Parte Cuarta. PASIÓN Y RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

CAPÍTULO I. EL DOMINGO DE RAMOS. JESÚS ENTRA SOLEMNEMENTE EN JERUSALÉN A TÍTULO DE MESÍAS

1 Mt 21, 1-11; Mc 11, 1-11; Lc 19, 29-44; Jn 12, 12-19. Para el sentido mesiánico de este episodio cfr. J. ALONSO, Evangelio según S. Marcos 2, Madrid, 1964, p. 439-441.
2 Lc 19, 11.
3 Méditation sur l'Evangile, última semana, día primero.
4 Jn 18, 36.
5 Jn 12, 12.
6 Se cita 2S 15, 30, a propósito de la sublevación de Absalón, que obligó a David a dejar precipitadamente la ciudad de Jerusalén; 1R 11, 7, y 2R 23, 13, a propósito de la conducta sacrílega de Salomón, que había hecho edificar allí templos en honor de las divinidades paganas, a que sus mujeres daban culto. Za 14, 4, lo señala como lugar de donde vendrá el Señor en ayuda de la parte fiel de su pueblo, para socorrerle contra poderosos enemigos.
7 Los árabes, cristianos y musulmanes lo llaman Djebel ez-Zeitun, que significa precisamente «Monte de los Olivos». Se llama también en árabe Djebel et-Tur, «la montaña», por excelencia de los alrededores de Jerusalén.
9 Si es que es auténtica la mención de Betfagé en el texto griego de Mc 11, 1.
10 Villula, dice San Jerónimo.
11 Cfr. A. FERNÁNDEZ, Vida de J. C. , p. 502.
12 Lc 22, 10-13, Lc 22, 34; Jn 16, 32; Jn 21, 18; etc.
13 Nm 19, 2; Dt 21, 3; 1S 6, 9; VIRGILIO, Georg., 4, 54; HORACIO, Epod., 9, 32; etc.
14 SAN JUSTINO, Apolog., 1, 54, 14, puntualiza aún más, y dice que el pollino estaba atado a una cepa.
15 Έπἰ τοΰ ἁμφόδου (epì toū amfódou). Quizá quiso el evangelista significar con esta expresión el camino que daba vuelta a la propiedad. Según otros, se trataría del sendero que conducía desde la casa al camino general.
16 Is 9, 6.
17 Za 9, 9.
18 Mt 21, 4-5; Jn 12, 14-15. Jn sólo aduce las palabras esenciales. Mt lo cita más extensamente, aunque con bastante libertad, aproximándose más al texto hebreo que al de los LXX: «Decid a la hija de Sión: He aquí que tu rey viene a ti, manso, sentado sobre una asna y sobre el pollino de la que lleva el yugo.» Estas últimas palabras significan también la asna.
19 Is 62, 11.
20 Cfr. Jdt 5, 10; Jdt 10, 4; 1S 17, 21.
21 Mt 21, 2, 7.
22 Lc 19, 35 ἐπεβίβασαν (epebíbasan) (Vg., imposuerunt Jesum). Igualmente Mt 21, 7, según la Vg., que ha seguido la variante ἐπεχάθισαν (epekáthisan) (sedere fecerunt), en vez de la lección más probable, ἐπεχάθισεν (epekáthisen) «se sentó».
23 Mt 21, 8: ὁ πλεῖστος ὄχλος (ó pleìstós óchlos) (Vg., plurima turba), ὄχλοι (turbae); Lc 19, 37: ἅπαν τὸ πλῆθος τῶν μαθητῶν (hapan tò plēthos tōn mathetōn) (omnes turbae discipulorum); ὁ ὄχλος πολύς (ó óchlos polís) (turba multa)..., etc.
24 Jn 11, 50.
25 Targ. Est, 8, 15.
26 HERODOTO, 7, 54.
27 2M 10, 7. Cfr. también 2R 9, 13.
28 TITO LIVIO, 10, 47.
29 TÁCITO, Hist., 5, 8.
30 Lc 19, 37; Jn 12, 17.
31 Hoshana. La forma completa sería hoshiana. Sal 118, 25 (Vg., 117, 25).
32 Al hosanna hebreo sustituye Lc la palabra δόξα (dóxa) «gloria», que era más clara para sus lectores de origen gentil. La última exclamación, tal como la cita, recuerda la doxología angélica de Belén (Lc 2, 14).
33 Jn 12, 13.
34 JOSEFO, Ant., 13, 13, 5.
35 1M 13, 51; 2M 10, 7; etc.
36 Lc 19, 39-44; Jn 12, 19.
37 Se emplea también en la profecía de Ha 2, 11, y en VIRGILIO, Eglog., 5, 28; OVIDIO, Metarnorph., 2, 697; CICERÓN, Mamen.; etc.
38 Jn 11, 57.
39 Lc 19, 41.
40 JOSEFO, Bell. jud., 2, 1-3.
41 En griego ἔκλαυσεν (éklausen). Cerca de la tumba de Lázaro sólo había llorado en silencio, ἐδάκρυσεν (edákryusen) (Jn 11, 35).
42 Se lee hasta doce veces, en sus diferentes formas (σὺ, σου, σὲ, σοι) (sú, soū, sé, soi) , en el intervalo de tres versículos.
43 En particular para el atrincheramiento (en griego, χάραξ) (chárax) de que los romanos rodearon la ciudad. Se llamaba así una empalizada formada con estacas, reforzada con ramaje y tierra, junto a la cual solía hacerse un foso. Los judíos, en una salida, consiguieron quemar esta empalizada; pero Tito la sustituyó con un muro sólido.
44 Como por un temblor de tierra, dice el griego ἐσείσθη (eseísthe).
45 Mt 2, 3.
46 Jn 12, 16.