Catena Áurea

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Estando Jesús una vez sentado junto al arca de las ofrendas, estaba mirando cómo la gente echaba dinero en ella, y muchos ricos echaban grandes cantidades. Vino también una viuda pobre, la cual metió dos pequeñas monedas, que hacenun maravedí. Entonces, convocando a sus discípulos, les dijo: "En verdad os digo que esta pobre viuda ha echado más en el arca que todos los otros. Por cuanto los demás han echado algo de lo que les sobraba; pero ésta ha dado de su misma pobreza todo lo que tenía, todo su sustento". (vv. 41-44)


Beda, in Marcum 3, 42
El Señor, que nos había aconsejado que nos guardásemos del deseo de la primacía y de la vanagloria, somete a cierto examen también a los que llevan ofrendas a la casa de Dios. "Estando Jesús, dice, sentado junto al arca de las ofrendas, estaba mirando cómo la gente echaba dinero en ella". El arca de las ofrendas se dice en griego gazophylacio, palabra compuesta de phylaxae ( fulax ), que significa guardar, y de gaza, que en lengua persa significa riquezas. Por ello que suele llamarse gazo-phylacium el lugar en que se guardan las riquezas, aplicándose este nombre igualmente al arca, en la que se echaba lo destinado para el servicio del templo, y al pórtico, en que ésta estaba ubicada. Un ejemplo de estos pórticos nos ofrece el Evangelio: "Estas palabras dijo Jesús en el gazofylacio, enseñando en el templo" ( Jn 8, 20). Y en el libro de los Reyes dice: "Y el Pontífice Joiada llevó un gazofylacio " ( 2Re 12, 9).

Teofilacto
Era, pues, laudable costumbre entre los judíos que los que tenían y querían hacer alguna ofrenda la depositasen en el gazophylacio, y esto servía para el sustento de los sacerdotes, de los pobres y las viudas. "Y muchos ricos echaban grandes cantidades". Mientras que muchos hacían esto, llegó una viuda. Esta manifestó su piedad con una ofrenda proporcionada a sus fuerzas. "Vino también, prosigue, una viuda pobre, la cual metió dos pequeñas piezas del valor de un cuadrante".

Beda, in Marcum 3, 42
En el cálculo se llama le cuadrante a la cuarta parte de una cosa, sea un espacio, tiempo o moneda. Aquí tal vez se expresa con esa palabra la cuarta parte de un siclo, es decir, cinco óbolos. "Entonces convocando a sus discípulos, les dijo: En verdad os digo que esta pobre viuda ha echado más en el arca que todos los otros". Porque Dios no valora la ofrenda en sí, sino la intención del que la hace. Tampoco considera tanto la cantidad que se da, sino la parte que de todo lo poseído se separa. Por eso sigue: "Por cuanto los demás han echado algo de lo que les sobraba; pero ésta", etc.

Pseudo-Jerónimo
En sentido místico, los ricos son aquéllos que sacan del tesoro de su corazón lo nuevo y lo viejo, es decir, los secretos y recónditos misterios de la divina sabiduría de uno y otro Testamento. Y ¿quién es esa pobrecita sino yo mismo y mis semejantes, que damos lo que podemos, y deseamos explicaros lo que no podemos? Porque Dios no considera qué es lo que habéis entendido, sino vuestro ánimo de entenderlo. Todos podemos ofrecer un cuadrante, que es la buena voluntad, la cual se llama cuadrante porque existe con otras tres cosas, a saber: pensamiento, palabra y obra. Cuando dice: "Pero ésta ha dado todo lo que tenía", expresa que todos los placeres del cuerpo consisten en el alimento. Por esto se dice: "Todo el trabajo del hombre está en su boca" ( Ecle 6, 7).

Teofilacto
O de otro modo: esta viuda es el espíritu del hombre que abandona a Satanás, a quien estaba unido, y que echa en el tesoro del templo dos monedas, la de la carne y la del espíritu; la primera por la abstinencia y la última por la humildad. De este modo podrá oír que ha dado todo lo que tenía y que hizo un sacrificio, no dejando nada de lo suyo al mundo.

Beda, in Marcum, 3, 42
Alegóricamente, los ricos que echaban sus ofrendas en el arca representan a los judíos orgullosos de la justicia de la ley; la viuda pobre representa la sencillez de la Iglesia, siendo pobre porque se ha despojado del espíritu de la soberbia o de las concupiscencias de lo temporal, y viuda porque aquél a quien estaba unido ha sufrido la muerte por ella. Y pone dos moneditas en el arca, porque lleva las ofrendas del amor a Dios y al prójimo, o de la fe y la oración. Estas monedas valen poco, pero tienen el mérito de la piadosa intención, por lo cual son aceptadas y más estimadas que todo lo ofrecido por los soberbios judíos. Estos hacen ofrendas al Señor de lo que les sobra, en tanto que la Iglesia le da todo lo que tiene, porque entiende que todo lo que es vida en ella no es mérito suyo, sino don de Dios.


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