Catena Áurea
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← Lc 14, 1-6 →
Y aconteció que entrando Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos a comer pan, ellos le estaban acechando. Y he aquí un hombre hidrópico estaba delante de El. Y Jesús dirigiendo su palabra a los doctores de la ley y a los fariseos les dijo: ¿si es lícito curar en sábado? Mas ellos callaron. El entonces le tomó, le sanó y le despidió. Y les respondió y dijo: "¿Quién hay de vosotros, que viendo su asno o su buey caído, no le saque luego en día de sábado?" Y no le podían replicar a estas cosas. (vv. 1-6)
San Cirilo, in Cat. graec. Patr
Aunque el Señor conocía la malicia de los fariseos, aceptaba sus convites para ser útil a los que asistían a ellos con sus palabras y milagros. Por esto sigue: "Y aconteció que entrando Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos a comer pan, ellos le estaban acechando". Esto es, si faltaba a la reverencia debida a la ley o si hacía algo de lo que estaba prohibido en día de sábado. En efecto, habiendo llegado un hidrópico a presencia suya, por medio de una pregunta reprimió la insolencia de los fariseos que se proponían argüirle. Por esto dice: "Y he aquí que un hombre hidrópico estaba delante de El. Y Jesús dirigiendo su palabra", etc.
Beda
Cuando se dice que Jesús respondió, se hace referencia a lo dicho antes, que los fariseos le estaban acechando, porque el Señor conoce los pensamientos de los hombres.
Teofilacto
Y por esto en su pregunta se ríe de ellos como si estuvieran locos. Siendo así que Dios mandaba santificar el sábado ( Gén 2), los fariseos prohibían hacer obras buenas en él. Y el día que no admite las acciones de los buenos, puede llamarse maldito.
Beda
Pero los preguntados callaban con razón, porque ven que cualquier cosa que dijesen se volvería contra ellos. Porque si es lícito curar en día de sábado, ¿por qué acechar al Salvador por ver si cura? Y si no es lícito, ¿por qué ellos cuidan sus rebaños en dicho día? Por esto sigue: "Mas ellos callaron".
San Cirilo, ubi sup
Menospreciadas la asechanzas de los judíos, cura de su enfermedad al hidrópico, el cual, temiendo a los fariseos, no pedía el remedio de su mal porque era sábado, sino que únicamente estaba en su presencia para ver si se compadecía de él y lo curaba. Conociendo esto, el Señor no le pregunta si quiere ser curado, sino que le curó en seguid. Por esto sigue: "El entonces le tomó, le curó y le despidió".
Teofilacto
En lo cual no se propuso el Señor evitar el escándalo de los fariseos, sino hacer un beneficio al que necesitaba de su favor. Conviene, pues, que nosotros, cuando resulte un bien general, no nos cuidemos de si se escandalizarán los necios.
San Cirilo, ubi sup
Pero como los fariseos callaron no sabiendo qué contestar, el Señor dio a conocer su gran osadía por medio de serias reflexiones. Por esto sigue: "Y les respondió y dijo: ¿Quién hay de vosotros que viendo su asno o su buey caído en un pozo, no le saque luego en día sábado?".
Teofilacto
Como diciendo: Si la ley prohíbe compadecerse en día sábado, no te cuides de si peligra tu hijo en día sábado, ¿pero qué digo tu hijo, cuando ni dejas a tu buey si lo ves en peligro?
Beda
En lo cual convenció de tal modo a los fariseos que lo observaban, que los condenó por su avaricia, puesto que tratando de librar un animal sólo consultaban su avaricia. ¿Con cuánta más razón, pues, debió Jesucristo librar al hombre, que es mucho mejor que una bestia?
San Agustín, De quaest. Evang., lib. 2, cap. 29
Comparó con justicia al hidrópico con el animal que cae en un pozo (porque el humor acuoso era la causa de su mal), así como antes había comparado aquella mujer que había encontrado ligada y la soltó, con el jumento que se desata para llevarle al agua.
Beda
Solventa esta cuestión con un ejemplo apropiado para manifestar que ellos, que quebrantaban el sábado con obras de ambición, le argüían porque la quebranta con una obra de caridad. Por esto sigue: "Y no le podían replicar a estas cosas".
Hablando en sentido místico, el hidrópico es comparado con aquél a quien el flujo exorbitante de los apetitos carnales tiene como oprimido, la palabra hidrópico trae su origen de la expresión humor acuoso.
San Agustín, ubi sup
También comparamos al hidrópico muy oportunamente con un rico avariento. Porque así como aquél, cuanto más abundan sus humores desordenados, tanta más sed tiene, así éste, cuanto más abunda en riquezas de las que no hace buen uso, tanto más las desea.
San Gregorio, Moral. 14, 1 super Jb 18, 9
Este hidrópico fue curado en presencia del fariseo, porque por la enfermedad del cuerpo del uno se expresa la enfermedad del corazón del otro.
Beda
Muy bien, por tanto, cita como ejemplo al buey y al asno significando a los sabios y a los ignorantes o a los dos pueblos, esto es, al judío, que está sometido al yugo de la ley y al gentil, a quien no domina razón ninguna. Porque el Señor saca del pozo de la concupiscencia a todos los sumergidos en él.