Parte Tercera. LA VIDA PÚBLICA
CAPÍTULO II. EL MINISTERIO DE JUAN BAUTISTA
1 Ejercitó Isaías su oficio profético durante toda la segunda mitad del siglo VIII antes de J.C.
2 El año 433 antes de J.C.
3 Is 40, 3-5. Cfr. Mt 3, 3; Mc 1, 3; Lc 3, 4-5; Jn 1, 23. Damos su traducción literal conforme al hebreo. Los evangelistas lo citan bastante libremente según la traducción de los LXX, abreviándola más o menos.
4 L. Cl. FILLION, L'évangile de S. Matthieu, p. 68.
5 Ml 3, 1. Cfr. Mc 1, 2; Lc 1, 17, y Lc 7, 27. Sobre la apropiación que parece hacer Mc de este texto de Isaías, cfr. L. Cl. FILLION, L'évangile de S. Marc., p. 24.
6 El único que la señala es Lc 3, 1-2. Mt 3, 1, se contenta con la vaga fórmula de «En aquellos días».
7 Cfr. Lc 1, 5, y sobre todo 2, 1-2.
8 Mc 1, 1. Cfr. Jn 1, 6-7; Hch 1, 21-22; Hch 10, 37.
9 Mt 11, 7-14; Lc 7, 24-30.
10 La palabra procurante, con que la Vg traduce el ήγεμονεύοντος del texto primitivo, es exactísima. El título oficial del gobernador de Judea era prócurator, en griego έπίτροπος. De ordinario se emplea el sustantivo ήγεμών y sus derivados para designar una dignidad más elevada, la de procónsul. Los evangelistas no siguieron este uso.
11 Legatio ad Caium, 38.
12 ZAHN, Das Evangehum des Lukas, t. 1, p. 179.
13 En el texto griego del N.T. se le llama ‘Άννας; (Lc 3, 2; Jn 18, 13 y 24; Hch 4, 6). Josefo le llama ‘Άνανος, y esta segunda ortografía se aproxima más a la hebrea Hhanan.
14 JOSEFO Ant., 18, 2, 1-2; Hch 20, 9, 1; Bell jud., 5, 12, 2.
15 Aquí y en el libro de los Hechos emplea locuciones muy expresivas para indicar que, si bien Caifás era entonces gran sacerdote de jure, Anás lo era casi de facto. En el texto griego del pasaje evangélico que estudiamos se lee: έπί άρχιερέωνς 'Άννα χαί Καϊάφα «debajo del gran sacerdote Anás y Caifás». La variante έπί άρχιερέων «debajo de los grandes sacerdotes», adoptada por la Vg (sub principibus) y por muchas otras versiones antiguas, no tiene en su favor sino muy pocos manuscritos, por lo cual es rechazada comúnmente como una corrección de época posterior. Hch 4, 6, San Lucas dice, con una variante: 'Άννας ό άρχιερέωνς χαί Καϊάφας «Anás el gran sacerdote, y Caifás». Deliberadamente emplea estas fórmulas el escritor sagrado, pues expresan muy bien la realidad de los hechos; así es que los mismos racionalistas han renunciado a considerarlos como error histórico.
16 Fué depuesto por Vitelio por el tiempo de Pascua.
17 Los personajes aquí nombrados por San Lucas conservaron sus funciones durante toda la vida pública y aun después de la muerte de Nuestro Señor.
18 Παραγίνεται, dice Mt 3, 1. El empleo del tiempo presente indica una aparición repentina, inesperada.
19 Lc 3, 2.
20 Cfr. 2R 17, 2; Is 38, 4; Jr 1, 4; Ez 1, 3; etc.
21 Los sinópticos expresan esta idea con algunas variantes. Mc 1, 4, dice simplemente: «en el desierto». Mt 3, 1, es algo más preciso: «en el desierto de Judea», Lc 3, 3, lo es aún más: «en toda la región próxima al Jordán».
22 Cfr. Jos 15, 61; Jdt 1, 16; etc.
23 Jn 1, 23; Jn 10, 40; etc.
24 Jn 3, 23.
25 Los textos evangélicos no consienten duda alguna en este punto: άπό τριχών χαμήλου (Vg de pilis camelorum o cameli, Mt 3, 4; Mc 1, 6). Incurren, pues, en inexactitud los pintores y aun algunos comentadores cubriendo a Juan Bautista con una piel de camello con su vellón. Todavía hoy los árabes pobres y los beduinos nómadas llevan la misma clase de túnica que el Precursor.
26 1R 1, 8.
27 Za 13, 4.
28 Cfr. Lv 11, 22.
29 La más sencilla consiste en tostar el insecto sobre las brasas, después de haberle quitado sus partes duras.
30 Dt 32, 13; 1S 14, 25-29, etc. Es un error en que, a ejemplo de los ebionitas (SAN EPIFANIO, Haer., 30, 13), han caído algunos exegetas, el ver, en este segundo manjar del Precursor, la goma más o menos azucarada que producen ciertos árboles, como la palmera, la higuera, el tamarindo, etc.
