Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer


Introducción y Primera parte

Introducción general
Primera parte.
Génesis e historia de Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer
I. Conversaciones en el contexto de la vida del fundador del Opus Dei
    1. Desde la publicación de Camino hasta la década de 1960
    2. La década de 1960
    3. Últimos pasos hacia la concesión de entrevistas de prensa
II. Las tres primeras entrevistas: Le Figaro, The New York Times, Time (1966-1967)
    1. La entrevista de Le Figaro
    2. La entrevista de The New York Times
    3. La entrevista del semanario Time
III. Las entrevistas de Gaceta Universitaria y Palabra, y la homilía "Amar al mundo apasionadamente" (octubre 1967)
    1. La entrevista de Gaceta Universitaria
    2. La entrevista de Palabra
    3. La homilía "Amar al mundo apasionadamente"
IV. Las dos últimas entrevistas: Telva y l'Osservatore della Domenica (1968)
    1. La entrevista de Telva
    2. La entrevista de L'Osservatore della Domenica
V. Fin del periodo de las entrevistas
VI. Método de trabajo de Mons. Escriva de Balaguer
    1. Las siete entrevistas
    2. La homilía "Amar al mundo apasionadamente"
VII. Publicación de Conversaciones con Mons. Escriva de Balaguer
    1. Hacia la primera edición de Conversaciones: septiembre de 1968
    2. Ediciones españolas anteriores al fallecimiento de san Josemaría
VIII. Otras ediciones y traducciones de Conversaciones
    1. Ediciones españolas posteriores al fallecimiento de san Josemaría
    2. Otras ediciones y traducciones
Notas


INTRODUCCIÓN GENERAL

Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer es la cuarta de las obras publicadas por el fundador del Opus Dei. Las dos primeras, Santo Rosario y Consideraciones espirituales, aparecieron en 1934; la segunda, revisada y ampliada, dio origen a Camino, que se publicó en 1939; se trata de escritos orientados a impulsar la vida de oración 1. La tercera de sus obras, La Abadesa de Las Huelgas, se publicó en 1944; es un estudio canónico-teológico sobre la peculiar jurisdicción de que gozó esa abadesa cisterciense. Sólo veinte años más tarde, en 1968, da a la imprenta una nueva obra, Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, que marca un hito en la historia de las publicaciones de san Josemaría.

La significación histórica de Conversaciones se advierte claramente si la ponemos en relación no sólo con la sucesión de obras publicadas, sino, además, con la producción literaria del fundador del Opus Dei en los últimos años de su vida 2. La década de 1960 y la primera parte de la de 1970 fueron el escenario de una intensa labor de Mons. Escrivá de Balaguer, en plena madurez intelectual y espiritual, como escritor.

Un análisis de los frutos de ese trabajo evidencia la existencia de tres etapas o fases, cada una de las cuales se plasma en tres tipos de escritos, diversos entre sí tanto por el género literario como por los destinatarios, dando origen a lo que, con expresión usual en el lenguaje literario y que alguna vez empleó san Josemaría, podemos calificar como tres ciclos: el ciclo de las Cartas, el ciclo de las entrevistas, el ciclo de las meditaciones u homilías.

Entre 1962 y 1965 el fundador del Opus Dei dedicó una parte importante de su tiempo a dar forma definitiva, partiendo de materiales y fichas anteriores –algunos muy antiguos–, a una serie de escritos dirigidos a los fieles del Opus Dei con la intención de glosar con amplitud aspectos fundamentales de su espíritu y de su apostolado. En coherencia con el género y estilo literario al que quiso que pertenecieran los designó con el nombre de Cartas. Constituyen el «ciclo de las Cartas», treinta y siete en total, con una extensión que oscila entre las siete páginas que tiene la más breve y las casi cuatrocientas que tiene la más larga, aunque la media se sitúa entre las sesenta y las ochenta 3. Todavía no han sido editadas, pero han podido ser conocidas, aunque parcialmente, a través de las citas incluidas en diversos estudios y ensayos. Su publicación íntegra está prevista en la colección de obras completas que edita el Instituto Histórico San Josemaría Escrivá de Balaguer.

En 1966 san Josemaría concede al diario francés Le Figaro una extensa entrevista, a la que siguen otras seis a diversos medios de la prensa internacional. La última fue la concedida, en marzo-abril de 1968, al semanario vaticano L'Osservatore della Domenica. Reunidas, y acompañadas de la homilía predicada en Pamplona en 1967, forman el libro de Conversaciones, publicado, como decíamos más arriba, en 1968. Todos esos textos, que componen lo que hemos designado como «ciclo de las entrevistas», aspiran a glosar, dirigiéndose a un público amplio –no sólo católicos, sino cristianos en general o incluso no creyentes–, el espíritu y el apostolado del Opus Dei.

En la época en que concede la última de las entrevistas, san Josemaría advierte la posibilidad de una forma de comunicación a través de la prensa, y posteriormente de libros, íntimamente relacionada con su condición sacerdotal: preparar y publicar, partiendo de textos de su predicación oral (meditaciones y charlas), lo que designará como homilías. Se inicia así el «ciclo de las homilías», destinadas a comentar aspectos centrales de la fe y de la espiritualidad cristianas. Presuponiendo, como es lógico, el espíritu del Opus Dei, tienen como destinatarios no sólo los miembros de la prelatura, sino la totalidad de los creyentes. Durante este ciclo, que se extiende hasta el fin de sus días –desde 1968 hasta junio de 1975, san Josemaría prepara y da a la publicación veintiséis homilías, dejando en avanzado grado de elaboración otras diez–, cristalizan dos de sus obras más importantes: Es Cristo que pasa, editada en 1973, y Amigos de Dios, publicada póstumamente en 1977.

El ciclo de las Cartas, el ciclo de las entrevistas y el ciclo de las meditaciones u homilías, nos ofrecen, considerados en su conjunto, una visión completa y profunda del pensamiento y la doctrina del fundador del Opus Dei, con la riqueza que deriva de la diversidad de géneros y perspectivas. En el centro cronológico de esos ciclos se sitúan las entrevistas y, por tanto, Conversaciones. De ahí su importancia y la conveniencia de comenzar la presente edición crítico-histórica con una amplia introducción, que estará dividida en tres partes. En la primera, trazaremos con detalle la historia del libro, desde su preparación a su publicación y difusión. En la segunda parte, pasaremos de la narración de la historia del libro al análisis de su contenido, glosando algunas de las líneas o cuestiones de fondo que, a nuestro parecer, estructuran el mensaje que Conversaciones nos trasmite. Finalmente, en la tercera parte, mucho más breve, explicaremos las características de la presente edición y la metodología que hemos seguido para elaborarla.

PRIMERA PARTE. GÉNESIS E HISTORIA DE CONVERSACIONES CON MONS. ESCRIVÁ DE BALAGUER

En esta parte, de carácter netamente histórico, procederemos, en primer lugar, a situar el libro en el contexto de la vida del fundador del Opus Dei (apartado I). Después narraremos la historia de cada uno de los textos recogidos en Conversaciones, así como la del proceso que llevó al fundador del Opus Dei a dar por concluida la concesión de entrevistas e iniciar la publicación de meditaciones u homilías (apartados II a V). A continuación analizaremos el método de trabajo seguido para elaborar los textos que confluyeron en Conversaciones (apartado VI). Concluiremos exponiendo cómo se llegó a la decisión de unir las diversas piezas ya publicadas para dar lugar a un libro, es decir, a Conversaciones, y ofreciendo algunos datos sobre la difusión de la obra (apartados VII y VIII).

I. CONVERSACIONES EN EL CONTEXTO DE LA VIDA DEL FUNDADOR DEL OPUS DEI

Entre las primeras obras publicadas por san Josemaría y Conversaciones hay diferencias tanto de género como de años y de contexto. Cuando escribió Camino y Santo Rosario el fundador del Opus Dei era un sacerdote joven –entre 32 y 37 años–, dotado de una gran madurez humana y espiritual, pero con todos los rasgos propios de la juventud. Cuando entre 1966 y 1968 concedió las siete entrevistas y predicó la homilía que integran Conversaciones, había pasado los sesenta años y contaba con el acervo de una dilatada experiencia pastoral. El Opus Dei, que en la década de 1930 estaba empezando su historia, en 1968 había alcanzado varios miles de fieles y estaba extendido por casi todos los países de Europa y América y algunos de Asia y África. En los años treinta la escena mundial estaba ocupada de modo preponderante por Europa y América; en la década de 1960 el mundo globalizado era una realidad en desarrollo. Y la Iglesia había celebrado, entre 1962 y 1965, ese acontecimiento, destinado a marcar hondamente su historia, que fue el Concilio Vaticano II.

Las realidades a las que, sintéticamente, nos acabamos de referir aconsejan comenzar esta introducción situando, como hace un momento anunciábamos, la génesis y posterior publicación de Conversaciones en el contexto de la historia personal de san Josemaría y, en consecuencia, en la del Opus Dei, ya que ambas historias estuvieron siempre estrechamente ligadas. Comencemos dirigiendo la atención a un dato significativo: el largo lapso de tiempo que media entre las tres primeras obras publicadas por Mons. Escrivá de Balaguer y la que ahora nos ocupa. Veinte años separan, en efecto, como ya hacíamos notar al inicio de esta introducción, Conversaciones de La Abadesa de Las Huelgas, y treinta –o algo más de treinta– de Camino y Santo Rosario.

Esa diferencia de tiempo es tanto más llamativa –y por tanto necesitada de comentario– si se tiene en cuenta que al publicar Camino, san Josemaría no concibió esa obra como el punto final de su tarea de escritor, sino más bien como un comienzo, ya que en 1939 pensaba en otras obras, todas de orientación teológico-espiritual. De algunas se conocen sus títulos, aunque nunca llegaron a ser concluidas y publicadas: Con los primeros doce, Devociones litúrgicas, Diálogo, Celibato, matrimonio y pureza... De una de ellas, que se publicó póstuma, Surco, se continúa haciendo alusión en las notas del Autor o de la Editorial que acompañaron a algunas de las ediciones de Camino aparecidas en los años cincuenta 4. ¿Qué razones explican, pues, el periodo de silencio, por lo que a la publicación de escritos se refiere, y qué factores llevaron a darlo por concluido?.

1. Desde la publicación de Camino hasta la década de 1960

Si se analiza el conjunto de la obra de san Josemaría (tanto la publicada, como la todavía no publicada), cabe distinguir dos periodos de producción literaria especialmente intensa (desde los inicios del Opus Dei a 1946, primer periodo, y, segundo periodo, desde fines de la década de 1950 hasta su fallecimiento), entre los que se sitúan unos años en los que el volumen de la producción escrita y publicada disminuye 5. Esa disminución y, en algunos aspectos, interrupción en las publicaciones depende de diversos factores que derivan a su vez de una realidad fundamental: la necesidad de atender al impulso de la expansión del Opus Dei, y a la consecución de una configuración jurídica adecuada a su naturaleza teológico-espiritual 6.

En los meses inmediatamente sucesivos al 2 de octubre de 1928, san Josemaría estuvo absolutamente solo, pues hasta 1929 no se vincularon otras personas a la Obra. En los primeros años treinta, el número de miembros del Opus Dei creció, aunque siguió siendo todavía limitado. La guerra civil española (1936-1939) representó para el Opus Dei una invitación a «crecer para adentro», como comentó el propio fundador 7. El conflicto bélico, con la dispersión de personas y las dificultades de comunicación que trajo consigo, dificultó la expansión apostólica a la vez que impulsó una reafirmación en la decisión de fidelidad asumida por quienes ya habían visto que el Opus Dei era el camino que Dios quería que recorrieran. Al terminar la guerra, san Josemaría contaba, pues, con un grupo, reducido pero firme, de varones.

El apostolado con mujeres, que comenzó en 1930, reclamaba, en cambio, un nuevo comienzo 8.

A partir de 1939-1940, la labor apostólica creció con singular pujanza extendiéndose, tanto por lo que se refiere a varones como a mujeres, a diversas ciudades españolas. Ese desarrollo –y las perspectivas de la efectiva realización de la expansión internacional apenas concluyera la guerra mundial (1939-1945)– exigieron del fundador una intensa dedicación, tanto más cuanto que, en ese momento, era el único sacerdote y tuvo además que hacer compatible la atención a quienes se acercaban al Opus Dei con la predicación de cursos de retiro a sacerdotes de diversas diócesis españolas, invitado por los respectivos obispos. La hondura espiritual adquirida por los primeros fieles del Opus Dei –Isidoro Zorzano, Ricardo Fernández Vallespín, Alvaro del Portillo, José María Hernández Garnica, Pedro Casciaro, Francisco Botella...– permitía, ciertamente, apoyarse en ellos, pero la presencia del fundador seguía siendo imprescindible.

Ya desde los primeros años treinta, san Josemaría había visto con claridad que el Opus Dei debería contar con sacerdotes que surgieran de las filas de los seglares previamente incorporados a la Obra. Ahora bien, cómo proveer a su incardinación en conformidad con lo que en aquellos años requería el derecho canónico? 9. En 1943 Mons. Escrivá de Balaguer encontró, no sin inspiración divina, la solución: la constitución de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Obtenida en octubre de 1943 la correspondiente sanción canónica, unos meses más tarde, en junio de 1944, pudieron recibir la ordenación sacerdotal tres fieles del Opus Dei, a los que seguirán otros en años sucesivos, lo que facilitó la expansión internacional.

En 1942, todavía en pleno conflicto bélico, algunos miembros del Opus Dei fueron a Italia. En 1945, la terminación de la guerra mundial facilitó la extensión del apostolado. Ese mismo año comenzó la labor en Portugal y se consolidó la presencia en Italia, en 1946 en Gran Bretaña, en 1947 en Irlanda y Francia. En 1948, uno de los primeros sacerdotes, D. Pedro Casciaro, realizó un viaje por diversos países de América del Norte, del Centro y del Sur, para adquirir información de primera mano en orden a la extensión del apostolado en ese continente. El año siguiente dio comienzo la labor en México y en los Estados Unidos.

La configuración jurídica que san Josemaría había podido alcanzar en 1943 permitió la ordenación de sacerdotes. No era sin embargo una fórmula jurídica satisfactoria: el derecho canónico entonces vigente no permitía una fórmula adecuada a la realidad del espíritu y la praxis del Opus Dei. El proceso jurídico emprendido por el fundador debería, pues, no sólo continuar, sino hacerlo abriendo nuevos caminos. A medida que la labor apostólica se desarrollaba, se hacía particularmente exigente e incluso apremiante proseguir la reflexión y el estudio a fin de encontrar un encuadre jurídico coherente con la naturaleza teológica y espiritual del Opus Dei y de su apostolado o, al menos, que se aproximara lo más posible a esa realidad.

Este empeño, que absorbió gran parte de las energías del fundador del Opus Dei, contribuyó a acelerar su traslado a Roma –ciudad a la que viajó por primera vez en 1946– y a fijar allí su residencia. Fruto de esa dedicación, en la que contó con la importante colaboración de D. Alvaro del Portillo, fue la concesión en 1947 de un primer decreto pontificio de alabanza, al que siguió, el 16 de junio de 1950, la aprobación pontificia definitiva. La nueva fórmula jurídica (la de instituto secular) no era la ideal –fue de hecho abandonada años después para dar paso a la actual, es decir, a la de prelatura personal–, pero marcaba con claridad la unidad y la secularidad del Opus Dei y, al tener rango pontificio, facilitaba el gobierno pastoral y la difusión de la labor apostólica: Chile y Argentina (1950), Colombia y Venezuela (1951), Alemania (1952), Guatemala y Perú (1953), Ecuador (1954), Uruguay y Suiza (1956), Brasil, Austria y Canadá (1957)...

La aprobación de 1950 tenía, como acabamos de decir, rango de aprobación definitiva. Podía, pues, considerarse que llegaba el momento para que san Josemaría, sin abandonar su atención al gobierno e impulso de la labor del Opus Dei, retomara su tarea como escritor, tanto mediante textos dirigidos a quienes se habían incorporado ya a la Obra como a otras personas. Tal vez no sea una coincidencia el hecho de que en la «Nota del Autor» redactada para la séptima edición de Camino y fechada el 8 de diciembre de 1950, san Josemaría hable de Surco y manifieste el deseo de poder completar su redacción en el plazo de pocos meses 10.

La realidad fue, sin embargo, que, tal vez como consecuencia de los acontecimientos que se sucedieron, no llevó a término la ejecución de ese proyecto. Ya en años anteriores el Opus Dei había conocido incomprensiones y dificultades –e incluso calumnias–, debidas quizás, al menos en parte, a la novedad de su espíritu y de su apostolado. En 1951 y 1952 se repitieron partiendo de la misma Roma, lo que podía crear serios problemas 11. De hecho, diversos indicios y la advertencia que le comunicó una de las personalidades que le apreciaban –el cardenal Schuster, arzobispo de Milán–, hicieron temer a Mons. Escrivá de Balaguer que, en algunos ambientes de la curia romana, se estuviera pensando en dividir el Opus Dei en dos instituciones –una para hombres y otra para mujeres– y en alejarlo de toda relación con sus apostolados. Su confiada oración a Santa María, a la que consagró el Opus Dei el 15 de agosto de 1951, y su rápida y decidida intervención hasta llegar al solio pontificio, lograron evitar ese peligro.

Los sucesos romanos de 1951 y 1952 no frenaron la difusión del apostolado del Opus Dei, que, como antes señalamos, extendió su labor a nuevos países, trascendiendo, a fines de la década de 1950 y comienzos de la de 1960, el marco europeo y americano para llegar a diversas naciones de Asia, de África y de Oceanía. Tuvieron consecuencias importantes, en cambio, por lo que se refiere a la labor de escritor, y más concretamente a la publicación de lo que pudiera escribir.

Algunas personalidades de la Santa Sede, con las que el fundador del Opus Dei tenía especial amistad y confianza, le aconsejaron que procurara aparecer en público lo menos posible, a fin de no dar, ni de lejos, el menor pretexto a los que pudieran pensar en volver a intentar maniobras como la precedente 12. San Josemaría aceptó esa indicación y concentró su actividad en el gobierno pastoral del Opus Dei, en la atención a los fieles de la Obra, hombres y mujeres, que acudían a Roma para completar y ampliar su formación 13, y en todo lo que contribuyera a velar por la naturaleza jurídica de la Obra. Las apariciones en público y la edición de nuevos libros debían quedar para otro momento.

2. La década de 1960

Ese momento fue diverso según los casos. Por lo que se refiere a escritos dirigidos al gran público la circunstancia favorable se presentó en la década de 1960, y precisamente a través de las entrevistas de prensa que serían luego recogidas en Conversaciones 14.

En esa década el apostolado del Opus Dei se había extendido no sólo geográficamente, sino también socialmente, integrando a personas de cada vez más variados países, culturas y profesiones. Su estructura de gobierno se había consolidado: a partir de 1946 san Josemaría había fijado, como ya dijimos, su residencia en Roma; diez años después tanto el Consejo General (desde 1956) como la Asesoría Central (desde 1953) –los dos consejos que le asistían para el impulso del apostolado con varones y con mujeres, respectivamente– estaban ya plenamente instalados en Roma; fieles del Opus Dei, provenientes de varios países europeos y americanos, formaban parte de ambos. En diversos continentes y lugares habían surgido obras apostólicas promovidas por fieles del Opus Dei: la Universidad de Navarra, en España; la Residenza Universitaria Internazionale, en Italia; la Granja-Escuela de Montelfalco, en México; Netherhall House, en Inglaterra; Seido Language Institute, en Japón; Strathmore College, en Kenya... 15.

Lógicamente ese desarrollo no había pasado inadvertido y el interés por el Opus Dei era cada vez más intenso, también por parte de los medios de comunicación social. Otros acontecimientos iban a confluir en esa misma dirección. Mencionemos dos. De una parte, el hecho de que algunos fieles del Opus Dei hubieran ocupado, en uso de su libertad personal, cargos relevantes en la escena política española. La aparición de comentarios de prensa no siempre bien informados, provocó la publicación por parte de las autoridades del Opus Dei de diversas notas y declaraciones recalcando la plena autonomía de que gozan, en las cuestiones profesionales, culturales y políticas, los fieles del Opus Dei, al igual que los demás fieles católicos 16. El volumen de artículos de prensa en los que, con uno u otro acento, se hacía referencia al Opus Dei, aumentó considerablemente.

El segundo acontecimiento al que debemos referirnos no es otro que la nueva situación en la Iglesia, introducida por la elección el 28 de octubre de 1958 de Juan XXIII como Romano Pontífice y, sobre todo, por el anuncio, dado el 25 de enero de 1959, de la decisión de convocar un nuevo Concilio Ecuménico, el Vaticano II. Los trabajos conciliares, que impulsaron la renovación de la Iglesia y una honda apertura del pensamiento católico a la cultura contemporánea, atrajeron enseguida la atención no sólo del pueblo cristiano en general, sino de pensadores y periodistas de las más variadas orientaciones 17. La elaboración de la Lumen gentium, es decir, de la Constitución conciliar dedicada a la Iglesia, que incluye un capítulo sobre la llamada a la santidad, así como la de la Gaudium et spes, que plantea con fuerza la relación Iglesia-mundo, contribuyeron a que esa atención se orientara hacia una amplia gama de realidades eclesiales, entre las que se encontraba el Opus Dei, que desde 1928 incluía la proclamación de la llamada a la santidad y la valoración del mundo entre los elementos centrales de su mensaje espiritual.

En ese contexto san Josemaría, en quien se había afianzado de forma cada vez más neta la decisión de que el Opus Dei debía abandonar cuanto antes la configuración como instituto secular, claramente inadecuada, vio llegado el momento de dar públicamente pasos en esa dirección, planteando oficialmente la necesidad de alcanzar una solución jurídica más acomodada a la realidad del Opus Dei. En 1960 realizó una primera petición formal en ese sentido a la Santa Sede, reiterándola en 1962. El Romano Pontífice, Juan XXIII, hizo notar que, para un paso de tal envergadura, convenía esperar que se hubiera celebrado el Concilio, a fin de tener en cuenta las disposiciones que pudiera emanar. Mons. Escrivá de Balaguer aceptó esa resolución a la vez que manifestaba que, de hecho, el Opus Dei no se consideraba ya instituto secular, aunque siguiera siéndolo de derecho 18.

Algunas consecuencias fluían lógicamente de esa situación: la necesidad de continuar los estudios jurídicos y la conveniencia de dejar constancia no sólo oral –su predicación había sido y seguía siendo muy abundante–, sino escrita de la realidad teológico-espiritual y apostólica del Opus Dei. De ahí la decisión de retomar un proyecto acariciado desde mucho antes: revisar o completar la redacción, partiendo de textos antiguos, de un conjunto de escritos, a los que designó con la palabra Cartas, dirigidos a los fieles del Opus Dei, en los que se glosaban aspectos fundamentales del espíritu de la Obra, poniendo así de relieve su fuerza y originalidad 19. De ahí también una segunda decisión, muy relacionada con el hecho de que el desarrollo alcanzado por el Opus Dei estuviera atrayendo cada vez con más fuerza la atención de los medios de comunicación social, es decir, la de conceder entrevistas de prensa.

Fiel al lema «ocultarse y desaparecer», san Josemaría evitó en la medida de sus posibilidades todo protagonismo, pero no rehuyó el encuentro con la prensa en las ocasiones en que resultaba natural y espontáneo. Y esas ocasiones se fueron presentando cada vez con más frecuencia. Durante el verano de 1958 decidió pasar algunas semanas en Londres, lo que le ofrecía la posibilidad de impulsar el apostolado en Gran Bretaña y en el mundo anglosajón en general 20. La buena experiencia de esas semanas, le llevó a repetirla en el verano sucesivo. En esta ocasión, un conocido periodista inglés –Tom Burns, colaborador en aquel momento del diario The Times– solicitó entrevistarse con é1 21. Fruto de esa entrevista fue un largo artículo aparecido en The Times del 20 de agosto de 1959, en la sección People to Watch que venía publicando el diario inglés 22. Junto a una descripción, muy ajustada en bastantes puntos, algo menos en otros, del Opus Dei y de su apostolado, Tom Burns deja constancia del impacto que le produjo san Josemaría, trazando un detallado perfil de su figura 23.

La entrevista de Tom Burns, aun resultando positiva, no pasó, sin embargo, de ser un hecho aislado. Mons. Escrivá de Balaguer no se mostraba partidario de conceder entrevistas, ya que consideraba que, teniendo en cuenta la situación general, así como lo delicado del proceso iniciado con vistas a una nueva configuración jurídica del Opus Dei, no resultaba oportuno. Así lo confirmó en junio de 1962 cuando le fue planteada, desde una de las oficinas auxiliares del Consejo General (la encargada del apostolado de la opinión pública), la posibilidad de gestionar que el propio san Josemaría o su principal colaborador, D. Alvaro del Portillo, en aquel momento Secretario General del Opus Dei, concedieran una entrevista a una agencia de prensa todavía no determinada. Después de meditarlo despacio san Josemaría lo desaconsejó vivamente sería una «imprudencia grandísima», anotó– y la idea quedó abandonada 24.

La puerta a la concesión de entrevistas se abrió por otras vías, en parte vinculadas con acontecimientos que tuvieron lugar en relación con el nacimiento y desarrollo de una importante iniciativa cultural y apostólica: la Universidad de Navarra. Algunos años antes de la fecha en que estamos ahora situados, concretamente en 1952, algunos fieles del Opus Dei, acogiendo la sugerencia y el impulso de san Josemaría, habían iniciado un centro universitario en el norte de España, en Pamplona, la capital del antiguo reino de Navarra. El centro, que tomó el nombre de Estudio General de Navarra, comenzó, obviamente, pequeño, pero pronto creció en amplitud y prestigio 25. Apenas ocho años después del inicio de sus actividades, el 6 de agosto de 1960, la Santa Sede dio un paso decisivo: erigir al Estudio General de Navarra como Universidad.

