Catena Áurea
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← Lc 22, 14-18 →
Y cuando fue hora, se sentó a la mesa, y los doce apóstoles con El, y les dijo: "Con deseo he deseado comer con vosotros esta Pascua, antes de que padezca; porque os digo, que no comeré más de ella, hasta que sea cumplida en el reino de Dios". Y tomando el cáliz dio gracias, y dijo: "Tomad y distribuidlo entre vosotros, porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios". (vv. 14-18)
San Cirilo
Después que los discípulos hubieron preparado la Pascua, se trata de su celebración. Por ello dice: "Y cuando fue la hora", etc.
Beda
La hora de celebrar la Pascua estaba fija en el día 14 del primer mes a la caída de la tarde, cuando ya aparece iluminada la luna del día 15.
Teófil
Pero, ¿cómo se dice que Jesús estaba recostado, si los hebreos comían el cordero de pie? Si bien es verdad que el Salvador celebraba la Pascua legal, también es cierto que allí tomaron varios otros alimentos, por lo que se recostaron según era costumbre.
Continúa: "Y les dijo: 'Con ansia he deseado comer con vosotros esta Pascua'", etc.
San Cirilo
Como el discípulo avaro buscaba el momento oportuno para cometer su crimen, no quiso el Señor decir la casa y el dueño con quien celebraría la Pascua para evitar que lo entregase antes de su celebración, manifestando que ésta era la causa.
Teófil
O bien dice: "Con ansia he deseado", como diciendo: "Esta es mi última cena con vosotros, por lo que me es muy grata y la he deseado mucho". Así sucede a los que se van a marchar, que pronuncian a última hora las palabras más cariñosas.
Crisóstomo
Se expresa en estos términos porque lo esperaba la cruz después de la Pascua. Vemos que el Señor había predicado muchas veces que sucedería su pasión, y siempre se mostraba deseoso de padecerla.
Beda
En primer término deseaba comer el cordero pascual -que era la figura de sí mismo- con sus discípulos, y así declara al mundo los misterios de su pasión.
San Eusebio. in Cat graec. Patr
Cuando el Señor estaba celebrando la nueva Pascua, dijo muy oportunamente: "Con deseo he deseado comer esta Pascua con vosotros", es decir el nuevo misterio del Nuevo Testamento, que ofrecía a sus discípulos. Esto es precisamente lo que tanto habían deseado los profetas y los santos. Y aun El mismo, ansiando la salvación de todos, les hacía donación de estos misterios, que tanto beneficio habían de reportar a toda la humanidad. La Pascua que ordenó Moisés, en cambio, estaba circunscrita a un solo lugar -a Jerusalén-, donde únicamente se celebraba. Y como no convenía a todas las gentes, no era deseada.
San Epifanio. Contra haeres. I, 30. num. 22
De aquí podría tomarse materia para combatir la herejía de los ebionitas respecto de la comida de la carne, cuando Jesús come el cordero de los judíos. Dijo terminantemente "esta Pascua" para que no hubiese quien creyese que se refería a otra.
Beda
Así pues, el Señor se muestra a favor de la Pascua que se celebraba conforme a la Ley. Y enseñando que ésta había sido conveniente como figura de su entrega, prohíbe que en adelante se le dé un carácter material. Por ello sigue: "Porque os digo que no comeré más de ella hasta que sea cumplida en el reino de Dios"; es decir, nunca celebraré la Pascua según Moisés, hasta que en la Iglesia sea realizada en sentido espiritual. La Iglesia es el reino de Dios, como dice San Lucas: "El reino de Dios está entre vosotros" ( Lc 17, 21). Pertenece también a la antigua Pascua que se proponía abolir lo que añade: "Y tomando el cáliz, dio gracias, y dijo: 'Tomad, y distribuidlo entre vosotros'". Dio gracias porque habían pasado las figuras y empezaban a realizarse los nuevos misterios.
Crisóstomo., orat. 1, De Lazaro
Acuérdate cuando te sientes a la mesa que debes orar después que hayas comido. Y no cargues el estómago de una manera desconsiderada -o come con sobriedad-, para poder postrarte sin dificultad y hacer oración. No nos acostemos inmediatamente después de comer, ya que antes debemos orar. Esto nos enseñó claramente Jesucristo, dándonos ejemplo de que después de comer no debemos tomar el descanso y el sueño, sino la oración y la lectura de los Libros Sagrados. Prosigue: "Porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios".
Beda
Esto puede entenderse simplemente creyendo que desde la cena hasta el día de la resurrección -en que había de venir el reino de Dios-, no volvería a beber vino. Después ya comió y bebió, como asegura San Pedro cuando dice: "Comimos y bebimos con El, después que resucitó de entre los muertos" ( Hch 10, 41).
Teofilacto. Super Donec regnum Dei veniat
Se llama reino de Dios a la resurrección, porque destruyó la muerte. Por eso decía David: "El señor reinó y se vistió de majestad" ( Sal 92, 1), es decir, vestido de gloria, como dijo Isaías ( Is 63), despojado de la corrupción corporal. Cuando se hubo verificado la resurrección volvió a beber con sus discípulos. Así probó que la resurrección no había sido ficticia.
Beda
Pero es lógico que así como antes había comido del cordero figurativo, así ahora niega que volverá a gustar la bebida de la Pascua hasta que, inaugurada la gloria del Reino, venga la fe a los hombres, para que por medio de las dos más solemnes publicaciones de la ley, es decir la comida y la bebida pascual transformadas en sentido espiritual, aprendamos que todos los sacramentos de la ley se dictaron para que se cumpliesen en el orden espiritual.