Parte Tercera. LA VIDA PÚBLICA

CAPÍTULO VI. PRIMERA EXCURSION POR GALILEA

1 Exprésalo muy bien Mc con una elocución raramente usada πρωί έννυχα λίαν (Vg diluculo valde).
2 Kατεδίωξεν αύτόν, dice enérgicamente Mc (Vg prosecutus est eum). Fué una verdadera «persecución», pero en buen sentido.
3 Mc emplea aquí otra expresión particular ωμοπόλεις (a la letra, las «aldeas-ciudades»), que designa todas las localidades pequeñas y grandes.
4 Lo mismo expresa Mc, diciendo: «Para esto he venido.» Cfr. Jn 3, 2; Jn 8, 42; Jn 13, 3; Jn 16, 27-28, 30; Jn 17, 8; etc.
5 El principio de otros dos se menciona en Mt 9, 35, y en Lc 8, 4-3.
6 Mc subraya esta última circunstancia.
7 Lc 4, 44, no pocas autoridades competentísimas en crítica textual han recibido la lectura: «en las sinagogas de la Judea» (en vez de Gailea); pero otros sabios críticos prefieren leer: Γαλιλαίας.
8 Cfr. Lc 1, 5; Lc 7, 17; Lc 23, 5; Hch 10, 37; etc.
9 Mt: «Recorría toda la Gailea enseñando..., predicando... y curando.» Mc y Lc dicen a la letra: «Estaba predicando...» Mc 2, 1, dirá, al mencionar el término del viaje, que tuvo lugar «después de días», fórmula muy vaga, pero que bien puede expresar aquí un intervalo considerable.
10 Mt 8, 2-4; Mc 1, 40-45; Lc 5, 12-16. La narración de Mc es muy animada y completa; la de Mt no es más que un breve resumen.
11 A cuatro codos, al tenor de la regla fijada por los rabinos. El codo equivalía a 0,525 m. 12
12 Cfr. 2R 5, 7.
13 Discútese este punto entre los médicos; la opinión afirmativa es la más común parece la más probable.
14 Lv 13, 45-46; Nm 5, 2; 2R 7, 3; 2R 15, 5.
15 2R 7, 3; Lc 17, 12.
16 Tal opinión pretendía hallar apoyo en algunos hechos bíblicos. Cfr. Nm 12, 9-15; 2R 15, 6; 2Cro 26, 19-21.
17 El célebre Rabbi Meir decía que no comería un huevo de Galina comprado en una calle habitada por un leproso.
18 Σπλαγχνισθείς, leemos en el texto griego. El autor de la epístola a los Hb menciona también por tres veces los sentimientos de compasión de Cristo. Cfr. Hb 2, 17; Hb 4, 15; Hb 5, 2. Cfr. también Flm 1, 8.
19 WOHLENBERG, Das Evangel. des Markus ausgelegt, p. 70.
20 Así se colige del empleo que hace Mc del verbo έμβριησάμενος (Vg comminatus est), que tanto en la lengua de los clásicos como en la de los escritores sagrados significa ordinariamente severidad del lenguaje o de los actos. Cfr. Mt 9, 30 (pasaje análogo a éste); Mc 14, 5; etc.
21 Cfr. Mt 4, 23-24; Mt 8, 16; Mt 9, 6; Mt 11, 4; Mt 12, 15-16, 22-25; Mt 14, 1, 21, etc.
22 Pueden verse en el Lv 14, 1-32, los ritos de la purificación de los leprosos.
23 L. Cl FILLION, Les miracles, t. 2, pp. 132-134.
24 Έξέβαλεν (Vg ejecit). Esta circunstancia se corresponde con έμβριμησάμενος y completa el cuadro, tan dramático ya de suyo.
25 Lc 4, 16-30. En Mt 13, 53-58, y en Mc 6, 1-16, hallaremos un episodio muy semejante a éste, pero con bastantes diferencias para que no podamos identificarlos.
26 Como sitio de la sinagoga se muestra hoy una pequeña iglesia, que, desde 1741, pertenece a los griegos católicos. La tradición es reciente, pues no parece vaya más allá del siglo XIII. Sin embargo, como el lugar se halla en la parte que fué sin duda la antigua Nazaret y no se presenta dificultad contraria, se puede tener como probable. Cfr. A. FERNÁNDEZ, Vida de J. C. , p. 322.
27 El texto de estas «Bendiciones» se ha aumentado en el transcurso del tiempo; pero el fondo ha permanecido sustancialmente el mismo.
