Vida cotidiana y santidad
en la enseñanza de San Josemaría

CAPÍTULO PRIMERO
Notas

1 Forja, 1048.
2 Instrucción, 19-III-1934, 36-37.
3 Cfr. principalmente, CEC, 293-294.
4 Cfr. CATECHISMUS ROMANUS, IV, 10, 1-2.
5 Cfr. Const. dogm. Dei Filius, c. I: DS, 3002 y 3025.
6 Cfr., p.ej., JUAN PABLO II, Discurso, 12-III-1986.
7 Cfr. H. LESÊTRE, Gloire de Dieu, en: F. VIGOUROUX, Dictionnaire de la Bible, Paris 1903, t. III, col. 251-252 (expone, p.ej., la noción de "gloria de Dios" como la manifestación exterior de sí mismo o de su "gloria interior", que desarrolla Juan Pablo II en el Discurso citado, y que aquí es uno de los elementos que principalmente nos interesa retener). No queremos decir que no haya habido progresos bíblicos en este tema sino que nos parece que no han dado lugar a un desarrollo de la doctrina teológica común.
8 Cfr. C. TOUSSAINT, Gloire de Dieu, en: AA.VV., Dictionnaire de Théologie Catholique, 6 (1925) col. 1386-1393.
9 Cfr. P. DESEILLE, Gloire de Dieu, en: AA.VV., Dictionnaire de spiritualité ascétique et mystique, 6 (1967) col. 421-463; P. ADNÉS, ibid., col. 463-487.
10 H.U. VON BALTHASAR, Herrlichkeit, 7 vols., Einsiedeln 1961-1969 (trad. cast.: Gloria, 7 vols., Madrid 1985-1989).
11 ID., Gloria. Una estética teológica, vol. 1 (La percepción de la forma), Madrid 1985, p. 15.
12 "La gloria significa una cierta claridad (claritatem quandam significat), pues "ser glorificado" equivale a "ser clarificado", como dice SAN AGUSTÍN (Super Ioann., c. 13). La claridad, a su vez, tiene una cierta belleza y manifestación (decorem et manifestationem). Por eso la palabra gloria implica propiamente el que alguien manifieste algún bien que a los hombres parezca bello (decorum videtur)" (SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. II-II, q. 132, a. 1, c).
13 G. KITTEL, Doxa, en: G. KITTEL – G. FRIEDRICH, Grande Lessico del Nuovo Testamento, Brescia 1966, vol. II, col. 1377-1378.
14 Cfr. Y. SIMOENS, La gloire d'aimer. Structures stylistiques et interprétatives dans le Discours de la Cène (Jn 13-17), Roma 1981, 262 pp.
15 Cfr. P. DESEILLE, Gloire de Dieu, cit., col. 436.
16 Ibid., col. 437.
17 SAN GREGORIO DE NISA, Oratio catechetica 5, 3-4.
18 "Gloria enim Dei vivens homo; vita autem hominis visio Dei" (SAN IRENEO DE LYON, Adversus haereses, IV, 20, 7). Escribimos "Vida" con mayúscula para señalar que se trata de la vida sobrenatural, como hace A. ORBE en su traducción. En el comentario señala que la expresión "vivens homo" se refiere sin duda al "hombre dotado de la vida de Dios": no al "hombre dotado de sola vida psíquica, [sino] al hombre dotado de la vida del Espíritu divino" (Teología de San Ireneo, vol. IV, Madrid 1996, pp. 299-230). La afirmación "gloria enim Dei vivens homo" significa, en consecuencia, que "la gloria de Dios está en dotar de Su propia Vida al hombre. Es la única versión plausible de la célebre cláusula" (ibid.). Esta Vida es, pues, la "vida sobrenatural" en esta tierra, anticipo de la Vida en plenitud que consiste en la visión de Dios cara a cara en el Cielo ("vita autem hominis visio Dei"). Cfr. también SAN AMBROSIO, Exameron, lib. VI, sermo IX, c. 8, 50.
19 "...Restat ergo ut soli sapienti Deo gloria sit per Iesum Christum, hoc est, clara cum laude notitia, qua innotuit gentibus Deus Trinitas" (SAN AGUSTÍN, Contra Maximinum arian., II, 12, 3). También define la gloria como "frequens de aliquo fama cum laude" (In Ioann. Ev. 105, 2). Estas definiciones se inspiran en CICERÓN (cfr. De inventione II, 55, 166), para quien la gloria es un bien que se pretende, diversa-mente a la noción bíblica de gloria de Dios como manifestación y comunicación de Sí mismo al hombre.
20 "Nihil aliud est gloria Dei, quam supereminentissima ipsius magnificentia sive nobilitas, et haec est gloria Dei in se, sive apud se, propter quam debetur ei laus, et glorificentia, et gloria, ac cultus omnis. Secundum aliam vero intentionem gloria eius dicitur, qua glorificatur, hoc est honoratur, praedicatur, laudatur..." (GUILLERMO DE AUVERNIA, De retributionibus sanctorum, en: Opera omnia, t. 2, Paris 1574, p. 320, col. 2h).
21 SAN BUENAVENTURA, In II Sententiarum, dist. 1, pars 2, a. 2, q. 1.
22 "Gloria Dei dupliciter dicitur. Uno modo qua Deus in se gloriosus est (...). Alio modo dicitur gloria Dei claritas eius ab eo derivata..." (SANTO TOMÁS DE AQUINO, In Ep. I ad Cor., 11, 2).
23 ID., S.Th. I, q. 44, a. 4, c.
24 Ibid.
25 "Totum universum, cum singulis suis partibus, ordinatur in Deum sicut in finem, inquantum in eis per quandam imitationem divina bonitas repraesentatur ad gloriam Dei" (S.Th. I, q. 65, a. 2, c).
26 Epistolae et instructiones, Monumenta historica Societatis Iesu, t. 1, Madrid 1903, p. 198 (carta a Simón Rodríguez, en la que emplea por primera vez la fórmula precisa). La expresión se encuentra ocasionalmente en SAN GREGORIO MAGNO, Dialogi 1, 2.
27 F. COUREL, Gloire ("La plus grande gloire de Dieu"), en: AA.VV., Dictionnaire de spiritualité ascétique et mystique, 6 (1967) col. 491.
