Parte Tercera. LA VIDA PÚBLICA

CAPÍTULO V. PRINCIPIOS DEL MINISTERIO EN GALILEA

1 En griego: άνεχώρησεν. El autor del primer Ev. emplea muchas veces este verbo para expresar la idea de una fuga en presencia del peligro. Aquí el peligro procedía de los fariseos, de quienes era de temer que pusieran obstáculos a la actividad de Jesús.
2 Decía SAN JRÓNIMO a este propósito, Comment. in Matth., 4, 15; Joanne tradito, recte ipse (Jesus) incipit praedicare; desinente lege, consequenter oritur evangelium.
3 A la letra: «por la fuerza del Espíritu».
4 Jn 2, 21; Jn 3, 2; Jn 4, 45.
5 El participio de presente δοξαζόμενος empleado por Mt indica un hecho continuado.
6 En griego: μετανοεϊτε (Ve poenitemini).
7 Ga 4, 4; Ef 1, 10.
8 Mt 3, 2.
9 Mc 1, 15.
10 Mc 1, 4. Es la lectura más acreditada, en vez de «el Evangelio del Reino de Dios» El Evangelio de Dios es aquel cuyo autor y fuente es el mismo Dios. San Pablo gusta de emplear tabien esta expresión. (Rm 1, 1; Rm 15, 16; 2Co 11, 7; 2Ts 2, 8-9. Cfr. 1P 4, 17).
11 «Evangelizaba al pueblo», dice Lc 3, 18.
12 Mt 10, 7; Lc 10, 9.
13 Cfr. B. BARTMANN, Das Himmelreich und sein König, 1904; un artículo de la RevBibl (1899), pp. 346-360; Mgr. BATIFFOL, L’enseignement de Jésus, en 16.ª 1905, pp. 139-188.
14 Bασιλεία τών ούρανών. (Vg regnum coelorum).
15 Treinta y cuatro veces, según GEDEN, A Concordance of the Greek Testament, 2.ª edic., pp. 141-142.
16 Bασιλεία οϋ θεοϋ ; Mc 14 veces; Lc 32 veces, según la misma concordancia.
17 Mt 12, 28; Mt 21, 31-43.
18 Jn 3, 3-5; Jn 18, 36.
19 Hch 1, 3; Hch 8, 12, 14, 22, etc.
20 Rm 14, 17; 1Co 4, 20; 1Co 6, 9, 10; Col 1, 13; etc.
21 Ap 12, 10.
22 Mt 26, 29; Mc 14, 25.
23 Gn 3, 14-15.
24 Gn 6, 2.
25 Felicísima expresión, que se remonta, según creemos, a FLAVIO JOSEFO, C. Apion , 2, 16. Significa: gobierno de Dios.
26 1Cro 29, 23.
27 Véase sobre todo, Dn 2, 44; Dn 7, 13-17; Jr 3, 13-17; Jr 30, 16-23; So 3, Za 14, 9.
28 Cfr. LIGHTFOOT, t. 1, pp. 212-214.
29 Henoch, 46, 3; 48, 2; los Oracles sybill., 3, 698-726, 766-783; los Salmos de Salomón, 17, 23-25; etc.
30 Pirké Aboth.
31 Jn 18, 36 y 37.
32 Mt 18, 4; 1P 2, 1-10.
33 Mt 21, 43.
34 Mt 21, 31.
35 Lc 17, 20-21. Otra prueba de que este reino es espiritual. Pero también puede traducirse: «está entre vosotros».
36 Mt 11, 12; Lc 11, 20.
37 Mt 11, 14. Cfr. también Mc 10, 15; Lc 18, 17; etc.
38 Mt 13, 24-30, 31-33; Mc 4, 26-29.
39 Mt 13, 47-50; etc
40 De las palabras griegas έσχατος y όγος «cosas últimas».
41 Cfr. Mt 13, 40-43; Mt 19, 28-29; Mt 22, 29-30; Mt 24, 29-35; Mc 13, 24-34; Lc 21, 25-44; Jn 5, 28-29; etc.
42 1Co 15, 24-28.
43 Mt 16, 17-19.
44 Mt 28, 20.
45 Jn 4, 46-54; Mt 4, 13-17; Mt 18-22; Mc 1, 16-20; Lc 5, 1-11.
46 Jn 2, 1-11.
47 Bασιλιχός, es decir «real». Lo que puede significar: de estirpe real, o bien: empleado en el servicio del rey (aquí del tararca Herodes Antipas, a quien el pueblo atribuía el título de rey. Cfr. Mt 14, 9; Mc 9, 13). San Juan Crisóstomo vacila entre las dos significaciones. Pero la primera no tiene aquí fundamento alguno; es, pues, necesario atenernos al uso clásico, según el cual la palabra Bασιλιχός denota funcionarios, civiles o militares, de distintos grados, que estaban al servicio de la persona de un rey o de un príncipe. Josefo lo emplea con frecuencia, y siempre a propósito de tropas reales. SAN JERÓNIMO, Comment. in Is., 65, 1, proponía se traduJrapor palatinus, servidor de palacio. La Vg ha seguido la lección de algunos manuscritos griegos, que ponen Bασιλιχός regulus; a la letra, reyezuelo, jefe (de tribu, etc.)
48 Lc 8, 1-3.
49 En Jn 4, 49, se le nombra con el diminutivo παιδίον, puellus. Al principio del relato leemos ό υίός con artículo, «el hijo»; de donde se puede concluir que era hijo único.