El decreto de erección fue objeto de lectura pública, en nombre de la Santa Sede, por parte del nuncio de Su Santidad en España, Mons. Hildebrando Antoniutti, en un acto académico que se celebró en Pamplona el 25 de octubre, al que asistieron numerosas autoridades tanto civiles como eclesiásticas 26. Con ocasión de esa estancia en Pamplona –que duró dos días–, el fundador del Opus Dei tuvo varias reuniones de carácter informal con profesores y alumnos de la Universidad 27. No hubo, en cambio, encuentros con periodistas, excepto un breve diálogo –antes de los actos oficiales– con una representación de uno de los periódicos más difundidos de Pamplona, el Diario de Navarra 28.

En la visita que el fundador del Opus Dei hizo a Pamplona cuatro años más tarde, con ocasión de la I Asamblea General de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra (29 y 30 de noviembre de 1964), los hechos se desarrollaron, al menos por lo que a los periodistas se refiere, de una manera muy distinta. Influyó, sin duda, en esa nueva orientación el crecimiento de la Universidad –que superaba ya los 3.000 alumnos y los 300 profesores– y el importante número de Amigos de la Universidad que acudieron a la asamblea –pasaron de los 10.000–, pero también una evolución en la actitud del propio san Josemaría.

En años anteriores ante eventuales incomprensiones, contradicciones, críticas infundadas e incluso calumnias a la actividad apostólica del Opus Dei, el fundador había manifestado con nitidez cuál era el modo de actuar que consideraba oportuno: dejar constancia de la realidad que en cada caso pudiera estar en juego, y, una vez dado ese paso, dedicarse con intensidad a la labor apostólica sin disminuir el ritmo y sin alterarse. O sea, por decirlo con sus propias palabras, «callar, rezar, trabajar y sonreír» 29.

Al avanzar la década de 1960 se advierte un «cambio de comportamiento» 30. Los factores que explican esa evolución dependen, en gran parte, de realidades que venían de tiempo atrás y a las que ya hemos aludido; concretamente: la amplitud prácticamente universal alcanzada por el apostolado del Opus Dei, la nueva situación eclesial y el desarrollo de los trabajos del Concilio Vaticano II, la decisión de dar a conocer la determinación de abandonar la configuración jurídica del Opus Dei como instituto secular para orientarse en otra dirección, la especial atención a la actividad del Opus Dei que venía prestando la prensa internacional...

En todo caso, y sin excluir la posible incidencia de otros factores, el hecho es que en la fecha mencionada –mediados de los años sesenta– se produjo un cambio de actitud. San Josemaría siguió otorgando la absoluta primacía a la oración y al apostolado de amistad, verdaderos ejes de toda la actividad del Opus Dei, pero a la vez impulsó la publicación de artículos y estudios en los que se glosaran, con mayor o menor amplitud según los casos, el espíritu y la labor del Opus Dei y en los que, cuando la ocasión lo requiriera, se saliera al paso de afirmaciones o juicios infundados, evitando tonos polémicos y, con mayor motivo, toda agresividad, mostrando y defendiendo sin ambages la verdad de las cosas. Dando un paso adelante, a partir de 1963 promovió la organización, en todos los países en los que el Opus Dei estuviera suficientemente desarrollado, de oficinas de información en las que se atendiera a periodistas y a cuantas personas desearan obtener información sobre el Opus Dei 31.

Formaba parte de su personalidad comprometerse en las tareas y actividades que impulsaba. No es, pues, extraño que en la estancia de 1964 en Pamplona actuara en coherencia con las orientaciones recién señaladas. El 27 de noviembre por la tarde llegó a Pamplona. El día siguiente, día 28, tuvo lugar un solemne acto académico, presidido por él como Gran Canciller de la Universidad, en el que fueron investidos los dos primeros doctores honoris causa de la Universidad de Navarra 32.

Después de una jornada de intervalo, el 30 se inició la Asamblea de Amigos de la Universidad. San Josemaría celebró la Misa de apertura, que tuvo lugar en la mañana del 30 en la catedral de Pamplona, e intervino, en la tarde de ese día, en una reunión de la Asamblea en el Teatro Gayarre, el de más aforo de la ciudad. En este último acto, una vez pronunciado el discurso que como Gran Canciller de la Universidad le correspondía, se ofreció, saltándose el protocolo, a mantener un diálogo abierto con cuantos llenaban la sala.

Los asistentes acogieron ese ofrecimiento con un aplauso, al que siguieron en cascada las preguntas. A lo largo de esa especial rueda de prensa –«tertulia», expresión que utilizó en este y en otros casos parecidos el propio fundador del Opus Dei para subrayar el tono familiar que quería dar a esos encuentros– fueron surgiendo interrogantes a los que Mons. Escrivá de Balaguer respondía, como era su estilo, con frases breves, que iban al centro de las cuestiones planteadas 33.

Además de esa gran reunión, san Josemaría recibió, de ordinario en alguna de las residencias universitarias –el Colegio Mayor Aralar o el Colegio Mayor Goimendi–, a grupos reducidos 34. Destaquemos tres de esos encuentros, todos ellos con profesionales de los medios de comunicación. El que tuvo lugar con periodistas de Navarra y del País Vasco en el Colegio Mayor Aralar en la tarde del 1 de diciembre 35.

Uno, muy breve, con corresponsales extranjeros el día 28 de noviembre en los salones del Rectorado de la Universidad 36. Un tercero, más extenso que el anterior, en la mañana del día 30 con cuatro periodistas: tres representantes de la prensa internacional (Pierre Brisard, de la agencia France Presse; Manuel Mira, de la norteamericana NCWC, y Jacques Guillemé-Brulon, del diario Le Figaro) y el director de una agencia española de noticias (Antonio Herrero Losada, de Europa Press) 37.

3. Últimos pasos hacia la concesión de entrevistas de prensa

Los actos de 1964 en Pamplona permitían presagiar que el momento de concesión de entrevistas de prensa por parte de san Josemaría estaba ya cercano. No obstante, la reticencia del fundador del Opus Dei se mantuvo por un tiempo. En parte porque la concesión de entrevistas de prensa, en las que debería aparecer como protagonista y a las que faltaría inevitablemente la espontaneidad propia de un diálogo familiar, continuaba sin ser del todo de su agrado 38. En parte, también, por razones de prudencia, como lo había manifestado con la decisión de no acceder a la entrevista que se le propuso en junio de 1962. Pero los acontecimientos marchaban con rapidez y lo que hubiera sido una imprudencia en un momento en el que el Concilio Vaticano II estaba a punto de iniciar sus sesiones, dejó de serlo cuatro años después.

El 14 de septiembre de 1965 comenzó el cuarto y último de los periodos conciliares, que duró hasta el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada. Ya iniciado ese periodo, Pablo VI hizo saber que deseaba inaugurar personalmente el Centro ELIS, una labor social y educativa encomendada por Juan XXIII al Opus Dei en el barrio obrero del Tiburtino, en Roma. A fines de 1965 el Centro ELIS estaba ya, por lo que a la parte arquitectónica se refiere, a punto de ultimarse 39. La inauguración quedó fijada para el 21 de noviembre, en plena sesión conciliar. El numeroso público que rodeaba la zona acogió al Romano Pontífice con aplausos y vítores. Estuvieron presentes todos los alumnos del Centro, así como una nutrida representación de la población del barrio. La decisión pontificia de inaugurar el Centro precisamente en la fecha indicada, y por tanto mientras se estaba celebrando el Concilio, facilitó además la asistencia al acto de numerosos Padres conciliares.

Pablo VI recorrió detenidamente los diversos edificios. Al final acudió a un amplio local donde se había instalado un salón de actos. En las palabras de saludo que, como parte de ese acto, le dirigió san Josemaría, el fundador del Opus Dei trazó una breve panorámica de su itinerario romano y de la labor del Centro ELIS, para concluir subrayando dos rasgos distintivos del espíritu del Opus Dei: la valoración del «trabajo santificado y santificador» como «parte esencial de la vocación del cristiano» y el amor a la libertad, con plena conciencia –rasgo de gran importancia para el desarrollo de un centro formativo como el ELIS de «su valor educativo y pedagógico» 40.

El último periodo del Vaticano II fue un tiempo durante el cual los Padres y peritos conciliares trabajaron intensamente, tanto en las diversas comisiones como en los plenos, ya que el programa previsto era especialmente denso. Se trataba en efecto de completar y aprobar seis documentos, todos de singular alcance. El más importante fue, sin duda, la Constitución Gaudium et spes. De otro, debemos también hacer aquí mención especial: el Decreto Presbyterorum ordinis, aprobado el 7 de diciembre de 1965. En su número 10 se prevé, en efecto, la constitución de prelaturas personales, figura jurídica hasta ese momento ausente de la legislación canónica, que abría el camino que permitiría alcanzar esa configuración plenamente adecuada a la naturaleza del Opus Dei con la que su fundador soñaba desde años atrás, y por la que había trabajado y rezado intensamente 41.

La conclusión de las sesiones conciliares con la aprobación y promulgación de los diversos documentos sometidos a estudio, las esperanzas, afanes y tensiones que la aplicación del Concilio suscitaba, el aumento del interés por los temas religiosos y más concretamente católicos provocado por el Concilio, el eco que el espíritu y la labor del Opus Dei habían tenido en los años del Vaticano II, la posibilidad de reanudar, partiendo de los textos aprobados por el Concilio, el proceso de revisión del estatuto jurídico del Opus Dei, configuran, unidos a los hechos antes reseñados, el contexto en que se sitúan las entrevistas de prensa que acabaron dando origen a Conversaciones.

Todas estas circunstancias parecían recomendar que san Josemaría, como fundador y presidente general del Opus Dei, hiciera oír su voz. Y esto no sólo mediante la predicación dirigida a quienes se acercaban a la Obra o mediante informaciones y escritos entregados a las autoridades eclesiásticas –pasos que nunca habían faltado–, sino dirigiéndose al público en general a través de ese canal que son los medios de comunicación. La percepción de las características del momento histórico y, en consecuencia, de la importancia apostólica y eclesial de su intervención, hicieron que superara toda resistencia a conceder entrevistas de prensa. De hecho sólo cinco meses después de concluido el Concilio tuvo lugar la primera 42.

II. LAS TRES PRIMERAS ENTREVISTAS: LE FIGARO, THE NEW YORK TIMES, TIME (1966-1967)

1. La entrevista de Le Figaro

Jacques Guillemé-Brulon, nacido en Chile, donde su padre era uno de los directores de una empresa francesa, y formado en España, manifestó siempre un especial interés por el hispanismo 43. Incorporado en 1955 a la redacción de Le Figaro, recibió en 1964 el encargo de reabrir las oficinas del diario en Madrid, que permanecían cerradas desde la guerra civil española.

Con motivo de su trabajo como corresponsal, y ya antes como consecuencia de su atención a las cuestiones españolas, había tenido ocasión de conocer a algunas personas del Opus Dei y de publicar algunos servicios de prensa a ese respecto, no siempre afortunados 44. La estancia en Pamplona durante la Asamblea de Amigos en noviembre de 1964 le ofreció la posibilidad de conocer a Mons. Escrivá de Balaguer 45. Ese encuentro le impresionó. En los meses sucesivos mantuvo relación con la oficina de información del Opus Dei en Madrid y especialmente con la persona que en aquel momento la dirigía: Javier Ayesta 46. A mediados de 1965 Guillemé-Brulon manifestó el deseo no sólo de volver a encontrarse con el fundador del Opus Dei, sino de poder entrevistarlo, reiterando posteriormente esa solicitud 47.

San Josemaría acogió favorablemente la petición, manifestando que estaba dispuesto a recibir a su autor. Dejó constancia a la vez de una condición: «Convendrá que antes envíe por escrito –para contestarlo también por escrito– lo que desee. Al mismo periodista, le conviene hacerlo así: porque, en el fondo, se tocan siempre cuestiones teológicas y jurídicas que necesitan términos propios» 48.

En ese mismo mes de febrero o a primeros de marzo Guillemé-Brulon se puso en contacto con la redacción de Le Figaro, desde donde le confirmaron el interés por la entrevista y le enviaron un esbozo de cuestionario con doce preguntas 49. En una conversación anterior con Javier Ayesta, Guillemé-Brulon había comentado que, por razones técnicas, convenía que la entrevista –cuestionario y respuestas– no excediera los seis folios y medio a doble espacio. El esbozo de cuestionario recibido parecía modificar esas indicaciones permitiendo una extensión mayor. De común acuerdo con Javier Ayesta, introdujo algunos cambios, ampliando el elenco de preguntas que pasó de doce a quince.

El 17 de marzo de 1966 ese cuestionario llegaba a Roma, en versión francesa acompañado de una traducción castellana. Al trasmitir desde España el elenco de preguntas, apuntaron que podría suprimirse alguna. Al ver el cuestionario y el informe anejo, san Josemaría anotó sin embargo que deseaba contestarlas todas 50. Al mismo tiempo confirmó su deseo de recibir a Guillemé-Brulon para entregarle el texto de la entrevista ya contestada 51.

A fines de marzo Jacques Guillemé-Brulon acudió a Roma. San Josemaría le recibió invitándole a comer. En la comida, que tuvo lugar el viernes 1 de abril en Villa Tevere –la sede central del Opus Dei–, estuvieron también presentes D. Alvaro del Portillo, la esposa de Guillemé-Brulon y Javier Ayesta. Fue un encuentro distendido, durante el que le hizo entrega del texto donde contestaba a todas las preguntas contenidas en el cuestionario que le había sido presentado 52.

Un mes más tarde, el 16 de mayo, Le Figaro publicaba la entrevista 53 a la que dedicó por entero su quinta página, una de las más destacadas de la publicación, destinada a recoger reportajes extensos. La entrevista estaba acompañada de una fotografía 54 y precedida de una introducción en la que Guillemé-Brulon, después de afirmar que el Opus Dei había sido, y continuaba siendo, objeto de críticas, señalaba que sus miembros habían proclamado siempre que el Opus Dei aspiraba sólo a promover «la vida del ideal evangélico en medio del mundo». ¿Han alcanzado ese objetivo?, se preguntaba. A verificarlo se ordena, prosigue la introducción, la entrevista solicitada a Mons. Escrivá de Balaguer, en la que «de acuerdo con nuestro respeto a la objetividad, no hemos dudado en proponer las preguntas que podrían ser consideradas más delicadas o más difíciles». A los lectores –continúa el periodista– les corresponde juzgar si las respuestas –«sin duda alguna brillantes»– del fundador del Opus Dei resuelven todos los problemas. Y concluye: «manifiesto aquí en todo caso al autor de Camino mi consideración por su inagotable paciencia y por su excepcional buen humor».

A continuación venía la entrevista, con una disposición tipográfica en la que algunas entradillas o subtitulares iban guiando al lector. En total el diario parisino publicaba once preguntas, con sus correspondientes contestaciones, ya que cuatro de las quince preguntas contenidas en el cuestionario –y contestadas por san Josemaría– quedaron sin publicar por razones de espacio 55.

La publicación de la entrevista tuvo un amplio eco, siendo comentada o reproducida parcialmente por periódicos o agencias de 17 países 56. Con la conformidad de Jacques Guillemé-Brulon, el texto completo –es decir incluyendo las preguntas no recogidas en Le Figaro, excepto una muy circunstancial 57 – de la entrevista en la versión original castellana se publicó en la revista española Palabra, julio de 1966. Y, traducida al italiano, en la revista Studi Cattolici; al portugués, en la revista lisboeta Rumo; y al alemán en Zeitnahes Christentum, en los tres casos dentro de 1966 58.

2. La entrevista de The New York Times

La publicación de la entrevista en Le Figaro y los comentarios positivos que al respecto llegaron a san Josemaría, le llevaron a considerar que la concesión de entrevistas de prensa podía ser, en ese momento, un vehículo adecuado para trasmitir su testimonio como fundador sobre la realidad del Opus Dei y, eventualmente, tratar otros temas eclesiales de interés. A fines de junio de 1966 hizo llegar a la oficina de información del Opus Dei en Madrid su disponibilidad para contestar las preguntas que deseara formular alguno de los periodistas norteamericanos a los que se conociera. Añadía dos observaciones: a) que el procedimiento sería el mismo que el seguido en el caso de Le Figaro, es decir, presentar un cuestionario escrito al que se contestaría también por escrito; y b) que el cuestionario podía, si el periodista lo deseaba, incluir «temas delicados», más aún, que «siempre que la forma sea respetuosa, las preguntas pueden ser, incluso, brutales, salvajes» 59.

Al recibir esa información, Javier Ayesta –que jugó un papel importante en la tramitación de esta entrevista y de la sucesiva– pensó en Tad Szulc, corresponsal de The New York Times en Madrid desde 1965, que ya había manifestando su interés en poder encontrarse con el fundador del Opus Dei 60. Tad Szulc había tenido ocasión de conocer a algunos fieles del Opus Dei y había entrado en relación con la oficina de información en Madrid. Tuvo varias conversaciones con Javier Ayesta y visitó algunas de las obras apostólicas del Opus Dei en España, entre éstas la Universidad de Navarra 61.

En septiembre de 1966, Javier Ayesta le habló de que existía la posibilidad de que le fuera concedida una entrevista. Tad Szulc manifestó su satisfacción, y aceptó la condición marcada desde Roma, es decir, presentar un cuestionario, al que se contestaría por escrito. Respecto a la posibilidad de un encuentro personal, dijo que, si fuera posible, preferiría mantenerlo no en Roma sino en España, ya que esto cuadraba mejor con la corresponsalía que su diario le había encomendado 62.

Daba la coincidencia de que san Josemaría, después de pasar unas semanas en Francia, tenía previsto ir a España para reunirse con fieles del Opus Dei y realizar algunas visitas. Hizo saber que estaría dispuesto a recibir a Tad Szulc durante alguno de los días que pasaría en Castelldaura, una casa para retiros y convivencias situada en Premia de Dalt, cerca de Barcelona. La entrevista –a la que Tad Szulc acudió acompañado por Javier Ayesta– tuvo lugar el 8 de octubre de 1966. Al comenzar el encuentro, el corresponsal del diario norteamericano hizo entrega del cuestionario. A lo largo de la conversación que siguió –duró casi dos horas–, se habló de los temas incluidos en el cuestionario, y de otros que fueron surgiendo al hilo de la charla.

A la salida de la entrevista, Tad Szulc continuó hablando con Javier Ayesta, que le acompañó durante las horas que pasaron hasta el momento de tomar el tren que le conduciría a Madrid. En diversos momentos manifestó su satisfacción por la entrevista que acababa de tener lugar. «Por mí –fue uno de sus primeros comentarios–, hubiera seguido otra hora más». La afabilidad y el tono directo y cariñoso de san Josemaría le habían impresionado. «Es un hombre de gran personalidad», añadió. Y en otro momento: «Te fijaste que al principio yo estaba como tanteando preguntas y temas. La entrevista fue ganando en interés y la última media hora fue estupenda». «Mira –añadió–, en mi profesión yo voy conociendo gente por obligación, y muy de tarde en tarde conozco a alguien que me interesa personalmente, porque tiene un modo de ser sugestivo... Pues bien, me gustaría mucho tratar a Escrivá en el futuro. Es muy interesante. Es de esas personas que me interesan a mí como individuo» 63.

El 12 de octubre por la tarde, el fundador del Opus Dei regresó a Roma. El 29 de ese mismo mes remitió a la Comisión Regional de España, para que se las hicieran llegar a Tad Szulc, las respuestas, en castellano y en inglés 64. Ya en una de las primeras conversaciones mantenidas con Javier Ayesta, Tad Szulc había hecho notar que era difícil que The New York Times quisiera publicar la entrevista completa, ya que no era usual en el diario; lo más probable era que la utilizara para escribir un artículo. No obstante, al recibir la respuesta a su cuestionario, manifestó que iba a realizar gestiones para obtener la publicación lo más completa posible 65.

De hecho esas gestiones fracasaron, y Tad Szulc terminó publicando un artículo dedicado a la actividad del Opus Dei en España 66. Se trata de un artículo amplio, a cuatro columnas, en el que el corresponsal de The New York Times comienza haciendo referencia a la existencia de una diversidad de juicios y apreciaciones con respecto al Opus Dei, para dar entrada luego a su encuentro con san Josemaría, sobre el que emite un juicio parecido al que había formulado en su conversación con Javier Ayesta. «Es –escribe– un hombre afable, pero profundo, que parece más joven de lo que en realidad es. Me habló ampliamente sobre el Opus Dei y sobre su experiencia personal. Con alguna frecuencia rompió el discurso para contar alguna anécdota, acompañada de una risa sincera».

A lo largo del artículo se mezclan apreciaciones de muy diverso tipo. En varios momentos se hace eco de las afirmaciones de quienes acusaban al Opus Dei de intervenir en la vida política o económica, aunque señalando a la vez que su fundador rechazaba esas acusaciones, y citando diversos pasajes de la entrevista en los que san Josemaría subraya la finalidad exclusivamente espiritual de la Obra y la libertad de la que gozan sus fieles en todas las cuestiones temporales. Dedica también algunos párrafos a describir la organización del Opus Dei y el comienzo de su apostolado en los Estados Unidos.

En su conjunto el artículo resulta positivo en relación con el Opus Dei y refleja la impresión que la entrevista había producido en Tad Szulc, aunque las frases textualmente reproducidas abarcaban sólo una pequeña parte del contenido de la entrevista: no llegan al diez por ciento.

Este hecho hizo pensar en la posibilidad de publicarla por entero en forma de folleto, previa la autorización de quien la había realizado y haciendo constar cuándo y para qué publicación había sido concedida 67. Tad Szulc dio su conformidad, pero el proyecto de publicar ese folleto no se llevó a la práctica, por lo que el texto de la entrevista de The New York Times permaneció inédito hasta su inclusión en Conversaciones.

3. La entrevista del semanario Time

A finales de 1966 o principios de 1967 la revista americana Time decidió dedicar, en la sección Religion o, más probablemente, en la sección World, un reportaje al Opus Dei, y solicitó a algunos de sus corresponsales, entre ellos al corresponsal en Madrid, Peter Forbath, que remitieran información a la redacción central 68. Después de recibir esa petición, Forbath se puso en contacto con la oficina de información del Opus Dei, donde le entregaron amplio material informativo, le facilitaron la visita a algunas obras apostólicas dirigidas por el Opus Dei, etc.

El 10 de marzo Forbath escribió una carta a Javier Ayesta, en cuanto director de la oficina de información. Después de reiterar que la revista Time se estaba dirigiendo a corresponsales de muy diversos países pidiendo información sobre el Opus Dei, solicitaba tener una entrevista con Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer, ya que –afirmaba– un encuentro con el fundador y presidente general del Opus Dei resultaría vital para alcanzar una perspectiva universal que facilitara la orientación del artículo 69.

Se informó enseguida a san Josemaría, que indicó que se le podía contestar diciéndole que respondería al cuestionario escrito que enviara y que, además, tendría mucho gusto en recibirle en Roma. Unos días más tarde, el 21 de marzo, Forbath hizo llegar un cuestionario, que completó en posteriores conversaciones con Javier Ayesta 70. Aunque el cuestionario entraba en temas canónicos del itinerario del Opus Dei en aquel momento en estudio, san Josemaría decidió contestarlo por entero, teniendo en cuenta tanto el cuestionario original como los complementos que, en las conversaciones recién mencionadas, se habían introducido.

En un primer momento, el posible viaje de Peter Forbath a Roma se había previsto para fines de marzo, pero se retrasó hasta el 15 de abril. Ya desde antes de la llegada a Roma, se le había comunicado que el fundador del Opus Dei le invitaba a comer. Por la mañana de ese día estuvo visitando Villa Tevere, acompañado del historiador norteamericano John Coverdale 71. En la comida estuvieron presentes D. Alvaro del Portillo y Javier Ayesta, que había acudido desde Madrid 72. Durante la conversación, que se desarrolló con extrema cordialidad, Mons. Escrivá de Balaguer fue glosando algunos de los temas presentes en el cuestionario. Al concluir la comida –o poco después: el dato no consta con precisión– se le entregó el texto completo de la entrevista (preguntas y contestaciones). Durante la visita a Villa Tevere se habían tomado algunas fotos, que también se le facilitaron, concediéndole autorización para que, si lo deseaba, pudiera utilizarlas en su reportaje. Según cuenta uno de los que estuvieron presentes durante esa visita, Peter Forbath quedó muy impresionado; unas horas más tarde comentaba: «En el fundador del Opus Dei se palpa algo superior» 73.

Parece ser que, en su momento –no hay constancia clara al respecto–, Peter Forbath, al enviar a la redacción central de Time la entrevista, lo hizo acompañando un esbozo de reportaje, como es usual en los corresponsales. En todo caso, el texto aparecido en el semanario norteamericano fue probablemente fruto, según es costumbre de la revista, de una reelaboración realizada en la redacción central, contando también con otras fuentes 74. Apareció el 12 de mayo, sin firma y no en la sección World, a la que, según las informaciones previas, estaba destinado, sino en la sección Spain. El texto, que ocupa una página y media, tiene un tono decididamente crítico. Aunque deja constancia de la difusión internacional del Opus Dei, y reproduce algunas de las declaraciones en las que san Josemaría subraya la finalidad exclusivamente apostólica del Opus Dei, el enfoque general del reportaje es marcadamente político. Y la entrevista está muy lejos de jugar el papel de primera importancia al que se había referido Peter Forbath al solicitarla 75.