28 P.M. SULAMITIS (pseudónimo de MARIE THÉRÈSE DESANDAIS), La gloria de Dios (I-III), en: "La vida sobrenatural" 121 (1931) 30-40; 122 (1931) 94-99; 123 (1931) 171-179. Cfr. F.M. REQUENA, Recepción en España del mensaje de María Teresa Desandais (P.M. Sulamitis, 1922-1942), en: AA.VV. (J.-I. SARANYANA, dir.), El caminar histórico de la santidad cristiana. De los inicios de la época contemporánea hasta el Concilio Vaticano II, Pamplona 2004, pp. 551-580.
29 Cfr. en particular las pp. 30-33 del primer artículo citado.
30 En las obras publicadas hasta el presente hay más de 150 referencias a la gloria de Dios y a su glorificación por parte del hombre. En las Cartas, las referencias son más de 100, y diversos centenares en los textos provenientes de la predicación. No es posible hacer un recuento preciso ni estudiar los contextos mientras no se disponga de las ediciones críticas, pero estos números pueden dar una idea del lugar que ocupa la noción en su enseñanza.
31 JUAN PABLO II, Discurso, 12-III-1986. En la Sagrada Escritura la gloria de Dios se designa frecuentemente como "gloria del Padre" porque Dios Padre es la "fuente y el origen de toda la divinidad" (CONC. DE TOLEDO VI: DS, 490). Cfr. CEC, 245.
32 Cfr. CEC, 2809.
33 JUAN PABLO II, Enc. Dominum et Vivificantem, 18-V-1986, 10.
34 Ibid.
35 Cfr. CEC, 246.
36 Cfr. Y. SIMOENS, Gloria di Dio, en: J.-Y. LACOSTE (dir.), Dizionario critico di Teologia, Roma 2005, p. 639.
37 CONC. VATICANO I, Const. dogm. Dei Filius, c. I: DS, 3002 y 3025. Cfr. CEC, 293. Dios ha creado todas las cosas "non propter gloriam augendam, sed propter gloriam manifestandam et propter gloriam suam communicandam" (SAN BUENAVENTURA, In II Sententiarum, dist. 1, pars 2, a. 2, q. 1).
38 Cfr. SAN ATANASIO, Contra arianos 2, 78, 79; SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I, q. 4, a. 3, c.
39 Carta 11-III-1940, 2.
40 Es Cristo que pasa, 48.
41 Se dice "espiritualizar" en el sentido en que san Josemaría emplea este término (cfr. Parte preliminar, sección II.2.c); y capítulo 7º, apartado 1.4.2.
42 Cfr. CEC, 302, 307, 310, 358.
43 Cfr. CEC, 294.
44 Amigos de Dios, 111.
45 SAN CIPRIANO, De dominica oratione, 23.
46 CONC. VATICANO II, Const. dogm. Lumen gentium, 1.
47 Lumen gentium, 63.
48 Apuntes de la predicación (AGP, P04, 1974, vol II, p. 204).
49 Símbolo Quicumque (DS, 76).
50 "Toda la economía divina, obra a la vez común y personal, da a conocer la propiedad de las personas divinas y su naturaleza única. Así, toda la vida cristiana es comunión con cada una de las personas divinas, sin separarlas de ningún modo. El que da gloria al Padre lo hace por el Hijo en el Espíritu Santo; el que sigue a Cristo, lo hace porque el Padre lo atrae (cf. Jn 6, 44) y el Espíritu lo mueve (cf. Rm 8, 14)" (CEC, 259).
51 Surco, 793.
52 Camino, 786.
53 Camino, 780. Como es evidente, se refiere a Jesús en cuanto Dios.
54 Es Cristo que pasa, 59.
55 Ibid, 49.
56 Carta 9-I-1932, 4.
57 Carta 8-XII-1949, 23.
58 Ibid.
59 Conversaciones, 114.
60 Carta 24-XII-1951, 87.
61 "...por Él, con Él y en Él, a ti Dios Padre Omnipotente en la unidad del Espíritu Santo todo honor y toda gloria (Canon de la Misa)".
62 S.Th. III, q. 62, a. 5, c.
63 Forja, 69.
64 Ibid.
65 Camino, 432.
66 Apuntes de la predicación, 8-XII-1971 (AGP, P01 XII-1971, p. 9).
67 ]Homilía Lealtad a la Iglesia, 4-VI-1972, en: Amar a la Iglesia, Madrid 1986, p. 24.
68 "Los cielos narran la gloria de Dios y el firmamento anuncia la grandeza de las obras de sus manos" (Sal 18[19], 1).
69 Amigos de Dios, 24. Cfr. JUAN PABLO II, Discurso, 12-III-1986.
70 Carta 19-III-1967, 58.
71 SAN AGUSTÍN, Contra Maximinum arian., II, 13, 2.
72 Es Cristo que pasa, 133.
73 Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, In I Sent., d. 3, q. 1, a. 1, ob. 3; S.Th. I, q. 59, a. 2, c.
74 ID., S.Th. I-II, q. 25, a. 2, c. De modo bellísimo describe SAN JUAN DE LA CRUZ cómo conoce a Dios el alma unida a Él por el amor: "Cada cosa tiene y hace la sombra conforme al talle y propiedad de la misma cosa (...), y así la sombra de una tiniebla será otra tiniebla al talle de aquella tiniebla, y la sombra de una luz será otra luz al talle de aquella luz (...). De manera que, según esto, la sombra que hace al alma la lámpara de la hermosura de Dios, será otra hermosura al talle de aquella propiedad y hermosura de Dios (...). Gusta [el alma] la gloria de Dios en sombra de gloria, que hace saber la propiedad y talle de la gloria de Dios" (Llama de amor viva, 3, 13-15).
75 Sobre la noción bíblica de "conocimiento", cfr., p.ej., K.M. WOSCHITZ, Erkennen (NT), en: J.B. BAUER (dir.), Bibeltheologisches Wörterbuch, Graz-Wien-Köln 1994, pp. 138-143.
