Parte Tercera. LA VIDA PÚBLICA
CAPÍTULO VIII. LA SEGUNDA PASCUA EN JERUSALEN
1 Jn 5, 1-47.
2 Jn 1, 11; Jn 2, 14-25; Jn 3, 18-19, 26; Jn 4, 1-3, 44.
3Según otra lección, también autorizada: «la fiesta de los judíos» (con artículo).
4 Est 9, 17-20. Se celebraba en el mes de marzo.
5 Para la discusión de estas distintas opiniones, cfr. L. Cl. FILLION, L'Evangile de S. Jean, pp. 91-93; KNABENBAUER, Comment. in Evang. sec. Joannem, pp. 186-187. J. BOVER, La fiesta de los judíos en Jn 5, 1, EstEcl 26 (1952) 79-82; J. LEAL, Sinopsis, Madrid, 1961, pp. 80-82.
6 Jn 6, 4.
7En los manuscritos griegos hay aquí algunas variantes; hemos seguido la lección que nos ha parecido mejor acreditada.
8 En la Vg el edificio lleva el nombre de Bethsaida. Por lo demás, la forma del nombre varía en el texto griego. Cfr. EDERSHEIM, The Life of Jesus, 1, p. 462; ZAHN, Evangel. des Johannes, pp. 274-275.
9 Ne 3, 1-31; Ne 12, 38.
10 Llamada en árabe Bab-Sitti-Mariam.
11 Homil. in paralyt., 2.
12 Cfr. DB t. 1, col. 1730-1732; HASTINGS, Dictionary of Christ, t. 1, pp. 194-195.
13 La palabra griega ξηροί, a la letra, «secos», significa enfermos cuyos miembros están atrofiados.
14 L. Cl. FILLION, Les miracles de N. S. Jésus-Christ, t. 2. pp. 162-164.
15 El problema sigue en pie, aunque más generalmente los aa. hoy día dudan de la autenticidad. El P66 recientemente descubierto omite 5, 3.4.
16 Mgr. LE CAMUS, La Vie de N. S. Jésus-Christ, 2.ª edic., t. 1, p. 319.
17 Uno de los ξηροί mencionados más arriba. No especifica el narrador su enfermedad; pero del contexto se deduce que era una parálisis parcial.
18 Nuestro Señor, dice el evangelista (Jn 5, 6), conocía esta circunstancia por su ciencia sobrenatural.
19 Cfr. Ne 13, 19.
20 Sanhedr., f. 90, 1.
21 Cfr. Jn 7, 22-23.
22 Legat. all., 1, 3.
23 Gn 2, 1-3; Ex 20, 11; Ex 31, 16-17.
24Castiga a los unos y bendice a los otros. Bereschiht rabba, 11. Cfr. también CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, Strom., 6, 141-142; EUSEBIO, Praeparat. evangel., 13, 12, 11.
25 Jn 5, 18: πατέραίδιον, Patrem proprium.
26 Jn 5, 19-30.
27 Jn 5, 31-47.
28 Mt 25, 31-46. Cfr. 1Co 15, 54-56.
29 Jn 8, 14.
30 «No ha de creerse, decían también los rabinos (Ketuboth, 23, b), a testigos (que deponen) en su propia causa.» Cfr. CICERÓN, Pr Roscio, 36, 103; etc.
31 Jn 1, 8-9.
32 También JOSEFO alaba su celo en este punto. Cfr. Ant., 17, 2, 4; Bell. jud., 2, 8, 14.
33 2Co 3, 14-16.
34 Cfr. Tom., 2, 17-20.
35 Cfr. Mt 24, 5, 24.
36 Mt 12, 1-8; Mc 2, 23-28; Lc 6, 1-5. En Mt aparece este episodio en época demasiado adelantada de la vida del Salvador; más parecen conformarse al orden verdadero de los hechos los otros sinópticos.
37 'Eν σαββάτω δευτεροπρώτφ. Algunos han negado en nuestros días la autenticidad de este epíteto, so pretexto de no hallarse en algunos manuscritos de autoridad. Cfr. WESTCOTT y HORT, The N. Test. in the original Greek, t. 2, p. 48. Pero el traerlo la mayor parte de los manuscritos griegos y versiones antiguas parece demostrar que no es resultado de una interpolación. Su misma oscuridad es más favorable a la autenticidad. Se concibe que algunos copistas lo hubiesen suprimido por hallarlo ininteligible; pero no había razón para insertarlo falsamente en el texto. Cfr. ZAHN, loc. cit. El erudito crítico Tischendorf cambió muchas veces de opinión en este punto; después de haberlo suprimido en algunas ediciones de su Novum Testamentum griego, lo restableció definitivamente en su octava edición. Cfr. J. M. BOVER, EstEcl 7 (1928) 97-103; J. U. AUDET, Science Ecclés.(Montréal) 10 (1958) 361-83.
