Catena Áurea
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← Jn 17, 6-8 →
"He manifestado tu nombre a los hombres que me diste del mundo: tuyos eran, y me los diste a mí, y guardaron tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me diste, de ti son. Porque les he dado las palabras que me diste; y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti y han creído que tú me enviaste". (vv. 6-8)
Crisóstomo, in Ioannem, hom. 80
Porque había dicho "Consumé la obra", manifiesta qué obra, a saber, que publicará el nombre de Dios. Por esto dice: "Manifesté tu nombre a los hombres que me diste".
San Agustín, in Ioannem, tract., 106
Si esto no se refiere más que a aquellos discípulos que cenaron con El, esta glorificación no corresponde a aquella de que antes se hablaba, por la que el Hijo glorifica al Padre. ¿Qué gloria podía resultar de la manifestación a once o doce hombres? Pero si lo que dice "He manifestado tu nombre a los hombres que me diste del mundo", quiere decir todos los que habían de creer en El, no queda duda de que ésta es la glorificación con la que el Hijo glorifica al Padre. Y las palabras "Yo he manifestado tu nombre", son las mismas que antes había dicho: "Yo te he glorificado", para el tiempo venidero, usando aquí y allí el pretérito. Pero de lo que a continuación sigue se demuestra como más creíble, que no se refería a todos los que habían de creer, sino a los que ya eran sus discípulos. Desde el principio de su discurso quería dar a entender el Señor como suyos a aquellos por quienes glorifica al Padre, manifestándoles su nombre, pues como dijera "Tu Hijo te glorifique", manifestó en seguida cómo había de ser esto, diciendo: "Así como le diste poder sobre toda carne". Ahora ya oigamos a qué discípulos de los que le oían se refiere. "Yo manifesté tu nombre a los hombres que me diste del mundo". Entonces, aun siendo judíos, no habían conocido el nombre de Dios; pues ¿por qué se lee en el Salmo "Conocido es Dios en Judea, y en Israel es grande su nombre"? (Sal 75, 2) Porque estas palabras, "Manifesté tu nombre a los hombres que me diste del mundo", que me oyen, no deben entenderse del nombre con que te llamas Dios. Sino del que te llamas Padre mío, el cual no podía ser manifestado sin la manifestación del Hijo; pues por cuanto Dios lo es de toda criatura, su nombre no ha podido ser desconocido a todas las naciones antes que creyeran en Cristo. Como criador del mundo y antes que fueran instruidos en la fe de Cristo, Dios era conocido en medio de todas las naciones. En Judea era conocido de un modo que su culto no podía confundirse con el de los dioses falsos. Pero como Padre de Cristo, por el que ha borrado los pecados del mundo, su nombre en otro tiempo desconocido fue dado a conocer a aquellos del mundo a quienes el Padre le dio. ¿Pero de qué modo lo manifestó, si aun no había venido la hora de la que antes había dicho: "Porque viene la hora en que ya no os hablaré con parábolas?" ( Jn 16, 25). Es necesario entender que esta frase fue pronunciada para el tiempo venidero, en verbo pretérito.
Crisóstomo, ut supra
O bien que El les había dejado comprender por las palabras y las obras que el Padre tenía a Cristo por Hijo.
San Agustín, ut supra
Con las palabras "Que tu me diste de este mundo", dijo a sus apóstoles que ellos no eran de este mundo, por efecto de su regeneración, no de su nacimiento. ¿Qué quiere decir lo que sigue, "Tuyos eran y me los diste"? ¿Es que el Padre en algún tiempo tuvo algo que no tuvo el Hijo? De ningún modo. Pero el Hijo de Dios tuvo en cierto tiempo lo que no tuvo aún el Hijo del hombre, que aun no había sido hecho hombre en el seno de su Madre. Así, que cuando dijo "Tuyos eran", el Hijo de Dios no se separó de su Padre, pero acostumbró atribuir el poder a Aquel de quien le viene el ser y el poder. Y por eso dice "y me los diste", dando a entender que como hombre ha recibido el poder de poseer; y aunque El mismo se los dio a sí, esto es, Dios Cristo con el Padre.
Crisóstomo, ut supra
Dijo esto para manifestar la unidad que existe entre El y el Padre, y lo que le agrada al Padre que crean al Hijo. Por eso sigue: "Y guardaron tu palabra".
Beda
Se llama asimismo palabra del Padre, porque por El el Padre lo creó todo y contiene en sí toda palabra; y como si dijera, la aprendieron de memoria para no olvidarla jamás. Y dice: "Y guardaron tu palabra", es decir, en aquello que en mí creyeron; y sigue: "Y ahora han conocido que todo lo que me diste viene de ti". Algunos, sin embargo, dicen que el sentido de éste texto es como sigue: ahora he conocido que todos los que me diste son ajenos a Ti. Pero en esto no tienen razón, porque ¿qué podía ignorar el Hijo de las cosas que son de su Padre? Pero se dice que esto habla de los discípulos, como si dijera: Ellos han conocido que no hay en mí nada extraño a ti, y que todo lo que enseño es tuyo.
San Agustín, ut supra
El Padre le dio todas las cosas en el momento que engendró al que todas las cosas tiene.
Crisóstomo, ut supra
¿Y en dónde aprendieron? En mis palabras, con las que les enseñaba que yo salí de ti: este Evangelio procuraba extender. Por eso añade: "Porque les di las palabras que me diste, y ellos las recibieron".
San Agustín, ut supra
Esto es, las entendieron y las retuvieron, pues la palabra es recibida cuando es comprendida por la inteligencia. Y sigue: "Y conocieron verdaderamente que yo salí de ti". Y para que nadie juzgara que este conocimiento era fruto de la inspiración y no de la fe, expresa su pensamiento, diciendo: "Y creyeron" (esto es, que tú me enviaste). Estos, pues, creyeron en verdad, porque conocieron la verdad. Las palabras salí de ti, es lo mismo que tú me enviaste. Lo que dice: "Creyeron en verdad" entendamos que no fue dicho del mismo modo que arriba dijo: "Ahora creéis, viene la hora en que os disperséis cada uno por su lado", sino que debe entenderse de este modo: creeréis de un modo indudable, firme, constante, fuerte; no ya para abandonar a Cristo y volver a vuestras familias. Verdad que los discípulos aun no eran tales cual los describen las palabras del pasado, como si ya lo fuesen, pronosticando lo que habían de ser después de recibir el Espíritu Santo. ¿Cómo el Padre dio al Hijo estas palabras? Esta cuestión es fácil de resolver, considerando que las recibió del Padre como Hijo del hombre. Porque si se le considera que las recibió como engendrado del Padre, no hay cuestión de tiempo, porque El fue primero, antes que existieran estas palabras; pues todo lo que Dios Padre dio al Hijo se lo dio al engendrarlo.