Catena Áurea

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Y cuando le vieron los Pontífices y los ministros, daban voces diciendo: "Crucifícale, crucifícale". Pilatos les dice: "Tomadle allá vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo en El causa". Los judíos le respondieron: "Nosotros tenemos ley, y según la ley debe morir, porque se hizo Hijo de Dios". Cuando Pilatos oyó estas palabras, temió más. (vv. 6-8)


San Agustín, in Ioannem, tract., 116
La envidia de los judíos no se apaga a vista de tanta ignominia, sino que se enciende más y crece. Por esto dice: "Y cuando le vieron los Pontífices y ministros, clamaban diciendo: Crucifícalo".

Crisóstomo, in Ioannem, hom. 83
Vio, pues, Pilato que todo era en vano, y por eso les dice: "Tomadle vosotros y crucificadle". Esta palabra era execrable e impulsaba a los judíos a ejecutar un acto que no estaba permitido. Ellos presentaban a Jesús para que el juez sentenciara un juicio, pero sucedió lo contrario, porque el juicio del procurador fue más bien absolverlo. Por esto añade: "Yo no encuentro en El causa", defendiéndole siempre de las acusaciones, de lo que se deduce evidentemente que consintió los primeros suplicios por el furor de ellos. Pero nada bastó para que aquellos judíos fieros como perros sintieran la vergüenza. "Respondiéronle los judíos: Nosotros tenemos ley, y según ella debe morir, porque se hizo Hijo de Dios".

San Agustín, ut supra
¡He aquí otra mayor envidia! Después de semejante pretensión, parecía pequeña la audacia de investirse de la autoridad real, y, sin embargo, Jesús nada había usurpado falsamente, porque era verdaderamente ambas cosas: Unigénito Hijo de Dios, y Rey constituido por Dios sobre el monte santo de Sión ( Sal 2); y para demostrar entonces ambas cosas, prefirió, siendo tan poderoso, ser igualmente paciente.

Crisóstomo, ut supra
Mientras ellos disputaban mutuamente, El callaba, cumpliéndose aquella profecía de que "No abrió su boca y toleró su juicio con humildad" ( Is 53, 7).

San Agustín, De cons. evang. 3, 8
Esto puede convenir con lo que recuerda San Lucas, dicho en la acusación de los judíos: "Hemos encontrado a éste sublevando nuestra nación" ( Lc 23, 2), para añadir: "porque se hizo Hijo de Dios".

Crisóstomo, ut supra
Cuando Pilato oyó esto, se aterró, no fuera verdad lo que decían y juzgara inicuamente, y así sigue: "Como, pues, oyese Pilato estas palabras, temió más".

Beda
No temió por lo que oyó de la ley, pues era extranjero, sino que por lo que más temió fue por si sacrificaba al Hijo de Dios. Pero los judíos no se horrorizaron por lo que decían, sino que, por el contrario, le sacrificaban por aquello mismo por que debían adorarle.


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