38 Tiene por autor a SCALIGERO, De emendat. temp., lib. 6.
39 Lv 23, 15-22.
40 Dt 23, 24-25.
41 Él codo equivalía a 0,525 m.
42 Así dice el expresivo texto de Mc: "Iδε. Mt dice: ίδού , «he aquí». Según Lc los fariseos se dirigieron directamente a los discípulos, diciendo «¿Por qué hacéis lo que no es permitido?» Los dos hechos son fácilmente conciliables; pudo ser hecha la pregunta a Jesús y a sus discípulos.
43 Cfr. L. Cl. FILLION, L'Evangile de S. Matthieu, pp. 236-237, y L'étude de la Bible, 1922, pp. 334-335.
44 Ex 34, 21.
45 Aún subsiste en Israel el espíritu farisaico tocante al sábado. Los judíos creyentes observan el reposo sabático con tanto rigor como sus padres. Los hay que no se atreverían ni a dar cuerda a su reloj en tal día ni abrir una carta; que llaman a un cristiano para encender el fuego preparado desde la víspera, y que creerían cometer grave falta escribiendo una sola línea.
46 Alúdese al tabernáculo, que estaba entonces en Nob, ciudad situada al Norte de Jerusalén, en la tribu de Benjamín, no lejos de Anathoth. Cfr. 1S 21, 1-6; Ne 11, 32; Is 10, 32. La mención que hace Mc de Abiatar en vez deAbimelech, su padre, que era entonces el verdadero Sumo Sacerdote, no es motivo de seria dificultad. Cfr. L. Cl. FILLION, L'Evangile de S. Marc., p. 50.
47 Cfr. 1S 21, 1-6.
48 Lv 24, 5-9; L. Cl. FILLION, Atlas archéologique.
49 Cfr. Mt 12, 3, 5; Mt 19, 4; Mt 21, 16, 42; Mc 2, 25; Mc 12, 10, 26; Lc 6, 3; Lc 10, 26.
50 Mt 5, 21, 27, 33, 38, 43.
51 Schabbath, 19, 1.
52 Mt 9, 13.
53 Mt 12, 9-14; Mc 3, 1-6; Lc 6, 6-11.
54 Mt 23, 6; Mc 12, 39; Lc 20, 46
55 Cfr. Mc 1, 21-26; Lc 4, 33-35.
56 Schabbath, 128, b. MACROBIO, Sat., 1, 16, alude a esta tolerancia: Si bos in specum decidisset, eumque paterfamilias adhibitis operis liberaset, non est visus ferias polluisse.
57 En griego, siguiendo la gran mayoría de los manuscritos πωρώσει, «endurecimiento». La Itala y la Vg leyeron πηρώσει, caecitate, «ceguera». También se encuentra la lección νεχρώσει, la «muerte» (algunos manuscritos latinos: super mortua illorum corda). El sentido es el mismo, con pequeñas diferencias.
58 No es demasiado fuerte la palabra. Lc nos muestra a los fariseos «llenos de demencia». Frecuentemente la cólera violenta es un acceso momentáneo de locura furiosa.
59 Lc 13, 31-32; Lc 23, 8-12. Cfr. Mt 14, 1-2; Mc 6, 14-16; Lc 9, 7-9.
60 Mt 12, 15-21 (y también Mt 4, 24-25); Mc 3, 7-12; Lc 6, 17-19.
61 Aquí, como en otros lugares (Mt 2, 12, 14, 22; Mt 14, 12; Mt 19, 13; etc.), el verbo griego άναχωρείν (Vg recedere, secedere), tiene la significación especial de «alejarse», para escapar de un peligro.
62 'Eπιπίπτειν dice dramáticamente Mc.
63 Mc 1, 41; Cfr.Mc 5, 27; Mc 6, 56; Mc 8, 22, etc.
64 Mc 1, 25; Lc 4, 35.
65 Is 42, 1-4.
66 Está citada libremente, sin sujeción ni al texto hebreo, ni a la traducción de los LXX. Para su explicación circunstanciada, cfr. SAN JERÓNIMO, Epist. ad Algasiam, y también los comentarios de la profecía de Is y al Ev de Mt.
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