76 SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I, q. 82, a. 3, c. La explicación de santo Tomás sobre la prioridad del amor respecto al conocimiento de Dios, puede resumirse así: el término "amar" indica directamente una operación de la voluntad, y "conocer" una operación del entendimiento. Si se consideran en sí mismos, el entendimiento es más excelente porque su objeto ("la razón de bien apetecible") es más simple y abstracto que el de la voluntad ("el bien apetecible"). Sin embargo, hay que tener en cuenta que el bien –objeto de la voluntad– se encuentra en las cosas, mientras que la verdad –objeto de la inteligencia– se halla en el entendimiento. Por esto, cuando el bien que se quiere es más noble que el alma misma, amar ese bien es más noble que conocerlo. En cambio, cuando el bien es inferior al alma, conocerlo es más noble que quererlo. "Unde melior est amor Dei quam cognitio, e contrario autem melior est cognitio rerum corporalium quam amor" (ibid.): es mejor amar a Dios que conocerle; en cambio es mejor conocer las cosas materiales que amarlas.
77 Forja, 247.
78 Amigos de Dios, 205.
79 Los términos "fe", "esperanza" y "caridad" pueden designar tanto las virtudes como los actos de esas virtudes (cfr., p.ej., SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I-II, q. 26, a. 3, c). Aquí los empleamos para designar los actos, mientras que de las virtudes se hablará en el capítulo .
80 Es Cristo que pasa, 169.
81 Es Cristo que pasa, 126.
82 La palabra "caridad" designa el amor sobrenatural a Dios y a los demás, pero en el lenguaje común es frecuente que se piense sólo en el amor al prójimo, mientras que para hablar del amor a Dios se diga simplemente "amor a Dios". San Josemaría lo hace a veces así; p.ej., en los capítulos de Camino sobre "Amor de Dios" (nn. 417 y ss.) y sobre "Caridad" (nn. 440 y ss.). Pero también ahí emplea el término "caridad" para referirse al amor a Dios (cfr., p.ej, Camino, 441), y lo mismo en muchos otros escritos. En el presente libro seguiremos este mismo modo de hablar, y concretamente emplearemos siempre el término "caridad" en el sentido de amor sobrenatural a Dios y al prójimo por Dios.
83 Cfr. Camino, 782, 784, 786, etc.: todo el capítulo titulado "La gloria de Dios". Sobre los afectos se hablará en el capítulo 5º, apartado 2.
84 Camino, 788.
85 Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I, q. 43, a. 7, c.
86 A. STAGLIANÒ, Teologia trinitaria, en: G. CANOBBIO – P. CODA (eds.), La Teologia del XX secolo. Un bilancio, vol. 2, Roma 2003, p. 109. Un resumen del debate teológico sobre este tema puede verse en ibid., pp. 89-174.
87 Amigos de Dios, 2.
88 Es Cristo que pasa, 49.
89 Carta 9-I-1951, 11.
90 Forja, 1033.
91 Camino, 783.
92 Surco, 930.
93 Amigos de Dios, 9.
94 Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. II-II, q. 25, a. 1, c.
95 Conversaciones, 70.
96 Forja, 734.
97 Nos movemos en el cuadro que traza SANTO TOMÁS DE AQUINO en S.Th. I-II, q. 26, a. 3 y 4; yS.Th. II-II, q. 23, a. 1. Podríamos también seguir otro esquema diverso, como el que se apoya en la distinción de "eros" y "agape", empleada por BENEDICTO XVI en la encíclica Deus caritas est, 25-XII-2005. Sin embargo san Josemaría no usa estos términos, y las citas de sus escritos resultarían forzadas si los adoptásemos en nuestra exposición, o bien tendríamos que aclarar continuamente las relaciones entre unos términos y otros. Por lo demás, en el 7 de la encíclica, el Papa indica que podría haber expresado la misma enseñanza con otras distinciones internas a la noción de amor como la de "amor concupiscentiae"y "amor benevolentiae". Esta es la distinción que propone SANTO TOMÁS (cfr. In III Sent., d. 29, a. 3, c), y es sustancialmente la que seguiremos aquí. Con algunos matices tendremos los mismos elementos que se encuentran en la distinción entre "eros" y "agape". No sería difícil mostrar una sintonía de fondo, aunque lógicamente los contextos sean en parte diversos.
98 Amigos de Dios, 231.
99 Amigos de Dios, 81.
100 Forja, 921.
101 Es Cristo que pasa, 6.
102 SAN CIPRIANO, De dominica oratione, c. 14.
103 Nota manuscrita de abril de 1934 (AGP, P01 1983, p. 145). Se trata de la "oratio universalis sub nomine Clementis XI vulgata".
104 Amigos de Dios, 197. Sobre esta época de la vida de san Josemaría, cfr. A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei. Vida de Josemaría Escrivá de Balaguer, 3 vols., Madrid 1997-2003, vol. I, pp. 92-101.
105 Del sentido del dolor se hablará ampliamente en el capítulo 2º, apartado 2.3.
106 Camino, 691. Cfr. Forja, 769; Amigos de Dios, 153 y 167. Con frecuencia, san Josemaría empleaba esta jaculatoria también en su versión latina: "Fiat, adimpleatur, laudetur et superexaltetur iustissima atque amabilissima voluntas Dei super omnia. Amen. Amen."
107 Camino, 774.
108 Forja, 48.
109 Cfr. Camino, 774.
110 C. CARDONA, Metafísica del bien y del mal, Madrid 1987, p. 117.
111 SANTO TOMÁS DE AQUINO, In De div. nom., c. 4, lect. 11.
112 Cfr. ID., S.Th. I-II, q. 28, a. 2, c.
113 Forja, 442.
114 Es Cristo que pasa, 87. El contexto de estas palabras es la Santa Misa, expresión suprema de la entrega de Dios a nosotros.
