Catena Áurea

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Continuaban su viaje subiendo a Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; y estaban sus discípulos como atónitos, y le seguían llenos de temor. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a repetirles lo que le había de suceder. "Nosotros, les dijo, vamos como veis, a Jerusalén, donde el Hijo del hombre, será entregado a los príncipes de los sacerdotes, y a los escribas y ancianos, que le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles, y le escarnecerán; y le escupirán, y le azotarán, y le quitarán la vida, y al tercer día resucitará". (vv. 32-34)


Beda, in Marcum, 3, 40
Los discípulos recordaban lo que el Señor les había anunciado sobre lo mucho que habían de hacerlo padecer los príncipes de los sacerdotes y los escribas y por ello se asombraban al ir a Jerusalén. "Continuaban su viaje subiendo a Jerusalén, y Jesús se les adelantaba".

Teofilacto
De este modo demuestra que va al encuentro de la pasión y que no rehuye la muerte por nuestra salvación: "Y estaban sus discípulos como atónitos y le seguían llenos de temor".

Beda, in Marcum, 3, 40
De temor de ser ellos mismos sacrificados o por lo menos de que cayese en manos de sus enemigos aquél, cuya vida y magisterio formaban su dicha. Previendo, el Señor que ánimo de sus discípulos había de perturbar su pasión el, les predice lo que en ella había de sufrir y la gloria de su Resurrección. "Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a repetirles", etc.

Teofilacto
Les habla así para confortarlos, puesto que estando prevenidos sufrirían después esta prueba mejor que si los tomara de sorpresa y a la vez manifestaba que iba a padecer voluntariamente, porque es evidente que el que prevé su pasión y no le huye se entrega espontáneamente a ella. Y tomó aparte a sus discípulos porque convenía que revelase el misterio de su Pasión a sus más íntimos.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 65, 1
Les predice los pormenores de su Pasión, a fin de que conociéndolos detalladamente, no los sobrecoja después ninguno de ellos. "Nosotros, les dijo, vamos, como veis, a Jerusalén, donde el Hijo del hombre", etc.

Glosa
Es decir, el que debe padecer, porque la Divinidad no puede padecer: "Será entregado -esto es, por Judas- a los príncipes de los sacerdotes, y a los escribas y ancianos, que le condenarán a muerte -juzgándole reo de muerte-, y le entregarán a los gentiles -al gentil Pilato-, y le escarnecerán -sus soldados-, y le escupirán, y azotarán, y le quitarán la vida".

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 65, 1
Y para que se consuelen con la esperanza de su Resurrección del dolor que les causa su pasión y muerte añade: "Y al tercer día resucitará". Y puesto que no les ocultaba las tristezas y oprobios que habían de sobrevenirle justo era que le creyesen en cuanto a lo demás.


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