El hecho de que el artículo publicado en Time reprodujera sólo unos pocos pasajes de la entrevista, y situándolos en un contexto que desfiguraba la realidad del Opus Dei, disgustó profundamente a san Josemaría, que no dejó de comentarlo a sus colaboradores 76. La realidad es que, si bien no renunció a la posibilidad de conceder entrevistas –en la práctica continuó concediéndolas–, a partir de ese momento lo hará manteniendo la condición fijada desde el principio –preguntas formuladas por escrito y contestadas del mismo modo–, y concediéndolas sólo a publicaciones que pudieran reproducir por entero, o casi por entero, el texto de la entrevista y en un contexto que respetara su mensaje.

Como ya hemos señalado, sólo una parte muy reducida de la entrevista concedida a Peter Forbath –menos de un cinco por ciento– había alcanzado la luz pública en las páginas de Time. De ahí que, análogamente a lo ya señalado al hablar de la entrevista de The New York Times, se pensara en editar un folleto que incluyera el texto completo de la entrevista, proyecto que tampoco en este caso se llevó a cabo, aunque Forbath, como ya antes hiciera Szulc, había dado su conformidad con esa eventualidad.

III. LAS ENTREVISTAS DE GACETA UNIVERSITARIA Y PALABRA, Y LA HOMILÍA "AMAR AL MUNDO APASIONADAMENTE" (OCTUBRE 1967)

1968 fue un año crucial en más de un aspecto. En mayo estalló la revolución estudiantil en la Universidad de la Sorbona, dando lugar –junto con los sucesos acaecidos más o menos por las mismas fechas en universidades norteamericanas– a un movimiento que se agotó pronto en el tiempo, pero que dejó huella en el imaginario cultural, constituyendo desde entonces un significativo punto de referencia 77. A comienzo de ese mismo año se inició la llamada «primavera de Praga», con el auspicio de un horizonte de libertad para el oriente europeo, que fue truncado trágicamente con la entrada en Checoslovaquia del ejercito soviético 78. Y, finalmente –para no multiplicar las efemérides– el 25 de julio Pablo VI promulgó una de las encíclicas más importantes, y, a la vez, más sujetas a debate, de la historia moderna de la Iglesia: la Humanae vitae 79.

En ese momento histórico, o más bien en el contexto de los desarrollos tanto intelectuales como sociales que lo precedieron –ninguno de esos acontecimientos constituyó un aerolito–, se sitúan tres de los textos de san Josemaría Escrivá de Balaguer recogidos en Conversaciones: las entrevistas de las revistas Gaceta Universitaria y Palabra y la homilía "Amar al mundo apasionadamente". Se trata de tres escritos independientes entre sí, pero que vinieron a confluir –ya antes de su inclusión en Conversaciones– en octubre de 1967, con ocasión de la celebración en esa fecha de la II Asamblea de Amigos de la Universidad de Navarra.

1. La entrevista de Gaceta Universitaria

La revista Gaceta Universitaria fue fundada en Pamplona, en 1962, por algunos de los alumnos de las primeras promociones del Instituto de Periodismo (hoy Facultad) de la Universidad de Navarra 80. Pronto alcanzó renombre en el conjunto del mundo universitario español, en el que se iban notando cada vez más los ecos del movimiento estudiantil europeo y la inquietud política que caracterizó durante esos años la vida social española.

En ese contexto era lógico que una revista estudiantil que aspiraba a estar en conexión con los ámbitos que le eran propios –y Gaceta Universitaria quería estarlo– tomara posición ante los hechos que se sucedían. La complejidad de la realidad socio-cultural española llevó a las autoridades de la Universidad de Navarra a considerar que no era oportuno que continuara publicándose en Pamplona una revista que, aunque gozara de plena autonomía, podía, por razón de su sede, ser considerada como expresión corporativa del pensamiento de la Universidad. De ahí que aconsejaran su traslado a otra ciudad. Así ocurrió en 1964, año en que Gaceta Universitaria comenzó a editarse en Madrid y en el que Andrés Garrigó asumió su dirección 81.

En la primavera de 1967, Javier Ayesta, que tenía frecuente trato con Andrés Garrigó para algunas tareas, le sugirió la posibilidad de que solicitara una entrevista al fundador del Opus Dei sobre la temática propia de la vida universitaria 82. Andrés Garrigó acogió la idea con entusiasmo y, conocedor de la metodología que san Josemaría había seguido en entrevistas anteriores, comenzó enseguida a preparar un cuestionario escrito. Consciente de la delicadeza de la situación universitaria del momento, vaciló ante la conveniencia o no de plantear algunos temas, pero finalmente decidió expresarse con plena espontaneidad, llegando a un cuestionario formado por quince preguntas, que fue recibido en Roma a fines de mayo de 1967 83.

El fundador del Opus Dei decidió no sólo conceder la entrevista, sino afrontar –como había hecho en las ocasiones anteriores– todos los temas que se le planteaban. Contando con la autorización de Andrés Garrigó, en Roma se vio oportuno refundir algunas de las preguntas, que resultaban reiterativas, y en cambio añadir otras. El resultado fue un cuestionario con un total de catorce preguntas. El 12 de julio san Josemaría, que venía trabajando en la entrevista desde antes, dio por bueno el cuestionario, aunque continuó elaborando las respuestas 84. En esa misma fecha avisó a la Comisión Regional de España que entregaría a Andrés Garrigó la entrevista, ya contestada, en el viaje que tenía previsto realizar en otoño. Al mismo tiempo, señaló que no había inconveniente en que la entrevista se publicara acompañada de fotos, que, si fuera necesario, se le podrían facilitar a Andrés Garrigó 85.

San Josemaría viajó a España el 13 de septiembre, dirigiéndose a una casa solariega situada en la villa vizcaína de Elorrio, para pasar allí unos días de descanso 86. Casi enseguida, concretamente el día 18, hizo llegar a Madrid el texto de la entrevista 87. Andrés Garrigó pudo así contar con el tiempo suficiente para incluirla en el número de Gaceta Universitaria, correspondiente a octubre de 1967, que estaba en preparación. Y para realizar una edición especial de ese número, con una tirada total de 50.000 ejemplares, a fin de ponerlos a disposición de los asistentes a la Asamblea de Amigos de la Universidad de Navarra, que se iba a celebrar en Pamplona los días 7 y 8 de octubre y a la que luego nos referiremos con más detalle 88.

Andrés Garrigó no tuvo ocasión de reunirse personalmente con san Josemaría antes de la publicación de la entrevista, pero sí de verlo y de hablar con él en Pamplona. En ese encuentro el fundador del Opus Dei le animó a proseguir en su trabajo como periodista, en el que la libertad para informar y opinar debía conjugarse con el respeto a la verdad y con la caridad. Unos meses más tarde, durante la Semana Santa de 1968, volvió a encontrarse con Mons. Escrivá de Balaguer, esta vez en Roma, adonde Andrés Garrigó había acudido acompañando a otros universitarios con el deseo de celebrar junto al Romano Pontífice la festividad de la Pascua. En esta ocasión, san Josemaría le recomendó viajar para conocer los ambientes universitarios de diversos países, y así tener más elementos de valoración y juicio 89.

2. La entrevista de Palabra

La revista Palabra comenzó a publicarse en 1965 como revista sacerdotal, formalmente dirigida al clero de España e Hispanoamérica 90. Su sede estaba –y sigue estando– en Madrid. Su primer director fue Pedro Rodríguez 91.

Cuando en Roma se revisó, como más arriba apuntábamos, el cuestionario presentado por Gaceta Universitaria quedaron fuera varias preguntas, entre éstas algunas referidas a temas relacionados con la vida de la Iglesia. Este hecho provocó una sugerencia, que fue aceptada por el fundador del Opus Dei: proponer a la revista Palabra la posibilidad de una entrevista en la que, junto a cuestiones referidas al Opus Dei, pudiera haber otras que versaran sobre aspectos de la vida cristiana o sobre temas de espiritualidad en general. Así fue comunicado a la Comisión Regional de España 92.

Mientras tanto, en la revista Palabra se habían producido algunos cambios, en particular por lo que se refiere a su director, Pedro Rodríguez. Desde el comienzo de su actividad, en 1952, había habido en la Universidad de Navarra cursos de Teología. El crecimiento de los estudios llevó en 1964 a unir esos cursos en un Centro Teológico. En un momento sucesivo –ya en 1965 , san Josemaría consideró que era oportuno dar un paso adelante, coherente con las orientaciones que al respecto había dado el Vaticano II: constituir un Instituto Teológico –así lo hizo en 1967– que diera luego paso, previa la erección por parte de la Santa Sede, a una Facultad de Teología. Proyecto que implicaba no sólo mantener las oportunas conversaciones con el episcopado español y con la Congregación pontificia para la Educación Católica, sino poner en marcha un plan para la adecuada formación del profesorado 93.

Como parte de ese plan, en enero de 1967, Pedro Rodríguez, que había sido nombrado miembro del equipo que prepararía la futura erección de la Facultad, inició un periplo de estudio de varios meses de duración por diversas ciudades universitarias europeas, con idea de trasladarse para el curso siguiente a Pamplona 94. En julio de 1967, regresó a Madrid, y se reincorporó al trabajo de la revista, de la que seguía siendo director. No consta si en esa fecha había sido comunicada ya a la redacción de la revista la posibilidad, ofrecida por san Josemaría, de concederle una entrevista 95. En todo caso, apenas recibida la noticia de la posibilidad de una entrevista amplia, que podría incluir hasta dieciocho preguntas, el consejo de dirección –integrado por los sacerdotes Pedro Rodríguez, Carlos Escartín, Gonzalo Lobo y Alberto García Ruiz– puso manos a la obra.

En menos de una semana prepararon un cuestionario de veintiuna preguntas, tres más de las dieciocho previstas. «El criterio que nos guiaba en la elaboración del cuestionario –son palabras de Pedro Rodríguez– era éste: ¿qué es lo que –pensando en nuestros lectores– interesa preguntar al Padre? ¿En qué cosas, principalmente, necesitamos y necesitan su orientación y magisterio?». De hecho, las preguntas formuladas abordan muchas de las cuestiones que se comentaban y debatían en aquel momento, y ahora.

El cuestionario llegó a Roma el 13 de agosto. San Josemaría lo revisó y decidió contestar todas las preguntas, excepto una que consideró impropia 96. Trabajó en este asunto estando en Italia, pero no envió el texto a España, sino que, al igual que con el de Gaceta Universitaria, decidió llevarlo personalmente en el viaje que realizó en septiembre a la península ibérica. El 18 de septiembre lo hizo llegar a Madrid 97.

El consejo de dirección de Palabra puso en seguida en marcha el proceso de edición. Ya compuesta, decidieron hacer llegar las pruebas de imprenta al fundador del Opus Dei, que se encontraba en Molinoviejo, por si deseaba revisarlas. A diferencia de lo ocurrido con Gaceta Universitaria, san Josemaría rehusó el ofrecimiento y remitió a los correctores de pruebas 98. En Palabra pusieron especial atención en la tarea, de modo que la entrevista apareció en el número de octubre, con una presentación muy cuidada; ocupaba las páginas centrales y se anunciaba con una portada dedicada por entero a san Josemaría. Se realizó una tirada amplia, de varios miles de ejemplares, de forma que también pudiera difundirse entre los asistentes a la Asamblea de Amigos que iba a celebrarse en Pamplona.

En Palabra la entrevista apareció sin título, designada simplemente como "Entrevista con Mons. Escrivá de Balaguer". Muy pronto, con ocasión de la preparación de la versión en italiano, el propio san Josemaría decidió que llevara un título: el mismo que apareció en diversas versiones y definitivamente en Conversaciones, es decir: "Espontaneidad y pluralismo en el pueblo de Dios" 99.

3. La homilía "Amar al mundo apasionadamente"

Desde comienzos de 1967, en la Universidad de Navarra se empezó a considerar la posibilidad de organizar un acto académico solemne en el inicio del curso 1967-68. Se pensó en una nueva investidura de doctores honoris causa y en alguna otra ceremonia o actividad. El programa tardó algo en concretarse, en espera de que llegaran a término las negociaciones para la erección de la Facultad de Teología. Cuando se vio claramente que esa erección se retrasaba –la erección de la Facultad tuvo lugar dos años después, en 1969– y que, mientras tanto, los estudios teológicos deberían funcionar sólo como Instituto, la fisonomía de los actos en Pamplona se terminó de configurar 100 Se adoptó el mismo esquema que en 1964: ante todo un acto de investidura de doctores honoris causa, que tuvo lugar el 7 de octubre 101; después, durante los días 8 y 9, una II Asamblea General de la Asociación de Amigos.

Pronto se vio claro que la asistencia a la Asamblea de Amigos iba a ser mucho más numerosa que la de 1964 –de hecho el número de asistentes se acercó a los 30.000–, lo que hacía necesario concretar muy bien los detalles. En consecuencia, además de sesiones de trabajo y de momentos de descanso, se previeron varios encuentros con el Gran Canciller, todos numerosos, sirviéndose de dos locales con gran capacidad: el Teatro Gayarre y el Frontón Labrit, a los que los miembros de la Asociación acudirían por regiones de proveniencia. Y, como acto central, una Misa que se celebraría al aire libre, de modo que pudieran estar presentes todos los asambleístas, y en la que el fundador del Opus Dei, que sería el celebrante, pronunciaría la correspondiente homilía 102.

Debió de ser a fines de julio o principios de agosto cuando san Jose- maría tomó las primeras decisiones sobre el contenido de esta homilía, para la que quiso contar con un texto escrito, lo que constituía una excepción en su modo de proceder, ya que, de ordinario, predicaba usando sólo un guión, en ocasiones breve, en otras desarrollado, pero siempre esquemático. Un mes o mes y medio más tarde, ya en septiembre, completó la homilía durante los días que pasó en Elorrio y luego en Molinoviejo 103. El día 21 dio por definitivo el texto, y lo entregó para que se procediera a su impresión 104.

La celebración de la Misa tuvo lugar el día 8 de octubre, domingo veintiuno después de Pentecostés, a las 10 de mañana, en la explanada situada ante lo que era entonces la Biblioteca de la Universidad 105. La ceremonia fue seguida por la totalidad de los asambleístas y otras personas de Pamplona que se habían unido a la Asamblea. Reinaron en todo momento una atención y un silencio «tanto más impresionante –comentaba un periodista– si se considera la cantidad de personas de toda condición que rodeaban el altar» 106.

Los folios para la lectura de la homilía se habían preparado con letra algo mayor de la ordinaria, de modo que pudieran ser leídos con facilidad 107. San Josemaría predicó con un tono pausado, a la vez sencillo y solemne, que, gracias a la megafonía, fue seguido fácilmente por toda la asamblea 108. El texto impreso de la homilía fue además difundido entre los asambleístas en una elegante publicación, de tamaño 24'5 x 17'5, editada por E.M.E.S.A. (Editorial Magisterio Español S.A.) 109.

Diversas revistas o colecciones de folletos reprodujeron muy pronto, tanto en España como en otros países de lengua castellana, el texto de la homilía. Pronto fue también traducida a otros idiomas. En la publicación editada por E.M.E.S.A. la homilía no llevaba título alguno; la portada se limitaba, en efecto, a describir el contenido: "Homilía pronunciada por el Excmo. y Revmo. Sr. Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer, Gran Canciller de la Universidad de Navarra". Al publicarse en revistas y traducirse a otros idiomas, se usaron títulos; especialmente dos, tomados ambos de frases de la propia homilía, pero decididos por las respectivas revistas: "Amar al mundo apasionadamente", en la versión italiana publicada por Studi Cattolici, y "El materialismo cristiano", en la versión francesa publicada por La Table Ronde 110 San Josemaría manifestó su preferencia por el primero, que es el que se tuvo en cuenta en otras ediciones, y finalmente en Conversaciones 111.

IV. LAS DOS ÚLTIMAS ENTREVISTAS: TELVA Y L'OSSERVATORE DELLA DOMENICA (1968)

A fines de octubre de 1967, se sugirió al fundador del Opus Dei la posibilidad de publicar un libro en el que se recogieran las diversas entrevistas concedidas. Acogió favorablemente la sugerencia, pero recomendó esperar antes de llevarla a la práctica 112. Esa espera se dilató varios meses, durante los cuales Mons. Escrivá de Balaguer concedió dos nuevas entrevistas, que vinieron a integrar el proyecto: a la revista femenina Telva y al semanario vaticano L'Osservatore della Domenica.

1. La entrevista de Telva

El 14 de febrero de 1930, san Josemaría entendió que el Opus Dei debería comprender también mujeres. Desde esa fecha inició esta labor apostólica, que, a partir de 1939, ya concluida la guerra civil española, se desarrolló fuertemente 113 La proclamación de una llamada a la santidad y al apostolado, también entre mujeres de las más variadas profesiones y condiciones de vida, no podía por menos de traer consigo una reflexión, también en el propio san Josemaría, sobre la condición femenina.

No es por eso sorprendente que algunas mujeres del Opus Dei que trabajaban en la revista femenina Telva (Madrid), conscientes de la multiplicidad de cuestiones relacionadas con el feminismo, consideraran oportuno solicitar a san Josemaría una entrevista sobre temas relacionados con la mujer. Deseo que se hizo más fuerte después de la celebración en Pamplona de la Asamblea de Amigos, y de las palabras dirigidas a la mujer que se contenían en la homilía allí pronunciada. No consta, sin embargo, el momento concreto en que ese deseo se hizo llegar al fundador del Opus Dei, ni tampoco el momento en que éste manifestó que acogía esa petición, aunque cabe situar ambas fechas entre mediados de octubre y mediados de noviembre de 1967 114.

Consta, sin embargo, que apenas recibida la información de que Mons. Escrivá de Balaguer aceptaba conceder la entrevista, quienes formaban el equipo rector de la revista (Pilar Salcedo, como directora; Covadonga O'Shea, como subdirectora, y Engracia Asenjo, como redactora jefe) empezaron a trabajar con gran ilusión en el cuestionario, intentando –precisa Covadonga O'Shea– «no olvidar ningún aspecto de lo que estaba en la calle» 115.

No se conservan los elencos de preguntas que fueron elaborando ni el cuestionario final al que llegaron después de algunas jornadas de trabajo. Y, por tanto, tampoco se puede precisar si, al responderlo, san Josemaría decidió prescindir de alguna o algunas de las preguntas 116. Es un hecho, sin embargo, que la entrevista completa, ya contestada, es bastante amplia: la componen veintiuna preguntas, contestadas todas ellas con detenimiento.

San Josemaría dijo que deseaba entregar el texto directamente a la directora de la revista. Pilar Salcedo viajó en consecuencia a Roma, donde llegó el 8 de enero de 1968. San Josemaría la recibió el 10 de enero. Para mostrar en la entrevista –y en las fotos que se iban a tomar– la internacionalidad que ya alcanzaba el apostolado del Opus Dei con mujeres, y por indicación de san Josemaría, acompañaron a Pilar Salcedo la alemana Elisabeth Reinhardt y la japonesa Kazuko Nakajima. Fue un encuentro breve, en el que el fundador del Opus Dei, además de hacer entrega del texto de la entrevista, comentó algunos de los temas que ahí se trataban 117.

La entrevista se publicó en el número de Telva correspondiente al 1 de febrero de 1968, en un cuadernillo central, con el título "Una entrevista con Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer. La mujer en la vida social del mundo, y en la vida de la Iglesia". Estaba acompañada de diversas fotografías, algunas de las tomadas en Roma y otras provenientes de encuentros del fundador del Opus Dei con otras personas, dando así al conjunto un tono muy variado 118.

Diversas agencias de noticias españolas se hicieron eco de la publicación de la entrevista. Tuvo también amplia difusión en otros países, siendo en algunos casos reproducida por entero o casi por entero 119. De entre las reproducciones de la entrevista, una tiene especial interés en orden a la historia de Conversaciones: la publicada en la revista de información católica Mundo Cristiano. Con ocasión de la aparición en esta revista, san Josemaría decidió, en efecto, incluir dos cuestiones más, ambas en referencia a la vida familiar, aumentando así a veintitrés el número de preguntas formuladas y contestadas 120.

2. La entrevista de L'Osservatore della Domenica

En 1861 comenzó a publicarse L'Osservatore Romano, con carácter de órgano oficioso de la Santa Sede. Setenta años después se fundó L'Osservatore Romano della Domenica, como publicación gráfica, de periodicidad semanal, sin la oficialidad que caracterizaba –y caracteriza– a L'Osservatore Romano. Para subrayar esas diferencias, con la independencia que implican, en 1950 se decidió suprimir el calificativo de «romano», quedando así con el nombre que mantuvo hasta su desaparición: L'Osservatore della Domenica 121.

El 31 de enero de 1968, D. Alvaro del Portillo recibió al director de L'Osservatore della Domenica, Enrico Zuppi 122 que acudió a ese encuentro acompañado por uno de sus colaboradores, Antonino Fugardi 123 En esa conversación plantearon la posibilidad de realizar una entrevista que versara sobre el Opus Dei. El 3 de febrero, Antonino Fugardi dirigió una carta a D. Alvaro, en la que, en nombre del director del semanario, le enviaba un cuestionario de quince preguntas, con el ruego de que las hiciera llegar a Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer. Precisaba a la vez que ese elenco era sólo una primera aproximación, por lo que agradecerían cualquier supresión, modificación o añadido que se viera conveniente introducir 124.

San Josemaría se valió de ese derecho e indicó que se revisara el cuestionario de modo que la entrevista pudiera dar una visión relativamente completa de la labor del Opus Dei. A primeros de marzo, cuando todavía la contestación a la entrevista no estaba completada, quienes trabajaban en la oficina del apostolado de la opinión pública advirtieron que L'Osservatore della Domenica, bajo el título genérico de Le congregazioni religiose dogo il Concilio, estaba publicando una serie de entrevistas a superiores mayores de órdenes o congregaciones religiosas. Al recibir esa información, Mons. Escrivá de Balaguer tomó una decisión radical: prescindir de la entrevista, ya que, publicada en ese contexto, daría una imagen falsa del Opus Dei y de su plena secularidad 125.

Uno de los que trabajaban en la mencionada oficina 126 fue a hablar con Enrico Zuppi, para hacerle notar que no tenía sentido incluir en L'Osservatore della Dominica una entrevista sobre el Opus Dei paralelamente a la publicación de una serie de entrevistas sobre instituciones, las congregaciones religiosas, de naturaleza muy diversa. Zuppi entendió esas razones, pero aclaró que no iba a publicar sólo entrevistas a miembros de esas congregaciones, sino también a personalidades con características muy diversas. A la vez insistió en que le interesaba mucho poder contar con una entrevista al fundador del Opus Dei, y ofreció garantías de que se haría de forma que quedara absolutamente clara la secularidad, sea por el título que llevaría la entrevista 127, sea por las fotos que la podrían acompañar. Indicó además que, de acuerdo con la autorización ya dada desde el principio, podían introducirse alguna o algunas preguntas que destacaran esa realidad 128. Con esas garantías, san Josemaría decidió seguir adelante con la entrevista.

A primeros de abril la entrevista, ya completada y traducida al italiano, fue entregada a Enrico Zuppi 129. Al recibir ese texto, el director de L'Osservatore della Domenica manifestó su satisfacción, tanto por el hecho de que finalmente el fundador del Opus Dei hubiera accedido a concederle una entrevista, como por la riqueza de su contenido 130. Manifestó a la vez que, considerando su importancia, pensaba publicarla en tres entregas, situándola en las páginas centrales y acompañada de varias fotografías 131.

Así ocurrió con la primera entrega, que se publicó en el número que lleva fecha del 19 de mayo de 1968, y con la segunda, que apareció la semana siguiente, es decir en el número que lleva la fecha del 26 de ese mismo mes 132. La publicación de esos dos amplios reportajes suscitó recelo en algunas personas de la curia, que sugirieron a Enrico Zuppi que no mantuviera ese estilo en la tercera entregara 133. Aunque su deseo hubiera sido mantener en esa última entrega el mismo tono que en las anteriores, Zuppi consideró prudente aceptar esa recomendación. De hecho la tercera entrega, publicada en el número fechado el 2 de junio, aparece con una sola foto y en la segunda parte del semanario 134.

Completada la publicación en L'Osservatore della Domenica, la entrevista fue reproducida muy pronto en varios países, tanto en italiano, como en el original castellano y en otras lenguas a las que fue traducida 135. En general se conservó el título que le había dado Zuppi, es decir, "Qué es el Opus Dei" 136.

V. FIN DEL PERIODO DE LAS ENTREVISTAS

La entrevista de L'Osservatore della Domenica es la última de las incluidas en Conversaciones. Teniendo en cuenta que unos meses después san Josemaría decidió no conceder nuevas entrevistas, salvo alguna excepción que luego mencionaremos, puede añadirse que con la publicada en el semanario vaticano se cierra el tiempo o ciclo de las entrevistas.

La decisión de no conceder nuevas entrevistas fue madurada poco a poco en el curso de los meses. De hecho en 1967 y 1968 el fundador del Opus Dei no sólo concedió las entrevistas ya mencionadas, sino que se manifestó dispuesto a conceder otras. Más aún, en noviembre de 1967 se envió desde el Consejo General un escrito a diversas Regiones anunciando que san Josemaría aceptaría conceder entrevistas, si lo solicitaban publicaciones que merecieran confianza, es decir, en las que se pudiera tener seguridad de que publicarían la entrevista completa o casi completa y sin acompañarla de comentarios que obscurecieran el mensaje que la entrevista aspiraba a trasmitir. La misma posibilidad fue reiterada en un escrito de 1968 137. Sea como consecuencia de las gestiones realizadas por fieles del Opus Dei, sea por iniciativa de las propias publicaciones, en esos años –y también en los sucesivos– llegaron a Roma diversas peticiones de entrevistas. A todas se contestó en nombre del fundador del Opus Dei agradeciendo la petición y dejando abierta la puerta a que la entrevista se concediera, pero sin dar una respuesta claramente afirmativa 138.