115 Es Cristo que pasa, 46.
116 Amigos de Dios, 232.
117 Cfr. CONC. LATERANENSE IV, cap. 2: DS, 806; CONC. VATICANO I, Const. dogm. Dei Filius, cap. 4: DS, 3016.
118 Conversaciones, 62.
119 Cfr. Camino, 914; Surco, 35, 830; Forja, 346; Es Cristo que pasa, 7; etc. Desde la década de 1930, san Josemaría tenía "una gran devoción al Amor Misericordioso y conoció los escritos de una de sus propagadoras, la Madre Marie Thérèse Desandais, que escribía con el pseudónimo de P. M. Sulamitis" (P. RODRÍGUEZ, Edición crítico-histórica de "Camino", Madrid 2004³, p. 499: comentario al punto 316). El autor explica que la devoción está muy relacionada con el espíritu de filiación divina. Sobre el tema del Amor Misericordioso, cfr. las publicaciones de F.M. REQUENA, Espiritualidad en la España de los años veinte. Juan G. Arintero y la revista 'La Vida Sobrenatural' (1921-1928), Pamplona 1999, pp. 166-177; La "Obra del Amor Misericordioso" (1922-1928): una aportación a la historia del asociacionismo devocional en la España contemporánea, en: "Hispania Sacra" 55 (2003) 661-696; y Católicos, devociones y sociedad durante la Dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República. La Obra del Amor Misericordioso en España (1922-1936), Madrid 2008, 359 pp.
120 Título de una meditación del 21-XI-1954 (AGP, P09, p. 17).
121 Forja, 358.
122 Cfr., p.ej., Es Cristo que pasa, 97. Otras veces se refiere a la parábola del hombre que envió a sus hijos a trabajar a la viña, comentando que sólo el que fue efectivamente, cumplió la voluntad de su padre (cfr. Mt 21, 18-31).
123 Camino, 933. En sus Apuntes íntimos (n. 606) relata cómo Dios quiso que se imprimiera este dicho en su alma. El hecho se encuentra narrado en diversas biografías (cfr. A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, cit., vol. I, p. 417) y en P. RODRÍGUEZ, Edición crítico-histórica de "Camino", cit., ad loc.
124 Carta 24-III-1931, 55. Cfr. Amigos de Dios, 6.
125 Apuntes de la predicación (AGP, P10, 29).
126 Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, In I Sent., d. 45, q. 1, a. 4; S.Th. I, q. 19, aa. 11 y 12.
127 ID., S.Th. I-II, q. 28, a. 2, c.
128 Cfr. SAN FRANCISCO DE SALES, Tratado del amor a Dios, c. 13. La palabra francesa "abandon" proviene de la antigua locución "à bandon": dejar en poder de.
129 Es Cristo que pasa, 17.
130 Amigos de Dios, 18.
131 Carta 8-XII-1949, 33.
132 Es Cristo que pasa, 17.
133 JUAN PABLO II, Enc. Veritatis Splendor, 9.
134 Veritatis Splendor, 12-13.
135 Carta 19-III-1967, 82.
136 JUAN PABLO II, Enc. Veritatis Splendor, 19.
137 SAN CIPRIANO, De dominica oratione, c. 14.
138 Es Cristo que pasa, 103.
139 Es Cristo que pasa, 21.
140 Es Cristo que pasa, 97.
141 Es Cristo que pasa, 17.
142 Lo veremos en el capítulo 6º, apartado 4.3, al hablar de justicia y caridad.
143 Camino, 603.
144 Que las obras de Dios sean perfectas no contradice que Dios haya creado el mundo en camino hacia una perfección que debe alcanzar, también por medio del trabajo del hombre. Dios lo ha hecho partícipe de su poder creador precisamente para que lleve a cabo los designios de su Providencia perfeccionando la creación (de modo análogo a como un padre entrega a su hijo pequeño las piezas de una figura o de un puzzle, para que las ordene como el padre desea). "La creación tiene su bondad y su perfección propias, pero no salió plenamente acabada de las manos del Creador. Fue creada "en estado de vía" ("in statu viae") hacia una perfección última todavía por alcanzar, a la que Dios la destinó" (CEC, 302). Volveremos sobre esto en el capítulo .
145 Forja, 713.
146 Amigos de Dios, 57.
147 Estas virtudes se estudiarán en el capítulo 6º, apartado 4.
148 Cfr. capítulo 7º, apartado 2.2.1.b).
149 Camino, 771.
150 BENEDICTO XV, Decreto de las virtudes heroicas del venerable Antonio M. Gianelli: AAS 12 (1920) 173. Cfr. PÍO XII, Homilía 5-IV-1948: AAS 40 (1948) 149.
151 Camino, 815.
152 "El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen" (SANTA TERESA DE JESÚS, Moradas séptimas, IV, 15). Pueden verse otros textos de san Juan de la Cruz y santa Teresa de Lisieux, en P. RODRÍGUEZ, Edición crítico-histórica de "Camino", cit., pp. 884-885 (comentario al punto 813).
153 Camino, 814.
154 Camino, 813.
155 Es Cristo que pasa, 44.
156 Forja, 489.
157 Es Cristo que pasa, 50.
158 Amigos de Dios, 63.
159 A. MACHADO, Proverbios y cantares, XXIV: citado en Conversaciones, 116.
160 Camino, 20.
161 Forja, 82. Cfr. Camino, 815: Haz lo que debes y está en lo que haces. Este punto se comentará ampliamente en el capítulo 7º, apartado 1.4.1.a).
162 Camino, 819.
163 Forja, 1051.
164 En la Parte II, capítulo , veremos que la perfección del cristiano reclama el heroísmo en las virtudes, que se puede realizar en "cosas pequeñas". En la Parte III, capítulo , al hablar de la vida ordinaria como camino de santificación, nos referiremos al "materialismo cristiano" que predica san Josemaría y que se traduce, entre otras cosas, en el "cuidado de las cosas pequeñas".
165 Instrucción, 19-III-1934, 36.
166 Amigos de Dios, 23.
167 I. DE CELAYA, Unidad de vida y plenitud cristiana, en: F. OCÁRIZ – I. DE CELAYA, Vivir como hijos de Dios. Estudios sobre el Beato Josemaría Escrivá, Pamplona 1993, p. 97. Cfr. C. CARDONA, Metafísica de la opción intelectual, Madrid 1973², p. 103. El fin último es único: "Es imposible que un mismo hombre pueda tener varios fines últimos, no subordinados entre sí" (SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I-II, q. 1, a. 5, c; cfr. S.Th. I-II, q. 1, a. 6, c y ad 3).
