Catena Áurea

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Y en este mismo tiempo estaban allí unos que le decían nuevas de los Galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios de ellos. Y Jesús les respondió diciendo: "¿Pensáis que aquellos Galileos fueron más pecadores que todos los otros por haber padecido tales cosas? Os digo que no: Mas si no hiciereis penitencia, todos pereceréis de la misma manera. Así como también aquellos diez y ocho hombres, sobre los cuales cayó la torre de Siloé, y los mató: ¿pensáis que ellos fueron más deudores que todos los hombres que moraban en Jerusalén? Os digo que no: Mas si no hiciereis penitencia, todos pereceréis de la misma manera". (vv. 1-5)


Glosa, aequivalenter, non expresse
Después de hacer mención de las penas de los que pecan, habla muy oportunamente del castigo de algunos pecadores, para que sirva de ejemplo a los demás. Por eso dice: "Y en este mismo tiempo estaban allí unos que le decían nuevas de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios de ellos".

San Cirilo, in Cat. graec. Patr
Eran los sectarios de Judas de Galilea, de los que hace mención San Lucas en los Hechos de los apóstoles ( Hch 5, 36) diciendo que no se debía llamar señor a nadie. Por lo que muchos de ellos, que no reconocían al César como a señor, fueron castigados por Pilato. Decían también que no convenía ofrecer a Dios otras víctimas que las designadas en la ley de Moisés, por lo que prohibían ofrecer las víctimas establecidas por el pueblo por la salud del emperador y del pueblo romano. Indignado Pilato por esto contra ellos, mandó sacrificarlos entre las mismas víctimas que se ofrecían según la ley, de modo que la sangre de los que ofrecían se mezcló con la de las víctimas ofrecidas. Y creyendo el vulgo que estos galileos habían padecido con justicia este castigo porque habían escandalizado al pueblo y excitado el odio de los súbditos contra los magistrados, contaron esto al Salvador deseando conocer lo que opinaba sobre ello. Y el Señor dijo que obraban mal. Sin embargo, no dijo que los que padecían estas penas fueran peores que los que no las padecían. Por lo cual prosigue: "Y Jesús les respondió diciendo: ¿Pensáis que aquellos galileos fueron más pecadores que todos los otros?", etc.

Crisóstomo, hom. 5 De Lázaro
Dios castiga a ciertos pecadores, destruyendo su malicia y decretando pena más leve para ellos, los separa de los otros y corrige a los que viven en el mal con la condenación de algunos. Además, aquí no castiga a otros, con el fin de que, si hicieren penitencia, evitasen los castigos presentes y la pena eterna, pero si perseveraren en su malicia, habrán de sufrir mayor tormento.

Tito Bostrense
Aquí da a conocer que lo que salga de los juicios para castigo de los reos, no es sólo por el poder de los que juzgan, sino también de la voluntad de Dios. Por tanto ya castigue el juez con rectitud o ya condene teniendo en cuenta alguna otra mira, debe creerse que ha sido dispuesto por el juicio de Dios.

San Cirilo, ut sup
Queriendo el Señor separar a los pueblos de las insurrecciones internas concitadas con pretexto de la religión, añade: "Mas si no hiciereis penitencia, todos pereceréis de la misma manera" (y si no cesáis de conspirar contra los príncipes, no obraréis conforme con la voluntad divina) y vuestra sangre se mezclará con la de vuestras víctimas.

Crisóstomo, ut sup
El Señor da a conocer con esto que permitió que fuesen castigados algunos para que aterrados por los peligros ajenos, los que ésto mirasen se hiciesen herederos del reino de los cielos. ¿Cómo, pues? dirás, ¿acaso otro hombre es castigado para que yo mejore mi conducta? No, por cierto, es castigado por sus propias culpas, pero su castigo es un motivo de salvación para los que lo ven.

Beda
Pero como no hicieron penitencia, cuarenta años después de la pasión del Señor, viniendo los romanos (a quienes Pilato representaba como de su misma nación) y empezando por la Galilea (en donde había empezado la predicación del Señor) destruyeron de raíz aquella nación impía y no solamente mancharon con la sangre humana los atrios del templo donde acostumbraban a ofrecer los sacrificios, sino también el interior.

Crisóstomo, ut sup
Además, otros dieciocho habían sido aplastados por una torre acerca de los que continuó de la misma manera, diciendo: "Así como también aquellos dieciocho hombres y sobre los cuales cayó la torre de Siloé y los mató: ¿pensáis que ellos fueron más culpables que todos los hombres que moraban en Jerusalén? Os digo que no". Así, no castiga a todos en este mundo, sino que da tiempo para hacer penitencia, y no reserva a todos al castigo de la otra vida, con el fin de que muchos no renieguen de su providencia.

Tito Bostrense
Compara esta torre a toda la ciudad para que la parte aterre al todo. Así es que dice: "Mas si no hiciereis penitencia, todos pereceréis de la misma manera". Como diciendo, toda la ciudad será ocupada poco después, si perseveran en la infidelidad.

San Ambrosio
En sentido místico, aquellos cuya sangre mezcló Pilato con sus sacrificios, son en cierto modo figura de los que por sugestión diabólica no ofrecen el santo sacrificio con pureza y cuya oración está en el pecado, así como está escrito de Judas, que meditaba su traición en medio del sacrificio de la Sangre del Señor.

Beda
Pilato (que quiere decir boca de herrero) significa al diablo, que siempre está preparado para herir; la sangre representa al pecado y los sacrificios expresan las buenas acciones. Por tanto, Pilato mezcla la sangre de los galileos con la de sus sacrificios, cuando el diablo mancha la limosna y las demás buenas acciones de los fieles con la delectación de la carne, con la ambición de la humana alabanza o con cualquier otra iniquidad. Aquellos jerosolimitanos que fueron aplastados por la torre, representan a los judíos que no quisieron hacer penitencia y que habían de perecer dentro de sus mismas murallas. No carece de misterio el número dieciocho (el cual entre los griegos se escribe con I y H, que son las mismas letras con que empieza el nombre de Jesús). Esto quiere decir que los judíos habrían de perecer principalmente porque no quisieron reconocer el nombre del Salvador. Esa torre representa al que es la torre de la fortaleza, la cual estaba en Siloé, que quiere decir enviado. Representa, pues, al que vino al mundo enviado por el Padre y que aplastaría a todos aquéllos sobre quienes cayese.


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