Catena Áurea

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Y estaba enseñando de día en el templo; y de noche se salía y la pasaba en el monte llamado del Olivar. Y todo el pueblo madrugaba por venir a oírle en el templo. (vv. 37-38)


Beda
El Señor confirma con su propio ejemplo lo que había explicado con palabras; respecto a la venida del Juez y de la incertidumbre del resultado del juicio, nos exhorta a que vigilemos y oremos, y El mismo (cuando se acercaba el día de su pasión) nos da ejemplo con sus enseñanzas, con sus vigilias y con sus oraciones. Por esto dice: "Y estaba enseñando de día en el templo". En lo que da a entender con su ejemplo que es grata a Dios la vigilancia, para enseñar a nuestros prójimos con obras y palabras el camino de la verdad.

San Cirilo
¿Qué enseñaba sino la transición a un culto superior al de la ley de Moisés? Se acercaba el tiempo en que debía desaparecer la sombra y brillar la verdad.

Teofiactus
Pasaron en silencio los evangelistas muchas de las cosas que hizo Jesucristo, quien habiendo predicado por espacio de tres años dice alguno que todo lo que dijo puede reducirse a lo que puede expresarse en un solo día. Esto, sin duda, lo dicen así porque citan pocas cosas de lo mucho que hizo o dijo, dándonos así únicamente una ligera idea de la dulzura de su doctrina; nos manifiesta, pues, el Señor, que conviene hacer oración de noche y con reposo y de día consagrarnos al provecho de los demás. O lo que es lo mismo, recoger de noche y distribuir lo recogido durante el día. Por esto añade: "Y de noche se salía y la pasaba en el monte de los Olivos", haciendo esto para darnos ejemplo.

San Cirilo
Y como su palabra manifestaba su poder y con autoridad trasladaba al orden espiritual lo que habían dicho Moisés y los profetas por medio de figuras, el pueblo lo oía con avidez. Por esto sigue: "Y todo el pueblo madrugaba para oírle en el templo". Conveniente era decir al pueblo cuando venía a El: "Dios, Dios mío, despierto me levanto para ti al mismo tiempo de la luz" ( Sal 62, 2).

Beda
En sentido espiritual, puede decirse que cuando vivimos con sobriedad, piadosa y justamente en medio de la prosperidad, enseñamos de día en el templo, porque enseñamos a los fieles la manera de obrar bien, y habitamos de noche en el monte de los Olivos, porque respiramos en medio de las tinieblas de las penas por medio del consuelo espiritual, y por ello madruga también el pueblo para venir a nosotros cuando nos imita en prescindir de las obras de las tinieblas o en disipar las nieblas de las aflicciones.


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