La realidad es que, con el pasar de los meses, san Josemaría, aun manteniendo abierta la posibilidad de conceder nuevas entrevistas, iba distanciándose de esa eventualidad. La decisión definitiva la tomó en 1969 con ocasión –no con motivo– de la petición realizada por un importante diario brasileño: O Estado de S. Paulo. En mayo de ese año, desde Brasil, escribieron a Roma informando de que el director de ese periódico había manifestado que tendría mucho gusto en publicar una entrevista al fundador del Opus Dei y que, a ese efecto, iba a encargar a su corresponsal en Roma, Rocco Morabito, que acudiera a solicitarla. Al recibir la comunicación de Brasil, san Josemaría anotó al dorso: «hasta el otoño no recibo periodistas». Así se le comunicó a Rocco Morabito cuando, el 9 de junio, acudió a la sede central del Opus Dei para solicitar la entrevista 139.

Durante el verano, el corresponsal de O Estado de S. Paulo dio un paso más presentando un cuestionario. Mientras tanto Mons. Escrivá de Balaguer había ido madurando su pensamiento, hasta llegar a la decisión de no conceder, de momento, nuevas entrevistas, dejando a la vez claro que esa decisión no obedecía a prevención alguna respecto a los que las habían solicitado, a quienes apreciaba y valoraba positivamente. Así fue comunicado a primeros de diciembre a los fieles del Opus Dei que en Roma estaban en relación con Morabito y, paralelamente, a la Comisión Regional del Opus Dei en Brasil. El escrito transmitiendo ese criterio decía lo siguiente: «Mariano ha decidido no hacer, por ahora, declaraciones de ningún tipo a la prensa. Explicádselo así a ese periodista. Hacedle ver que no se trata en modo alguno de una prevención con respecto a él, sino de un criterio general. Podéis decirle que en cuanto sepáis de alguna nueva posibilidad de obtener esa entrevista, procuraréis informarle» 140. De hecho, esa posibilidad no se presentó, ya que el fundador del Opus Dei mantuvo ese criterio en lo sucesivo.

En los documentos y testimonios que se conservan, no hay ningún texto que ofrezca una explicación formal de las razones que llevaron a san Josemaría a adoptar esa decisión. Cabe, no obstante, apuntar dos razones. De una parte, que, precisamente durante los meses en que estaba madurando la decisión a la que llegó a fines de 1969, se estaba gestando la publicación del libro recogiendo las entrevistas ya concedidas, es decir, Conversaciones, que apareció finalmente en septiembre de 1968, siendo en pocos meses traducido a varios idiomas 141. Al estar a disposición del público en general una obra en la que se contenía el mensaje sobre la realidad del Opus Dei que san Josemaría deseaba trasmitir a través de las diversas entrevistas, decaía en gran parte la razón para conceder otras nuevas. El hecho de que las preguntas contenidas en varios de los nuevos cuestionarios repetían preguntas ya formuladas, y contestadas, o versaban sobre temas de interés secundario, confirmaba ese juicio, poniendo de manifiesto que el género entrevista había dado ya todo, o casi todo, lo que podía aportar.

Junto a esa primera razón debe mencionarse otra que puede considerarse determinante. A lo largo de los meses que van desde el invierno de 1968 hasta el otoño de 1969, el fundador del Opus Dei había tomado conciencia de una posibilidad de contacto con los medios de comunicación social y, por tanto, de dirigirse al público en general, diversa de las entrevistas y más acorde con su temperamento y con su condición sacerdotal: la publicación de meditaciones u homilías, preparadas a partir de las notas o trascripciones que se conservaban de su predicación oral.

En ese proceso tuvo sin duda influencia el eco alcanzado por la homilía predicada en Pamplona en 1967, si bien por sí sola no explica la decisión finalmente adoptada. La realidad es, en efecto, que inmediatamente después de pronunciada esa homilía, el fundador del Opus Dei no pensó en publicar otras, ni en revisar y reelaborar, en orden a su publicación, textos provenientes de su predicación oral: así lo confirma, entre otras cosas, el hecho de que la homilía de 1967 fuera incorporada a Conversaciones, en lugar de esperar a que fuera seguida por otras.

El factor decisivo en orden a la nueva orientación en su trabajo como escritor está constituido por la reflexión que le llevó a publicar, en noviembre de 1968, un texto proveniente de su predicación en la revista parisina La Table Ronde. A raíz del escrito de 1967, en el que se animaba a valorar la posibilidad de que se publicaran nuevas entrevistas 142, en Francia consideraron que en La Table Ronde, en la que habían comenzado a colaborar algunos miembros del Opus Dei, podría publicarse una. Así le fue sugerido, en febrero de 1968, a san Josemaría, que aceptó, indicando que le presentaran un cuestionario 143.

El 27 de mayo de 1968 una de las personas que trabajaban en La Table Ronde, Henry Cavanna, en ese momento secretario general de la revista, decidió dirigir una carta a D. Alvaro del Portillo proponiendo un nuevo planteamiento. En esa carta informaba, en efecto, de que en La Table Ronde estaban preparando un número monográfico sobre Jesucristo, para el que reiteraba que les gustaría contar con «una contribución» de san Josemaría, pero hacía notar que, a su juicio, en ese número cuadraría más un artículo que una entrevista. Propuesta que concretaba añadiendo tres observaciones: sugería el posible tema de ese artículo ("La présence du Christ chez les chrétiens"); añadía que cabía pensar en «publicar el texto de una homilía, aunque para la revista sea menos original», y señalaba, finalmente, que la longitud podría ser «aproximadamente como la de la homilía de la misa en Pamplona» 144.

D. Alvaro pasó esa carta a san Josemaría, que acogió la nueva propuesta que se le hacía. A las pocas semanas, concretamente el 7 de julio, envió a Francia un escrito basado en textos de su predicación oral, que llevaba por título "Cristo presente en los cristianos". Traducido al francés por el hispanista Paul Werrie, apareció, con el título "Le Christ présent chez les chrétiens , en La Table Ronde de noviembre de 1968. Casi simultáneamente se publicó el original castellano, "Cristo presente en los cristianos", en la revista madrileña Palabra y en la colección Folletos Mundo Cristiano 145.

La aparición de esos textos suscitó entre los fieles del Opus Dei y personas cercanas a su apostolado el deseo de poder disponer de otras meditaciones u homilías del fundador. Mons. Escrivá de Balaguer no permaneció insensible a esos sentimientos y a las peticiones que de ahí surgieron, que encontraban un eco profundo en su modo de ser y en su manera de concebir la misión de fundador, de Padre y Pastor que le correspondía. Como ya señalamos en su momento, san Josemaría, al decidirse a conceder entrevistas, lo hizo con clara conciencia del servicio a la Iglesia y al Opus Dei que esas entrevistas podían prestar, y por tanto poniendo toda su alma al contestarlas, pero no sin realizar un cierto esfuerzo. De carácter fuertemente comunicativo, y dotado de un hondo corazón sacerdotal, el diálogo de persona a persona, el encuentro con grupos más o menos numerosos, la predicación de homilías o meditaciones, le resultaban congeniales. La necesidad de ajustarse a entrevistas en las que un cuestionario preestablecido encajona de alguna manera el discurso, dificultando que el pensamiento fluya con absoluta espontaneidad, le era en cambio mucho menos connatural.

La posibilidad, puesta de manifiesto por la sugerencia hecha desde La Table Ronde, de publicar meditaciones u homilías, le abría el camino para continuar manteniendo un contacto con los medios de comunicación social –y con cuantos a ellos acuden– y, a la vez, para hacerlo por una vía que canalizara con plena espontaneidad su deseo de hablar de los grandes temas humanos y cristianos que llenaban su corazón de sacerdote. No es pues extraño que, a partir de ese momento, dejara atrás las entrevistas 146 y acometiera la revisión de homilías o meditaciones con vistas a su publicación. De hecho a lo largo de 1969 dio a la prensa otras cuatro homilías, de tema litúrgico o devocional: la Navidad, la festividad de San José, el tiempo de Adviento y el mes de mayo en cuanto tiempo especialmente dedicado a María. Y lo mismo continuó ocurriendo, incluso con ritmo más acentuado, durante los años posteriores 147.

VI. MÉTODO DE TRABAJO DE MONS. ESCRIVA DE BALAGUER

Al narrar la historia de las diversas entrevistas recogidas en Conversaciones y la de la homilía de 1967– nos hemos limitado a describir los hechos, señalando que dejábamos para un epígrafe ulterior la descripción de la metodología de trabajo empleada por san Josemaría. Llega el momento de afrontar esta cuestión. Nos ocuparemos primero de la contestación a las entrevistas, que constituyen la mayor parte del texto de Conversaciones, dejando para el final lo referente a la homilía de 1967.

1. Las siete entrevistas

El género «entrevista» y, más concretamente, el de «entrevista para la prensa» tiene ya una larga historia 148. Se trata, por lo demás, de un género que puede revestir muy diversas formas. Ruedas de prensa en las que una o varias personas se enfrentan a un fuego cruzado de preguntas; o, por el contrario, encuentros entre sólo dos personas, en conversación distendida o incluso confidencial. Entrevistas que se basan en un cuestionario previamente preparado, al que el entrevistado responde sea verbalmente sea por escrito, o que se desarrollan a modo de diálogo informal, durante el que el entrevistador toma notas o utiliza una grabadora, para transcribir luego lo anotado o grabado al lenguaje escrito. Conversaciones en las que se formulan preguntas que buscan respuestas breves e incluso lapidarias, o que reclaman, para ser contestadas, un amplio desarrollo.

Las entrevistas concedidas por san Josemaría partieron siempre de un cuestionario escrito, al que el fundador del Opus Dei iba a responder de la misma manera, sin que esto excluyera la posibilidad de recibir al entrevistador y hacerle personalmente entrega del texto del cuestionario ya contestado. Fueron además entrevistas que versaban no sobre aspectos personales de su vida, sino sobre cuestiones relacionadas con el apostolado del Opus Dei, sobre la vida de la Iglesia o, más en general, sobre cuestiones culturales o doctrinales. Eso trajo consigo que las respuestas fueran amplias: lo eran ya en las primeras entrevistas, y tendieron a serlo cada vez más en las sucesivas, es decir, en las de los años 1967 y 1968.

Este modo de proceder implicó que san Josemaría fuera, ciertamente, persona entrevistada, pero, a la vez –el análisis de los textos lo confirma–, autor, es decir, persona que habla en primera persona y asume la autoría del resultado. Aunque se sujetara al cuestionario que planteaba el entrevistador, quien llevaba la dirección de la entrevista, y de lo que ahí se expresaba, no era el periodista, sino el propio san Josemaría. Sus respuestas, amplias y detenidamente meditadas, aun ateniéndose a lo preguntado, orientan de hecho el discurso que a través de la entrevista se desarrolla. De ahí que fuera, como hemos dicho hace un momento, real y verdaderamente persona entrevistada y autor.

Tal vez pudiera prolongarse la caracterización de estas entrevistas, pero lo dicho parece suficiente. Conviene pues pasar a describir el modo en que procedió para responder a los cuestionarios que le enviaban. A este efecto resulta necesario evocar el contexto que rodeaba al fundador del Opus Dei en la década de 1960. La situación en que se encontraba durante los años treinta, cuando redactó Camino, había quedado muy atrás, y por tanto también el modo de trabajar que utilizó durante la elaboración de esa obra, y que tan detalladamente ha descrito Pedro Rodríguez en su edición crítico-histórica: fichas breves, que el propio san Josemaría ordenaba y copiaba a máquina 149.

En los años sesenta Mons. Escrivá de Balaguer no estaba acompañado sólo de unas pocas personas, ni carecía casi por completo de medios materiales y técnicos, sino que se encontraba en Roma, viviendo en la sede central del Opus Dei, cuyos organismos de gobierno pastoral estaban ya ampliamente desarrollados. Dicho con otras palabras, san Josemaría podía contar, en esos momentos, con una secretaría que le ayudara en su trabajo de muy diversas maneras: preparar borradores o minutas, copiar textos a máquina, buscar o comprobar citas, etc. Concretamente, por lo que a la preparación de respuestas para las entrevistas se refiere –especialmente las primeras, pero también, aunque con las diferencias que luego señalaremos, las sucesivas–, actuó como secretaría particular de san Josemaría una de las oficinas anejas al Consejo General a la que ya se ha hecho referencia: la del apostolado de la opinión pública 150.

Al recibir el cuestionario de la primera de las entrevistas, la de Le Figaro, el fundador del Opus Dei lo pasó a la oficina recién citada, con una anotación escrita con el bolígrafo rojo que solía utilizar, en la que se decía: «preparad una contestación a todas las preguntas» 151. En el despacho que hubo a continuación, dio algunas indicaciones que precisaban el encargo y orientaban sobre el contenido que debían tener las respuestas. En la oficina del apostolado de la opinión pública se comenzó a trabajar partiendo de esas indicaciones, contando no sólo con el conocimiento del pensamiento de san Josemaría que teníamos los que trabajábamos en la oficina, sino con el material de que disponíamos. Concretamente:

– notas sobre la predicación oral del fundador del Opus Dei en el Colegio Romano de la Santa Cruz en los años 1949 y siguientes, incluyendo tanto meditaciones y charlas, como encuentros informales o tertulias 152;
– fichas destinadas a facilitar la preparación de textos que explicaran el Opus Dei y sus apostolados, que habían sido revisadas por el propio san Josemaría.

Hay que tener en cuenta, por lo que a estas fichas se refiere, un dato ya antes mencionado: el hecho de que a fines de los años cincuenta y comienzos de los sesenta, el fundador no sólo se había reafirmado en la necesidad de dar nuevos pasos en el camino jurídico del Opus Dei hasta llegar a una solución adecuada a su espíritu, sino que había decidido comunicar a la Santa Sede que el Opus Dei de hecho no se consideraba ya como instituto secular, aunque siguiera siéndolo de derecho 153. Esta decisión tenía repercusiones también respecto a las relaciones con la prensa y los demás medios de comunicación social, ya que para informar adecuadamente sobre el Opus Dei resultaba necesario ajustar el lenguaje al cambio que implicaba la separación de la figura de instituto secular. Para facilitar esa tarea a quienes, sea en Roma sea en otros lugares, estaban en contacto directo con esos medios, en la oficina del apostolado de la opinión pública se fueron preparando lo que podría calificarse como una «base de textos», es decir, notas o fichas explicando la naturaleza y la actividad del Opus Dei, que acabaron formando un conjunto o cuaderno, al que se dio el nombre de «Clasificador informativo» 154.

Ese Clasificador jugó un papel importante en la preparación de las respuestas a los cuestionarios recibidos: en muchos casos bastaba en efecto con acudir a esa documentación para poder contestar gran parte de las preguntas formuladas, y hacerlo con frases y expresiones que reflejaban con exactitud no sólo el pensamiento del fundador del Opus Dei, sino su personal modo de expresarse.

Partiendo de las orientaciones recibidas, de las fichas del Clasificador informativo y de las notas y recuerdos provenientes de la predicación oral, en la oficina del apostolado de la opinión publica se preparaban minutas de respuesta. Lo que san Josemaría deseaba recibir –así lo manifestaba la anotación hecha en los folios que contenían el texto del cuestionario de Le Figaro y lo confirmaron sus indicaciones posteriores– no era, en efecto, un simple elenco de frases o ideas, sino un texto redactado, sobre el que le resultara expedito trabajar. Y trabajar a fondo.

La realidad es, en efecto, que aunque esas minutas no fueran, en gran parte, sino la recopilación de textos y frases pronunciadas previamente por él, no se limitó, ni en las primeras entrevistas ni en ninguna de las posteriores, a una revisión rápida, sino que procedió a leer y repensar con calma los textos, repasándolos y corrigiéndolos con detenimiento, descendiendo hasta el detalle, perfilando y precisando las afirmaciones a fin de llegar a la formulación que resultaba a su juicio más acertada, no sólo doctrinalmente –las cuestiones sometidas a su consideración no eran, en bastantes casos, nada sencillas–, sino también literariamente. En la práctica, la realidad fue que las contestaciones a las diversas entrevistas acabaron siendo estudiadas por san Josemaría no sólo una vez, sino varias, en algún caso hasta siete u ocho veces 155.

Un detalle, significativo no respecto a la redacción de los textos pero sí respecto a la huella documental que ha quedado de esas diversas revisiones, debe añadirse. El hecho de que el fundador del Opus Dei modificara repetidas veces lo escrito, implicaba poner en limpio el texto entre una revisión y otra. Y esto, como es obvio, podía ocupar un cierto espacio de tiempo. Sólo que a san Josemaría no le gustaba hacer trabajar innecesariamente a otros. De ahí que, al devolver los textos corregidos, comentara con frecuencia que no era necesario copiar de nuevo todo el texto, sino que bastaba con escribir las líneas en las que había modificaciones y luego, cortando y pegando, recomponer las páginas.

Había ocasiones en que el número de modificaciones resultaba tan elevado que era más sencillo copiar de nuevo toda una página, pero en otras muchas se podía acudir a la operación de «cortar y pegar», y así se hacía. El resultado era, ciertamente, un ahorro de tiempo, pero traía consigo que se iban destrozando las sucesivas versiones, ya que quedaban sólo recortes sueltos. No es por eso extraño que señalara –y así se hizo– que esos recortes se sometieran al «trámite» ordinario en la oficina: triturar los papeles ya usados e inservibles. Ha quedado, pues, constancia del texto final de la entrevista de que en cada caso se trataba, pero no de las versiones que lo habían precedido 156.

El modo de trabajar descrito en los párrafos que preceden se aplicó plenamente en la preparación por san Josemaría de la contestación a las tres primeras entrevistas y a la última, es decir, la concedida a L'Osservatore della Domenica. También, aunque con algunos matices, a las tres restantes, ya que, versando sobre temas más especializados, el fundador del Opus Dei quiso contar también con otras personas 157. En todos los casos el método de trabajo continuó, por lo demás, siendo el mismo que para la contestación a las entrevistas primeras.

2. La homilía "Amar al mundo apasionadamente"

Como ya dijimos en su momento, el plan que se estableció para la Asamblea General de Amigos de la Universidad de Navarra, que tuvo lugar en octubre de 1967, preveía contar, como momento central, con una Misa al aire libre, en la que san Josemaría pronunciara una homilía: la que ahora nos ocupa. Apenas concretado ese plan, el fundador del Opus Dei se dirigió a la Comisión Regional del Opus Dei en España pidiendo que le hicieran llegar una minuta o borrador 158. La minuta estuvo preparada a fines de agosto, pero no se envió a Roma, sino que, por indicación del propio Mons. Escrivá de Balaguer, se esperó para entregársela al momento en que tenía previsto trasladarse a España para pasar unos días en la villa de Elorrio, antes de ir a Pamplona 159.

Al pedir que prepararan una minuta o borrador para la homilía, san Josemaría señaló que debería exponer el espíritu del Opus Dei, pero no descendió a detalles. En un primer momento no estaba todavía determinado el día concreto en que se celebraría la Misa y, por tanto, no se conocían los textos bíblicos que se iban a leer, por lo que el borrador fue pensado con un enfoque directamente eucarístico, y un tono marcadamente teológico.

En un primer momento, al comenzar a leer la minuta, Mons. Escrivá de Balaguer dio a entender que no se había acertado con lo que deseaba 160. Decidió no obstante leer pausadamente el texto completo y finalmente lo aceptó como punto de partida, no sin señalar que habría no sólo que retocarlo, sino ampliarlo. Pidió que se le prepararan unas páginas con ideas sobre unos puntos que tenía mucho interés en tocar precisamente en esa ocasión pamplonesa. Concretamente: la naturaleza secular no sólo de los fieles del Opus Dei, sino también de las labores apostólicas que promueven, la naturaleza y fines de la Asociación de Amigos, el derecho de la Universidad a recibir subvenciones de las entidades públicas; y la clarificación expresa de que el Opus Dei no tenía como misión dirigir seminarios diocesanos, para salir así al paso del temor, carente de todo fundamento, acerca de las implicaciones que, en relación con el seminario de Pamplona, podría tener la futura erección de una Facultad de Teología en el seno de la Universidad de Navarra 161.

A lo largo de los días pasados en Elorrio, dedicó bastante tiempo a reelaborar el texto de la homilía. «Lo revisó muchas veces –cuenta uno de los que le acompañaban–, nos leía párrafos enteros y corregía y mejoraba giros y expresiones» 162. Unos días después, ya en Molinoviejo –a donde se trasladó el día 21– dio por definitivo el texto, y encargó que se copiara a máquina 163. Así se hizo. Pero, una vez copiado, quiso leerlo de nuevo. Lo hizo en voz alta, en presencia de unas cinco o seis personas, a las que pidió que si algo les parecía mejorable, no dejaran de señalarlo. Él mismo, al hilo de la lectura, introdujo diversas correcciones 164.

El texto resultante se copió de nuevo a máquina –san Josemaría intentó evitarlo, haciendo que se volvieran a escribir sólo los párrafos retocados, pero le convencieron de lo contrario– y el original mecanografiado fue llevado a Madrid para darlo a la imprenta 165. Sin embargo no concluyó ahí la revisión, pues desde Molinoviejo Mons. Escrivá de Balaguer se trasladó a Madrid, donde permaneció algunos días antes de viajar a Pamplona, y esta estancia madrileña le ofreció la oportunidad de revisar unas pruebas de imprenta, con cuya ocasión hizo nuevos retoques en el texto 166. En suma, respecto a la homilía, al igual que respecto a las entrevistas, san Josemaría procedió mediante una serie de sucesivas revisiones, que iban aquilatando el texto hasta ajustarlo a lo que deseaba trasmitir y al modo en que deseaba expresarlo.

VII. PUBLICACIÓN DE CONVERSACIONES CON MONS. ESCRIVÁ DE BALAGUER

Concluido el paréntesis metodológico, que nos ha ocupado durante las páginas que preceden, podemos retomar el hilo de la historia, a fin de narrar cómo desde la existencia de una serie de textos diversos –las entrevistas y la homilía– se llegó al libro de Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer.

1. Hacia la primera edición de Conversaciones: septiembre de 1968

En octubre de 1967, poco después de la publicación de las entrevistas de Palabra y Gaceta Universitaria, desde la oficina del apostolado de la opinión publica aneja al Consejo General se elevó una consulta al fundador del Opus Dei planteando la posibilidad de publicar un libro en el que se recogieran las cinco entrevistas ya concedidas. San Josemaría recibió positivamente la idea –señaló incluso que podría llamarse Entrevistas y preguntó por el número de páginas que podría tener el libro en el caso de que se editara–, pero dejó el provecto en suspenso 167.

Contando con esa aprobación genérica, desde Roma se escribió a la Comisión Regional de España, informando del proyecto e indicando que se hablara con los periodistas que habían realizado las entrevistas –y especialmente, con Tad Szulc y Peter Forbath, ya que los textos completos de sus entrevistas no habían aparecido en sus respectivas publicaciones–, a fin de obtener la plena conformidad para su inclusión en un libro 168. Desde España respondieron casi enseguida diciendo que se contaba con esa conformidad 169. Poco después, a finales de diciembre, volvieron a escribir, comentando que tanto Ediciones Rialp como Ediciones Palabra estarían interesadas en publicar ese libro. Al leer ese escrito, san Josemaría anotó al pie: «Calma: esperar unos meses porque habrá más material» 170.

En esas fechas se estaba tramitando la entrevista de Telva; cabía pues pensar que el «material» del que habla la anotación de Mons. Escrivá de Balaguer fuera precisamente esa entrevista, que se publicó el 1 de febrero de 1968. Así lo pensaron quienes trabajaban en la oficina del apostolado de la opinión pública, ya que el 29 de enero, cuando era inminente su aparición, presentaron un nuevo escrito en el que se volvía a plantear la posibilidad de publicar un libro, incluyendo, además de los textos antes mencionados, la entrevista de Telva 171. La consulta volvió con una anotación de D. Alvaro del Portillo en la que se reiteraba la conveniencia de esperar 172.

Durante el tiempo de espera, el 14 de marzo llegó un escrito de la Comisión Regional de Irlanda en el que se consultaba la posibilidad de editar un libro con las entrevistas ya publicadas y destinado a difundirse en el conjunto de los países de habla inglesa. El escrito de Irlanda pasó a D. Alvaro, que lo trasmitió a la oficina del apostolado de la opinión publica con una escueta anotación: «bien» 173. La conformidad con el proyecto movió a quienes trabajaban en esa oficina a replantearlo con amplitud. De ahí que el 19 de ese mismo mes sugirieran no sólo contestar afirmativamente a Irlanda, sino informar además a otras Regiones que podrían estar interesadas en la edición del libro 174.

Al mismo tiempo, hicieron algunas propuestas en orden a perfilar el contenido y la estructura de la obra 175. Concretamente:
a) Como título se proponía el de Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, basado en el que había sido sugerido por Irlanda.
b) Respecto al contenido, se planteaba la posibilidad de publicar las seis entrevistas ya concedidas y además la homilía pronunciada en Pamplona.
c) Y finalmente se proponía incluir una presentación, de la que se adjuntaba un posible texto 176, así como algunas fotografías (una del propio san Josemaría y otras de algunas labores apostólicas).