31 Mt 11, 8; Lc 7, 25.
32 Mt 11, 18; Lc 7, 33.
33 Mt 3, 2.
34 Mt 3, 5; Mc 1, 5.
35 Muchos de los discípulos de Juan eran Galileos (Jn 1, 40-43).
36 El verbo έξεπορεύετο (Mt y Mc), en imperfecto de duración, indica muy bien aquel continuo movimiento.
37 El mismo Jesús lo empleaba muchas veces (Mt 11, 11; Lc 7, 33). Flavio Josefo no se olvidó de señalar este título (Ant., 18, 4, 2): «Juan llamado el Bautista.»
38 Βάπτω «yo sumerjo».
39 Lv 11-15; Nm 19; etc. Cfr. Mc 7, 2-4.
40 EDERSHEIM, Life of Jesus , 1, pp. 273-274; SCHÜRER, 3, 130-33.
41 Jn 3, 20.
42 Es decir, en orden a esta remisión, Mc 1, 4; Lc 3, 3. Cfr. Mt 3, 11.
43 Mt 3, 6; Mc 1, 5.
44 Jdt 10, 10; 1S 7, 6; 1S 12, 10; Esd 9, 6-7; Jdt 7, 19; Sal 105, 6; Jr 3, 25; Jr 14, 20; Dn 3, 29; Dn 9, 5-6; etc.
45 Jn 1, 23.
46 Mt 3, 7-12.
47 Lc 3, 7-18.
48 Mc 1, 4-7, y Lc 3, 3; χηρύσσων (Vg praedicans). El verbo χηρύσσω es el término técnico del N.T. para significar la predicación evangélica.
49 Lc 3, 18: εύηγγελίζετο (Vg evangelizabat).
50 Lc 3, 18: παραχαλών (Vg exhortans)).
51 Mt 3, 2: μετανοέϊτε (Vg poenitentiam agite).
52 En términos casi idénticos nos ha sido conservado por Mt 3, 7-10, y por Lc 3, 7-9.
53 La fórmula de introducción empleada por Lc 3, 7, «decía», supone que el Precursor repitió más de una vez ante nuevos oyentes las graves amonestaciones que vamos a leer.
54 Mt 12, 34; Mt 23, 33.
55 Jl 3, 1-16; So 1, 14-18; Ml 3, 1-3; etc.
56 Henoch, 90, 18; Salmos de Salomón, 5, 20; etc.
57 Mt 25, 31-46; etc.
58 Rm 2, 5; 1Ts 1, 10; etc.
59 Bereschith Rabba, 18, 7.
60 Is 21, 12.
61 Taanith, 64, a.
62 Jn 8, 33-40.
63 Rm 2, 27-29; Rm 9, 6-33.
64 Cfr. Rm 9; Ga 3.
65 Hch 2, 37, Cfr. Hch 16, 30; Hch 22, 10.
66 Lc 3, 10.
67 Se trata de la túnica superior (χιτών, en hebreo Kethoneth), que se llevaba encima de la camisa (σινδών).
68 Observan los comentadores que los publicanos son los únicos que atribuyen aquí al Precursor este título honorífico, que corresponde al hebreo rabbí.
69 Los publicanos que en Galilea y en Perea cobraban los impuestos en nombre del tetrarca Herodes caían, cuando menos bajo la acusación general de ladrones fraudulentos.
70 Bababathra, 113, a.
71 Mt 5, 46; Mt 18, 17; Mt 21, 31; Lc 7, 29; Lc 15, 1-2; Lc 18, 10-14; Lc 19, 7; etc.
72 No les tratan mejor los antiguos escritores de Grecia y de Roma. Cfr. STOBEO, Serm., 2, 34; ARISTOFANES, Equit., 248; TEOFRASTO, Charact., 6.
73 El N.T., Lc 7, 2-5; Hch 10, 1-2, cita precisamente dos centuriones romanos animados de sentimientos favorables a la religión judía.
74 L. Cl. FILLION, L'Evangile de S. Luc., pp. 96-97.
75 Varias veces los emperadores tuvieron que aumentar considerablemente la paga y víveres de los legionarios. El stipendium cotidiano, después de haber sido de diez ases (el tercio de un denario) en los días de Julio César, fué elevado por Augusto a dos denarios; aproximadamente 7,66 pesetas. (TÁCITO, Ann., 5. 17.)
76 Mt 11, 12; Lc 7, 29.
77 Ant., 18, 5, 2.
78 Lc 1, 17.
79 Jn 1, 7-8.
80 Mt 11, 11; Lc 7, 28.
81 Mt 3, 11; Mc 1, 6-8; Lc 3, 15-16.
82 Natural era que así fuese, y claramente lo insinúa la locución de San Marcos: έχήρυσσεν (Vg praedicabat dicens). El empleo del imperfecto indica una costumbre.
83 Se ve por el lenguaje mismo del evangelista: μή ποτε ne forte.
84 Las palabras «diciendo a todos» tienen singular relieve.
85 En San Marcos leemos además este expresivo detalle: «abajándome».
86 Estas cuatro líneas son una verdadera estrofa. El cuarto verso corresponde en ella al primero, y el tercero al segundo.
87 Los escritores clásicos de Roma mencionan expresamente los puelli sandaligeruli y las pueliae sandaligerulae.
88 Hch 2, 33; Hch 10, 44-47; Hch 19, 6; etc. Cfr. TERTULIANO, De bapt., 10; SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catech., 20, 6; SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa theol., part. 3, q. 38, a. 1
.