Parte Primera. INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO II. EL PAÍS DE JESÚS

1 Cfr. Z. VILNAY, The Guide to Israel, Jerusalem, 1964, pp. 30-37.
2 Cfr. S. CANO, La colonización agraria en Israel, Valencia, 1958, pp. 7-35.
3 Cfr. D. BALDI, Guida di Terra Santa, Gerusalemme, 1963, pp. 95-96.
4 Ez 5, 5.
5 Sal 74, 17 ( Vg 73).
6 Gn 8, 22, hace mención solamente del invierno y del verano, del período del frío y del calor.
7 Cfr. 1R 18, 42-45.
8 Lc 12, 54.
9 Ct 2, 17, y Ct 5, 2. Cfr. 5 Sal 132, 3.
10 Cfr. A. FERNÁNDEZ, Geografía Bíblica, Barcelona, 1951, pp. 6-10.
11 Se repite por lo menos veinte veces en los Libros Santos. Cfr. Ex 3, 8, 17; Nm 13, 28; Dt 6, 3; Jos 5, 6; Jr 11, 5; Ez 20, 6.
12 Los libros del A. T. mencionan varios. Cfr. Jos 17, 14-18. 1S 22, 5; 1S 23, 15: Sal 132, 6, etc.
13 Mt 6, 28-29.
14 Sal 89, 6; Is 40, 6-8; Mt 6, 30; Sa 1, 10-11, etc.
15 Lc 12, 24.
16 Mt 24, 28.
17 Mt 6, 19-20.
18 Cfr. A. FERNÁNDEZ, Geografía, p. 10-15.
19 Geogr., 16, 2.
20 Tal de Bab., Baba Bathra, 21, b.
21 Jos 15, 11.
22 2Cro 26, 6.
23 Jon 1, 3.
24 Tal de Bab., Guittin, 67, ª.
25 Por este motivo los árabes llaman a Hebrón con el nombre de El-Khatil (el amigo), es decir, la ciudad de Abraham, que era el amigo de Dios por excelencia.
26 Si 50, 27-28.
27 2R 17, 24.
28 JOSEFO, Ant., 10, 11, 1.
29 Jn 8, 48.
30 Jn 4, 9.
31 Lc 9, 52-53. Cfr. Mt 10, 5.
32 L. A. FRANKL, Nach Jerusalent, tom. 2, pp. 417-421.
33 Los antiguos, entre otros Filón, siguiendo a S. Jerónimo identifican a Siquén con la actual Naplusa o Flavia Neapolis, edificada por Vespasiano el año 72 en lugar de Mabortha, en el valle que forman el Hebal y el Garizin.
34 La inscripción, que hoy se conserva en el Museo Nacional judío de Jerusalén, dice así: «TIBERIEVM (PON)TIVSPILATVS (PRAEF)ECTVSIVDA(EAE). Cfr. Z. VILNAY, The Guide to Israel, Jerusalem, 1964, p. 327.
35 Bell. jud., 3, 3, 1.
36 Tal de Bab., Meguilloth, 6, ª.
37 Bell. jud., 3, 3, 2.
38 Ant., 13, 1, 6; Bell. jud., 3, 3, 1; Vita, 17
39 Lc 13, 2; Hch 5, 37.
40 Tal de Jer, Kethuboth, 4, 14.
41 Is 8, 2. Mt 4, 15. Cfr. JOSEFO, Bell. Jud.. 3, 1, 2.
42 Jn 7, 52.
43 Erubîn, fol. 53, 1
44 SAN JERÓNIMO, Epist. 45, ad Marcell. 4 5
45 Vita, 45.
46 Cfr. Mt 16, 13-20.
47 La palabra griega de donde procede su nombre (πέρχν) tiene precisamente el sentido de «al otro lado». Cfr. Jos 1, 12-15, etc.
48 Bell. Jud., 3, 3, 3.
49 JOSEFO, Ant.. 18, 3, 2.
50 Cfr. Jos 17, 11; etc.
51 De la palabra griega τρχγών (sitio escabroso).
52 Cfr. RevBibl (1898) 283-284.
53 Lc 3, 1.
54 El nombre árabe de Jerusalén es precisamente El-Qods (la Santa).
55 En dos ocasiones, tanto en su Ev Lc 5, 17, como en Hch 10, 39, Lc habla en sentido análogo, mencionando separadamente a Jerusalén y la Judea.
56 Tal de Jer., Sanhedrin, 6, 11.
57 Sal 86, 2-3.
58 Cfr. Sal 136; Is 2, 2-3; Sal 60, 1-22.
59 Hch 2, 5.
60 Hist. nat., 5, 14.
61 VINCENT, Jérusalem, tomo 1, p. 43, habla de las calles «trazadas en cuesta y con frecuencia en despeñadero».
62 Sal 124, 2.
63 Is 2, 2.
64 Actualmente «cuatro grandes calles, dos en sentido de su longitud, yendo de Norte a Sur, y dos en el de su anchura, yendo de Este a Oeste, dibujan en el área de la ciudad una especie de tablero de damas, con las casillas relativamente regulares al Occidente, no tan simétricas al centro». Terminan en las cuatro puertas mencionadas arriba (el P. VINCENT, Jérusalem, tom. 1, p. 52).
65 Jérusalem, p. 186.
66 Cfr. Z. VILNAY, The Guide to Israel, Jerusalem, 1964, p. 81.