Catena Áurea
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← Lc 22, 7-13 →
Vino, pues, el día de los Azimos, en que era menester matar la Pascua. Y envió a Pedro y a Juan, diciendo: "Id a aparejarnos la Pascua para que comamos". Y ellos dijeron: "¿En dónde quieres que la aparejemos?" Y les dijo: "Luego que entréis en la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa en donde entrare. Y decid al padre de familia de la casa: el Maestro te dice: ¿En dónde está el aposento donde tengo que comer la Pascua con mis discípulos? Y él os mostrará una grande sala aderezada; disponedla allí". Y ellos fueron y lo hallaron como les había dicho, y prepararon la Pascua. (vv. 7-13)
Tito Bostrense.
El Señor, para dejarnos la Pascua celestial, comió lo que la figuraba, a fin de que desapareciendo la figura, dejara paso a la verdad. Por esto dice: "Vino, pues, el día de los Azimos".
Beda.
Llama día de los Azimos de la Pascua al día catorce del primer mes, cuando -quitado el fermento- se acostumbraba matar la pascua, esto es, el cordero.
San Eusebio., in Cat. graec. Patr.
Dirá alguno que ya que los discípulos preparan la Pascua al Salvador en el primer día de los Azimos, nosotros debemos celebrarla también en ese mismo día. Pero esto no fue un mandato, sino una relación histórica de lo que sucedió en los días de la pasión. Una cosa es referir lo que ha sucedido, y otra sancionar lo que se ordena a la posteridad. Además, Jesucristo no celebró la Pascua al mismo tiempo que los judíos, en el día en que ellos sacrificaban el cordero. Porque ellos lo hicieron en el día de la parasceve en que el Salvador murió. Por eso no entraron en el atrio de Pilato, para poder celebrar la Pascua ( Jn 19). El día que ultrajaron la verdad y alejaron de sí al Verbo de la verdad no fue el día de los Azimos, en el cual debía inmolarse la pascua y se acostumbra comer el cordero -pues eran muy cuidadosos respecto a esto-, sino fue al día siguiente, que era el segundo día de los Azimos. El Señor, pues, celebró la Pascua con sus discípulos en el primer día de los Azimos, esto es, en el día quinto respecto del sábado.
Teófil.
El mismo día quinto fue cuando envió a dos de sus discípulos a que le preparasen la Pascua. Mandó a San Pedro y a San Juan a uno como amante y al otro como amado. Por ello sigue: "Y envió a Pedro y a Juan a preparar la Pascua", etc, para demostrar que era exacto cumplidor de la Ley hasta el extremo de su vida. Los envió a una casa ajena, porque ni El ni sus discípulos la tenían. De otro modo la hubiese celebrado en la casa de alguno de ellos. Por eso añade: "Y ellos dijeron: '¿Dónde quieres que la preparemos?'".
Beda.
Como diciendo: "No tenemos casa ni habitación". Fíjense en esto los que se esmeran en edificar casas. Observen cómo Jesús, siendo el Señor de todo, no tiene dónde reclinar la cabeza.
Crisóstomo., hom. 82, in matth
Como no sabían a dónde debían ir, les dio las señas como Samuel a Saúl ( 1Sam 10), por lo que añade: "Y les contestó: 'Luego que entréis en la ciudad encontraréis un hombre, que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa en donde entrare'".
San Ambrosio
En primer lugar obsérvese la majestad de la divinidad: habla con sus discípulos y ya conoce lo que va a suceder. Después, su condescendencia, porque no elige la casa de un poderoso, sino que prefiere el humilde albergue de un pobre a los palacios de los nobles. El Señor conocía el nombre del dueño, conocía el secreto y lo que había de suceder; por esto lo designa sin citar su nombre para que aparezca más pobre.
