Catena Áurea
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← Mc 1, 14-15 →
Después que fue entregado Juan, llegó Jesús a Galilea predicando el Evangelio del reino de Dios, y diciendo: "Puesto que el tiempo se ha cumplido, y se ha aproximado el reino de Dios, haced penitencia y creed en el Evangelio". (vv. 14-15)
San Crisóstomo
San Marcos evangelista sigue en el orden a San Mateo. Es así que, después que dijo que los ángeles lo servían, añadió: "Después que fue entregado Juan llegó Jesús", etc. Después de las tentaciones y de ser servido por los ángeles, partió a Galilea. De este modo nos enseña a no resistir a las violencias de los malvados.
Teof
Es así como nos muestra que en las persecuciones conviene huir y no esperar, más cuando cayéremos, conviene resistir.
San Crisóstomo
El se retiró también con el fin de conservarse para las enseñanzas y curaciones antes de su Pasión y, una vez cumplidas todas estas cosas, hacerse obediente hasta la muerte.
Beda
Apresado San Juan, empezó el Señor a predicar oportunamente, por lo que continúa: "Predicando el Evangelio", etc., porque donde tiene fin la ley es consiguiente que tenga origen el Evangelio.
San Jerónimo
Desapareciendo la sombra, aparece la verdad. San Juan en la cárcel, la ley en Judea; Jesús en Galilea, San Pablo predicando a las gentes el Evangelio del reino. La pobreza sucede al reino terreno, el reino sempiterno se da a la pobreza de los cristianos. La honra terrena se compara a la espuma, al agua helada, al humo o al sueño.
Beda
No piense ninguno que el confinamiento de San Juan en la cárcel fue inmediatamente después de la tentación de los cuarenta días y del ayuno del Señor. Cualquiera que leyere el Evangelio de San Juan encontrará que el Señor enseñó muchas cosas antes que San Juan fuese entregado, obrando asimismo muchos milagros. Por eso dice su Evangelio: "Este fue el principio de los milagros de Jesús" ( Jn 2, 11), y después: "Todavía Juan no había sido enviado a la cárcel" ( Jn 3, 22). Se dice que cuando San Juan leyó los libros de San Mateo, San Marcos y San Lucas, los aprobó ciertamente como textos de la historia y afirmó que decían la verdad, refiriéndose a lo acaecido en el año que transcurrió después de la prisión de San Juan el Bautista. Por tanto, omitiendo él el año cuyas actas fueron suficientemente expuestas por los tres, narró los hechos del tiempo anterior al día en que fue encerrado San Juan en la cárcel. Habiendo dicho San Marcos que Jesús llegó a Galilea predicando el Evangelio del reino, añadió: "Puesto que el tiempo se ha cumplido", etc.
San Crisóstomo
Cumplido ya el tiempo, es decir, cuando verdaderamente llegó la plenitud de los tiempos y envió Dios a su Hijo ( Gál 4), fue conveniente que el género humano obtuviera la última gracia de Dios. Por esto dice que el reino de Dios se había aproximado. Pero el reino de Dios es, en cuanto a la sustancia, el mismo que el reino de los Cielos, aunque difiera por la razón. Se entiende por reino de Dios aquél en que Dios reina; esto es en las regiones de los vivos, cuando se vive en las buenas promesas de ver a Dios cara a cara. Aquella región se puede entender ya sea por el amor, ya sea por alguna otra prueba de aquellos que llevan la imagen divina. Esto se entiende por cielos. Es, pues, bien claro que el reino de Dios no se encierra en ningún lugar ni tiempo.
Teof
Dice el Señor que el tiempo de la ley se ha cumplido. Es como si dijese: Hasta el tiempo presente ha imperado la ley; en adelante será renovado el reino de Dios que, según el Evangelio, es la vida. Esta se identifica convenientemente con el reino de los cielos. Cuando veis que algún mortal vive según el Evangelio, ¿no decís acaso que tiene el reino de los cielos? Este no es alimento, ni bebida, sino justicia y paz, y gozo en el Espíritu Santo.
Y continúa: "Haced penitencia".
San Jerónimo
Hace penitencia el que quiere unirse al eterno Bien, esto es, al reino de Dios. El que desea la almendra de la nuez, rompe la cáscara. La dulzura de la fruta compensa la amargura de la raíz. La esperanza del enriquecimiento hace agradables los peligros del mar, la esperanza de la salud mitiga el dolor que causa la curación. Así, pues, los que merecieron llegar a la palma de la indulgencia son los que pueden anunciar dignamente las enseñanzas de Cristo. Y por esto, después que dijo: "Haced penitencia", añadió: "Y creed en el Evangelio, porque si no creyereis, no le entenderéis". Haced penitencia y creed, esto es, renunciad a las obras de muerte. Porque, de ¿qué aprovecha creer sin buenas obras? Porque no lleva a la fe el mérito de las buenas obras, sino que empieza la fe para que sigan las buenas obras.