La propuesta incluía además un sumario, en el que los diversos textos aparecían con el orden y los títulos siguientes:
– "Espontaneidad y pluralismo en el Pueblo de Dios" (entrevista de Palabra);
– "¿Por qué nació el Opus Dei?" (entrevista de Time);
– "El apostolado del Opus Dei en los cinco continentes" (entrevista de Le Fígaro);
– "¿Por qué tantos hombres se acercan al Opus Dei?" (entrevista de The New York Times);
– "La Universidad al servicio de la sociedad actual" (entrevista de Gaceta Universitaria);
– "La mujer en la vida del mundo y de la Iglesia" (entrevista de Telva);
– "Amar al mundo apasionadamente" (homilía de octubre de 1967).

Como puede advertirse, el esquema propuesto a san Josemaría –y aprobado personalmente por él, como enseguida veremos– no sigue un orden cronológico, sino, por así decir, temático. Se inicia con la entrevista de Palabra, en la que el fundador del Opus Dei esboza algunas de las líneas centrales de su doctrina eclesiológica. Continúa con tres entrevistas centradas en el Opus Dei: las concedidas a Time, a Le Figaro y a The New York Times. Prosigue con dos entrevistas con un enfoque que puede ser calificado de monográfico: las de Gaceta Universitaria y Telva. Y concluye con un texto de hondo valor teológico y sintético: la homilía de 1967 177.

Apenas fueron aprobadas las dos consultas en las que se exponía la propuesta recién resumida 178, se pasó a la fase ejecutiva. Se escribió tanto a España e Irlanda, como a Alemania, Brasil, Francia, Italia, México y Portugal, países de los que habían ya llegado consultas en ese sentido o en los que se pensaba que podría haber interés por realizar una edición 179. En el escrito a España se indicaba que se estudiara y decidiera con libertad si la edición se encomendaba a Ediciones Palabra o a Rialp; esta última fue finalmente la elegida 180.

Poco después se completó la publicación de la entrevista de L'Osservatore della Domenica, y el fundador del Opus Dei determinó que se incluyera en Conversaciones. Así se comunicó a España señalando a la vez el lugar en que debería ser situada (inmediatamente después de las entrevistas de Time, Le Figaro y The New York Times) y el título que debería llevar (el mismo con el que había aparecido en el semanario vaticano). Se acompañaba además un breve párrafo para que se intercalara en la presentación dando razón de esta entrevista 181.

En un escrito posterior (11-VII-1968) se daba la conformidad a dos propuestas realizadas desde España:

– añadir a la presentación, a fin de acoger una petición hecha en su día por Peter Forbath, una frase señalando expresamente que las entrevistas habían sido contestadas por escrito;
– no incluir varias fotos, como en un principio se había previsto, sino sólo una; concretamente una reproducción de un retrato de san Josemaría que había realizado en 1966 el pintor español Luis Mosquera 182.

Los materiales para la primera edición de Conversaciones estaban ya dispuestos. Ediciones Rialp puso todos los medios para que el libro pudiera estar publicado cuanto antes. En septiembre estaba ya a la venta, con una tirada de 32.000 ejemplares, de los que 5.000 se destinaban al mercado mexicano, en correspondencia a una petición hecha desde ese país. Las características de esta primera edición son las siguientes:

– Volumen de 23'5 x 15'5 cms., impreso sobre papel de muy buena calidad y encuadernado en tela, sencilla pero elegante: fondo blanco sobre el que destaca un rectángulo azul o verde (el color varió según los ejemplares), en el que, con letras blancas, se lee el título: Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer.
– En la página 4, haciendo juego con la página 5 en la que se repite el título, se incluye la reproducción a color del cuadro de Mosquera.
– En la página 7 aparece el sumario, en el que figuran los títulos de las siete entrevistas y de la homilía; no se señala en cambio la fecha ni de las entrevistas ni de la homilía (esos datos aparecen, en nota a pie de página, al comienzo de cada texto).
– Inmediatamente después (pp. 9-15) viene la presentación, que recoge el texto aprobado el 2 de abril, con las modificaciones ya señaladas.
– A continuación las entrevistas (con letra negrita las preguntas; y normal, las contestaciones) y la homilía, hasta llegar a la página 181, con la que termina el libro.

El colofón (p. 183) indica que la obra cuenta con el nihil obstat, dado el 14-IX-1968 por D. José María Casciaro, y con el imprimatur de D. Ricardo Blanco, Vicario General de la diócesis de Madrid. En párrafo aparte se añade: «Este libro, publicado por Ediciones Rialp, S.A., Preciados 44, Madrid 13, compuesto en fotocomposición por Tecnigraf, S.A., Juan de Olías 12, se terminó de imprimir en los talleres gráficos EDIME, Paseo de los Olivos 6, Madrid, el 12 de septiembre de 1968, festividad del Dulce Nombre de María» 183.

2. Ediciones españolas anteriores al fallecimiento de san Josemaría

a) La segunda edición: julio de 1969.

Dejando para un apartado ulterior la consideración de otras ediciones y traducciones de Conversaciones, consideremos ahora las realizadas en España y por Ediciones Rialp hasta el momento del fallecimiento del fundador del Opus Dei, que son las que constituyen la base de este trabajo. Nos detendremos especialmente, por su singular importancia, en la segunda edición.

Apenas publicado, Conversaciones fue objeto de comentarios de prensa y recensiones 184. Se vendió ampliamente y con rapidez. En el elenco de libros más vendidos publicado por el Instituto del Libro Español en mayo de 1969 ocupaba el noveno lugar, pasando al sexto en junio y al segundo en agosto. Previendo que los 32.000 ejemplares que se habían impreso de la primera edición se iban a agotar en muy poco tiempo, en Rialp se empezó enseguida a pensar en la segunda edición, que se terminó de imprimir en julio de 1969, con un formato v una presentación muy semejantes a los de la primera, aunque con encuadernación no en tela, sino en rústica; la tirada fue de 20.000 ejemplares.

Esta segunda edición tiene singular importancia en la historia de Conversaciones, ya que en ella se terminó de fijar el texto. En la primera edición había quedado fuera, probablemente por un error de trasmisión, la pregunta de la que L'Osservatore della Domenica se había visto obligado a prescindir, al comprimir la tercera y última de las entregas en las que había dividido el texto; en la segunda edición se subsanó ese error, y la entrevista fue reproducida en su integridad 185.

Junto a este primer punto, de especial importancia, destacan otros dos, relacionados entre sí: la publicación de un índice analítico o de materias, y la utilización de números marginales para designar las respuestas de san Josemaría a las preguntas o, en ocasiones, cuando se trata de contestaciones especialmente largas, para subdividirlas. En noviembre de 1968, poco después de publicada la primera edición, desde España hicieron notar al Consejo General que podría ser oportuno incluir un índice analítico. Se contestó dando la conformidad con esa idea, señalando que debería ser un índice «amplio y detallado». A continuación se añadía: «Estudiad la posibilidad de numerar al margen y correlativamente todas las preguntas, de manera que el índice remita a esos números marginales: de esta forma podría servir para todas las ediciones, independientemente del formato o idioma» 186.

Mientras en España estaban trabajando en ese índice, en Irlanda se publicó la primera edición inglesa de Conversaciones en la que se incluía un índice de voces 187. Teniendo a la vista ese índice, y el que habían comenzado a preparar en Rialp, sobre el que desde Roma se habían hecho ya algunas indicaciones, en España terminaron de elaborar el definitivo, en el que se optó por remitir a los números marginales. El 3 de junio de 1969 enviaron para aprobación el índice 188 y la división en números marginales. Fue D. Alvaro del Portillo quien despachó esta consulta, dando su conformidad 189. Uno y otro punto, tanto la inclusión de un índice analítico como el uso de números marginales, quedaron desde entonces unidos a la estructura de Conversaciones.

Junto a lo señalado, la segunda edición de Conversaciones implicó algunos otros cambios de menor rango. Concretamente:

– la presentación se mantuvo tal y como había aparecido en la primera edición, pero actualizando los datos que ofrecía sobre la expansión del Opus Dei y la difusión de Camino 190;
– en el sumario, a continuación del título de los diversos textos, se incluyó una referencia a su naturaleza –entrevista u homilía– y a su fecha 191;
– la reproducción del cuadro de Mosquera había presentado algunas dificultades técnicas, por lo que fue sustituida por una fotografía del fundador del Opus Dei, hecha en septiembre de 1966 por el fotógrafo español Francesc Catalá-Roca 192.

b) Ulteriores ediciones.

A la segunda edición castellana de Conversaciones siguieron, en breve espacio de tiempo, una tercera y una cuarta; ambas se publicaron en 1969, en tamaño bolsillo (con una caja de 14,5 x 7,5 cm); la tirada total fue de 75.000 ejemplares. La quinta, publicada en 1970, de 7.300 ejemplares, fue similar en formato a la segunda. Las sucesivas (6. y 7. ediciones, 1970; 8a, 1971; 9ª, 1973; 10a, 1975), con una tirada total de 51.300 ejemplares, fueron de nuevo de tamaño bolsillo, al igual que la tercera y la cuarta. Todas mantuvieron las características, incluso en los detalles, de las ediciones anteriores, con un cambio que se introduce en la décima: además del índice analítico, se incluye otro de citas de la Sagrada Escritura 193. Esta décima edición fue la última de las publicadas en vida del fundador del Opus Dei 194.

VIII. OTRAS EDICIONES Y TRADUCCIONES DE CONVERSACIONES

Las ediciones posteriores al fallecimiento de san Josemaría no interesan, en cuanto tales, para la historia del texto, que quedó fijado con la muerte de su autor. Sí interesan en cambio para la historia de lo que suelen calificarse como «piezas editoriales», es decir, textos complementarios añadidos por los editores: presentaciones, notas biográficas sobre el autor, notas que ayudan a situar históricamente algún pasaje, fotos o ilustraciones, etc.

1. Ediciones españolas posteriores al fallecimiento de san Josemaría

La primera edición realizada después de la muerte del autor de Conversaciones es la undécima, que se publicó en febrero de 1976. La nueva situación se manifiesta en la presentación, donde se menciona el fallecimiento de Mons. Escrivá de Balaguer y se indica que D. Alvaro del Portillo le ha sucedido al frente del Opus Dei. Y en la cubierta, donde por primera vez aparece una foto de san Josemaría. El cambio en el diseño de la cubierta fue autorizado por D. Alvaro del Portillo 195. La foto escogida no fue la de Catalá-Roca –tal vez por ser un rostro demasiado en primer plano para una portada sino otra distinta, que lo retrataba de cuerpo entero, tomada durante uno de los encuentros que jalonaron el viaje de catequesis que realizó en 1972 por España y Portugal 196.

Además de estos cambios, en las ediciones de Conversaciones posteriores a 1975 hubo otros. Alguno de detalle 197; otros más importantes y significativos. Tal es el caso de las modificaciones que aparecen en la decimocuarta edición, publicada en 1985. Un acontecimiento de singular relieve había tenido lugar dos años antes: la erección del Opus Dei, el 28 de noviembre de 1982, como prelatura personal. Ese acontecimiento no podía dejar de afectar a Conversaciones, ya que repercutía poderosamente en la figura jurídica del Opus Dei, cuestión a la que se hacía referencia en alguna de las entrevistas recogidas en el libro.

De hecho, cuando concedió las entrevistas el fundador del Opus Dei había puesto ya en marcha el proceso que llevaría a la configuración jurídica definitiva, es decir, la de 1982, pero esa solución todavía no se había alcanzado. En las entrevistas que concedió, san Josemaría se vio, pues, forzado a hacer compatible lo que era su objetivo fundamental –glosar la naturaleza, el espíritu y los fines del Opus Dei–, con una exigencia en ese momento ineludible: evitar todo lo que representara incidir directamente en cuestiones jurídicas o técnico-jurídicas todavía pendientes de definitiva resolución, sobre las que, por tanto, no podía pronunciarse. Sin entrar ahora en esa temática 198, señalemos sólo que, una vez alcanzada la erección jurídica como prelatura personal, se hacía necesario incluir en Conversaciones algunos complementos o notas que, manteniendo inmutado el texto –que, como es lógico, debía continuar siendo el aprobado y fijado por su autor–, lo relacionaran con la nueva situación canónica.

Se adoptaron dos medidas en ese sentido. Ante todo, revisar a fondo la presentación, a fin de dar razón de las implicaciones, también terminológicas, que comportaba la erección como prelatura personal. En la práctica se acabó procediendo a una reelaboración de la presentación, que consistió en lo siguiente:
a) Se mantuvieron los párrafos iniciales, aunque simplificando las frases destinadas a dar una semblanza biográfica sobre san Josemaría.
b) A continuación, se incluyó una breve síntesis del proceso jurídico que había conducido a la erección del Opus Dei como prelatura personal, y una explicación, breve pero bastante completa, de la naturaleza de la figura de las prelaturas personales. Inmediatamente después se pasó a tratar de la capitalidad que, en el Opus Dei, corresponde al Prelado; de los fieles (clérigos y laicos) que integran la prelatura, así como de los compromisos que se adquieren al incorporarse a ella; del espíritu y de la misión que la caracterizan y del apostolado que sus miembros llevan a cabo. Finalmente se dedicaron dos párrafos a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, en cuanto asociación intrínseca e inseparablemente unida a la prelatura y a la que pueden vincularse, permaneciendo bajo la jurisdicción de sus respectivos obispos, otros sacerdotes seculares con el deseo de que se les proporcione atención espiritual por parte del Opus Dei.
c) Como conclusión se volvía a los pasajes del texto anterior en los que se describía el contenido del libro 199.

Además de esa reelaboración de la presentación, se consideró oportuno añadir algunas notas a pie de página, explicando las diferencias entre la terminología que pudo usar Mons. Escrivá de Balaguer en los años sesenta, con el proceso jurídico todavía en curso, y la que finalmente fue establecida al erigirse el Opus Dei como prelatura personal por parte del Romano Pontífice 200.

Tanto el nuevo texto de la presentación como las notas fueron aprobados por Mons. Alvaro del Portillo, prelado del Opus Dei, y remitidos a España, y a los otros países en los que se había editado Conversaciones o en los que se pensaba en realizar una edición 201. Al haberse reducido mucho el pasaje de la presentación destinado a ofrecer una breve referencia biográfica de san Josemaría, se vio oportuno compensar esa reducción, incluyendo, antes de la presentación, una nota biográfica relativamente amplia, en la que, además de proporcionar algunos datos sobre la vida del fundador del Opus Dei, se daba noticia del inicio de la causa de beatificación y canonización, que había tenido lugar a comienzos de 1981 202. Se decidió cambiar también la cubierta, en la que continuó figurando una foto que hiciera referencia a los encuentros de san Josemaría en los años setenta, pero sustituyendo la anterior por otra en la que el fundador del Opus Dei aparece rodeado de público y da por tanto una idea muy clara del género de la obra, es decir, del hecho de que contiene precisamente «conversaciones» 203.

Con estos cambios se procedió a la publicación de la decimocuarta edición española de Conversaciones, que, según el colofón, se terminó de imprimir en Madrid el 11 de febrero de 1985, festividad de la Virgen de Lourdes.

En las siguientes ediciones realizadas en España, ha habido sólo cambios menores. Concretamente:
a) En la edición decimoctava, que se publicó en 1996, se amplió la nota biográfica, para dar noticia de la beatificación, que había tenido lugar en Roma el 17 de mayo de 1992, en una solemne ceremonia presidida por Juan Pablo II 204.
b) En la vigésima edición, publicada en 2001, en la presentación se introdujeron algunos cambios, encaminados a subrayar la unidad orgánica de la Prelatura 205. Al mismo tiempo, esta presentación, que hasta entonces había aparecido sin firma, se empezó a publicar firmada, concretamente por Manuel Cabello. La cuestión de la firma de la presentación había sido suscitada algún tiempo atrás y reiterada por España en 1996. Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei desde 1994, aprobó la idea y sugirió que se preguntara a Manuel Cabello, que era el director de la oficina del apostolado de la opinión pública en el momento en que la presentación había sido reelaborada, si daba su conformidad al respecto 206. Una vez recibida la respuesta afirmativa, se comunicó a España y a los demás países en los que se estaba editando el libro 207.

En la vigesimoprimera edición, aparecida en enero de 2003 y última de las publicadas hasta ahora, además de recogerse las diversas modificaciones a la presentación y las notas al texto, a las que hemos venido haciendo referencia, se retocó la nota sobre el autor para hacer referencia a la canonización de san Josemaría, que había tenido lugar el 6 de octubre de 2002 208. Se trata, pues, de una edición que hace fe, hasta el momento presente, de las piezas editoriales que completan la obra (presentación, nota sobre el autor, índices, notas al texto). Añadamos sólo que las veintiuna ediciones españolas suman un total de 232.350 ejemplares.

2. Otras ediciones y traducciones

Las ediciones críticas son, de ordinario, ediciones de la versión original de la obra a la que se refieren; concretamente, en nuestro caso, la versión castellana de Conversaciones y, especialmente, las ediciones realizadas en España, que han constituido el punto de referencia para las demás, aunque en ocasiones –y así lo hemos señalado– hayan incorporado sugerencias y propuestas provenientes de otros países. En ese sentido, la introducción histórica podría darse por concluida con el apartado que precede. Parece, no obstante, oportuno hacer referencia, aunque sea brevemente, a las ediciones en otros países y en otras lenguas.

Como ya indicamos al hablar de la primera edición española, en 1968 consultaron la posibilidad de publicar un libro con las entrevistas ya aparecidas no sólo desde España, sino también desde otros países de habla castellana, concretamente desde México. Esa edición no llegó a realizarse, si bien 5.000 ejemplares de la edición hecha en Madrid se reservaron para el mercado mexicano. No pasó, sin embargo, mucho tiempo sin que hubiera diversas ediciones hispanoamericanas. Concretamente, en 1975, 1991, 2001 y 2002 se realizaron ediciones en Venezuela; en 1985, 1991, 1992 y 2003, en México; en 1986, en Perú; en 2002, en Colombia.

Simultáneamente se fue procediendo a la traducción y edición en otras lenguas 209. A este respecto deben ser citadas ante todo dos, que aparecieron casi al mismo tiempo que la primera edición castellana: la edición en lengua inglesa, publicada en Dublín 210, y la edición italiana 211. También en 1968 apareció la primera edición brasileña a la que siguieron en 1969 otras ediciones en portugués, una en Portugal y otra en Brasil 212. En 1969 se publicó la primera edición en lengua francesa 213. Algo más tarde, en 1970, aparecieron la primera edición alemana 214 y la primera edición catalana 215. Ya en las décadas de 1990 y 2000, se publicaron las traducciones al neerlandés 216, al polaco 217, al checo 218 y al sueco 219. En total, sin contar las ediciones realizadas en España, 43 ediciones, en 11 idiomas diversos y con una tirada total de 119.369 ejemplares 220.

