Catena Áurea
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← Mc 4, 30-34 →
Y proseguía diciendo: "¿A qué cosa compararemos aun el reino de Dios? ¿O con qué parábola le representaremos? Es como el granito de mostaza, que cuando se siembra en la tierra es la más pequeña entre las simientes que hay en ella. Mas después de sembrado, sube y se hace mayor que todas las legumbres, y echa ramas tan grandes, que las aves del cielo pueden reposar debajo de su sombra". Con muchas parábolas semejantes a ésta les predicaba la palabra de Dios, conforme a la capacidad de los oyentes. Y no les hablaba sin parábolas: bien es verdad que aparte se lo descifraba todo a sus discípulos. (vv. 30-34)
Glosa
Después de la parábola de la fecundidad de la semilla del Evangelio, nos manifiesta en otra la excelencia de la doctrina evangélica sobre todas las demás doctrinas, diciendo: "¿A qué cosa compararemos el reino de Dios?"
Teofilacto
Pequeñísima es, es verdad, la palabra de la fe: Cree en Dios, y serás salvo; pero, predicada en la tierra, de tal modo se ha dilatado y aumentado, que las aves del cielo, esto es, los hombres contemplativos y de verdadero entendimiento, habitaban a su sombra. ¡Cuántos sabios, abandonando la sabiduría de los gentiles, han encontrado su reposo en el Evangelio anunciado! Por esto, pues, la predicación de la fe se ha hecho lo más grande de todo.
San Juan Crisóstomo
Y también porque lo que en breves palabras se anunció a los hombres, que es la sabiduría entre los perfectos, dice más que todos los discursos posibles, puesto que nada hay más grande que esta verdad.
Teofilacto
Este árbol, pues, ha echado grandes ramas, siendo una de ellas los Apóstoles que mandó a Roma, otra los que mandó a la India, y otras los que mandó a diversas partes de la tierra.
San Jerónimo
O esta semilla permanece pequeña por el temor, y se hace grande por la caridad, que es la mayor de todas las legumbres. Porque Dios es la caridad ( 1Jn, 4), y toda carne es como el heno ( Is 4). Hizo, pues, las ramas de la misericordia y de la compasión, a cuya sombra se deleitan los pobres de Cristo, como las aves del cielo.
Beda
Muchos entienden que el hombre que siembra es el Salvador, y otros que es el mismo hombre sembrando en su corazón.
San Juan Crisóstomo, non occ. sed v. Cat. in Marc
San Marcos, que gusta de la brevedad, añade mostrando la naturaleza de las parábolas: "Con muchas parábolas semejantes a ésta les predicaba", etc.
Teofilacto
Como las muchedumbres eran ignorantes, las instruía de este modo, con explicaciones sencillas. Y por esto añade: "Y no les hablaba sin parábolas", etc., para hacer que se acercasen y preguntasen. "Bien es verdad, prosigue, que aparte se lo descifraba todo a sus discípulos", es decir, todo aquello sobre lo cual le preguntaban; si bien no todo en absoluto, sino lo que no estaba manifiesto.
San Jerónimo
Ellos eran dignos de oír aparte los misterios por el profundo respeto que les inspiraba la sabiduría, estando como estaban en la soledad de las virtudes, lejos del tumulto de los malos pensamientos. Porque es en el reposo en donde se percibe la sabiduría.