el pueblo de Israel, después que la mayor parte de los gentiles hayan entrado en la Iglesia (Rm 11, 25-26).
Glosa
El mar junto al cual llegó Jesús, significa los turbios movimientos de esta vida y el mar de Galilea, el tránsito de los hombres desde el vicio a la virtud.
San Jerónimo
Sube el Señor al monte, a fin de provocar al vuelo, como hace el ave, a sus hijos, aun tiernos.
Rábano
Es decir, para levantar a sus oyentes a la meditación de las cosas superiores y celestiales y se sentó allí para hacernos ver que sólo en las cosas celestiales encuentra nuestra alma su descanso. Y mientras estaba sentado en el monte, esto es, en el palacio del cielo, se le aproxima el pueblo fiel con devoción, llevando consigo a los mudos y a los ciegos, etc. y los ponen a los pies del Señor. Porque sólo se presentan al Señor para que les dé la salud aquellos que confiesan sus pecados y de tal manera los cura el Señor, que el pueblo todo queda admirado y prorrumpe en alabanzas al Dios de Israel. De esta manera los fieles, después de ver que los que antes habían enfermado espiritualmente son enriquecidos con todo género de obras virtuosas, cantan sus alabanzas a Dios.
Glosa
Pero hay muchos que no alaban a Dios. Tales son los ciegos, que no comprenden el camino de la vida; los sordos, que no obedecen; los cojos, que no marchan derechos por el camino del deber y los mancos, que son impotentes para obrar bien.