168 Cfr., p. ej., Camino, 777 y 780; Conversaciones, 93 y 106; Es Cristo que pasa, 17; etc.
169 Surco, 797.
170 Amigos de Dios, 114.
171 Camino, 780.
172 Camino, 484.
173 Surco, 273.
174 Ibid.
175 Forja, 610.
176 Carta, 28-I-1975 (AGP, P01 VII-1975, p. 158). Cfr. J.M. CASCIARO, Fundamentos bíblicos del lema "ocultarme y desaparecer" de San Josemaría Escrivá, en: AA.VV., Signum et Testimonium, Pamplona 2003, pp. 273-295. Lo veremos con más detalle cuando estudiemos la virtud de la humildad (vol. II, cap. 6, apartado 3.2.1).
177 Camino, 759. Como se ve, san Josemaría entiende el genitivo "de buena voluntad", como referido a los hombres que tienen buena voluntad. Era la interpretación corriente de Lc 2, 14, conforme a la Vulgata, cuando escribe este punto de Camino (publicado en 1939), como puede verse en M.-J. LAGRANGE, Évangile selon Saint Luc, Paris 1921, pp. 76-77. Más recientemente, el texto se traduce a veces como "paz a los hombres en los que Dios se complace" (o "los que ama el Señor"). Las dos interpretaciones no se excluyen porque los hombres de buena voluntad son aquellos en los que Dios se complace. En obras posteriores de san Josemaría están presentes a la vez los dos sentidos, como en Es Cristo que pasa, 13. En todo caso, con o sin referencia al texto de Lc, la afirmación del vínculo entre "paz" y "buena voluntad" es común en la tradición espiritual cristiana (cfr., p.ej., SAN LEÓN MAGNO, Sermo 95, sobre las Bienaventuranzas).
178 Cfr. Es Cristo que pasa, 182. En los capítulos y comentaremos una expresión frecuente de san Josemaría: que los cristianos deben ser "sembradores de paz y de alegría".
179 Camino, 300. Las palabras del Señor (Mt 6, 24) se refieren a las riquezas ("no podéis servir a Dios y a las riquezas"). Evidentemente, se pueden aplicar a cualquier bien humano, como se hace en este punto de Camino.
180 Camino, 777. El "propio juicio" significa aquí el apegamiento de la voluntad a la propia decisión, ya sea por soberbia, o por confianza exagerada en el propio criterio, o por capricho.
181 CEC, 294.
182 Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I-II, q. 1, a. 4, c.
183 Es Cristo que pasa, 133.
184 "En la Escritura, ver es poseer. El que ve a Dios posee todos los bienes que se pueden concebir" (SAN GREGORIO DE NISA, Orationes de beatitudinibus, 6). Cfr. CEC, 1045.
185 Carta 24-III-1931, 55.
186 Carta 19-III-1967, 32.
187 Camino, 999.
188 SAN AGUSTÍN, Confessiones, lib. 1, c. 1.
189 Amigos de Dios, 118.
190 Ibid.
191 Forja, 1005.
192 Es Cristo que pasa, 43. Cfr. Forja, 28.
193 Surco, 52.
194 Surco, 795.
195 Apuntes de la predicación (AGP, P01 VII-1975, p. 219). San Josemaría advierte allí mismo que con estas palabras está "remedando" una frase de san José de Calasanz: "Si quieres ser santo, sé humilde...".
196 Cfr. Camino, 382.
197 Surco, 994.
198 Camino, 91.
199 Recoge en ellas la noción tradicional de "oración" desde la Patrística. Ya CLEMENTE DE ALEJANDRÍA (s. II-III) habla de la oración como de una "conversación con Dios" (Stromata, VII, 7). Después de él, EVAGRIO PÓNTICO parece ser el autor de la definición clásica atribuida a san Juan Damasceno: "La oración es una elevación del alma a Dios" (cfr. De oratione, 3), definición que figura en CEC, 2559. SAN AGUSTÍN, por su parte, escribe: "Tu oración es un coloquio con Dios. Él te habla cuando lees la Escritura, y tú le hablas cuando oras" (Enarr. in Ps., 85, 7). Algo muy semejante había afirmado antes SAN CIPRIANO (cfr. Ep. ad Donatum, 15). SAN JUAN CRISÓSTOMO se refiere a la oración como participación en la vida divina cuando escribe: "El sumo bien está en la plegaria y en el diálogo con Dios, porque equivale a una íntima unión con Él: y así como los ojos del cuerpo se iluminan cuando contemplan una luz, así también el alma dirigida hacia Dios se ilumina con su inefable luz" (Hom. 6: De precatione). No nos detenemos a explicar la relación del término castellano "oración" con los latinos prex y oratio y los respectivos griegos euché y omilía. Puede verse, p.ej., P. PHILIPPE, La vita di preghiera, Roma 1997, pp. 13-19.
200 Es Cristo que pasa, 136. A continuación cita 1Co 2, 11: "¿Quién sabe las cosas del hombre, sino solamente el espíritu del hombre, que está dentro de él? Así las cosas de Dios nadie las ha conocido sino el Espíritu de Dios".
201 CONGR. PARA LA DOCTRINADELA FE, Carta Orationis formas, 15-X-1989, 28. Este documento cita a pie de página varios testimonios de la tradición cristiana –concretamente de san Agustín, Juan Casiano y Afraate– sobre la posibilidad de convertir el trabajo en oración.
202 ORÍGENES, De orat., 12.
203 Es Cristo que pasa, 119. Sobre las palabras "también el sueño debe ser oración", cfr. capítulo 6º, apartado 1.1.
204 Amigos de Dios, 64.
205 Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I, q. 34, aa. 1 y 2.
206 Palabras de una homilía en Roma, 9-I-1972 (AGP, P01 1972, p. 147).
207 "Dijo [Dios] y todas la cosas fueron hechas" (Sal 33, 9). "El Hijo, por lo mismo que es el Verbo que expresa perfectamente al Padre, expresa todas las criaturas" (SANTO TOMÁS DE AQUINO, Quaestiones disputatae, q. 4, a. 4, c). Cfr. ID., S.Th. I, q. 34, donde explica que el nombre de Verbo, propio del Hijo, comporta referencia a las criaturas.
