Catena Áurea

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Y dijo Jesús a sus discípulos: "En verdad os digo que con dificultad entrará un rico en el reino de los cielos. Y además os digo: Que más fácil cosa es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de los cielos". Los discípulos, cuando oyeron estas palabras, se maravillaron mucho, y dijeron: "¿Pues quién podrá salvarse?" Y mirándolos Jesús, les dijo: "Esto es imposible para los hombres, mas para Dios todo es posible". (vv. 23-26)


Glosa
El Señor, con ocasión del avaro del que se ha tratado, habló sobre todos los avaros. Por eso sigue: "Y dijo Jesús a sus discípulos: En verdad os digo", etc.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
El Señor no dijo estas palabras para condenar las riquezas, sino a aquellos que son esclavos de ellas y para que sus discípulos, al verse pobres, no se avergonzaran de la pobreza.

San Hilario, in Matthaeum, 19
No es un crimen el tener riquezas, pero es preciso que en su posesión haya moderación. Porque, ¿cómo ha de atender a las necesidades de los santos aquel a quien no le queda con qué atenderlos?

Rábano
Hay diferencia entre tener riquezas y amar las riquezas. Lo más seguro es no tenerlas ni amarlas.

Remigio
Explicando el mismo Señor el sentido de este pasaje, según San Marcos dijo ( Mc 10, 24): "Difícil es a los que confían en sus riquezas entrar en el Reino de los Cielos". Confían en sus riquezas los que tienen puestas en ellas todas sus esperanzas.

San Jerónimo
Como es difícil despreciar las riquezas que se poseen, el Señor dijo que era difícil, pero no imposible, que un rico entrara en el Reino de los Cielos, porque cuando se dice que una cosa es difícil, no se pretende que haya imposibilidad, sino lo que se quiere dar a entender es lo raro que es esa cosa.

San Hilario, in Matthaeum, 19
Es un cuidado peligroso el querer enriquecerse y una carga muy pesada para la inocencia el ocuparse en aumentar las riquezas. Porque no se adquieren los bienes del mundo sirviendo a Dios sin exponerse a los vicios del mundo. Y ésta es la dificultad que tiene el rico de entrar en el Reino de los Cielos.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
Después de haber dicho el Señor lo difícil que es a un rico entrar en el Reino de los cielos, pasa a manifestar una cosa que es imposible. Por eso sigue: "Y además os digo: Que más fácil cosa es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de los Cielos".

San Jerónimo
Según esto ningún rico se salvaría; pero si leemos a Isaías ( Is 30), veremos cómo los camellos de Madián y de Efa llegan a Jerusalén cargados de dones y presentes y cómo los que en otro tiempo estaban encorvados y torcidos bajo el peso de las riquezas, entran por las puertas de Jerusalén. Y veremos también cómo esos camellos, símbolo de los ricos, cuando han descargado la pesada carga de los vicios y de todas las depravaciones sensuales, pueden entrar por el angosto y difícil camino que conduce a la vida.

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 33
En este lugar se comparan las almas de los gentiles a los camellos tortuosos sobre quienes estaba la giba de la idolatría, porque sólo el conocimiento de Dios levanta las almas. La aguja es el Hijo de Dios, la primera porción de esta aguja, que es la divinidad, es fina, mientras que la otra porción, que viene de la humanidad, es más gruesa. Esta aguja es recta y sin ninguna curvatura y por las heridas de su pasión entraron en la vida eterna todas las naciones. Con esta aguja ha sido cosida la túnica de la inmortalidad, el cuerpo al espíritu; ha sido unido el pueblo judío al de los gentiles y ha quedado enlazada la amistad de los ángeles y la de los hombres. Es, pues, más fácil que los gentiles pasen por el agujero de una aguja que el que los judíos ricos entren en el Reino de los Cielos. Porque si con tanta dificultad son separadas las naciones del culto brutal de los ídolos, ¿no habrá mucha más dificultad en separar a los judíos del culto de Dios, que ha tenido su razón de ser?

Glosa
También se puede explicar este pasaje de esta otra manera. Había en Jerusalén una puerta llamada agujero de la aguja por la que no podían pasar los camellos, a no ser que se los descargase y se los pusiese de rodillas. Y en este pasaje, aludiendo a esta puerta, se da a entender la imposibilidad en que se encuentran los ricos de pasar por el camino estrecho que conduce a la vida, a no ser que antes no se despojen, al menos con el corazón, de las inmundicias, de los pecados y de las riquezas.

San Gregorio Magno, Moralia, 35, 16
O también, con la palabra rico se significa todo hombre orgulloso y con la palabra camello se da a entender la condescendencia del Señor. El camello entra por el agujero de la aguja desde el momento en que nuestro Redentor penetró hasta la muerte por la puerta estrecha de su pasión, que fue como una aguja que traspasó su cuerpo de dolor. Y entra más fácilmente el camello por el agujero de una aguja que el rico en el Reino de los Cielos; porque si el Señor no nos hubiera manifestado su humildad mediante su pasión, jamás nuestra intransigente soberbia se hubiera inclinado hacia la humildad del Señor.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
Los discípulos, que vivían en la pobreza y que ya tenían entrañas de predicadores, se conturban y se afligen por la salud de los hombres. Por eso hacen la siguiente pregunta: "¿Pues quién podrá salvarse?"

San Agustín, quaestiones evangeliorum, 1, 26
Siendo los ricos muy pocos en comparación de los pobres, es necesario tener presente que los discípulos cuentan entre los pobres a todos los que ambicionan las riquezas.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
El evangelista demuestra, como consecuencia de lo dicho, la necesidad que tenemos del auxilio de Dios y de su gracia abundante, para que podamos dirigirnos bien en el uso de las riquezas. De aquí lo que sigue: "Y mirándolos Jesús, les dijo: Esto es imposible para los hombres, mas para Dios todo es posible". Significa el evangelista por las palabras: "Y mirándolos Jesús", que el Señor mitigó con la dulzura de sus ojos el temor que abrigaban las almas de los discípulos.

Remigio
No debe tomarse el pasaje del que hablamos en el sentido de que es posible para Dios que entre en el Reino de los Cielos el hombre codicioso, avaro y soberbio, sino en el sentido de que es posible que se convierta y de esta manera entre en el Reino de los Cielos.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
No dice el Señor todo esto con el objeto de que permanezcamos en la inacción y nos abstengamos de obrar porque se nos figuren las cosas como imposibles, sino para que levantemos los ojos hacia la grandeza de la justicia de Dios y saltemos por encima de todo después de haber invocado a Dios.


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