Teófil
Los manda a un hombre desconocido para dar a entender que va a sufrir voluntariamente su pasión, porque quien se calló el nombre de este hombre desconocido, para dar que pensar a sus discípulos, podía obrar con los judíos como mejor le pareciese. Dicen algunos que se calló el nombre de aquel hombre para evitar que el traidor llevase a su casa a los fariseos, los que podrían prenderle antes de celebrar la cena y de entregar a sus discípulos los misterios más sublimes. Según algunos indicios, los había dirigido a cierta casa; por lo que sigue: "Y decid al padre de familia: 'El Maestro dice: ¿En dónde está el aposento?', etc. Y él os mostrará una sala grande", etc.
Glosa
Con esas señas los discípulos cumplieron exactamente cuanto se les había ordenado. Por ello prosigue: "Y ellos se fueron y lo hallaron así como les había dicho, y prepararon la Pascua".
Beda
Hablando de esta Pascua el Apóstol dice: "En nuestra Pascua ha sido inmolado Jesucristo" ( 1Cor 5, 7). Entonces, era necesario que su Pascua concluyese, puesto así estaba consagrado desde los orígenes por el designio paterno y su santa determinación. Y aunque Jesús fue crucificado al día siguiente, es decir en la decimoquinta luna, dio comienzo a su inmolación -es decir a su pasión- en esta noche en que los judíos sacrificaban el cordero, una vez aprehendido y atado.
Teófil
Entendemos por día de los Azimos toda forma de vida que está en la luz espiritual, no conservando nada de la vejez del primer delito de Adán. En esta forma de vida nos debemos deleitar con los misterios de Cristo. Estos misterios los preparan San Pedro y San Juan, es decir, la acción y la contemplación, el fervor del celo y la mansedumbre pacífica. El hombre sale al encuentro de estos preparadores. Según lo que llevamos dicho conocemos el estado del hombre, que fue un día creado a imagen y semejanza de Dios. Lleva un cántaro de agua, representando el agua la gracia del Espíritu Santo. El cántaro representa la humildad del corazón. El Señor da su gracia a los humildes, que se reconocen polvo y tierra.
San Ambrosio
El cántaro representa también la medida perfecta, y el agua es la que ha merecido ser sacramento de Cristo, la que ha merecido limpiar y no ser limpiada.
Beda
Preparan la Pascua donde entra el cántaro de agua, porque ha llegado el tiempo en que debe ofrecerse a los fieles la realidad de la verdadera Pascua, cesando el derramamiento de sangre y dando principio a la destrucción de la culpa, por medio de la fuente saludable del bautismo.
Orígenes. Super Matth, tract. 35
Yo creo que el hombre que salió al encuentro de los discípulos cuando entraban en la ciudad llevando un cántaro lleno de agua era un criado del padre de familia, que ejecutaba un mandato y llevaba agua potable en un cántaro frágil. Me parece también que Moisés no fue otra cosa que ese cántaro, puesto que era portador de la doctrina espiritual según nos lo refiere la historia. Y los que no lo siguen espiritualmente, no pueden celebrar la Pascua con Jesucristo. Subamos, pues, con el Señor que está con nosotros, al lugar alto donde está nuestro aposento. Ya nuestra conciencia (que es el padre de familia) nos lo muestra, como los apóstoles del Señor lo han enseñado a los hombres. Esta casa alta debe ser grande para que pueda caber en ella Jesús, el Verbo de Dios, que no cabe sino en las almas grandes. Y que esta casa sea preparada por el padre de familia -es decir por el entendimiento-, para el Hijo de Dios. Que quede completamente limpia, no teniendo las suciedades de la malicia. Que el nombre del dueño de la casa no sea conocido por todos; por esto dice espiritualmente, según San Mateo: "Id a cierto hombre" ( Mt 26, 18).
San Ambrosio
En la parte más elevada es donde tiene el salón, para que conozcas su elevado mérito, en que descansa el Señor de las grandes virtudes con sus discípulos, complaciéndose en ellas.
Orígenes Super Matth. ubi sup
Debemos saber también que los que viven entre las satisfacciones y cuidados del mundo, no suben a aquella casa, por lo que no celebran la pascua con Jesucristo. Después de las palabras de los discípulos, con que convencieron al padre de familia -es decir el entendimiento-, vino la divinidad, acompañando a sus discípulos, a la casa ya citada.