208 Amigos de Dios, 55.
209 Camino, 335. Esta doctrina, de raíz evangélica, ha sido expresada de diversos modos a lo largo de la historia. Baste citar un texto de SANTO TOMÁS DE AQUINO: "Tamdiu homo orat, quamdiu totam vitam suam in Deum ordinat" (In Ep. ad Rom., c. I, lect. 6). A este respecto escribe Á. DEL PORTILLO: "El fundamento teológico de la posibilidad de transformar en oración cualquier actividad humana y, por tanto, también el trabajo, es ilustrado por el Papa Juan Pablo II en la encíclica Laborem exercens (n. 24), donde, al describir algunos elementos para una espiritualidad del trabajo, afirma: "Puesto que el trabajo en su dimensión subjetiva es siempre una acción personal, actus personae, se sigue que en él participa el hombre entero, el cuerpo y el espíritu (...). Al hombre entero ha sido dirigida la Palabra del Dios vivo, el mensaje evangélico de la Salvación". Y el hombre debe responder a Dios que lo interpela con todo su ser, con su cuerpo y con su espíritu, con su actividad. Esta respuesta es precisamente la oración" (Il lavoro si trasformi in orazione, en: "Il Sabato", Milán, 7-XII-1984).
210 Hablamos sólo, como es patente, de la oración de quien está en gracia de Dios.
211 Cfr. SAN AGUSTÍN, Confessiones, lib. 3, c. 6. Estudia la inhabitación trinitaria en la vida espiritual R. MORETTI, La Trinità vertice della Teologia e dell'esperienza mistica, en: "Divinitas" 3 (1986) 219-239.
212 Apuntes de la predicación, 8-XII-1972 (AGP, P01 IX-1973, pp. 7-8). El "Gran Desconocido" es el Espíritu Santo.
213 Apuntes de la predicación (AGP, P04 1972, vol. II, pp. 694-695).
214 Apuntes de la predicación, 21-II-1971 (AGP, P01 1996, pp. 456-457).
215 Ibid.
216 Apuntes de la predicación, 9-VI-1974 (AGP, P04 1974, vol. I, p. 386).
217 Amigos de Dios, 296.
218 Un recorrido histórico puede verse en la amplia y documentada voz "Contemplation" del Dictionnaire de spiritualité ascétique et mystique. Remitimos en particular a la Conclusion générale de CH. BAUMGARTNER, en: ibid., 2 (1953) col. 21712193. De gran interés es también la obra de J.-H. NICOLAS, Contemplation et vie contemplative en christianisme, Fribourg-Paris 1980, 429 pp. El autor apenas trata la contemplación en la vida ordinaria, pero ofrece algunos elementos básicos importantes para desarrollar el tema. Véase también T. ŠPIDLÍK, La preghiera secondo la tradizione dell'Oriente cristiano, Roma 1988, pp. 195-252 (La contemplazione).
Por lo que se refiere al término "contemplación" baste señalar que tiene su raíz en con-templum, palabra que designaba una plataforma situada delante de algunos templos paganos, desde la cual se escrutaba el firmamento. De ahí el verbo contemplari ("mirar lejos" o escrutar el horizonte). Este término latino traduce el griego theoria, que proviene de thea, visión. El verbo theoreo significa ver como se mira un espectáculo, fijando la atención en lo que se ve; es decir, mirar con interés algo que merece la pena, por su valor estético o artístico, como un paisaje o una escultura (contemplación estética). En filosofía se emplea para hablar de la contemplación de la verdad (contemplación filosófica). En este sentido tiene relación con el término Gnosis, que aparece en el Nuevo Testamento.
219 Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. II-II, q. 180, a. 3, ad 1. De este tipo es el conocimiento de los primeros principios, tanto los de orden intelectual o especulativos (p.ej., que "el todo es mayor que la parte") como los de orden moral o prácticos (como que "se debe hacer el bien y evitar el mal").
220 SAN GREGORIO MAGNO, Moralia, X, 8, 13.
221 "Bonum quoddam verum est" (SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I, q. 82, a. 3, ad. 1; cfr. S.Th. I, q. 5, a. 4, ad 1). "La belleza añade al bien cierto orden a la facultad cognoscitiva, de tal modo que se llama bien a todo lo que simplemente satisface a la voluntad, y bello aquello cuyo conocimiento agrada" (S.Th. I-II, q. 27, a. 1, ad 3).
222 ID., S.Th. II-II, q. 180, a. 1, c.
223 ID., In III Sent., d. 35, q. 1, a. 2, sol. 1.
224 "Pulchritudo (...) consistit in quadam claritate et debita proportione. Utrumque autem horum radicaliter in ratione invenitur, ad quam pertinet et lumen manifestans, et proportionem debitam in aliis ordinare. Et ideo in vita contemplativa, quae consistit in actu rationis, per se et essentialiter invenitur pulchritudo" (ID., S.Th. II-II, q. 180, a. 2, ad 3).
225 ID., S.Th. I-II, q. 27, a. 1, ad 3.
226 SAN JUAN DE LA CRUZ, Noche oscura, lib. 2, cap. 18, 5. Cfr. J. MARITAIN, Les degrés du savoir, Paris 1948, pp. 616-697 (Saint Jean de la Croix praticien de la contemplation).
227 Cfr. J.L. ILLANES, Existencia cristiana y mundo. Jalones para una reflexión teo lógica sobre el Opus Dei, Pamplona 2003, pp. 308-309.
228 Cfr. Conversaciones, 43; Es Cristo que pasa, 65 y 174; etc. Véanse los estudios de M. BELDA, Contemplativi in mezzo al mondo, en: "Romana" 27 (1998) 326-340; y de L. TOUZE, La contemplation dans la vie ordinaire. À propos de Josemaría Escrivá, en: "Esprit et vie" 67 (2002) 9-14.
229 Amigos de Dios, 307.
230 Escribe SANTA TERESA DE JESÚS que en la oración el alma ha de procurar "mirar a quien le mira" (Vida, 13, 22). Cfr. J. CASTELLANO, Teresa di Gesù insegna a pregare, en: AA.VV. (dir. E. ANCILLI), La preghiera, vol. I, Roma 1988, pp. 326-327.
