Catena Áurea
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 Cap. 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28
← Mt 16, 22-23 →
Y tomándole Pedro aparte, comenzó a increparle diciendo: "Lejos esto de ti, Señor, no será esto contigo". Y vuelto hacia Pedro, le dijo: "Quítateme de delante, Satanás, estorbo me eres; porque no entiendes las cosas que son de Dios, sino las de los hombres". (vv. 22-23)
Orígenes, homilia 1 in Matthaeum, 16
Cristo comienza a explicar el principio de sus misterios y ya Pedro los mira como indignos del Hijo de Dios vivo y olvidado de que nada de lo que el Hijo de Dios vivo hace merece reprensión, él se pone a reprenderlo en estos términos: "Y tomándole Pedro aparte, comenzó a increparle, etc."
San Jerónimo
Hemos dicho muchas veces que Pedro tuvo para con el Señor un ardor vehemente y un amor grandísimo; no queriendo pues, después de su confesión y de la promesa que el Señor le había hecho, que quedara destruido el efecto de su confesión, y creyendo imposible que muriese el Hijo de Dios, lo toma con afecto o lo lleva aparte -a fin de no parecer que reprendía a su maestro en presencia de los demás condiscípulos- y llevado del amor empieza a reprenderlo y a decirle oponiéndosele: "Lejos de ti, Señor". O mejor como se lee en el griego: "Ten compasión de ti, Señor, no será esto contigo".
Orígenes, homilia 1 in Matthaeum, 16
Como si tuviera necesidad de esa compasión. Al mismo tiempo que el Señor acepta ese cariño reprende a Pedro por su ignorancia. Por eso sigue: "Y vuelto hacia Pedro, le dijo: Ve en pos de mí, Satanás, etc."
San Hilario, in Matthaeum, 16
El Señor, conociendo el origen de las intrigas del diablo, dice a Pedro: "Ve en pos de mí", queriendo decir con estas palabras que siguiera el ejemplo de su pasión. Y volviéndose hacia a aquel que había inspirado a Pedro esas palabras, añade: "Satanás, estorbo me eres". No conviene después de tantas promesas de dicha y de poder como se han hecho a Pedro, el aplicarle el nombre de Satanás y juzgarlo como un estorbo.
San Jerónimo
Para mí el error de este apóstol es resultado de su gran amor y bajo ningún concepto de la inspiración del diablo. El lector, pues, tenga presente en su prudencia, que esta dicha y poder fueron prometidos a Pedro, no para el presente, sino para el porvenir y por consiguiente, si los hubiera recibido en seguida, jamás hubiera tenido lugar en él una confesión tan miserable.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom.54, 3
¿Y qué hay de admirable en que esto le haya ocurrido a Pedro, quien no había recibido revelación acerca de estas cosas? A fin de que sepáis, cómo las cosas que confesó de Cristo no fueron de Pedro, mirad la turbación que experimenta en las cosas que no le fueron reveladas. Porque él, midiendo lo que concierne a Cristo con su pensamiento humano y terrenal, cree infame e indigno del Hijo de Dios todo sufrimiento, por eso le dice el Señor: "Porque no entiendes las cosas que son de Dios, sino las de los hombres".
San Jerónimo
Que vale tanto como decir: es la voluntad de mi Padre y mía el que yo muera por la salvación de los hombres. Tú, mirando sólo a tu voluntad, no quieres que el grano de trigo caiga en la tierra, a fin de que lleve muchos frutos y por consiguiente, puesto que hablas cosas contrarias a mi voluntad, mereces el nombre de enemigo. Porque la palabra Satanás significa adversario o enemigo, no se crea, sin embargo (como opinan muchos), que Pedro fue condenado de la misma manera que Satanás. Porque a Pedro se le dice: "Ve en pos de mí, Satanás" (esto es, tú que eres contrario a mi voluntad, sígueme) y al diablo se le dijo: "Vete, Satanás" ( Jn 4, 10) y no se le dijo en pos de mí, para indicarle que se fuese al fuego eterno.
Orígenes, homilia 1 in Matthaeum, 16
Dijo, pues, el Señor a Pedro: "Marcha detrás de mí"; como si por su ignorancia hubiese dejado de ir detrás de Cristo y le llama Satanás a causa de esta misma ignorancia, que le había hecho decir cosas contrarias a Dios: bienaventurado aquel a quien Cristo se vuelve, aunque se vuelva para corregirle. Pero ¿por qué dice el Señor a Pedro: "Estorbo me eres", leyéndose ( Sal 119, 165): "Mucha paz para los que aman tu ley y no hay escándalo para ellos?" Pero debemos responder, que no sólo Jesús no se escandaliza, sino tampoco ningún hombre que tiene caridad perfecta, pero puede ser escándalo a otro haciendo o diciendo ciertas cosas, aunque él no pueda ser escandalizado.
El llama escándalo para El a todo discípulo que peca, como decía San Pablo ( 2Cor 11, 29.) "¿Quién es escandalizado, sin que yo sufra?".