Catena Áurea
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← Lc 22, 24-27 →
Y se movió también entre ellos contienda, cuál de ellos parecía ser el mayor. Mas El les dijo: "Los reyes de las gentes que se enseñorean de ellas: y los que tienen poder sobre ellas, son llamados bienhechores. Mas vosotros no así: antes el que es mayor entre vosotros, hágase como el menor; y el que precede, como el que sirve. Porque ¿cuál es mayor, el que está sentado a la mesa, o el que sirve? ¿no es mayor el que está sentado a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros, así como el que sirve". (vv. 24-27)
Teófil.
Como se preguntasen mutuamente quién sería el que entregaría al Señor, era consecuente que se dijesen unos a otros: "Tú eres quien le ha de entregar". A esto se verían precisados a contestar: "Yo soy más poderoso", "yo soy mayor", y otras cosas semejantes. Por esto sigue: "Y se movió también entre ellos contienda, cuál de ellos parecía ser el mayor".
Griego.
Esta cuestión nació, según parece, de que como el Señor debía separarse de los hombres, convenía que alguno de ellos fuese elegido como administrador del mismo Dios.
Beda.
Así como los buenos buscan en las Santas Escrituras ejemplos de los Santos Padres, para aprender de ellos y humillarse, así los malvados, cuando encuentran algo reprensible en los buenos, insiten mucho en ello como queriendo disculpar sus maldades. Por esto, muchos leen con gusto que hubo disputa entre los discípulos del Señor.
San Ambrosio.
Pero si preguntaban los apóstoles, no era para servir de excusa a los demás, sino por precaución. Evitemos, pues, que las disputas entre nosotros acerca de la supremacía sirvan para nuestra perdición.
Beda.
Veamos también de no fijarnos en el ejemplo de los discípulos, que todavía eran apegados a lo mundano, y ocupémonos de lo que mandaba el Maestro espiritual. Sigue, pues: "Les dijo: los reyes de las gentes", etc.
Crisóstomo., hom 66., in Matth.
Menciona a los gentiles, para censurar su modo de ser, porque es propio de los gentiles ambicionar los primeros puestos.
San Cirilo.
Pero también sus súbditos les hablan con suma reverencia. Continúa: "Y los que tienen poder sobre ellas, se llaman sus bienhechores". Pero aquellos que se crean dispensados por la ley, están sujetos a las mismas debilidades. En cambio vuestra meta está en la humildad; por lo que prosigue: "Mas vosotros no así", etc.
San Basilio., in Regulis fusius disputatis ad interrog. 30.
Que la dignidad no envanezca al que manda, no sea que se avergüence de la hermosura de la humildad. Tenga presente que la verdadera humildad es el mejor de los ejercicios. Así como el que asiste a varios heridos y se cuida de curar las heridas de todos, cualquiera que ellos sean, no toma el mando para enorgullecerse, así mucho más el que se encarga de curar las enfermedades de sus hermanos, como habrá de dar cuenta de cada uno de ellos, debe cuidar de andar muy solícito. Por ello, el que es mayor, hágase como el menor. Conviene, pues, que los que mandan ofrezcan sus servicios corporales, imitando al Salvador, que lavó los pies de sus discípulos. Por esto sigue: "Y el que preside, como el que sirve". No hay que temer que el subordinado rompa el propósito de ser humilde, cuando se ve servido por su superior, pues su humildad se estimulará con el buen ejemplo.
San Ambrosio.
Debe tenerse presente que la humildad no se funda exclusivamente en el deseo de honrar a otros. Puede suceder muy bien, que se honre a otras personas, porque así lo exige el trato social, el respeto de su posición o la utilidad que nos pueda reportar su trato. Se desea tu provecho, no el honor de los demás; y por lo tanto, la fórmula es igual para todos, y no se trata de la supremacía, sino de la humildad.
Beda.
En esta fórmula, enseñada por el Señor, no se excluyen los que tienen posición elevada; no deben dominar éstos a los que viven de una manera más modesta, como hacen los reyes de las naciones con los que les están subordinados, ni deben ser ensalzados por sus alabanzas; pero deben obrar enérgicamente contra los que obran mal, por amor a la justicia. El Señor añadió a sus palabras el ejemplo, por lo que sigue: "Porque, ¿cuál es mayor, el que está sentado a la mesa o el que sirve? Pues Yo estoy", etc.
Crisóstomo.
Como si dijera: "No creas que el discípulo necesita de ti, pero tú no de él. Yo, que no necesito de nadie, cuando todo el universo necesita de mí, he bajado a serviros".
Teofilacto.
Prueba que necesitan de El, cuando les distribuye el pan y el vino, dándoles a conocer en este misterio que si han comido de aquel pan y han bebido de aquel cáliz, ha sido porque el mismo Jesucristo sirvió a todos, y por lo tanto todos debemos sentir del mismo modo.
Beda.
Se refiere también al servicio material de que habla San Juan, que siendo el Señor y el Maestro, lavó los pies de sus discípulos. Aun cuando en la palabra servir puede entenderse todo cuanto hizo el tiempo que vivió en carne mortal, también dio a conocer por esta palabra el servicio que habría de prestar a la humanidad derramando su sangre por ella.