Catena Áurea
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"¿Por ventura no os dio Moisés la Ley y ninguno de vosotros hace la Ley? ¿Por qué me queréis matar?" Respondió la gente, y dijo: "Demonio tienes: ¿quién te quiere matar?" Jesús les respondió, y dijo: "Hice una obra, y todos os maravilláis. Por esto os dio Moisés la circuncisión: (no porque ella es de Moisés, sino de los padres), y circundáis al hombre en sábado. Si recibe el hombre la circuncisión en sábado porque no se quebrante la Ley de Moisés, ¿os ensañáis contra mí porque sané en sábado a todo un hombre? No juzguéis según lo que aparece, mas juzgad justo juicio". (vv. 19-24)
Crisóstomo, in Ioanem hom. 48
Dos recriminaciones presentaban los judíos contra Jesucristo: una, porque no respetaba el sábado; otra, porque decía que Dios era su Padre, haciéndose igual a Dios. Respecto de la segunda, ya probó que no era enemigo de Dios, porque enseñaba lo mismo que El. Respecto de la profanación del sábado, les arguye diciendo: "¿Por ventura no os dio Moisés la Ley, y ninguno de vosotros hace la Ley?" Como si dijese: la Ley dice no matarás, y vosotros matáis, que es lo que expresa a continuación: "¿Por qué me queréis matar?". Como si dijese: porque aunque yo haya quebrantado la Ley curando a un hombre, esta transgresión fue para bien; pero vosotros quebrantáis la Ley para mal, por lo que no debo ser juzgado por vosotros acerca de la infracción de la Ley. Por tanto, los impugnó por dos razones, diciendo "¿por qué me queréis matar?" y manifestando que los que traman la muerte de alguien no son dignos de juzgar a otro.
San Agustín, in Ioanem tract. 30
Y dice esto, porque si hubiesen obrado con arreglo a la Ley, hubiesen conocido a Jesucristo por las mismas palabras de la Ley, y no le hubiesen muerto, teniéndole presente. Mas la turba le dio una respuesta, inspirada, no por el amor del orden, sino del desorden. Prosigue, pues: "Respondió la turba y dijo: demonio tienes: ¿quién te quiere matar?". Decían que tenía el demonio el mismo que arrojaba a los demonios. Mas el Señor no se turbó, sino que permaneció tranquilo en su verdad, y no devolvió maldición por maldición, sino que respondió con mansedumbre.
Beda
En lo cual nos dejó un ejemplo de paciencia, para que siempre que seamos objeto de imputaciones falsas, levantadas por alguno, las suframos con paciencia y no opongamos las verdades que podamos presentar en defensa nuestra, sino que demos consejos saludables. Sigue, pues: "Jesús les respondió y dijo: hice una obra, y todos os maravilláis".
San Agustín, ut sup
Como si dijere: ¿qué sucedería si vieseis todas mis obras? Porque obras suyas eran las que veían en el mundo, pero no lo veían a El, que era el que hizo todas las cosas: hizo una sola cosa, y todos se maravillaron porque curó a un hombre en día de sábado: como si aquel enfermo curado en sábado pudiese haberlo curado otro que Aquel que los maravilló porque había curado a un hombre en sábado.
Crisóstomo, in Ioanem hom. 48
Y esto es lo que dice: "Os maravilláis", esto es, os turbáis y os alborotáis. Y véase cómo les arguye prudentemente por medio de la Ley: quiere, pues, dar a conocer, que cuando hizo esto, no quebrantó la Ley, porque hay otras muchas cosas más esenciales que la observancia del sábado, con las cuales la Ley no se quebranta, sino que se cumple. Y añade: "Por esto os dio Moisés la circuncisión, no porque ella es de Moisés, sino de los padres, y circuncidáis al hombre en sábado".
San Agustín, ut sup
Como diciendo: bueno es que hayáis recibido la circuncisión de Moisés, no porque ésta es de Moisés, sino de los patriarcas, puesto que Abraham fue el primero que recibió del Señor la orden de la circuncisión, y circuncidáis en sábado. Moisés mismo os confunde: sabéis por la Ley que podéis circuncidar en el octavo día, y sabéis también por la Ley que debéis descansar en el día séptimo. Mas si el octavo día del que ha nacido coincide con el día séptimo, que es el sábado, circuncidáis al hombre, porque la circuncisión es un signo de salvación, y los hombres no deben prescindir de la salvación ni aun en el día del sábado.