231 Cfr. Es Cristo que pasa, 126.
232 Amigos de Dios, 307.
233 Ibid.
234 Comentando las enseñanzas de san Josemaría sobre la contemplación, un autor habla de "estética escatológica" queriendo designar "los influjos del mundo futuro glorificado en la realidad presente, con la posibilidad de descubrir algunos de esos destellos de la definitiva Gloria Dei ya en sus criaturas" (R. HERNÁNDEZ URI-GÜEN, Trabajo contemplativo y momento estético en las enseñanzas de san Josemaría. Una aproximación, en: AA.VV., Trabajo y espíritu. IV Simposio internacional "Fe y cultura contemporánea", Pamplona 2004, p. 269).
235 Carta 24-III-1930, 13.
236 Apuntes de la predicación, 18-XI-1964 (AGP, P01 IX-1967, p. 7).
237 Amigos de Dios, 241.
238 Camino, 212.
239 Apuntes de una meditación, 25-XII-1973 (AGP, P09, p. 201).
240 Conversaciones, 116.
241 Carta 30-IV-1946, 73.
242 Carta 25-I-1961, 3.
243 Amigos de Dios, 307.
244 P. DE BÉRULLE, Œuvres de piété, 38 ("De la Sainte Trinité, de l'Incarnation accomplie en l'honneur et à l'imitation de la Sainte Trinité, et de la vocation des Chrétiens à la contemplation"), en: M. DUPUY (dir.), Pierre de Bérulle. Œuvres complètes, Paris 1996, vol. 3, p. 129: "Les Chrétiens sont dédiés et appelés par vocation comme essentielle, à la contemplation (...). Sont appellés à la contemplation, non simplement par inspiration, mais par l'état et la condition de la manière de vie et grâce qu'ils ont reçue au baptême". Actualmente, el Catecismo de la Iglesia Católica expresa esta doctrina, distinguiendo entre la llamada de todos a la contemplación y las gracias extraordinarias que la acompañan en algunos casos: "Dios nos llama a todos a esta unión íntima con Él, aunque gracias especiales o signos extraordinarios de esta vida mística sean concedidos solamente a algunos para así manifestar el don gratuito hecho a todos" (CEC, 2014). En la Parte preliminar, sección I.3.b) hemos hecho una referencia a este tema al hablar del debate sobre la "cuestión mística".
245 Carta 19-III-1967, 32.
246 Sobre el debate teológico en torno a estos temas en el siglo XX, cfr. M. BELDA – J. SESÉ, La cuestión mística, Pamplona 1998, 364 pp.
247 Amigos de Dios, 307.
248 Amigos de Dios, 308. Según J.L. ILLANES, cabe ver "en ese aludir a la distinción entre ascética y mística, para dejar la cuestión en suspenso, un simple recurso para marcar distancias respecto a un debate teológico en el que el fundador del Opus Dei no deseaba entrar. Cabe también –y no faltan argumentos para ello– darles un alcance mayor, interpretándolas como una advertencia, discreta pero clara, sobre los límites de algunos de los planteamientos acuñados por la teología espiritual de los siglos XVII y XVIII y, en consecuencia, como un toque de atención respecto a la necesidad de un enfoque de la vida espiritual más teologal y unitario" (Existencia cristiana y mundo, cit., p. 329 s.).
249 Es Cristo que pasa, 126.
250 "Amans (...) quasi idem factus amato" (SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. I-II, q. 28, a. 2, c). Cfr. M. D'AVENIA, La conoscenza per connaturalità in San Tommaso d'Aquino, Bologna 1992, 219 pp.
251 Amigos de Dios, 220.
252 Los dones del Espíritu Santo son, según R. GARRIGOU-LAGRANGE, "doblemente sobrenaturales, no sólo por su esencia como las virtudes teologales sino también por su modo de acción" que sobrepasa la medida humana ya que "el alma es dirigida y movida inmediatamente por la inspiración divina" (Perfection chrétienne et contemplation, Paris 1923, t. I, p. 34). Los dones se estudiarán en el capítulo 6º, apartado 5.1.
253 Apuntes de una meditación, 26-XI-1967 (AGP, P09, p. 87).
254 Amigos de Dios, 307.
255 Un autor medieval, maestro de vida contemplativa, se refiere así a esta doble connaturalidad: "Somos estirpe tuya, Señor, estirpe de Dios, como dice el Apóstol (cfr. Hch 17, 28) (...), dioses e hijos del Altísimo (Sal 81, 6), y podemos reivindicar para nosotros, gracias a un cierto parentesco espiritual, una profunda afinidad contigo, a partir del momento en que, en virtud del Espíritu de adopción, tu Hijo no ha desdeñado compartir nuestro nombre, y nosotros, con Él y por Él, obedientes al mandato del Salvador y siguiendo su enseñanza, nos atrevemos a decir: Padre nuestro que estás en los Cielos (Mt 6, 9)" (GUILLERMO DE SAINT-THIERRY, De contemplando Deo, 20).
256 Es Cristo que pasa, 113.
257 Apuntes de la predicación, 18-VIII-1968 (AGP, P01 1968 p. 197).
258 Es Cristo que pasa, 107.
259 Es Cristo que pasa, 118. A continuación de estas palabras cita Jn 6, 57 y 14, 21. La misma idea Es Cristo que pasa, 116.
260 Es Cristo que pasa, 163.
261 Apuntes de una meditación, 19-III-1975 (AGP, P01 1991, p. 1079).
262 Carta 2-X-1958, 4.
263 Carta 24-III-1931, 59.
264 Apuntes de la predicación, 2-XI-1964 (AGP, P01 IX-1967, p. 11).
265 Ibid.
266 Forja, 738.
267 Carta 9-I-1932, 14-15. El texto de santo Tomás incluido en el Supplementum, proviene de In IV Sent., d. 44, q. 2, a. 1, q. 3, y se refiere a la condición de los santos después de la resurrección de los cuerpos. Las palabras "contemplar... en nada impide (a los santos) la divina contemplación", significan que la contemplación de la verdad en las cosas creadas no es obstáculo para la contemplación de Dios. Con razón ha señalado un autor, aunque sin citar este texto del Aquinate, "la coherencia entre el pensamiento de santo Tomás y el mensaje de san Josemaría, en cuanto que en ambos encontramos una primacía de la contemplación, la cual representa (...) también un elemento vivificante para toda la vida práctica" (B. OLIVARES BOGESKOV, Primacía de la contemplación y santificación del trabajo, en: AA.VV., Trabajo y espíritu, cit., p. 161). Cfr. J.P. MANGLANO, Análisis antropológico del trabajo contemplativo, en: "Excerpta e dissertationibus in Philosophia" 1 (1991) 483 y 494-495.