Notas

1 Sobre la historia de la redacción de Camino, ver Camino. Edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, Rialp, 3a ed., Madrid 2004.
2 Para este tema, y en general para una visión de conjunto de los escritos, ver José Luis ILLANES, "Obra escrita y predicación de san Josemaría Escrivá de Balaguer", en Studia et Documenta. Rivista dell'Istituto Storico San Josemaría Escrivá, 3 (2009), pp. 203-276, donde se ofrece una visión sintética del conjunto de los escritos de san Josemaría.
3 Sobre este ciclo de Cartas, ver el artículo citado en la nota anterior, pp. 246-257.
4 Ver Camino. Edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez cit, pp. 13-15, 1059 y 1066.
5 Cfr. José Luis ILLANES, "Obra escrita y predicación de san Josemaría Escrivá de Balaguer", cit., p. 205.
6 En cuanto sigue se retoman, en parte resumiéndolas, en parte ampliándolas, consideraciones ya expuestas en el artículo citado en la nota anterior. Para un estudio no ya de la producción literaria de san Josemaría, sino de su vida, remitimos a las biografías ya publicadas, especialmente a la más amplia y documentada: Andrés VÁZQUEZ DE PRAGA, El Fundador del Opus Dei, Rialp, t. II, Madrid 2002, y t. III, Madrid 2003, que abarcan, respectivamente, de 1936 a 1946 y de 1946 a 1975 (el t. I, publicado en 1997, hace referencia a los años 1902 a 1936, anteriores a la historia que ahora trazamos).
7 Cfr. Camino, n. 294.
8 Sobre estos hechos y los que siguen hay abundantes datos en el t. II de la citada biografía de Vázquez de Prada. Ver también Salvador BERNAL, Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer. Apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei, Rialp, Madrid 1976; Francois GONDRAND, Au pas de Dieu. Josémaria Escriva de Balaguer, fondateur de l'Opus Dei, France-Empire, París 1982; Peter BERGLAR, Opus Dei. Leben and Werk des Gründers Josemaría Escrivá, Otto Muller, Salzburgo 1983; Hugo de AZEVEDO, Urna luz no mundo: vida do Servo de Deus MonsenhorJosemaría Escrivá de Balaguer, Fundador do Opus Dei, Prumo-Rei dos Livros, Lisboa 1988; Ana SASTRE, Tiempo de caminar. Semblanza de Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer, Rialp, Madrid 1989; Pilar URBANO, El hombre de Villa Tevere. Los años romanos de Josemaría Escrivá, Plaza y Janés, Barcelona 1995; Michele DOLZ, Mia madre la Chiesa. Vita di san Josemaría Escrivá, San Paolo, Cinisello Balsamo 2008. Puede consultarse igualmente Federico M. REQUENA y Javier SESÉ, Fuentes para la historia del Opus Dei, Ariel, Barcelona 2002.
9 Respecto a la historia de la configuración jurídico-canónica del Opus Dei, verAmadeo de FUENMAYOR, Valentín GÓMEZ IGLESIAS y José Luis ILLANES, El itinerario jurídico del Opus Dei. Historia y defensa de un carisma, Eunsa, Pamplona 1989.
10 Esta Nota está reproducida en Camino. Edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, cit., p. 1059.
11 Sobre estos hechos, ver A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, cit., t. III, pp. 189-211, y A. de FUENMAYOR, V. GÓMEZ IGLESIAS y J.L. ILLANES, El itinerario jurídico del Opus Dei, cit., pp. 301-304.
12 Mencionan este consejo P. URBANO, El hombre de Villa Tevere, cit., pp. 127-128, y A. VÁZQUEZ DE PRAGA, El Fundador del Opus Dei, cit., vol. III, p. 165, remitiendo a los recuerdos de Mons. Alvaro del Portillo, y concretamente a sus declaraciones en la causa de beatificación de san Josemaría (Positio super vita et virtutibus, Summarium, n. 782).
13 En 1948 había erigido el Colegio Romano de la Santa Cruz como centro de formación para varones del Opus Dei de los diversos países, y en 1953 el Colegio Romano de Santa María, destinado a mujeres. Un signo de la hondura de la atención que prestó a esta labor lo constituye la amplitud de su predicación oral, sobre la que pueden encontrarse datos en el artículo mencionado en la nota 2 y en José Antonio LOARTE, "La predicación de san Josemaría. Descripción de una fuente documental", en Studia et Documenta, 1 (2007), pp. 221-231.
14 Para una consideración del desarrollo del resto de la producción literaria de san Josemaría a partir de la década a la que hemos hecho referencia, ver J.L. ILLANES, "Obra escrita y predicación de san Josemaría Escrivá de Balaguer", cit., pp. 240-ss.
15 Falta un estudio global pormenorizado del desarrollo apostólico del Opus Dei, aunque pueden encontrarse abundantes datos tanto en la biografía de Vázquez de Prada y en las otras ya citadas, como en monografías o artículos publicados, sea en Studia et Documenta sea en otras revistas, sobre diversas obras apostólicas.
16 De este tema nos ocuparemos más ampliamente en la segunda parte de la introducción; allí daremos las oportunas referencias documentales y bibliográficas.
17 Sobre la doctrina y los trabajos conciliares y su eco en las entrevistas contenidas en Conversaciones nos ocuparemos más adelante, en la segunda parte de esta introducción, donde ofreceremos algunas referencias bibliográficas.
18 Cfr. El itinerario jurídico del Opus Dei, cit., pp. 314-338; ver también Valentin GÓMEZ IGLESIAS, "El proyecto de prelatura personal para el Opus Dei en los primeros años sesenta", en Eduardo BAURA (ed.), Estudios sobre la prelatura del Opus Dei, Eunsa, Pamplona 2009, pp. 149-154.
19 Cfr. notas 2 y 3.
20 Sobre las diversas estancias del fundador del Opus Dei en Londres, ver la ya citada biografía de A. Vázquez de Prada, t. III, pp. 340-350.
21 Tom Burns, nacido en Chile, en 1906, de padre escocés y madre chilena, fue una de las figuras más representativas del catolicismo inglés del siglo XX. Educado en Inglaterra y en Francia, fue uno de los impulsores de la editorial Sheed & Ward y posteriormente de Longman Green. Relacionado con la casi totalidad del mundo intelectual católico de la época, al acabar la segunda guerra mundial jugó un papel prominente en la editorial Burns & Oates y desde 1967 a 1982 fue director del semanario The Tablet. Falleció en 1995. Datos tomados de la necrológica publicada en The Independent (Londres) del 9-XII-1995.
22 La semblanza de san Josemaría, que se publicó bajo el título "Spanish Founder of Opus Dei", es la número diez de esa serie, en la que habían colaborado corresponsa les de The Times en diversos países y en la que se habían incluido ya personajes como Giorgio La Pira, Indira Gandhi, Allen Dulles, Konrad Adenauer o Léopold Sédar Senghor.
23 «Mons. Escrivá –escribe Tom Burns– todavía no ha llegado a los 60 y perfectamente se podría pensar que tiene 10 años menos. En todo caso, su característica más llamativa es la de la absoluta normalidad. No hay nada fanático o dominador ni en su trato ni en sus modales, ninguna de las características que cabría esperar en un gran creador o en un líder de hombres. De hecho es fácil pasar por alto todo lo que en él deja entrever la existencia de magnetismo personal y de energía espiritual. Es de estatura y peso medio, con una cara redonda y pálida que adopta con frecuencia un aspecto sonriente. Sus ojos, de pupila marrón, tienen una expresión llena de calor humano, y la rapidez, las modulaciones de su voz y sus gestos revelan una gran energía. Es directo y personal en su forma de abordar los temas, si bien lo hace de forma más impresionista que detallista. Es hombre que trabaja en grandes líneas y trazos, delegando los detalles con facilidad y confianza: subraya en todo momento la independencia y responsabilidad de los miembros [del Opus Dei]. Rodeado, como de hecho lo está, de personas eficientes en su trabajo, no le afecta la crítica. Después del trato con él queda la impresión de haber estado con una personalidad humana y feliz, que tiene mucho en común con santo Tomás Moro, al que, de hecho, ha escogido como uno de los santos patronos de su institución».
24 Cfr. notas de despacho de junio y julio de 1962 en AGP: Serie A.3, leg. 106, carp. 5, exp.1.
25 Sobre los comienzos y el posterior desarrollo de la Universidad, pueden consultarse Onésimo DÍAZ y Federico M. REQUENA (eds.), Josemaría Escrivá de Balaguer y los inicios de la Universidad de Navarra (1952-1960), Eunsa, Pamplona 2002, y José Antonio VIDAL-QUADRAS (dir.), 50 años de la Universidad de Navarra (1952-2002), Eunsa, Pamplona 2002.
26 La noticia tuvo un gran eco en la prensa española, tanto regional como nacional, entre otras cosas porque implicaba la ruptura del monopolio de la enseñanza universitaria detentado hasta ese momento por el Estado español. Recogiendo los diversos artículos, la Universidad publicó en 1961 un volumen de más de 300 páginas (se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Navarra: J 060.306 y FBJE 151.736). De entre esos artículos, destaquemos, por ser de más fácil acceso, el artículo-comentario de Antonio Fontán y la crónica de José Luis Martínez Albertos, aparecidos en la revista Nuestro Tiempo en los números de noviembre y diciembre, respectivamente.
27 Estos encuentros se celebraron en los locales de alguna de las residencias de estudiantes surgidas en torno a la Universidad: cfr. Diario del Colegio Mayor Aralar (AGP, Serie M.2.2, D 84-5) y Diario del Colegio Mayor Goroabe (AGP, U.2.2. D-1902), ambos de los días 24 a 27 de octubre de 1960.
28 Daba noticia el Diario de Navarra en su número del 25-X-1960.
29 Sobre este punto y lo que sigue, ver A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, cit., t. III, pp. 532-533.
30 La expresión es de Andrés Vázquez de Prada, en la obra citada en la nota anterior, p. 533.
31 Sobre la organización de esas oficinas en España y en Italia, cfr. AGP: Serie K, leg. G 870, carp. 1725, y leg. G 860, carp. 839. Para entonces san Josemaría había constituido ya en Roma, junto al Consejo General del Opus Dei, una oficina auxiliar o técnica, destinada a contribuir al desarrollo del apostolado de la opinión pública; desde 1959 hasta el verano de 1972, uno de los autores de la presente edición trabajó en esa oficina, lo que hace que haya sido testigo de bastantes de los hechos que se describen en esta edición de Conversaciones, aunque esa descripción se basa no sólo en recuerdos personales sino en las fuentes escritas que se conservan (más datos sobre esta oficina en nota 150).
32 Recibieron ese grado D. Juan Cabrera y Felipe, entonces Rector de la Universidad de Zaragoza, y D. Miguel Sancho Izquierdo, que había ocupado recientemente ese mismo cargo. Su nombramiento como doctores honoris causa implicaba, junto al debido homenaje por sus méritos académicos, el reconocimiento por parte de la Universidad de Navarra de la generosa acogida y apoyo que la Universidad de Zaragoza le había prestado durante sus años como Estudio General de Navarra, es decir, los previos a su erección como Universidad en 1960. Una breve síntesis del acto y el discurso pronunciado por san Josemaría en Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, Eunsa, Pamplona 1993, pp. 73-77.
33 Partes de ese diálogo fueron ofrecidas por varios diarios tanto regionales como nacionales; mencionemos, por su particular extensión, las publicadas en El Alcázar, Madrid, 1-XII-1964; Arriba España, Pamplona 1-XII-1964; La Gaceta del Norte, Bilbao, 1-XII-1964; La Vanguardia, Barcelona, 1-XII-1964; Diario de León, 2-XII-1964. Se hizo también eco de las declaraciones de san Josemaría el corresponsal de Le Monde, José Antonio Novais, en crónica publicada en ese diario el 1-XII-1964. Una síntesis de la reunión en el Gayarre, junto con una amplia crónica sobre el conjunto de la Asamblea, en el semanario La Actualidad Española, 10-XII-1964, y en la revista Nuestro Tiempo, enero 1965. Al igual que en 1960, la Universidad editó un volumen que recoge la casi totalidad de lo publicado por la prensa en esos días (se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Navarra: UN 001.011 y FBJE 151.669).
34 De estos encuentros informó la prensa; hay además referencias en los diarios de los Colegios Mayores que visitó: cfr. Diario del Colegio Mayor Aralar (AGP, Serie M.2.2, D 84-12) y Diario del Colegio Mayor Goimendi (AGP, U.2.2. D-1867), ambos del 27 de noviembre al 1 de diciembre de 1964.
35 Cfr. reseñas en Diario de Navarra y La Gaceta del Norte, ambos del 2-XII-1964.
36 De este encuentro –en el que estuvieron presentes cinco periodistas europeos y americanos, entre ellos Werner Karsunky, de la DPA, Rolf Goertz, de Die Welt, y Carlos Mendo, de la UPI no dio noticia la prensa, salvo alguna referencia genérica; los datos que se conservan provienen de una nota redactada por Javier Ayesta, director de la oficina de información del Opus Dei en Madrid, del que luego daremos algunos datos biográficos. La nota se conserva en AGP, Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3.
37 Cfr. reseñas en El Alcazar y La Gaceta del Norte, ambos del l-XII-1964. El encuentro, en el que hubo lugar para un intercambio de preguntas y respuestas, tuvo lugar en locales anejos a la catedral, templo en el que san Josemaría celebró la Misa con la que se inauguraba la Asamblea de Amigos de la Universidad.
38 «Mi impresión –escribe en sus recuerdos uno de los miembros del Opus Dei que tuvo ocasión de tratar a san Josemaría en ese tiempo– es que, en un primer momento, san Josemaría fue reacio a conceder entrevistas, pero finalmente aceptó al ver que constituían un servicio a la Obra y a la Iglesia, teniendo en cuenta la dinámica de los medios de comunicación en nuestra sociedad y el interés que en la opinión pública suscitaban tanto la Iglesia, en situación de Concilio, como la Obra, extendida ya por gran parte del mundo». «Una vez tomada la decisión de conceder las entrevistas –continúan los recuerdos , nuestro Padre [expresión usual en los fieles del Opus Dei para referirse al fundador] puso en ellas todo el empeño con que afrontaba su tarea»: Recuerdos de John F. Cover dale, redactados el 16-V-2003 (se conservan en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3); sobre John Coverdale y su trabajo en este periodo, ver lo que luego diremos en la nota 150.
39 El nombre sintético de Centro ELIS abarca en realidad diversas actividades: el Centro ELIS en sentido estricto, es decir, una escuela de formación profesional y deportiva; una escuela hotelera (SAFI); la iglesia parroquial de San Giovanni Battista al Collatino. Sobre la inauguración, ver la biografía de A. Vázquez de Prada, t. III, pp. 495-496, y la amplia crónica publicada en L'Osservatore Romano del 22/23-XI-1965.
40 Tanto el discurso de Pablo VI como el de san Josemaría Escrivá de Balaguer pueden encontrarse en el número de L'Osservatore Romano citado en la nota anterior; versión castellana del discurso de san Josemaría en Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, cit., pp. 81-84.
41 De esta cuestión y, más concretamente, del modo en que se refleja en las entrevistas recogidas en Conversaciones nos ocuparemos en la segunda parte de la introducción; allí daremos las oportunas referencias documentales y bibliográficas.
42 En las páginas que siguen nos limitaremos a contar la historia de la petición, aceptación y posterior publicación de las entrevistas, dejando para epígrafes ulteriores la descripción de la metodología de trabajo empleada por san Josemaría para contestarlas, la historia del texto y el análisis de su contenido. Lo mismo vale para la homilía.
43 Estos y otros datos biográficos que luego ofreceremos están tomados de la nota necrológica aparecida en Le Figaro el 5 de julio de 2001, a raíz de su fallecimiento, ocurrido cuando tenía 82 años.
44 Cfr. información sobre el particular en AGP: Serie K, leg. G 63, carp. 1870.
45 Ver fuentes citadas en la nota 37.
46 Javier Ayesta, nacido en Orense el 10-II-1934, estudió Derecho y Periodismo. En Barcelona conoció el Opus Dei, al que se incorporó en mayo de 1952. Como periodista trabajó en el diario La Región, de Oviedo, y después, aunque por poco tiempo, en una agencia de noticias de Madrid. A comienzos de los años sesenta colaboró en la organización de lo que acabaría siendo la Oficina de Información del Opus Dei en Madrid, de la que muy pronto fue el Director, tarea a la que se dedicó hasta el final de sus días. Falleció en un accidente de tráfico el 2 de mayo de 1979 (AGP: Serie M.1.4, 19).
47 Sobre las relaciones de Guillemé-Brulon con Javier Ayesta, ver documentación en AGP: Serie A.3, 105-1-1. Sobre la petición formal de una entrevista y la aceptación de san Josemaría, ver carta de Javier Ayesta a Mons. Javier Echevarría de 16-VI-1965 y escrito del 31-VII-65 de la Comisión Regional de España al Consejo General (AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. 1, exp. 1) .
48 Anotación en una nota de despacho de 20 de febrero de 1966 (AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. l, exp. 1).
49 Cfr. informaciones contenidas en el escrito del 16-III-1966 de la Comisión Regional de España (AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. l, exp. 1). Con el fin de completar la investigación sobre la historia de esta entrevista, se ha acudido también a la redacción de Le Figaro, desde donde Sophie Guerrier, responsable de la documentación, ha comunicado que, por desgracia, no guardan documentación al respecto; la narración queprecede, y la que sigue, se basan por tanto en lo conservado en el Archivo de la Prelatura.
50 Cfr. anotación manuscrita de san Josemaría del 17-III-1966 en el escrito de la Comisión Regional de España citado en la nota anterior (AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. 1, exp. 1).
51 Sobre el trabajo de elaboración por parte de san Josemaría de las respuestas a esta entrevista y a las sucesivas, nos ocuparemos, como ya advertimos más arriba, una cez descrito el marco histórico en el que fueron surgiendo las diversas piezas que luego confluyeron en Conversaciones.
52 Cfr. Diario del Centro del Consejo General del Opus Dei, 1-IV-1966 (AGP: Serie M.2.2, D 430-14).
53 El tiempo trascurrido entre la concesión de la entrevista y su publicación fue debido, según informaciones dadas por Jacques Guillemé-Brulon, en parte a razones de programación y en parte al deseo del director del diario de distanciar su aparición de algunos artículos con referencias al Opus Dei aparecidos en otros periódicos franceses (concretamente La Croix y Le Nouvel Observateur). En un primer momento, la dirección del diario parisino pensó en retrasar la publicación de la entrevista hasta junio; finalmente se fijó como fecha la del 16 de mayo. Información al respecto en AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. 1, exp.1
54 La fotografía recoge un momento de uno de los encuentros que tuvieron lugar entre Mons. Escrivá de Balaguer y el Padre Pedro Arrupe entre 1965 y 1970. Algunos se celebraron en Villa Tevere, otros en Borgo Santo Spirito; en uno de estos últimos se tomó la foto que publica Le Figaro.
55 Fueron en cambio recogidas, a excepción de una, como explicaremos a continuación (cfr. nota 57), en las separatas y traducciones de la entrevista y finalmente en Conversaciones. En la parte dedicada a comentar la entrevista, se señalarán cuáles fueron esas tres preguntas que no se recogieron en el diario francés, pero sí en Conversaciones.
56 Ese eco fue en parte espontáneo, en parte estimulado por miembros del Opus Dei o personas interesadas en su apostolado; información al respecto, con elenco de las publicaciones que se hicieron eco en AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. 1, exp. 4.
57 Se trata de una pregunta que versaba sobre John F. Kennedy y su hermano Robert, a la que san Josemaría respondió reiterando la finalidad exclusivamente apostólica del Opus Dei. Más concretamente, la pregunta y su contestación fueron las siguientes: P.: «La prensa ha afirmado últimamente que Robert Kennedy había sido invitado a pronunciar una conferencia en la Universidad de Navarra. Algunos han querido ver en el]o una prueba de que John F. Kennedy pertenecía al Opus Dei. ¿Qué hay que pensar de semejante afirmación?». C.: «John Kennedy no perteneció al Opus Dei. Aunque no habría ningún inconveniente en que hubiera pertenecido: es cuestión de vocación, que da Dios. No sé si Robert Kennedy visitará la Universidad de Navarra; entraría dentro de la vida normal de ese centro, tan conocido y estimado en el mundo, al que acuden continuamente personalidades de los más diversos países, razas y condiciones» (AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. 1, exp. 2). John Kennedy fue presidente de los Estados Unidos desde 1960 a 1963, ya que el atentado sufrido el 22 de noviembre de 1963 le impidió completar su mandato; asumió entonces ese cargo el vicepresidente, Lyndon B. Johnson, que lo ocupó (fue reelegido en 1964) hasta 1968. Robert Kennedy se presentó como candidato para las elecciones presidenciales de 1968, pero fue asesinado el 6 de junio de ese año, en plena campaña electoral.
58 Datos bibliográficos completos en José Mario FERNÁNDEZ MONTES, Onésimo DÍAZ y Federico M. REQUENA, "Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer: Obras de san Josemaría", en Studia et Documenta. Rivista dell'Istituto Storico San Josemaría Escrivá, 1 (2007), pp. 456-457. Añadamos, por lo que a Jacques Guillemé-Brulon se refiere, que permaneció en la capital de España durante varios años, para pasar después a Viena y recalar definitivamente en París. En algunos de sus despachos posteriores a 1966 volvió a hacer referencia al Opus Dei, con la oscilación en el modo de expresarse ya manifestada en la introducción a la entrevista.
59 Escrito del Consejo General a la Comisión Regional de España, 23-VI-1966 (AGP: Serie A.3, 105-2-1).
60 Nacido en Polonia y educado en Suiza y Brasil, Tad Szulc asumió la corresponsalía de The New York Times en Madrid en 1965, y se dio a conocer casi enseguida como un corresponsal digno de nota. Falleció el 20 de mayo de 2001, a la edad de 74 años, como consecuencia de un cáncer. Especialmente interesado en los temas de política internacional, siguió de cerca acontecimientos como el golpe de estado dado por el general Perón en 1955, la caída del dictador venezolano Marco Pérez Jiménez en 1959, los acontecimientos de la Bahía de Cochinos en 1961 o los intentos de liberalización en la Praga de 1968. Fue corresponsal de The New York Times desde 1953 a 1972, no sólo en Madrid sino también en América Latina, en Europa oriental y en Roma. Después de dejar la corresponsalía del diario neoyorquino, se dedicó a la tarea de escritor, narrando sus experiencias y recuerdos en diversas obras, de entre las que cabe destacar Portrait of Spain, Nueva York 1972, y Pope John Paul IL The Biography, Nueva York 1995. Datos provenientes de la nota necrológica publicada en The New York Times el 22 de mayo de 2001, completados con otros tomados de las obras del propio Szulc.
61 Documentación en AGP: Serie A.3, 105-2-1.
62 Cfr. informe redactado por Javier Ayesta, 1-X-1966 (AGP: Serie A.3, 105-2-1). La narración de la concesión y publicación de la entrevista a Tad Szulc se basa en la documentación que se conserva en el Archivo de la Prelatura. El archivo del New York Times no ha podido ser consultado: en contestación a una carta de] 12-III-2009, desde la dirección del diario neoyorquino nos respondieron que la documentación anterior al año 2007 había sido donada a la New York Public Library; una carta posterior de esta biblioteca nos informó de que la documentación referente a la época en que fue concedida la entrevista no estaba todavía abierta a los investigadores.
63 Informe redactado por Javier Ayesta, 8-X-66 (AGP: Serie A.3, 105-2-1). En términos análogos, aunque menos coloquiales, se expresó Szulc en el artículo que publicaría después y en las referencias hechas a esta entrevista en algunos de sus escritos posteriores, como el libro Portrait of Spain, ya citado, pp. 272-273.
64 Cfr. escrito del Consejo General del 29-X-1966 a la Comisión Regional de España (AGP: Serie A.3, 105-2-1).
65 Cfr. escrito de la Comisión Regional de España del 10-XII-1966 al Consejo General (AGP: Serie A.3, 105-2-1).
66 El artículo apareció en la edición americana de The New York Times del lunes 8 de mayo de 1967 y, con algunos cambios, en la edición internacional del martes 9 de mayo.
67 Cfr. escrito del 26-VI-1967 del Consejo General a la Comisión Regional de España (AGP: Serie A.3, 105-2-1).
68 Peter Forbath, nacido en 1931, se incorporó al equipo del semanario Time a comienzos de la década de 1960. Fue director de la corresponsalía de esta revista en Madrid y en Viena y pasó después a trabajar en Nueva York, primero como parte de la redacción de Time y después como escritor independiente. Fue productor de programas de televisión y autor de diversos libros de carácter periodístico (Seven Seasons, 1971, inspirado en la invasión de Praga por las tropas soviéticas en 1968; The River Congo, 1977, sobre el descubrimiento y la exploración de ese río; The Last Hero, 1988, sobre la vida del explorador Henry Morton Stanley). Falleció de cáncer en febrero de 1996. Datos provenientes de la nota necrológica publicada en The New York Times el 2-111-1996.
69 Cfr. escrito de la Comisión Regional de España al Consejo General, 10-III-1967, que informa de las relaciones mantenidas por Peter Forbath y adjunta fotocopia de su carta (AGP: Serie A.3, 105-3-1).
70 Esos complementos consistieron en cambios de orden, en una mayor precisión en las preguntas sobre los temas jurídicos y en una más amplia referencia a la expansión internacional del Opus Dei.
71 John Coverdale trabajaba en la oficina aneja al Consejo General del Opus Dei que actuó como secretaría particular de san Josemaría en relación con estas entrevistas (sobre este punto volveremos posteriormente: nota 150). Ha dejado sus recuerdos del encuentro con Forbath en nota redactada el 16-V-2003 (AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3).
72 Cfr. Diario del Centro del Consejo General del Opus Dei, 15-IV-1967 (AGP: Serie M.2.2, D 430-15).
73 Documentación en AGP, Serie A.5, 194-3-7.
74 Con fecha 12-III-2008 se escribió a la revista Time solicitando autorización para poder consultar sus archivos. Ni esa carta, ni otra sucesiva, obtuvieron contestación, por lo que ha sido imposible contar con la documentación que eventualmente pueda conservarse en la redacción del semanario.
75 Nos referimos a la carta de Peter Forbath ya citada en la nota 69, de la que puede ser útil reproducir ahora el párrafo final: «It is within the framework of an article on the international character and activities of Opus Dei that we respectfully have asked for an interview with Mgr. Escrivá. We feel that a discussion with the man who, more than the founder of the organization, is its present international President-General is vital to putting the article in its proper world-wide perspective».
76 Puede confirmarlo uno de los autores de esta edición, que trabajaba en aquel entonces en la ya mencionada oficina del apostolado de la opinión pública; se conserva además alguna anotación manuscrita, como la realizada el 12-VI-1967, en una información recibida en Roma en relación con uno de los corresponsales de Time (AGP: Sección K, G 103, 2129).
77 La literatura sobre el mayo de 1968, muy amplia y variada desde el principio, aumentó al cumplirse los cuarenta años del acontecimiento; tanto en un momento como en el otro, los escritos publicados evidencian la diversidad de interpretaciones a que dieron lugar esos sucesos. Sin entrar en el tema, y sólo a modo de ejemplo, señalemos algunos títulos recientes: Jean-Pierre LE GOFF, Mai 68, l'héritage impossible, La Découverte, París 1998; Bernard BRILLANT, Les clercs de 68, Presses Universitaires de France, París 2003; José Julio PERLADO, París, mayo 1968: crónica de un corresponsal, Eiunsa, Barcelona 2008; Kristin Ross, Mayo del 68 y sus vidas posteriores: ensayo sobre la despolitización de la memoria, Acuarela, Madrid 2008; Christine FAURÉ, Mai 68: jour et nuit, Gallimard, París 2008.
