Catena Áurea

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Entonces se fue uno de los doce, llamado Judas Iscariote, a los príncipes de los sacerdotes y les dijo: "¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré?" Y ellos le señalaron treinta monedas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarlo. (vv. 14-16)


Glosa
Supuesta la oportunidad de la traición, el Evangelista habla a continuación de la que cometió Judas. Por lo que dice: "Entonces fue uno de los doce", etc.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 80, 2
Tan luego como oyó que el Evangelio se había de predicar en todas partes, temió, pues esto demostraba un poder admirable.

San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 78
Las palabras: "Entonces se fue uno de los doce", continúan la narración de los acontecimientos que empieza con la palabra del Señor: "Sabéis que, pasados dos días, se celebrará la Pascua... Entonces se juntaron los príncipes de los sacerdotes", etc. Entre aquello que se dijo: "Porque no sucediese alboroto en el pueblo" ( Mt 26, 5), y esto que se dice: "Entonces se fue uno de los doce", se interpuso lo que sucedió en Bethania, de lo cual se ha hecho mención al recapitular.

Orígenes, in Matthaeum, 35
Y se fue en busca de un príncipe de los sacerdotes, para entregar al que fue hecho sacerdote eternamente ( Sal 109, 4); y se fue a buscar muchos príncipes de los sacerdotes, para venderles por precio al que quería redimir a todo el mundo.

Rábano
Y dice que se fue, porque tomó tan criminal designio, no forzado, no invitado, sino espontáneamente.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 80, 2
Y añade: "Uno de los doce"; como si dijera, de la sección principal, de los que sublimemente fueron elegidos, y para designarle agrega: "Llamado Judas Iscariote" (de Isch-Queriióth, que quiere decir varón u hombre de Kerioth y vulgarmente Carioth, pueblo donde nació Judas): porque había otro Judas.

Remigio
Pues Cariot fue el pueblo donde nació este Judas.

San León Magno, sermones, 60, 4
Quien no abandonó a Jesucristo perturbado por el temor, sino que se dejó arrastrar por la codicia de las riquezas. Porque toda afición al dinero es vil. Y el alma codiciosa de ganancias no temió perecer por una aunque pequeña; y no hay vestigio alguno de justicia en aquel corazón, en el que la avaricia ha hecho su morada. Embriagado el pérfido Judas con este veneno, cuando tuvo sed de ganancias, tan neciamente fue impío, que vendió a su Señor y a su maestro. Por esto dijo a los príncipes de los sacerdotes: "¿Qué me queréis dar y yo os lo entregaré?"

San Jerónimo
El infeliz Judas quiso compensar con el precio de su maestro el daño que creía se había hecho con la efusión del ungüento. Sin embargo, no pide una cantidad determinada, para que no pareciese lucrativa su perfidia, sino que dejó a la libertad de los compradores el dar lo que quisieran, como si entregara una propiedad vil.

Orígenes, in Matthaeum, 35
Y esto es lo que hacen todos los que reciben algo de las cosas corporales o mundanas, para que entreguen y arrojen fuera de su alma al Salvador, y a la palabra de la verdad que se hallaba en ellos.

Continúa: "Y ellos le señalaron treinta monedas de plata": señalándole tanta paga cuantos años el Salvador había vivido en este mundo.

San Jerónimo
José no fue vendido en treinta monedas de oro -como opinan algunos, fundándose en la versión de los Setenta intérpretes- sino en treinta monedas de plata según la verdad hebraica: pues no podía ser de más precio el siervo que el Señor.

San Agustín, quaestiones evangeliorum, 1, 61
Mas, el haber sido vendido el Señor en treinta monedas de plata, simbolizó en la persona de Judas a los inicuos Judíos, quienes buscando las cosas carnales y temporales (que se refieren a los cinco sentidos del cuerpo), no quisieron admitir a Jesucristo, y como quiera que esto lo llevaron a efecto en la sexta edad del mundo, se simbolizó de este modo que ellos habían de recibir seis veces cinco como valor del Señor vendido. Y porque la palabra del Señor es plata (Salmo 11, 7), ellos entendieron asimismo carnalmente la misma ley, pues habían grabado la imagen del principado secular como en plata, que obtuvieron cuando hubieron perdido al Señor.

Continúa: "Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle".

Orígenes, in Matthaeum, 35
Mas San Lucas explica más claramente qué oportunidad era la que buscaba, Judas, cuando dice: "Y buscaba ocasión para entregarlo sin concurso de gentes" ( Lc 22, 6); esto es, cuando el pueblo no estaba junto a El, sino cuando estaba retirado con sus discípulos; lo cual verificó, en efecto, entregándole después de la cena, cuando se hallaba retirado en el huerto de Getsemaní. Y verás si esta oportunidad se parece a los que al presente quieren hacer traición a la palabra de Dios en el tiempo de la persecución, cuando la muchedumbre de los creyentes no está cerca de la palabra de la verdad.


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