Catena Áurea
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Vivía entonces una profetisa, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, que era ya de edad muy avanzada, y la cual, casada desde la flor de ella, vivió con su marido siete años; y habíase mantenido viuda hasta los ochenta y cuatro de edad, no saliendo del templo, y sirviendo en él a Dios día y noche con ayunos y oraciones. Esta, pues, viniendo a la misma hora, alababa igualmente al Señor, y hablaba de El a todos los que esperaban la redención de Israel. (vv. 36-38)
San Ambrosio
Había profetizado Simeón, había profetizado una que era casada, y había profetizado una Virgen. Debió también profetizar una viuda para que no faltase ningún sexo ni condición. Y por ello dice: "Vivía entonces una profetisa llamada Ana", etc.
Teofilacto
Se detiene el evangelista, describiendo la persona de Ana, diciendo quién era su padre, cuál era su tribu, y presentando como testigos a muchos que vieron a su padre y su tribu.
San Gregorio Niceno
O tal vez porque en aquel tiempo había otras mujeres que tenían el mismo nombre de su padre, y dice cuál es su procedencia.
San Ambrosio
Ana, tanto por sus virtudes de viuda, cuanto por sus costumbres, está representada como digna de anunciar al Redentor del mundo, por lo que continúa: "Que era ya de edad muy avanzada, y había vivido desde su virginidad, siete años con su marido y siendo viuda hasta los ochenta y cuatro años".
Orígenes, in Lucam, 17
No en vano el Espíritu Santo habitó en ella, porque el primer bien es poseer, si se puede, la gracia de la virginidad. Pero si esto no es posible, y sucede que la mujer pierda a su marido, debe permanecer viuda, y hallarse con este ánimo, no sólo después de la muerte de su marido, sino también mientras él vivió, a fin de que Dios, si no sucede así, premie su voluntad y su propósito, debiendo decir: Yo ofrezco esto, yo prometo que, si me sucede lo que no deseo, permaneceré viuda y pura. Con razón, pues, mereció esta santa mujer recibir el espíritu de profecía, porque había subido a la cumbre de la perfección, por su dilatada castidad, y por sus prolongados ayunos. Por lo que sigue: "No saliendo del templo, y sirviendo en él a Dios día y noche en ayunos y oraciones", etc.
Orígenes
Esto indica que poseía todas las demás virtudes. Veamos, pues, cómo era conforme con Simeón por sus virtudes. Los dos estaban juntos en el templo, y juntos fueron considerados dignos de la gracia profética. Por ello sigue: "Esta, pues, sobreviniendo a la misma hora, alababa igualmente al Señor".
Teofilacto
Esto es, daba gracias viendo la salvación del mundo en Israel, y decía de Jesús que era el Redentor, y el mismo Salvador. De aquí prosigue: "Y hablaba de El a todos los que esperaban", etc.
Orígenes
Y como Ana la profetisa habló poco y no muy claro de Jesucristo, el Evangelio no refiere explícitamente lo que ella dijo. También se puede creer que tal vez habló Simeón antes que ella, porque éste representaba la forma de la ley (puesto que su nombre quiere decir obediencia) y ella representaba la gracia (según la significación del suyo), y como Jesucristo estaba entre ellos, dejó morir al primero con la ley, y fomentó con la gracia la vida de la última.
Beda
Según el sentido místico, Ana significa la Iglesia, que en la actualidad ha quedado como viuda por la muerte de su esposo. También el número de los años de su viudez representa el tiempo de la peregrinación del cuerpo de la Iglesia lejos del Señor. Siete veces doce hacen ochenta y cuatro; siete expresa la marcha del tiempo que gira en siete días, y doce que pertenecen a la perfección de la doctrina apostólica. Por esto, tanto la Iglesia universal, como cualquier alma fiel, que procure pasar todo el tiempo de la vida según la doctrina de los apóstoles, se puede decir que ha servido al Señor por espacio de ochenta y cuatro años. También concuerda bien con esto el tiempo de siete años, que esta viuda había vivido con su marido. Porque en virtud de un privilegio de la majestad del Señor, que El mismo en carne mortal nos ha explicado, el número de siete años es signo que expresa un número perfecto. También el nombre de Ana se conforma mucho con la Iglesia, porque su nombre significa gracia. Es hija de Fanuel que quiere decir cara de Dios, y desciende de la tribu de Aser, que quiere decir bienaventurado.