Alcuino
Por tres motivos se había establecido la circuncisión: primero, para que sirviese de recuerdo de la gran fe de Abraham; segundo, para que por ella los judíos se distinguiesen de las demás naciones; y tercero, para que recibiéndola en los órganos que indican la virilidad, conociesen que debían guardar castidad, tanto de alma como de cuerpo. Y servía entonces la circuncisión, cuando ahora sirve el bautismo, salvo que la puerta (del cielo) aún no estaba abierta. De estas premisas deduce: y si el hombre recibe la circuncisión en sábado, sin que por ello quebrante la Ley de Moisés, ¿cómo os indignáis contra mí porque he curado a un hombre en día sábado?
Crisóstomo, ut sup
Como diciendo: la no observancia del sábado por la circuncisión, es el cumplimiento de la Ley; y así yo, curando un hombre en sábado, he cumplido también con la Ley: vosotros, que no sois legisladores, defendéis la Ley con exageración, pero Moisés manda que se quebrante la Ley en virtud del mandato que no estaba incluido en ella, sino que procedía de los padres. Y respecto a lo que dice: "He curado completamente un hombre en sábado", da a entender que la circuncisión cura solamente en parte.
San Agustín, ut sup
Tal vez aquella circuncisión, prefiguraba al mismo Señor; porque, ¿qué es circuncisión, sino despojo de la carne? Significa, pues, la separación de las pasiones carnales del corazón: y no se mandó sin causa alguna que consistiese en la sección de la carne por donde se procrea la criatura de los mortales, porque por un sólo hombre entró el pecado en el mundo (Rm 5, 12). Y por tanto, todo hombre nace con pecado, porque trae consigo el vicio de su propagación, y no purifica Dios del vicio con que cada uno nace, ni de los vicios que se acumulan viviendo mal, sino por medio de Jesucristo: y ésta es la razón porque circuncidaban con cuchillos de piedra, y figuraban a Jesucristo con el nombre de " la piedra ". Y por eso debía verificarse, en el octavo día, después de haber nacido la criatura, porque el Señor resucitaría después del día séptimo, que era el sábado, o sea en el domingo. La misma resurrección nos circuncida, esto es, nos quita los apetitos carnales. Comprended que la obra buena que yo he realizado en sábado, al salvar por completo a un hombre, tiene esta significación: porque fue curado para que sanase del cuerpo, y creyó para sanar del alma. Se os ha prohibido trabajar en cosas serviles en el día de sábado: ¿acaso es obra servil curar a un hombre en sábado? Coméis, ciertamente, y bebéis en sábado, porque esto afecta a la salud, en lo cual probáis que las obras que atañen a la salud no deben omitirse en el día de sábado.
Crisóstomo, ut sup
Y no dijo, yo he hecho una cosa mejor que la circuncisión, sino únicamente refirió el suceso, dejándolos que juzgasen. Por esto sigue: "No juzguéis según lo que aparece, mas juzgad justo juicio"; como diciendo: no porque Moisés es más considerado entre vosotros que yo, debéis sentenciar según la importancia de las personas, sino que debéis hacerlo atendiendo a la naturaleza de las cosas, y esto quiere decir juzgar con justicia. Nadie ha censurado a Moisés porque haya mandado quebrantar el sábado con motivo de la circuncisión, lo cual equivalía a establecerlo como Ley: luego Moisés es más digno de fe para nosotros, cuando manda que se quebrante la Ley por medio de un mandato no legal 1.
San Agustín, ut sup
Mas esto que el Salvador hizo notar con este motivo, parece que cuesta gran trabajo dejar de hacerlo en este mundo, o sea el no juzgar personalmente. El Señor amonesta con esto a los judíos y a nosotros; mas lo que resonaba como muy bueno en la boca del Señor, se ha escrito para nosotros, y se predica por nosotros: el Señor está arriba, pero también el Señor aquí existe como verdad, y el cuerpo del Señor, en que resucitó, puede estar en un solo lugar, pero su verdad está difundida en todas partes. ¿Quién es, pues, el que no juzga personalmente? El que ama del mismo modo; y cuando honramos a los hombres de diverso modo, según sus dignidades, debe temerse que hagamos acepción de personas: muchas veces juzgamos entre un padre y un hijo, y no igualamos al hijo con el padre en cuanto al honor, sino que lo preferimos si es mejor la causa del hijo que la del padre, guiándonos por la verdad, concediéndole así el honor debido, para que la justicia no pierda su mérito.
Notas
1. La Ley establecía la circuncisión al octavo día después del nacimiento (ver Lv 12, 3). Era signo distintivo de la alianza de Dios con Abraham y su linaje, y de pertenencia a éste último (Gn 17, 12).