28 Este nombre le viene de su primera palabra, que significa: «Escucha».
29 Dt 6, 4-9; Dt 11, 13-21; Nm 15, 35-41. Está mandado a todo israelita rezar dos veces al día, por la mañana y por la tarde, esta especie de profesión de fe, a la que alude claramente FLAVIO JOSEFO, Ant., 4, 8, 13.
30 En su forma actual contiene hasta diecinueve. Se halla en todos los Eucologios judíos, porque es la «plegaria» israelita por excelencia, como se la suele llamar. La duodécima Eulogia fué añadida a petición de Gamaliel II (hacia el fin del siglo I de nuestra Era), contra los Minnim («apóstatas»), es decir, contra los judíos que se habían hecho cristianos. Varios Padres citan este hecho con indignación. Cfr. SAN EPIFANIO, Haer., 29, 9; SAN JERÓNIMO, Camment. in Is 5, 18-19, etc. En el texto actual, en vez de Minnim se lee malsinim, «calumniadores».
31 Cfr. Hch 13, 15; Hch 15, 21.
32 Άναπτύξας (Vg revolvit): la expresión es exactísima
33 Acutalmente, el pasaje leído por Nuestro Señor forma parte de la haphtarah de la fiesta de la Expiación o del gran Perdón. Pero no quiere decir esto que se celebrase aquel día esta solemnidad en Nazaret, pues el ciclo de las lecturas bíblicas en las sinagogas es posterior a la época de Jesús.
34 Is 61, 1-2.
35 Señalamos las principales divergencias con el hebreo en nuestro comentario del Evangile de S. Luc., p. 114.
36 Cfr. Lv 25, 8-55.
37 El verbo άτενίζω indica una mirada penetrante, y la dicción ήσαν άτνίζοντες supone la continuación de esta mirada. Véase un cuadro semejante, Hch 6, 15.
38 También se puede traducir: «Hoy se ha cumplido esta palabra que acabáis de oír.»
39 Testimonio en todo favorable.
40 Sal 44, 3; Si 10, 12; Si 21, 19; Col 4, 6.
41 Como San Agustín antes de su conversión, embelesado con la «suavidad del lenguaje» de San Ambrosio, pero indiferente respecto al fondo mismo de su predicación. según cuenta él mismo, Expos. in Ezech., 33, 32.
42 En los Fragmentos de Eurípides (Fr. 247): «Médico para otros, y él cubierto de úlceras». OVIDIO, De re amat., 216; Et fateor, medicus turpiter aeger eram. Cfr. CICERÓN, Epist. ad divers., 4, 5: «Médico, cura tu costra», decían los rabinos (Tanchum, 4, 2, y Bereschit rabba, 23). Según WÜNSCHE, Neue Beitrdge, p. 426, dicen aún corrientemente los judíos: Rôfé', velô’lô, «Médico, y no para sí».
43 Hoy Suraf end, a orillas del Mediterráneo, a 35 Km. al Sur de Sidón.
44 Mt 13, 57, y Mc 6, 4, lo citarán a su vez, con ocasión de otra visita de Jesús a Nazaret. Cfr. también Jn 4, 44.
45 Jr 11, 21; Jr 12, 6.
46 1R 17, 8-16.
47 2R 5, 2-14.
48 Hch 7, 57. En condiciones semejantes tuvo lugar en Jrusalén el martirio de Santiago el Menor. Cfr. JOSEFO, Ant. 20, 9, 1. Jn 10, 31, cita tentativas de los judíos para apedrear a Nuestro Señor. Ál obrar de este modo creían manifestar celo por la religión mosaica.
49 Entre otros, H. J. Holtzmann, J. Weiss, Loisy.
50 Cfr. a este propósito EL. Cl. FILLION, Les miracles de N.-S. Jésus-Christ, pp. 35-36; t. 2, pp. 311-334.
Ya de antiguo se muestra en Nazaret un Santuario, que se venera como lugar del precipicio, en el actual Djebel el-Qafse, que domina la llanura de Esdrelón y a 2 Km. de Nazaret. Esta topografía no cuadra con Lc 4, 29, que habla de la altura en que estaba edificada la ciudad. El sitio parece haber sido un gran peñasco que hay junto a la iglesia de los Maronitas, por encima de los griegos católicos. Forma parte del Monte Djebel es Sikh y, aunque fuera de la ciudad, quedaba limitando con ella. Cfr. A. FERNÁNDEZ, Vida de 7. C., pp. 326 s.
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