268 Apuntes de la predicación, 30-X-1964 (AGP, P01 VII-1967, p. 7). Quizá no sea necesario repetir que, aunque dirige estas palabras a los fieles del Opus Dei, propone el mismo ideal a todos los fieles corrientes.
269 Carta 11-III-1940, 15. J. MARITAIN habla de la contemplación en medio del mundo como de un tipo de contemplación "oculta" o "disfrazada", a diferencia de la contemplación "abierta" de los religiosos contemplativos: cfr. Il contadino della Garona, Brescia 1980, p. 339; en la p. 333, nota 119, parece abandonar esta idea; cfr. también ID., Action et contemplation, Paris 1938, p. 146. En san Josemaría no se encuentra ninguna distinción de este tipo.
270 Cfr. A. QUERALT, "Contemplativus in actione", en AA.VV. (E. ANCILLI – M. PAPAROZZI, dirs.), La mistica. Fenomenologia e riflessione teologica, vol. II, Roma 1984, p. 331. Para la afirmación de Nadal cita: Comentarii de Instituto Societatis Jesu (Ed. M. Nicolau, S.J.), (Monumenta Historica Societatis Jesu, 90), 162-163, 80-82. Sobre el tema puede verse también E. CORETH, In actione contemplativus, en "Zeitschrift für Katholische Theologie" 76 (1954) 55-82.
271 A. QUERALT, "Contemplativus in actione", cit., p. 332. Para algunos, esta fórmula expresa la vida "mixta" mejor que la de "contemplata aliis tradere" (SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. II-II, q. 188, a. 6, c), porque no restringe la acción apostólica a la predicación sino que incluye otras obras de caridad (cfr. G. THILS, Nature et spiritualité du clergé diocésain, Bruges 1946, p. 288).
272 Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. II-II, q. 180, a. 2.
273 A. ROYO MARÍN, Teología de la perfección cristiana, 2ª ed., Madrid 1955, p. 637, 411. Una crítica a esta concepción puede verse en J. LÓPEZ DÍAZ, Virtudes humanas y contemplación cristiana, en: L. TOUZE (dir.), La contemplazione cristiana: esperienza. e dottrina. Atti del IX Simposio della Facoltà di Teologia dell'Università della Santa Croce, Roma 2007, pp. 525-537. Cfr. también T. ŠPIDLÍK, La preghiera secondo la tradizione dell'Oriente cristiano, cit., pp. 231-238 (La "praxis" conduce a la "theoria").
274 Carta 8-XII-1949, 26.
275 Así lo hace SANTO TOMÁS DE AQUINO en S.Th. II-II, q. 182, a. 1, c. El Aquinate recoge en este punto la interpretación que hizo san Gregorio Magno del pensamiento de san Agustín.
276 J. RATZINGER, El nuevo Pueblo de Dios, Barcelona 1972, p. 42.
277 Carta 29-VII-1965, 1.
278 Ibid., 23.
279 Carta 31-V-1954, 20.
280 Carta 6-V-1945, 25. Estas palabras se han introducido con una frase que habla de la correspondencia a la gracia. San Josemaría se refiere concretamente a la gracia de la vocación al Opus Dei. Nos parece que la afirmación se puede hacer extensiva en el sentido indicado.
281 Carta 9-I-1932, 14.
282 Amigos de Dios, 149.
283 Apuntes íntimos, 673 (del 26-III-1932).
284 Amigos de Dios, 306.
285 Amigos de Dios, 310.
286 Carta 2-X-1939, 13.
287 Es Cristo que pasa, 48.
288 J.I. MURILLO, El trabajo como manifestación de Dios, en: AA.VV., Trabajo y espíritu, cit., p. 146.
289 Ibid.
290 Maritain explica que la contemplación en actividades que requieren la atención de la mente es una contemplación presente no sólo virtualmente sino "en acto" "al menos en el supraconsciente del espíritu, única sede donde el amor puede estar continuamente en acto" (J. MARITAIN, Il contadino..., cit., p. 334). El autor remite a la obra de V. OSENDE, Fruits of Contemplation, St. Louis 1953, pp. 157-159, donde afirma que, si bien no podemos fijar nuestra mente sobre dos objetos contemporáneamente, ni estar pensando siempre, sí que podemos amar siempre. Por lo que se refiere a san Josemaría, nos parece que sus textos no presentan la contemplación en esos casos –en las actividades que exigen la atención de la mente– como una actividad inconsciente. Más bien dan a entender que se puede ser consciente del amor con el que se está trabajando o realizando cualquier actividad de ese tipo. No obstante, es una cuestión abierta que requerirá un estudio más detallado.
291 Carta 6-V-1945, 25.
292 Amigos de Dios, 296-297.
293 Apuntes de la predicación (AGP, P04 1975, vol. III, p. 213). La jaculatoria latina está tomada del Misal Romano. En la liturgia actual, se encuentra en la Antífona de entrada del 2º Domingo de Cuaresma: "Tibi dixit cor meum, quaesivi vultum tuum, vultum tuum, Domine, requiram..." (Sal 26 [27], 8-9).
294 Apuntes de una meditación, 25-XII-1973 (AGP, P09, p. 200).
295 Carta 9-I-1932, 70.
296 Carta 6-V-1945, 40.
297 Es Cristo que pasa, 57.
298 Camino, 778.
299 Apuntes de la predicación, 21-VI-1972 (AGP, P01 VII-1972, p. 9).
300 Carta 19-III-1967, 143.
301 Camino, 784.
302 Camino, 290.
303 Camino, 788.
304 Apuntes de la predicación (AGP, P01 VII-1968, p. 9).
305 Carta 15-X-1948, 8.
306 Carta 24-III-1930, 21.
307 Apuntes de la predicación (AGP, P01 III-1970, p. 9).
308 Carta 6-V-1945, 28.