78 De la primavera de Praga y de la promoción de un «socialismo de rostro humano», según la expresión entonces acuñada, se habló ampliamente hasta 1989, cuando la caída del muro de Berlín y los acontecimientos que le siguieron, provocaron un cambio radical de horizonte. Citemos, no obstante, algunos de los escritos que le han sido dedicados: Alexander DUBCEK, Hope dies last: the Autobiography of Alexander Dubcek, Harper Collins, Londres 1993; Arrigo DONGIORNO, L'utopia bruciata. Praga 1968, Sugar, Milán 1968; Francesco LEONCINI (ed.), Che cosa fu la primaveva di Praga?, Laciata, Roma 1989; Enzo BETTIZA, La primavera di Praga, 1968. La rivoluzione dimenticata, Mondadori, Milán 2008.
79 De entre la casi ilimitada bibliografía sobre la Humanae vitae, su historia, su contenido y su repercusión, citemos sólo algunas obras que ponen de manifiesto el eco alcanzado por la encíclica: Philippe DELHAYE, Jan GROOTAERS y Gustave THILS, «Humanae vitae»: déclarations épiscopales du monde entier. Commentaire théologique, Duculot, Gembloux 1970; Marcelino ZALBA, Las conferencias episcopales ante la «Humanae vitae»: presentación y comentario, Ediciones Cio, Madrid 1971; AA. VV., Trust the Truth. A Symposiun on the twentieth anniversary of the encyclica «Humanae vitae», actas del congreso promovido por la Roman Athenaeum Foundation y el Aquinas Institut, Pope John XXIII Medical-Moral Research and Educational Center, Braintree MA 1991; AA. VV., «Humanae vitae»: 20 anni dopo, actas del Congreso Internacional de Teología Moral celebrado en Roma del 9 al 12-XI-1988, Ares, Milán 1989; Janet E. SMITH, «Humane vitae»: a generation after, Catholic University of America Press, Washington 1991; AA. VV., «Humanae vitae», servizio profetico per l'uomo, actas del simposio de estudio celebrado en Roma del 24 al 26-XI-1993 con ocasión del veinticinco aniversario de la encíclica, AVE, Roma 1995; Elena GIACCHI y Sergio LANZA (eds.), «Humanae vitae». Attualità e profezia di un'enciclica, actas del simposio organizado por el Istituto Giovanni Paolo II y celebrado en Roma los días 3 y 4-X-2008, Vita e Pensiero, Milán 2011.
80 El Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra fue erigido en 1958, siendo el primer centro de estudios de periodismo que, en España, tuvo rango universitario. En 1971 amplió su actividad y su campo de docencia e investigación, transformándose en Facultad de Ciencias de la Información; posteriormente pasó a denominarse Facultad de Comunicación, que es su nombre actual. Sobre los orígenes de esta Facultad, ver Antonio FONTÁN, "Periodistas en la Universidad: del edificio de Comptos al de Ciencias Sociales", en Onésimo DÍAZ y Federico REQUENA (eds.), Josemaría Escrivá de Balaguer y los inicios de la Universidad de Navarra (19521960), Eunsa, Pamplona 2002, pp. 203-222; Carlos BARRERA, "Josemaría Escrivá de Balaguer y el Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra', en Studia et Documenta, 2 (2008), pp. 231-257. Puede consultarse también el libro publicado con ocasión de los cincuenta años de la facultad: José Antonio VIDAL-QUADRAS y Esteban LÓPEZESCOBAR (eds.), FCom: 50 años preparando el futuro, Eunsa, Pamplona 2009, así como Carlos BARRERA, Historia de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. Medio siglo de enseñanza e investigación (1958-2008), Eunsa, Pamplona 2009.
81 Andrés Garrigó nació en Barcelona el 4-II-1940. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Madrid y Periodismo en la de Navarra. Ocupó la dirección de Gaceta Universitaria hasta 1969, año en el que se trasladó a Bruselas, donde trabajó en el Institut International d'Études sur l'Éducation, ejerció la corresponsalía de los diarios españoles La Vanguardia y ABC, y dirigió una agencia de noticias y colaboraciones. A final de los años noventa regresó a España, instalándose en Madrid, donde dirige una productora de documentales para la televisión: Goya Producciones S.A. Tanto estos datos biográficos, como algunos otros relacionados con Gaceta Universitaria, provienen de] propio Andrés Garrigó y de la documentación que conserva. Por lo que se refiere a Gaceta Universitaria, cabe señalar que tuvo varios años de pujanza, pero luego, como suele ocurrir con las revistas estudiantiles, entró en decadencia; resurgió, ya en la década de 1990, como revista universitaria de distribución gratuita.
82 Aunque no hay documentación al respecto, es probable que esa sugerencia de Javier Ayesta formara parte de los planes que en la Oficina de información del Opus Dei se estaban considerando con vistas a la preparación y posterior celebración de los actos académicos que iban a tener lugar en la Universidad de Navarra en el mes de octubre siguiente. En todo caso, consta que en abril de 1967 la preparación de esos actos académicos estaba ya iniciada.
83 Recuerdos de Andrés Garrigó al respecto en AGP: Serie A.5, 251-4-3. El cuestionario se conserva en AGP: Serie A.3, 105-5-1.
84 Cfr. nota de despacho en AGP: Serie A.3, 105-5-1.
85 Cfr. escrito a la Comisión Regional de España de 13-VII-67 (AGP: Serie A.3, 105-5-1).
86 Estuvo en Elorrio hasta el 21 de septiembre, y viajó desde allí a Molinoviejo, una casa de retiros que se encuentra cerca de Segovia, donde estuvo dos o tres días, y finalmente a Madrid, donde permaneció hasta el 5 de octubre, día en que viajó a Pamplona.
87 Cfr. Diario del Centro de la Comisión Regional de España, 18-IX-1967 (AGP: M.1.1, D 118-37). Es probable que inmediatamente antes de salir de Italia o ya en Elorrio realizara una última revisión del texto de la entrevista. De hecho Andrés Garrigó conserva un ejemplar mecanografiado a limpio, con algunas correcciones manuscritas de san Josemaría, que le fue entregado en España. Conserva además unas pruebas de imprenta, sobre las que san Josemaría –posiblemente ya en Molinoviejo o en Madrid– hizo alguna modificación de detalle. Ambos textos en AGP: Serie A.3, 105-5-2.
88 Recuerdos de Andrés Garrigó conservados en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3. La entrevista fue además reproducida, o difundida mediante la edición de separatas, en diversos países e idiomas (documentación en AGP: Serie A.3, 105-5-4; ver también J.M. FERNÁNDEZ MONTES, O. DÍAZ y F.M. REQUENA, "Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer: Obras de san Josemaría", cit., p. 458).
89 Cfr. carta de Andrés Garrigó de 17-X-1967 (AGP: Serie A.2, leg. 57, carp. 3, exp. 2) y recuerdos, también de Andrés Garrigó, conservados en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3. Añadamos que Andrés Garrigó no dejó caer en saco roto el consejo recibido en Roma y en mayo de 1968 viajó a París, donde tuvo ocasión de presenciar directamente los acontecimientos en La Sorbona, experiencia que completó con un posterior viaje a Estados Unidos. Fruto de esas experiencias es el libro La rebeldía universitaria, que publicó en 1970.
90 Posteriormente ha evolucionado hacia una revista de información católica en general.
91 Nacido en Cartagena el 19-VII-1933, se incorporó al Opus Dei en 1950. Estudió Derecho en la Universidad Complutense, de Madrid, y obtuvo después el Doctorado en la Universidad de Navarra. Doctorado en Teología en la Pontificia Universidad Lateranense y ordenado sacerdote en 1958, se dedicó a partir de ese momento a la docencia y la investigación teológicas, con particular atención a la eclesiología y a la teología ecuménica. Profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, de cuyo claustro formó parte desde sus comienzos y de la que fue posteriormente Decano. Es miembro de la Real Academia de Doctores de España y de la Pontificia Academia Romana de Santo Tomás de Aquino y autor de numerosas obras, de las que cabe destacar, particularmente en el contexto en que ahora nos encontramos, las ediciones crítico-históricas de Camino y Santo Rosario, publicadas ambas en la colección de Obras Completas de san Josemaría Escrivá de Balaguer (Camino: Ediciones Rialp, Madrid 2002; 3a ed. revisada, Madrid 2004, 1237 pp.; Santo Rosario: Ediciones Rialp, Madrid 2010, 370 pp.).
92 Cfr. escrito a la Comisión Regional de España ya mencionado en la nota 85.
93 Sobre las orientaciones dadas por el Vaticano II, y su posterior desarrollo por Juan Pablo II, respecto a la Teología y su docencia, ver José Luis ILLANES, Teología y Facultades de Teología, EUNSA, Pamplona 1991, con abundante bibliografía. Sobre la erección de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra pueden encontrarse algunos datos en A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, t. III, pp. 369, 498-500 y 516-518. Ver también, sobre el conjunto de la historia de la Facultad, AA.VV., Teología y Universidad. En el XXV aniversario de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra (1967-1992), edición de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Pamplona 1993.
94 Cfr. relato de Pedro Rodríguez titulado "La entrevista en Palabra y la homilía del Campus (verano)", en el que el autor, partiendo de sus recuerdos personales, los completa con la investigación de documentos y la conversación con testigos. Se encuentra en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 1.
95 En los archivos de Palabra, que hemos tenido posibilidad de consultar, no se conserva documentación al efecto. La narración que exponemos se basa por eso en el relato redactado por Pedro Rodríguez mencionado en la nota anterior; en ese relato se señala que apenas se publicaron las primeras entrevistas concedidas por san Josemaría a periódicos internacionales, en la redacción de Palabra comenzaron a acariciar la idea de acudir al fundador del Opus Dei, dirigiéndole una solicitud en ese sentido.
96 Documentación en AGP: Serie A.3, 105-4-2. La pregunta excluida es la siguiente: «Desde que vive en Roma, Vd. ha tenido frecuente trato con el actual Pontífice. Es conocida su amistad con Paulo VI desde hace bastantes años. Nos gustaría saber cuáles son las preocupaciones más urgentes del Romano Pontífice». Al excluir esta pregunta, san Josemaría anotó al pie que mientras vive el Papa no se deben comentar ni sus decisiones ni sus preocupaciones.
97 Cfr. Diario del Centro de la Comisión Regional de España, 18-IX-1967 (AGP: M.1.1, D 118-37).
98 Cfr. Relato de Pedro Rodríguez ya citado (AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 1).
99 Documentación en AGP: Serie A.3, 105-4-2. Sobre la difusión de la entrevista en otros países e idiomas sea mediante su publicación en revistas, sea mediante separatas, ver J.M. FERNÁNDEZ MONTES, O. DÍAZ y F.M. REQUENA, "Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer: Obras de san Josemaría", cit., pp. 457-458, así como el expediente de AGP recién citado.
100 Sobre este punto, así como sobre los posteriores preparativos para los actos que se celebrarían en Pamplona y su desarrollo, ver AGP: Serie A.2, leg. 57, carps. 1 a 4 y Serie A.2, leg. 58, carp. 1, exp. 1.101
101 Fueron investidos los profesores Guilherme Braga da Cruz, de Coimbra; Willy Onclin, de Lovaina; Ralph M. Hoover, de Harvard; Otto B. Roegele, de Munich; Jean Roche, de París; y, a titulo póstumo, el Dr. Carlos Jiménez Díaz, de la Complutense de Madrid. Una breve reseña del acto y el discurso pronunciado por san Josemaría como Gran Canciller, en Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, cit., pp. 85-93.
102 El plan original, que es el que hemos descrito, tuvo que ser modificado en parte, para adecuarse al elevado número de asambleístas. De hecho hubo un primer encuentro, reservado a las familias de los profesores; dos grandes encuentros en el Teatro Gayarre, lleno hasta rebosar, en los que, como había ocurrido en 1964, el fundador del Opus Dei dio lugar a un animado diálogo en el que se sucedieron preguntas y respuestas; y un encuentro final en la misma explanada en la que san Josemaría había celebrado la Santa Misa. El conjunto de los actos tuvo amplio eco en la prensa. De todos hay documentación en los archivos mencionados en la nota 95. La Universidad, como en ocasiones anteriores, editó un libro recogiendo parte de esas publicaciones: Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra: Asamblea General, Pamplona 1967, sin indicación de fecha de edición (puede verse en Biblioteca de la Universidad de Navarra UN 001.011). Anteriormente, la revista Nuestro Tiempo, del entonces Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra, había publicado un número monográfico, correspondiente a diciembre de 1967, en el que recogía el texto de la homilía y los de los diversos discursos, así como una selección de las crónicas de prensa.
103 Sobre ambas localidades ver nota 86.
104 Sobre el trabajo de san Josemaría en la redacción de esta homilía daremos más adelante alguna información, una vez concluida la narración del marco histórico, cuando nos ocupemos del método de trabajo seguido en la preparación de la contestación a las entrevistas.
105 La posterior construcción de una nueva Biblioteca, más amplia, llevó a que ese edificio, cuya fachada no ha sido modificada, se destinara a despachos, aunque continúa albergando – la antigua y la nueva Biblioteca están unidas– salas de consulta al servicio de los alumnos.
106 Crónica publicada en Diario de Navarra, 10-X-1967.
107 Ese texto se conserva en AGP: Serie A.2, 57-4-3.
108 La homilía fue grababa y en parte filmada. Las cintas magnetofónicas que se tomaron entonces se desgastaron con el tiempo, pero han podido ser restauradas, de modo que ahora se cuenta con una buena reproducción, que ha sido editada comercialmente: Amar al mundo apasionadamente. Homilía de san Josemaría Escrivá en la celebración eucarística del domingo 8 de octubre de 1967 en el campus de la Universidad de Navarra, introducción del Prof. Pedro Rodríguez, Audiolibros de Maiestas S.L., © Fundación Beta Films, Madrid 2006.
109 De esta edición de la homilía se encargó Francisco Salvadó, en aquel entonces Consejero Delegado de Magisterio Español.
110 Ambas traducciones son de 1967: "Amare il mondo appassionatamente", Studi Cattolici, 80 (1967), pp. 35-40; "Le matérialisme chrétien", La Table Ronde, 239 (1967), pp. 229-242. Elenco de las diversas ediciones en J.M. FERNÁNDEZ MONTES, O. DÍAZ y F.M. REQUENA, "Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer: Obras de san Josemaría", cit., pp. 460-462.
111 La homilía ha dado origen a varios comentarios teológicos: Gérard PHILIPS, "Le matérialisme chrétien", en Ephemerides Theologicae Lovanienses, 44 (1968), p. 675; Antonio ARANDA, "Espiritualidad y secularidad: A propósito de un texto del Fundador del Opus Dei", en Augusto SARMIENTO (ed.), La misión del laico en la Iglesia y en el mundo: VIII Simposio Internacional de Teología de la Universidad de Navarra, Pamplona, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 1987, pp. 279297 (recogido, con algún retoque, en A. ARANDA, El bullir de la sangre de Cristo. Estudios sobre el cristocentrismo del beato Josemaría Escrivá, Madrid 2000, pp. 263277); Pedro RODRÍGUEZ, "Vivir santamente la vida ordinaria. Consideraciones sobre la homilía pronunciada por el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer en el campus de la Universidad de Navarra, 8.X.1967", en Scripta Theologica, vol. 24 (1992), pp. 397-418 (incluido también en AA.VV., Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, Pamplona 1993, pp. 225-258); Arturo CATTANEO, "Tracce per una spiritualitá laicale offerte dall'omelia Amare il mondo appassionatamente'; en Annales Theologici, vol. 16 (2002), pp. 111-134 (recoge la ponencia que presentó en un congreso internacional celebrado en 2002 y luego publicada en sus actas: Paul O'CALLAGHAN (ed.), Congresso Internazionale «La grandezza della vita quotidiana», vol. V-1, Figli di Dio nella Chiesa, Roma 2004, pp. 157-176); André-Mutien LEONARD, "Le matérialisme chrétien de Josémaria Escrivá. Réflexions autour du livre Entretiens avec Mgr. Escrivá", en Annales Theologici, vol. 17 (2003), pp. 167-184; Mª Socorro FERNÁNDEZ GARCÍA, "Materialismo cristiano. Audacia y licitud", en Jon BOROBIA (ed.), Trabajo y espíritu. Actas del IV Simposio Internacional sobre fe cristiana y cultura contemporánea, Universidad de Navarra, 2002, Pamplona 2004, pp. 249-258; Riccardo CANIATO, "La prosa quotidiana della santitá", en Studi cattolici, 50 (2006), pp. 558559; Domingo RAMOS, "Una homilía para la historia", en Nuestro Tiempo, vol. 61 (2007), pp. 124-131.
112 Documentación en AGP: Serie A.3, 106-1-1. Sobre el proceso que llevó a la efectiva publicación de ese libro, es decir, de Conversaciones, nos ocuparemos más adelante en esta misma introducción.
113 Algunos datos en A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, t. II, pp. 553-563, 575-593, 648-664, y t. III, pp. 280-285.
114 En los archivos de Telva no se conserva documentación ni sobre este punto, ni sobre los que se mencionan a continuación. La narración se basa por tanto en recuerdos recogidos con posterioridad.
115 Testimonios de Pilar Salcedo y Covadonga O'Shea que se conservan en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3. Pilar Salcedo fue directora de Telva hasta 1970, en los años sucesivos ejerció otras tareas periodísticas, entre las cuales cabe señalar la dirección de Nuevo Pentecostés, revista de la Renovación Carismática Católica. Covadonga O'Shea fue directora de Telva desde 1970 a 1997; posteriormente pasó a ser presidenta del Instituto Superior de Empresa y Moda, constituido el año 2001 en Madrid.
116 Pilar Salcedo, en su testimonio, habla de que rellenaron varios folios de preguntas, que luego revisaron reduciendo su número. Covadonga O'Shea habla de 50 preguntas, aunque el número puede tener un carácter simbólico. La realidad es que tanto una como otra recuerdan que, al recibir el texto de la entrevista, todas consideraron que sus aspiraciones habían sido satisfechas por entero.
117 Se conservan algunos recuerdos de ese encuentro en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3.
118 Según el testimonio de Pilar Salcedo, la ampliación de la proveniencia de las fotografías fue fruto de una iniciativa suya, como directora de la revista. Señalemos que, al ser incluida en Conversaciones, el titulo de la entrevista fue simplificado pasando de "La mujer en la vida social del mundo, y en la vida de la Iglesia" a "La mujer en la vida del mundo y de la Iglesia".
119 Ver elenco en J.M. FERNÁNDEZ MONTES, O. DÍAZ y F.M. REQUENA, "Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer: Obras de san Josemaría", cit., p. 458-459 (aunque el elenco ahí incluido debe ser completado haciendo referencia a la revista italiana Madre, de Brescia, que la reprodujo en su número del ] de abril, con el título "La donna oggi" y añadiendo subtítulos antes de cada una de las preguntas).
120 En su momento, al exponer la historia crítica del texto, se señalarán cuáles fueron estas preguntas.
121 Más datos históricos en Francesco LEONI, «L'Osservatore Romano». Origini ed evoluzione, Guida Editori, Nápoles 1970, y Valerio DE CESARIS, Enrico Zuppi e «L'Osservatore della Domenica». Un giornale da leggere e da vedere, Studium, Roma 2002. L'Osservatore della Domenica alcanzó particular desarrollo bajo la dirección del periodista Enrico Zuppi, que asumió ese cargo en 1946 y lo mantuvo hasta 1978; poco después, en 1979, se transformó en un suplemento, de pocas páginas, de L'Osservatore Romano, con lo que desapareció como publicación autónoma.
122 Nacido en Roma en 1906, Enrico Zuppi estudió filosofía en la Universidad Católica de Milán. En 1946 fue llamado a Roma por Mons. Giovanni Battista Montini, que le conocía desde años atrás, para confiarle la dirección de L'Osservatore della Domenica, función que, como queda dicho en la nota anterior, desempeñó hasta 1978. Falleció en 1992.
123 Antonino Fugardi, nacido en 1917, colaboró con Enrico Zuppi en varios de los reportajes publicados en L'Osservatore della Domenica, aunque prestó atención también a otros ámbitos, entre ellos el periodismo deportivo.
124 La carta se conserva en AGP: Serie A.3, 105-7-1. La descripción de la historia de la concesión de la entrevista está realizada con los datos que se encuentran en AGP. En los archivos de L'Osservatore Romano, que como ya se ha dicho asumió en 1979 L'Osservatore della Domenica, no se conserva documentación referente a esos años. Se ha buscado también, sin resultado positivo, en el archivo de Enrico Zuppi, que tras su muerte fue cedido al Istituto Luigi Sturzo (Roma).
125 Cfr. nota de despacho de 8-III-1968 (AGP: Serie A.3, 105-7-1).
126 Concretamente, el italiano Antonio Livi, que parecía la persona más adecuada para realizar esa gestión. Más datos sobre la oficina de la opinión pública y quienes allí trabajaron en nota 150.
127 Comentó que había pensado en títulos como "La santitá dei comuni fedeli: intervista con il Fondatore dell'Opus Dei", "Una spiritualitá per la gente che vive nel mondo: l'Opus Dei" o algo parecido. Finalmente, en el momento de la publicación, optó por "Un'associazione che promuove la ricerca della santitá nel mondo. Che cosa é l'Opus Dei".
128 La conversación con Enrico Zuppi tuvo lugar el 11 de marzo (informes al respecto en AGP: Serie A.3, 105-7-1).
129 La entrega no fue hecha directamente, sino a través de Antonio Livi. Es éste el único caso en que san Josemaría no recibió personalmente al entrevistador, tal vez porque Zuppi mantenía relación con D. Alvaro del Portillo y no se consideró necesario un encuentro personal.
130 Cfr. documentación en AGP: Serie A.3, 105-7-1. Después de la reelaboración del cuestionario, la entrevista había pasado de las quince preguntas iniciales a un total de once, ya que, aunque se había añadido alguna en el sentido ya indicado –recalcar la secularidad–, se habían refundido, por ser muy parecidas, varias de ]as presentes en el cuestionario original. Las respuestas de san Josemaría fueron especialmente amplias y detenidas.
131 A ese efecto se le facilitó alguna foto de san Josemaría y se le acompañó a tomar fotografías en el Centro ELIS y en la Residenza Universitaria Femminile Villa delle Palme. Estaba previsto tomar también fotos en otra residencia de estudiantes –esta vez de varones: la Residenza Universitaria Internazionale (RUI)–, pero, por las razones que luego se dirán, estas fotografías no llegaron a realizarse.
132 En ambos casos la entrevista aparece en las páginas 11 a 14, que son las centrales y, como ya se apuntó en nota 127, con un doble título: primero, en cuerpo de 18 puntos de cícero, "Un'associazione che promuove la ricerca della santitá nel mondo"; y, en línea sucesiva y con tamaño más grande (54 puntos de cícero), "Che cosa e l'Opus Dei".
133 Zuppi comentó este hecho en conversación mantenida con Antonio Livi el 21 de mayo, fecha en que ya se había publicado la segunda entrega, en el número correspondiente al 26 de mayo, ya que, siguiendo la costumbre de bastantes semanarios, L'Osservatore della Domenica se fechaba en día posterior al de su efectiva publicación (una síntesis de esa conversación en AGP: Serie A.3, 105-7-1).
134 Concretamente en p. 16 y parte de la 17; la titulación se mantuvo invariada. Por razones de espacio Zuppi tuvo que prescindir además –no sin informar previamente (documentación en AGP: Serie A.3, 105-7-1)– de una pregunta. Esa pregunta fue recogida, no obstante, en un folleto o separata en italiano, cuya impresión corrió a cargo del propio L'Osservatore della Domenica (sobre la publicación de este folleto, documentación en AGP: Serie A.3, 105-7-1). Y, lógicamente, en los folletos que se publicaron en otros idiomas, así como en Conversaciones, como señalaremos en su momento, al exponer la historia crítica del texto.
135 En castellano fue publicada por la revista La Actualidad Española, 860 (junio 1968), pp. 17-21, y poco después en la colección de Folletos Mundo Cristiano. Información sobre las diversas ediciones en J.M. FERNÁNDEZ MONTES, O. DÍAZ y F.M. REQUENA, "Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer: Obras de san Josemaría", cit, p. 459.
136 Los folletos que reproducían la entrevista se utilizaron como información que se entregaba para explicar el Opus Dei, incluso hasta varios años después de aparecida la primera edición de Conversaciones.
137 Copia de ambos escritos, el de 1967 y el de 1968, en AGP: Serie A.3, 106-5-2. En el primero se insiste en que los periodistas «pueden preguntar con entera libertad lo que quieran. Las preguntas cuanto más audaces mejor»; a continuación se mencionan algunos temas de interés en la opinión pública del momento (la familia, el matrimonio cristiano, la formación de los jóvenes, los problemas sociales, las labores de promoción social, los católicos y la vida pública, la libertad de opinión de los católicos...), para concluir añadiendo: «insistimos en que obren con toda libertad: las sugerencias que hacemos son sólo una ayuda, y en modo alguno una orientación, ni mucho menos un límite».
138 Cfr. documentación en AGP: Serie A.3, 106-5-2.
139 Sobre estos hechos, y los que siguen, cfr. documentación en AGP: Serie A.3, 106-5-4.
140 Copia de ese escrito del Consejo General se conserva en el lugar citado en la nota anterior. «Mariano» es el nombre al que, por devoción a la Virgen María (era además el tercero de los nombres que le impusieron en el bautismo), acudió el fundador del Opus Dei en los tiempos de la guerra civil española y que después continuó utilizando en la correspondencia familiar.
141 De la publicación, difusión y traducción de Conversaciones nos ocuparemos en un apartado sucesivo de esta introducción.
142 Es decir, el escrito del Consejo General ya mencionado en la nota 137; de la versión enviada a Francia se conserva copia en AGP: Serie E.1.3.
143 Cfr. documentación en AGP: Serie A.3, 106-5-2. Según investigaciones realizadas se ha comprobado que no se conserva documentación archivística de La Table Ronde; los datos que se ofrecen provienen, pues, del Archivo de la Prelatura.
144 La carta se conserva en AGP: Serie A.3, 106-5-2. La «homilía de la misa en Pamplona», a la que alude Henry Cavanna, es, como resulta obvio, la homilía "Amar al mundo apasionadamente", que La Table Ronde había publicado unos meses antes, bajo el título "Le matérialisme chrétien" (diciembre de 1967, pp. 229-242).
145 Sobre esta homilía, así como sobre las otras meditaciones, que acabaron confluyendo en Es Cristo que pasa, se conserva documentación en AGP: Serie K-6, legs. 852, 853 y 857 y Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exps. 1 y 4. Una breve información sobre Es Cristo que pasa y el siguiente volumen de homilías, Amigos de Dios, en J.L. ILLANES, "Obra escrita y predicación de san Josemaría Escrivá de Balaguer", cit., pp. 261-264; una información más detallada, junto con las oportunas notas tanto históricas como teológicas, podrá encontrarse en la edición crítico-histórica de Es Cristo que pasa, actualmente en preparación por el profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Antonio Aranda.
146 De hecho hizo sólo dos excepciones, ambas por motivos que cabría calificar de familiares. Una, concediendo en 1969 una entrevista al semanario El cruzado aragonés, publicado en Barbastro, su ciudad natal (apareció el 3-V-1969). Y otra, accediendo a la petición que le dirigió en 1971 el corresponsal en Roma del diario madrileño ABC, Julián Cortés Cavanillas, con quien le unía una honda amistad desde años atrás (se publicó el 24-III-1971). Documentación respecto a la entrevista en El cruzado aragonés en AGP: Serie A.3, leg. 106, carp. 3; y a la entrevista de ABC en AGP: Serie A.3, leg. 106, carp. 4, donde hay datos tanto sobre la concesión de la entrevista como sobre el eco que tuvo.
