Catena Áurea

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Pilatos, que oyó decir Galilea, preguntó si era de Galilea, y cuando entendió que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió; a la sazón se encontraba en Jerusalén. Y Herodes cuando vio a Jesús se holgó mucho; porque de largo tiempo había deseado verle, por haber oído decir de El muchas cosas, y esperaba verle hacer algún milagro. Le hizo, pues, muchas preguntas; mas El nada le respondió. Y estaban los príncipes de los sacerdotes y los escribas, acusándole con grande instancia. Y Herodes, con sus soldados, le despreció, y escarneciéndole le hizo vestir de una ropa blanca, y le volvió a enviar a Pilatos. Y aquel día quedaron amigos Herodes y Pilatos, porque antes eran enemigos entre sí. (vv. 6-12)


Beda
Pilato consideró que no debía interrogar al Señor acerca de la acusación previa, y deseaba devolverlo, juzgándolo libre, aprovechando está repentina gran ocasión. Por ello dice: "Pilato, que oyó decir Galilea, preguntó si era de Galilea". Y para no verse obligado a sentenciarle, puesto que estaba convencido de su inocencia, y de que sólo lo habían aprehendido por envidia, lo envió para que Herodes lo oyese. Porque como Herodes era el tetrarca de aquel país, podía absolverlo o condenarlo. Prosigue: "Y cuando entendió que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió".

Teófil
En esto cumplía con la ley de los romanos, que ordenaba fuese sentenciado cada cual por el jefe de su jurisdicción.

San Gregorio moralium 10, 30
Herodes quiso comprobar la fama de Jesucristo, cuando quiso conocer sus milagros. Prosigue: "Y Herodes, cuando vio a Jesús, se holgó", etc.

Teófil
No porque esperase alguna utilidad de su visita, sino porque deseaba ver cosas no conocidas. Creía ver un hombre extraordinario, de quien había oído que era sabio y admirable. Prosigue: "Por haber oído de El muchas cosas", etc. Quería ver lo que diría, por lo tanto, le pregunta como burlándose y como haciendo mofa. Prosigue: "Le hizo, pues muchas preguntas". Mas Jesús, que todo lo hacía con un fin racional, y que, según David, ordenaba sus palabras con toda rectitud, creyó oportuno guardar silencio en tales circunstancias. Se reservó la palabra, porque a quien no aprovecha le sirve más bien de condenación. Por esto sigue: "Pues El a nada respondía".

San Ambrosio
Calló y no hizo nada, porque su modo de creer no merecía ver nada, y el Señor condena la arrogancia. Y acaso veía representado en Herodes a todos los incrédulos, que no habiendo querido creer en la Ley ni en los Profetas, menos podían creer en las obras prodigiosas de Jesús, publicadas en el Santo Evangelio.

San Gregorio moralium 22, 16
Cuando oyamos esto, debemos obrar igual. Cuando los que nos oyen quieran conocer nuestras obras, alabándonos, sin cambiar ellos su modo de obrar, debemos guardar silencio, no sea que mientras hacemos ostentación de la palabra divina, no favorezca ésta a los que son culpables, y sirva para perjuicio nuestro. Hay muchas causas que fomentan la curiosidad del que oye, especialmente si los que nos oyen alaban siempre lo que oyen, y nunca obran según lo que oyen.

San Gregorio moralium 10, 30
Preguntado repetidas veces el Salvador, calló, despreciando así a aquellos que deseaban ver sus milagros. Y conteniendo interiormente su gran poder, reprende con el silencio a aquellos que sólo desean ver las cosas exteriores, dejándolos fuera por ingratos y prefiriendo ser despreciado por los soberbios a ser alabado con palabras huecas por los que no le creen. Por esto sigue: "Y estaban los príncipes de los sacerdotes y los escribas, acusándole con grande instancia, y Herodes, con sus soldados, le despreció, y le hizo vestir de una túnica blanca", etc.

San Ambrosio
No en vano fue vestido por Herodes con una túnica blanca. Así demostraba su inocencia para ser digno de sufrir la Pasión, siendo así que el Cordero de Dios había tomado a su cargo todos los pecados del mundo, cuando en sí no cabía la menor mancha.

Teófil
Pero tú considera cómo el diablo se combate a sí mismo: había condensado los oprobios y las burlas en contra de Jesucristo, pero de ellas se desprendía que Jesús no era sedicioso, porque no se habría burlado de El la plebe, que tanto se gozaba en aquellas acciones nuevas. Cuando Jesús fue remitido por Pilato a Herodes, dio principio la amistad entre ambos, demostrando Pilato que no quería usurpar derechos ajenos juzgando súbditos de la jurisdicción de Herodes. Por lo que sigue: "Y aquel día quedaron amigos", etc. Véase como el diablo reúne por doquiera lo que está separado, con el fin de facilitar la muerte del Salvador. Avergoncémonos nosotros, si por causa de nuestra felicidad no conservamos a nuestros amigos en nuestra amistad.

San Ambrosio
En la figura de Herodes y Pilato, que eran enemigos y luego se hicieron amigos por Jesucristo, están representados el pueblo judío y el gentil, que vinieron a una unión íntima por la muerte del Salvador. De tal modo que primeramente el pueblo de las naciones recoge la palabra divina, y trasmite al pueblo judío el testimonio de su fe, para que por la gloria de su majestad vistan el cuerpo de Jesucristo, que antes habían despreciado.

Beda
Esta amistad de Pilato y Herodes también significa que los judíos y los gentiles, estando muy distantes entre sí por razón de su religión, de su origen y modo de pensar, se unirían en el tiempo de las persecuciones.


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