Parte Tercera. LA VIDA PÚBLICA

CAPÍTULO VII. COMIENZO DEL CONFLICTO DE JESUS CON LOS FARISEOS

1 En Mc se lee: έν οίχφ sin artículo (ίς οίχον, según otra lección).
2 Tόν λόγον, dice Mc.
3 En toda la narración emplea Mc la palabra griega χράβατος, de la que los latinos hicieron grabatus. Mt dice χλίνη, «lecho». En Lc, χλίνη, alterna con el diminutivo χλινίδιον, «lecho pequeño, camilla». El grabatus era el lecho de los pobres, y se componía de una simple red de cuerdas sujeta a una armadura de madera o de hierro, y sobre ella, un Jrgoncillo.
4 Cfr. Mc 13, 15.
5 CICERÓN, In M. Anton. orat, Philipp., 2, 18, 45, menciona una operación del mismo género.
6 Lc sustituye este consolador y alentador nombre con el genérico: "Aνθρωπε, «hombre».
7 Jn 9, 1-3.
8 Tratado Nedarim, 41, a.
9 Cfr. Jn 5, 14. Acerca de esta enfermedad, cfr. EL. Cl. FILLION, Les miracles de N.-S. Jésus-Christ, t. 2, pp. 142-144. Mt y Mc designan al paralítico de Cafarnaún con la expresión popular παραλυτιχός. Lc emplea, según costumbre, un término médico παραλελυμένος. Cfr. HÓBBART, The medical Lenguage of St. Luke, p. 6; HARNACK, Lukas der Arzt, pp. 127-129.
10 El pronombre οϋτος (Vg hic), citado por los tres evangelistas, significa aquí marcado desdén.
11 Ex 33, 7; Is 43, 25; Is 44, 22; etc.
12 El participio έπιγνούς usado por Mc y por Lc, denota un conocimiento perfecto.
13 Como observa SAN JERÓNIMO, Comment. in Matth., 4, 5; inter dicere et facere, multa distantia est; utrum sint paralytico peccata dimissa, solus noverat, qui faciebat.
14 Es de notar que estas palabras de Nuestro Señor nos han sido transmitidas por los tres sinópticos de modo idéntico, hasta con ese raro paréntesis que las interrumpe.
15 Añade Mc que era hijo de Alfeo pero de un Alfeo que no se ha de confundir con el padre de Santiago el Menor (Mt 10, 3; Mc 3, 17; Lc 4, 15; Hch 1, 13).
16 Mt 9, 9. La identidad de Leví y de San Mateo fué negada en la antigüedad por el gnóstico Heracleón y por Orígenes, y después por muchos otros, aunque sin serias razones.
17 Cfr. SAN JRÓNIMO, Comment. in Matth., 9, 9
18 Mt 5, 46-47; Mt 11, 19; Mt 18, 17; Mt 21, 31-32; Lc 3, 12; Lc 7, 29; Lc 7, 34; Lc 15, 3; Lc 18, 9-14; Lc 19, 7, etc. Ciento cincuenta años después tomará Celso ocasión de la vocación del publicano, Leví para lanzar contra el Cristianismo groseras injurias. Cfr. ORÍGENES, Contr. Celso., 1, 62.
19 Los tres narradores distinguen dos categorías de invitados en la ocasión presente Mt y Mc: «publicanos y pecadores; Lc «publicanos y otros». La palabra «pecadores» debe interpretarse aquí conforme las ideas farisaicas. Cfr. Mt 11, 19, y Lc 15, 1, donde igualmente aparecen juntas estas dos expresiones. Pero puede significar también pecadores propiamente dichos, o, al menos hombres que procedían con harta libertad respecto de tal cual precepto embarazoso.
20 Por eso los rígidos observantes de la ley mosaica, aun después de su conversión al Cristianismo, eran extremadamente quisquillosos en este punto. Cfr. Hch 11, 3; Ga 2, 12 Los rabinos prohibían a sus discípulos comer en compañía del «pueblo de la tierra», es decir, de la plebe sin instrucción (Berachoth, 43, 2); mucho más con hombres de conducta sospechosa.
21 PLUTARCO, Apophtegm. Lacon., 230. Cfr. DION CASS., Or., 8, 5; JÜLICHER, Gleichnisreden Jesu, t. 1, pp. 176-177.
22 SAN AGUSTÍN, Serm. LXXXVII: jacet toto orbe terrarum, ab oriente usque ad occidentem, grandis aegrotus; ad sanandum grandern aegrotum descendit amnipotens medicus. Cfr. SAN JUSTIN., Apol., 1, 15.
23 Os 6, 6. La fórmula de citación: «id y aprended», es empleada con frecuencia por los rabinos.
24 Mt 18, 10-14; Lc 15, 1-7.
25 Mt 6, 16-17; Lc 2, 37; Lc 18, 12.
26 Cfr. SCHÜRER, Gesch., t. 2, pp. 488-491, t. 3, pp. 104-105, 116-117.
27 En septiembre u octubre. Cfr. Lv 16, 29-31; Lv 23, 27-32; Nm 29, 7; Hch 27, 9. Más adelante se introdujeron otros, en recuerdo de varios dolorosos sucesos acaecidos cuando Jerusalén fué destruida por los caldeos.
28 1S 31, 13; 2S 12, 16; Dn 10, 3; Jl 1, 14; Jl 2, 12, 15; etc.
29 Hch 13, 2-3; TERTULIANO, De jejunio, 2; Constitut. apost., 5, 18.
30 La redacción de Mc parece indicar que se presentaron en compañía de algunos fariseos.
31 Jn 3, 26.
32 Jn 3, 29-31
33 2Co 11, 2.
34 La idea de violencia se expresa claramente en el verbo griego άπαρθή (Vg auferetur, ablatus fuerit).
35 El adjetivo γναφος (Vg rudis) significa a la letra paño no abatanado aún y, por tanto, duro, tieso, sin flexibilidad. Al contraerse, sobre todo cuando se lave, forzosamente ha de producir el resultado a que alude el texto.
36 Leemos en Lc con una variante que realza aún más el pensamiento: «Nadie echa un remiendo de un vestido nuevo en un vestido viejo, pues el nuevo se rasgaría, y al viejo no le vendría bien el remiendo sacado del nuevo.» En este caso, además de la disonancia de semejante zurcido, habría doble pérdida, doble desatino, pues no sólo se desperdiciaría un trozo de paño nuevo, mas también un vestido nuevo, cortando de él un remiendo para el vestido viejo.
37 En el Oriente bíblico se han utilizado siempre como recipientes para el agua, el vino, el aceite y otros líquidos, odres de piel, de dimensiones varias, que aparecen a menudo representados en los antiguos monumentos.
38 Tan sólo Lc la menciona.
39 Si 9, 10.