147 En el paso desde la concesión de entrevistas a la publicación de homilías, influyó, por lo demás, un hecho en el que ahora no es el momento de detenerse, pero que no podemos dejar de apuntar: la fuerte conciencia que, a partir de la segunda mitad de la década de 1960, tuvo san Josemaría acerca de la necesidad de gastar los últimos años de su vida sirviendo a la Iglesia precisamente a través de una intensa y dilatada labor de catequesis. Sobre ese momento de la vida del fundador del Opus Dei, ver A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, cit., t. III, pp. 591 y ss.; sobre la predicación y los escritos de ese periodo ver J.L. ILLANES, "Obra escrita y predicación de san Josemaría Escrivá de Balaguer", cit., pp. 266-271.
148 La bibliografía al respecto es también abundante, en su mayor parte dirigida a periodistas o a estudiantes de la comunicación social. Demos algunos títulos: Eric FRATTINA y Montserrat QUESADA, La entrevista, el arte y la ciencia, Eudema, Madrid 1994; Armand BALSEBRE, Manuel MATEU y David VIDAL, La entrevista en radio, televisión y prensa, Cátedra, Madrid 1998; José Julio PERLADO, Diálogos con la cultura. La entrevista periodística, Eiunsa, Madrid 2002 (en p. 47, nota 20, ofrece un amplio elenco bibliográfico); Juan CANTAVELLA, Historia de la entrevista en la prensa, Universitas, Madrid 2002; José Francisco SÁNCHEZ, La entrevista periodística. Introducción práctica, Eunsa, Pamplona 2004.
149 Cfr. Camino. Edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, cit., pp. 17-ss.
150 En esos años –más exactamente, desde 1963 a 1972– fue director de esa oficina José Luis Illanes; trabajaban también allí, durante el periodo de las entrevistas, Rafael Gómez Pérez, Antonio Livi y John Coverdale. Damos a continuación algunos datos biográficos. JosÉ LUIS ILLANES: Nacido en Sevilla en 1933. Doctor en Derecho y en Teología. Desde 1972, fecha en la que regresó a España, fue profesor de Teología Dogmática y Fundamental, y posteriormente de Teología Espiritual, en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, de la que ha sido Vicedecano o Decano durante varios años. RAFAEL GÓMEZ PÉREZ: Nacido en Huelva en 1935. Doctor en Derecho y en Filosofía. Permaneció en Roma hasta 1976. A la vuelta a España ha sido profesor de Antropología en la Universidad Complutense de Madrid, desarrollando además una amplia tarea como escritor. ANTONIO LIVI: Nacido en Prato en 1938. Doctor en Filosofía. Profesor de Lógica y Filosofía del conocimiento en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y en la Pontificia Universidad Lateranense, de cuya Facultad de Filosofía ha sido Decano durante varios años. JOHN COVERDALE: Nacido en Chicago en 1940. Doctor en Filosofía y en Historia. Ha sido profesor de historia en las Universidades de Princeton y Northwestern. En 1984 se orientó hacia los estudios jurídicos, siendo en la actualidad profesor de esa materia en la Seton Hall University (New Jersey). La descripción del método de trabajo que se hace a continuación se basa en los testimonios de los miembros de esa oficina, completados con los de otras personas a las que más adelante nos referiremos (cfr. nota 157); todos ellos se conservan en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 1 y 3.
151 Esa anotación se conserva en AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. 1, exp. l.
152 Sobre las notas tomadas de la predicación oral de san Josemaría en ese periodo, ver J.L. ILLANES, "Obra escrita y predicación de san Josemaría Escrivá de Balaguer", cit., pp. 266-267 y 269-271 y, más ampliamente, J.A. LOARTE, "La predicación de san Josemaría", cit., pp. 223-224.
153 Sobre este punto, y más concretamente sobre la Carta 2-X-1958, en la que dejó constancia formal de esa decisión y su ulterior comunicación a la Santa Sede, ver A. de FUENMAYOR, V. GÓMEZ IGLESIAS y J.L. ILLANES, El itinerario jurídico del Opus Dei, cit, pp. 321-324.
154 Ejemplares del Clasificador informativo se conservan en AGP, Serie K, legs. G 547, 614 y 877.
155 En este proceso de revisión, el fundador del Opus Dei trabajó, como solía hacerlo en otros muchos casos, en el despacho de D. Alvaro del Portillo, a quien consultó, siempre que lo estimó oportuno, aunque las correcciones hechas fueron siempre de su puño y letra.
156 Hay una sola excepción: de la entrevista de Le Figaro se conserva (AGP: Serie A.3, leg. 105, carp. 1, exp. 2) el texto completo, con múltiples correcciones manuscritas de san Josemaría, de lo que fue probablemente la primera o segunda versión (las preguntas están en francés, ya que san Josemaría conocía muy bien ese idioma, pero en las siguientes versiones se tradujeron al castellano por razones de uniformidad). En la documentación de que se dispone no hay ninguna indicación que explique por qué se conservó esta versión, a diferencia de otras. Vistas las cosas con la distancia de los años, puede considerarse una pérdida el hecho de que los recortes provenientes de las diversas versiones, aunque inconexos, no se hayan conservado. De todas formas, es preciso tener en cuenta que entre una y otra revisión pasaban intervalos de tiempo muy breves: uno o dos días o, a veces, sólo horas, por lo que, respecto a las entrevistas, no hubo, propiamente hablando, un desarrollo del pensamiento, sino sólo complementos o precisiones en relación con ideas presentes desde el principio.
157 Concretamente, para la entrevista en Palabra acudió a Julián Herranz, experto en cuestiones canónicas y eclesiales. Julián Herranz, nacido en Baena (España) en 1930, había cursado estudios de Medicina y se doctoró posteriormente en Derecho Canónico. Fue miembro del Consejo General del Opus Dei desde 1956 a 1961. Colaboró con D. Alvaro del Portillo durante el Concilio Vaticano II (concretamente durante el periodo en que D. Alvaro fue secretario de la comisión que preparó el Decreto Presbyterorurn Ordinis) y después en la Comisión para la reforma del Código de Derecho Canónico y en la posterior Comisión para su interpretación auténtica (hoy Pontificio Consejo para los textos legislativos). Posteriormente fue nombrado Presidente de este Consejo y en 2003 creado Cardenal por Juan Pablo II; continúa residiendo en Roma.
En relación con la entrevista de Gaceta Universitaria, no sólo tuvo en cuenta la experiencia de la Universidad de Navarra sobre la que, como Gran Canciller, disponía de un conocimiento muy directo, sino que pudo escuchar, respecto a puntos concretos, a otras personas involucradas en el funcionamiento de esa universidad, como Isidoro Rasines (1927-2005), doctor en Ciencias Químicas y colaborador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que hasta 1966 había sido Delegado de Estudios de la Comisión Regional de España y a partir de 1969 fue, durante varios años, Secretario General de la Universidad de Navarra (AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3).
Y para algunas de las cuestiones morales abordadas en la entrevista de Telva quiso escuchar el parecer de algún moralista, concretamente José Luis Soria, profesor de Teología Moral y durante varios años Director Espiritual del Opus Dei. José Luis Soria, nacido en Valladolid en 1932, fue Director Espiritual del Opus Dei desde 1956 a 1961. A partir de ese año siguió viviendo en Roma, hasta que en 1976 se trasladó a Canadá, donde reside actualmente. Es probable que para la redacción de esta entrevista escuchara también a alguna o algunas de las mujeres del Opus Dei, así como al filósofo Carlos Cardona, Director Espiritual del Opus Dei desde 1961 hasta 1977 y fallecido en 1993, pero este punto no ha podido ser documentado. Se cuenta en cambio con el testimonio de Helena Serrano, una de las mujeres del Opus Dei que recibieron el encargo de pasar a limpio el texto final, ya mecanografiado pero con abundantes correcciones a mano, que les fue entregado directamente por san Josemaría (AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 3).
158 La Comisión confió ese encargo a Pedro Rodríguez, profesor del Instituto de Teología (ahora Facultad) de la Universidad de Navarra. Para la elaboración del borrador, el profesor Rodríguez contó con la ayuda de Alfredo García Suárez, profesor de Teología Dogmática, primer director del Instituto de Teología de la Universidad de Navarra y colaborador durante varios años de la Conferencia Episcopal Española (falleció en 1998). Los datos que anteceden, y parte de los que siguen, se basan en gran parte en el detenido testimonio de Pedro Rodríguez (se conserva en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. 1; ver también, del mismo Pedro Rodríguez, "Vivir santamente la vida ordinaria. Consideraciones sobre la homilía pronunciada por el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer en el campus de la Universidad de Navarra, 8.X.1967", cit. en nota 111, pp. 399-402).
159 Sobre la estancia en Elorrio y los días anteriores a su marcha a Pamplona, ver lo ya indicado en nota 86.
160 «¡Esto no es!», parece que dijo a Florencio Sánchez Bella. Al menos así lo recordaba Manuel Arteche, Director Espiritual de la Región de España en ese momento (recogido en el testimonio de Pedro Rodríguez mencionado en la nota 158).
161 Fue Alfredo García Suárez –de nuevo según el relato de Pedro Rodríguez– quien le hizo llegar un borrador con sugerencias sobre esos temas. Los nuevos párrafos corresponden a los nn. 118-120 de la edición de Conversaciones.
162 Testimonio de César Ortiz de Echagüe, sin fecha, incorporado a una relación que reúne los recuerdos de miembros de la Comisión Regional de España sobre los viajes de san Josemaría a España en 1967 (AGP: Serie A.2, leg. 24, carp. 5, exp. 2).
163 De la tarea de copiar a máquina se encargó Isidoro Rasines, ya mencionado (cfr. nota 157), que se había trasladado a Molinoviejo (testimonio de Isidoro Rasines recogido por Pedro Rodríguez, en AGP: Serie A.5, leg. 251, carp. 4, exp. l; de ese testimonio provienen también algunos de los detalles que se mencionan en notas sucesivas).
164 Los oyentes no hicieron observaciones, salvo una que formuló Isidoro Rasines. Al referirse, en el pasaje que se encuentra en el actual n. 114 de Conversaciones, a diversos ámbitos seculares de la vida humana, san Josemaría hablaba de «un laboratorio químico», expresión que a Isidoro Rasines, químico de profesión, le parecía redundante. San Josemaría aceptó la sugerencia y tachó el calificativo, dejando sólo «laboratorio».
165 Se encargó de estas gestiones Isidoro Rasines. Antes de entregar el texto a la imprenta, se atendió una petición hecha por san Josemaría: completar, mediante la oportuna indicación bibliográfica, la referencia a una poesía de Machado que había sido citada de memoria (la cita de Machado, que está en el actual n. 116 de Conversaciones, se completó remitiendo a la edición de las Poesías completas, Espasa Calpe, 1940).
166 Estas pruebas se conservan en AGP: Serie A.3, 105-8-l.
167 La consulta lleva fecha de 25-X-1967; san Josemaría la contestó tres días después (AGP: Serie A.3, 106-1-1).
168 Cfr. escrito del Consejo General de 3-XI-1967 (AGP: Serie A.3, 106-l-1).
169 Cfr. escrito de la Comisión Regional de España al Consejo General del Opus Dei, 15-XI-1967 (AGP: Serie A.3, 106-1-l).
170 La anotación es del 30 de diciembre (AGP: Serie A.3, 106-1-1). El escrito de la Comisión Regional de España tenía fecha del día anterior.
171 Al mismo tiempo proponían, como título para el libro, el de Entrevistas con mons. Josemaría Escrivd de Balaguer, y sugerían que se incluyera una introducción o presentación, para la que adjuntaban un posible texto (que no se conserva), y algunas fotos (AGP: Serie A.3, 106-1-1).
172 Al explicar el porqué de esa espera, D. Alvaro se refiere a la existencia de un proyecto, entonces en estudio, pero que finalmente no llegó a cuajar: la publicación de un libro con textos selectos tomados de las Cartas de san Josemaría (sobre estas Cartas y su historia remitimos al artículo y páginas ya indicados en la nota 3).
173 Cfr. escrito de la Comisión Regional de Irlanda, 10-111-68 (AGP: Serie A.3, 106-2-2).
174 Cfr. nota de despacho de 19-111-1968 (AGP: Serie A.3, 106-l-l).
175 Cfr. nota de despacho citada en la nota anterior, completada y ampliada con otra del 30 del mismo mes (AGP: Serie A.3, 106-1-1).
176 La presentación, después de dos párrafos introductorios, estaba dividida en dos partes: a) una síntesis de la vida del autor y del espíritu del Opus Dei, y b) una breve información sobre los diversos textos que forman el cuerpo de Conversaciones, es decir, las entrevistas y la homilía.
177 Este esquema se mantuvo, como señalaremos poco más adelante, cuando a las entrevistas ya concedidas y publicadas en abril de 1968, se añadió la concedida a L'Osservatore della Domenica, en ese momento en curso de publicación (cfr. nota 181).
178 Concretamente fueron aprobadas el 21-III y el 2-IV, respectivamente (AGP: Serie A.3, 106-l-1).
179 Cfr. escritos del Consejo General a España, a México, a Irlanda, a Francia, a Italia y a Alemania (AGP: Serie A.3, leg. 106, carp. 2).
180 En la exposición que sigue, como en la que antecede, nos basamos en la amplia documentación conservada en AGP. Hemos procedido, no obstante, a contrastarla con la que obra en posesión de Ediciones Rialp, a la que debemos, entre otras cosas, los datos sobre las fechas y tiradas de las diversas ediciones.
181 El escrito lleva fecha de 29-V-1968 (AGP: Serie A.3, 106-l-1). La posición elegida respeta el espíritu del esquema ya aprobado en abril (cfr. nota 177): la nueva entrevista, que tiene más de un punto de contacto con la de Palabra, constituye, en efecto, el cierre del bloque de las entrevistas de contenido general, antes de pasar a las que cabe calificar como monográficas.
182 Este escrito se conserva en AGP: Serie A.3, 106-l-1. El cuadro de Mosquera estaba en aquel momento, y continúa estando en la actualidad, en la casa de la calle de Diego de León (Madrid) donde tiene su sede la Comisión Regional de España. El cuadro fue pintado en 1966 durante una estancia de san Josemaría en la casa de retiros de Molinoviejo; algunos datos sobre su realización en P. URBANO, El hombre de Villa Tevere, cit., pp. 9-13.
183 Como puede advertirse hay una discordancia entre la fecha del nihil obstat y la de la impresión, lo que no es sorprendente, si se tiene en cuenta que las fechas de fin de la impresión tienen con frecuencia un carácter aproximado y simbólico. De hecho la impresión no estuvo completada hasta unos dos meses después de la fecha indicada en el colofón.
184 Cfr. Ángel BENITO, "Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer", en Nuestro Tiempo, 30 (1968), pp. 633-640; Gonzalo FERNÁNDEZ DE LA MORA, "Conversaciones de J.M. Escrivá de Balaguer", en ABC (suplemento), Madrid, 26-XII-1968, pp. 7-8; Carlos ESCARTIN, "Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer", en Palabra, núm. 41 (1969), p. 37; E. G., "Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer'', en Estudios Filosóficos, 18 (1969), P. 367; Alfredo GARCÍA SUÁREZ, "Existencia secular cristiana: notas a propósito de un libro reciente", en Scripta Theologica, 2 (1970), pp. 145-164.
185 No hay en el archivo ninguna documentación que explique este punto, pero el hecho de que la pregunta hubiera sido ya recogida en algunos de los folletos que se publicaron, y concretamente en el folleto en italiano –editado, como dijimos, por el propio L'Osservatore della Domenica–, lleva a pensar que se trató sencillamente de un error. En la parte dedicada a la historia del texto haremos notar de qué pregunta se trata.
186 No consta la consulta hecha por la Comisión Regional de España, que tal vez fuera verbal; sí, en cambio, el escrito de respuesta del Consejo General, que lleva fecha de 4-XI-1968 (AGP: Serie A.3, 106-1-2). En ese mismo escrito se responde a la consulta sobre la posibilidad de reproducir parte de la semblanza de san Josemaría publicada por Tom Burns en The Times, de Londres (cfr. notas 22 y 23). La contestación fue negativa, aunque se añadía que no había inconveniente en que se preparara una semblanza en la que se citara algún párrafo del texto de Tom Burns. Carlos Escartín, director de Palabra, preparó de hecho un perfil biográfico de san Josemaría, pero finalmente se vio que era preferible no publicar en Conversaciones semblanza alguna (Carlos Escartín es el autor de la voz sobre san Josemaría publicada en la Gran Enciclopedia Rialp, vol. VIII, Madrid 1971, pp. 817-819).
187 Conversations with Monsignor Escrivá de Balaguer, Scepter Books, Dublín 1968, pp. 144-146.
188 El encargo de elaborar el índice lo transmitió la Comisión Regional de España al sacerdote Federico Delclaux, doctor en derecho canónico y mariólogo, que lo realizó en un breve espacio de tiempo; «pude hacerlo muy bien», recuerda, «gracias a la claridad y precisión con que el Padre contestaba a todas las preguntas: de un modo tan sencillo, que podría decir que los conceptos me los regalaba él mismo» (testimonio recogido por Pedro Rodríguez en mayo de 2011: AGP, Serie A.5, leg. 251, carp. 4). El índice consta de 108 voces, la casi totalidad con varias subvoces, de modo que facilita adecuadamente la consulta del libro.
189 Cfr. escrito de la Comisión Regional de España de 3-VI-1969 y nota de despacho de 11-VI-1969 (AGP: Serie A.3, 106-1-2).
190 En 1972 y en 1973 se indicó que se siguiera haciendo así en lo sucesivo; a la vez se trasmitían dos correcciones de detalle al texto de la presentación: cfr. escritos del 6-XII-72 y 20-XI-73 (AGP: Serie A.3, 106-l-2).
191 Esos datos continuaron incluyéndose, además, en nota a pie de página al comienzo de cada una de las piezas que integran Conversaciones.
192 La foto fue tomada concretamente el 23-IX-1966, en Pamplona, en el Colegio Mayor Aralar, donde san Josemaría residió durante algunos días (Diario del Colegio Mayor Aralar: AGP, Serie M.2.2, D-84-16). En una consulta de España del 6-XII-1968 se informaba de dificultades técnicas para reproducir bien el cuadro de Mosquera, y se sugería sustituir esa reproducción por la de una foto, pero sin especificar cuál. Al despachar la consulta –lo hizo con fecha 23-XII-1968–, san Josemaría escribió: «Javi: es cosa tuya» (AGP: Serie A.3, 106-1-2). Fue, pues, Mons. Javier Echevarría quien escogió la foto mencionada, sin duda alguna una de las más expresivas. En la segunda edición de Conversaciones, esta fotografía está situada en el mismo lugar en que aparecía la reproducción del cuadro de Mosquera; así continuó hasta la décima edición, última de las preparadas en vida del fundador del Opus Dei.
193 El índice de citas bíblicas al que nos referimos en el texto había sido elaborado años antes en Roma. Su inclusión en Conversaciones fue aprobada por san Josemaría el 9 de febrero de 1974 (AGP: Serie A.3, 106-1-2).
194 La décima edición castellana de Conversaciones se terminó de imprimir el 16 de julio de 1975, a los pocos días del repentino fallecimiento de san Josemaría, ocurrido el 26 de junio, pero había sido preparada con anterioridad a esa fecha, por lo que puede considerarse la última de las publicadas mientras el fundador del Opus Dei estaba todavía con vida. Aunque no se trate de una edición de Conversaciones, resulta oportuno hacer referencia a la publicación, también en vida de san Josemaría, de un folleto que presuponía el libro. En diciembre de 1970 la revista Telva publicó un amplio reportaje, recogiendo preguntas de las diversas entrevistas publicadas en Conversaciones. Tomando pie de esa iniciativa, o paralelamente, la oficina de información del Opus Dei en Madrid promovió la publicación de un folleto recogiendo varias de las preguntas de Conversaciones, en las que se hace referencia directa al Opus Dei. Se le puso por título, primero, 24 preguntas sobre el Opus Dei, y, después y definitivamente, 24 preguntas a Mons. Escrivti de Balaguer. Publicado por primera vez en abril de 1971 en la colección Folletos Mundo Cristiano, tuvo amplia difusión tanto en España y en Hispanoamérica como, traducido, en otras naciones (documentación en AGP: Serie K, leg. G 851, carp. 2433; datos sobre las diversas ediciones en J.M. FERNÁNDEZ MONTES, O. DÍAZ y F.M. REQUENA, "Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer: Obras de san Josemaría", cit., pp. 504505). En 1982, a raíz de la erección del Opus Dei en prelatura personal, se dejó de reeditar, y fue sustituido por explicaciones sintéticas del Opus Dei redactadas por diversas personas (Andrew Byrne, Daniel Cummings, Dominique Le Tourneau, Beat Müller...).
195 Cfr. AGP: Serie A.3, 106-1-2.
196 El encuentro había tenido lugar concretamente en Pozoalbero, una casa de retiros situada en Jerez de la Frontera. Esta cubierta se mantuvo en las dos ediciones siguientes, es decir la decimosegunda y la decimotercera.
197 Concretamente, con vistas a la decimotercera edición, publicada en 1980, se revisó y amplió el índice analítico, que pasó de 91 a 108 voces (AGP: Serie A.3, 106l-2). A fines de 1977, también para esta decimotercera edición, de España habían consultado la posibilidad de cambiar el orden de las entrevistas colocando al principio la concedida a L'Osservatore della Domenica; la propuesta no fue acogida, pues se consideró que debía mantenerse el orden aprobado por san Josemaría (AGP: Serie A.3, 106-l-2).
198 Algo diremos más adelante, al comentar en la segunda parte de esta introducción, las claves de lectura o líneas transversales que unen entre sí los diversos textos que integran Conversaciones.
199 Documentación respecto a este nuevo texto de la presentación en escrito del Consejo General a diversas regiones, que se conserva en AGP: Sección K, leg. G 633.
200 Esas notas, ocho en total, hacen referencia a pasajes de los números 16, 19, 25, 27, 35, 53, 63 y 69 de Conversaciones (AGP: Sección K, leg. G 633). Se retocó también el título de la entrevista a L'Osservatore della Dornenica, sustituyendo «asociación» por «institución». Se añadieron además otras dos notas a los nn. 51 y 53 actualizando algunos datos de otro tipo. Sucesivamente, a partir de la 18a edición española, se añadió aún otra nota al n. 60, remitiendo a la nota que ya había en el n. 27.
201 Ese envío se realizó el 15-XI-1983 (AGP: Sección K, leg. 5500).
202 Esta nota biográfica fue remitida a España, y a los otros países que podrían estar interesados en ediciones del libro, en febrero de 1984 (AGP: Sección K, leg. G 633). Sobre el proceso de beatificación y canonización de san Josemaría, puede encontrarse una información actualizada, con buenos anexos documentales, en F. CAPUCCI, Josemaría Escrivd, santo: E iter della causa di canonizzazione, Ares, Milán 2008
203 trata de una foto tomada durante el mismo viaje de catequesis que la anterior, pero esta vez mostrando parte del grupo de personas con las que estaba reunido. El encuentro al que se refiere tuvo lugar en la casa de retiros de La Lloma, cercana a Valencia, el 14 de noviembre de 1972.
204 Sobre esta ceremonia, ver el volumen conmemorativo que se publicó poco después: AA.VV., Josemaría Escrivá de Balaguer. Crónica de la beatificación, Madrid 1992. A raíz de la beatificación llegó a Roma una consulta, proveniente de algunas regiones de habla inglesa, sobre la posibilidad de cambiar el título del libro de modo que pasara a ser Conversaciones con el beato Josemaría Escrivá de Balaguer; Mons. del Portillo decidió que en las ediciones en castellano se mantuviera el título original, dejando libertad respecto a las ediciones en otros idiomas (AGP: Sección K, leg. 6253). De hecho el título original se respetó también en las ediciones en lengua inglesa.
205 Estos cambios fueron decididos en 1991 con ocasión de la preparación de la edición polaca (cfr. escrito del Consejo General del 16-VII-1991 a la Comisión Regional de Polonia) y confirmados a los demás países donde se prepararan ediciones en 1992 (AGP: Sección K, legs. 5500 y 6253).
206 Manuel Cabello, nacido en La Rambla (España) en 1944 y doctor en Pedagogía, fue ordenado sacerdote en agosto de 1973; fue director de la oficina del apostolado de la opinión publica desde 1980 a 1991; en ese mismo año marchó a Bélgica, donde reside actualmente como Vicario Regional del Opus Dei.
207 Cfr. documentación en AGP: Sección K, leg. 6253. La decisión fue comunicada a España con escrito del Consejo General de fecha 28-11-1996, pero no fue aplicada en la decimonovena edición, que se publicó en 1998, y sólo se incorporó a partir de la vigésima (2001); no constan las razones de ese retraso.
208 Sobre el proceso de canonización de san Josemaría remitimos a la obra ya citada en la nota 202. Sobre la ceremonia de canonización en concreto puede verse el volumen conmemorativo 6 ottobre 2002. La canonizzazione di Josemaría Escrivá, fondatore dell’Opus Dei, Ares, Milán 2002: versión española, Rialp, Madrid 2002; así como, con información detallada, pero sin documentación gráfica: San Josemaría Crónica de la canonización, Palabra, Madrid 2002
209 Según los datos que se poseen, las traducciones de Conversaciones a las diversas lenguas –o, previamente, de las entrevistas, en el momento en que fueron publicadas en revistas o folletos– fueron realizadas y revisadas por fieles del Opus Dei que se encontraban en Roma, colaborando con el Consejo General o con la Asesoría Central, o en sus propios países. Sobre las primeras ediciones en los diversos países o idiomas, se conservan algunos datos –aunque fragmentarios y referidos sobre todo a dudas de traducción con ocasión de las versiones más antiguas– en el Archivo de la Prelatura (AGP: Serie A.3, leg. 106, carp. 2, y Sección K, legs. 5500, 6253 y 7081). Sobre las traducciones y ediciones realizadas con posterioridad a 2002, pueden encontrarse datos en los archivos de la Fundación Studium, que tiene encomendada la promoción y el seguimiento de la traducción y edición de las obras de san Josemaría a los diversos idiomas.
210 Conversations with Monsignor Escrivd de Balaguer: cfr. nota 187. Tanto esta primera edición en lengua inglesa, como algunas de las posteriores, estaban destinadas a difundirse en todos los países en los que se habla ese idioma, si bien pronto se hicieron ediciones independientes. De hecho, después de la ya citada primera edición, ha habido ediciones en esa lengua en Irlanda (1970, 1973), Filipinas (1977, 1985, 2003), Estados Unidos (1993, 2002), Australia (1993) y Nigeria (2003).
211 Colloqui con Mons. Escrivá de Balaguer, Milán 1968. Nuevas ediciones en 1973, 1982, 1987, 2003 y 2009.
212 En los dos casos cambió el título: Questöes actuais do cristianismo, en Brasil, Temas actuais do cristianismo, en Portugal; este cambio de título, que fue autorizado por san Josemaría el 24-111-1969 (AGP: Serie A.3, 106-2-5), se ha mantenido en ediciones posteriores, tanto las realizadas en Portugal (1973, 1983), como en Brasil (1975, 1986).
213 Entretiens avec Monseigneur Escrivd de Balaguer, París 1969. Nuevas ediciones en 1969, 1973 (ambas realizadas por Fayard) y 1987 (realizada por Le Laurier). En ese mismo año aparece otra edición, también en lengua francesa, pero publicada en Bélgica.
214 Gesprdche mit Msgr. Escrivd de Balaguer, Colonia 1970. Otras ediciones en 1981 y 1992.
215 Converses amb Monseynor Escrivd de Balaguer, Madrid 1970; reeditada, esta vez en Barcelona, en 1991.
216 Gesprekken met Monseigneur Escrivá de Balaguer, Utrecht 1991.
217 Rozmowy z priatem Escrivá, Katowice 1993; nueva edición en 2006.
218 Rozhovory s Escriva de Balaguer, Brno 2002.
219 Samtal med Josemaría Escrivá, Wejbystrand 2010.
220 Una información más detallada hasta 2002, en J.M. FERNÁNDEZ MONTES, O. DÍAZ y F.M. REQUENA, "Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer: Obras de san Josemaría", cit., pp. 441-443.