50 Jn 2, 22-23; Jn 3, 2; Jn 4, 45. La mayor parte de ellos habían sido probablemente testigos de milagros de curaciones.
51 Ya indicamos antes la distancia que separaba a estas dos poblaciones. La diferencia de nivel es de unos 800 metros. Véase nuestro Atlas géographique de la Bible, pl. 18, perFlm 2
52 El imperfecto ήρώτα (Vg rogabat) indica repetición, insistencia.
53 Mt 15, 23-24; Mt 17, 16, etc.
54 En griego: σημεϊα χαί τέρατα.
55 Dt 28, 46; Ne 9, 10; Is 8, 18; Mt 24, 24; Mc 13, 22; Rm 15, 19; etc
56 1Co 1, 22.
57 Jn 2, 23-25; Jn 3, 2-11; Jn 4, 35.
58 Jn 2, 23-24.
59 Jn 5, 36; Jn 10, 38; Jn 14, 11.
60 Jn 20, 29
61 El griego usa aquí una alocución muy elegante χομψότερον έσγεν. Es el belle habere de los latinos.
62 La necesidad de dar algún descanso a su cabalgadura hubo de retenerle algún tiempo en Caná. Llegada la noche, tuvo que caminar con lentitud, y no se encontró con sus servidores sino después de media noche. También se propone otra solución: el encuentro del amo y de los servidores habría ocurrido al ponerse el sol, la tarde misma del milagro; pero como entre los judíos empezaba el día a la hora en que el sol desaparece del horizonte, bien se podía decir «ayer» sin que hubiera transcurrido noche alguna.
63 Jn 2, 11.
64 En griego, según los mejores manuscritos y los mejores críticos, Kαφαρναούμ, Capharnaurn en la Vg. La lectura Kαπερναούμ «Capernaum», es inexacta.
65 Mt 9, 9; Mc 2, 14; Lc 5, 17.
66 Mt 8, 5; Lc 7, 2.
67 Lc 7, 5.
68 Cfr. Mt 9, 1: ίδία πόλις.
69 Hoy existe plena unanimidad en la localización de Cafarnaum, como dice DALMAN, Orte, ppl 149-163 Antiguamente la colocaron algunos en Khirbet Miniye, más hacia el Sur, en la llanura misma de Genesaret. Cfr. A. FERNÁNDEZ, Geografía, p. 129; Vida de J. C., pp. 162-164. DORADO, Praelectiones, pp. 426-427 con amplia bibliografía moderna.
70 Is 9, 1-2 (hebr., 8, 23-9, 1).
71 Se da este nombre a los capítulos 7-12 de Isaías. Is 7-12.
72 Is 42, 6; Is 59, 6; Is 60, 1-3; Lc 1, 78; Jn 1, 9; Jn 8, 12; etc.
73 Lc 5, 1-11.
74 Mt 4, 18-22; Mc 1, 16-20.
75 Otras veces, y con idéntico motivo, habló también Nuestro Señor a las turbas desde una barca de pescador. Cfr. Mc 3, 9, 4, 1.
76 Cfr. F. X. KRAUS, Real Encyklopddie der christlichen, Alterthümer, t. 2, pp. 731-732.
77 Lc 5, 9, leemos: «El (Simón Pedro) y todos los que con él estaban.»
78 En griego: έπιστάτα (Vg praeceptor). Le suele emplear en vez de este título el de Rabbi. Cfr. Lc 8, 24, 45; Lc 9, 33, 49; Lc 17, 13.
79 ARISTÓTELES, De animal. histor., 19, 10; PLINIO, Hist., nat., 9, 23.
80 Esta vez da a Jesús el título de χύριος muy superior al de Rabbi.
81 Tal es la significación completa de la palabra griega ζωγρών.
82 Cfr. SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. XIV, in Matth., SAN AMBROSIO, Expositio in Luc., V, 4; SAN AGUSTÍN, Quest. evangel., 2, 2; etc.
83 Mt 4, 18-22; Mc 1, 16-20.
84 Παράγων dice Mc, «pasaba». Mt, περιπατών «paseándose».
85 En griego, con rara energía: Δεϋτε, όίσω μου. A la letra: «aquí, detrás de mí».
86 2R 6, 1. 87
87 Sal 78, 70-71.
88 Mt 19, 27; Mc 10, 28; Lc 18, 28.
89 Lc 8, 3.
90 Lc 5, 7, 10; μετόχοι, χοινωοί.
91 Acerca de los pescadores del lago Tiberíades, sus ganancias, su organización, cfr. SCHWALM, La vie privé du peuple juif a el'époque de Jésus Christ, pp. 152-156. Se hacía un tráfico considerable de peces del lago, no sólo en toda la región, sino mucho más lejos y hasta en Jrusalén, por lo que eran muchos los pescadores. Cfr. JOSEFO, Vita, 12. Tariquea, al Sur del lago, poseía una importante manufactura de salazón. Varias localidades del litoral llevaban nombres significativos : Bethsaida, «Casa de la Pesca» ; Migdol-Nunia, «Torre del Pez», etc.
92 Hemos separado el relato de Lc de los de Mt y Mc, aunque muchos comentadores –cuya opinión nosotros mismos habíamos compartido hasta ahora– juzguen que todos tres se refieren a un mismo incidente. Hay, ciertamente, entre ellos grandes semejanzas en cuanto tiempo, lugar, personas y fin. Y, sin embargo, considerados más atenta mente, manifiestan serias diferencias, que el lector podrá comprobar fácilmente por simismo. El punto esencial de las narraciones de Mt y de Mc consiste en el llamamiento a los cuatro discípulos, que es precisamente lo que se echa de menos en el tercer Ev. Aña damos que, según los dos primeros sinópticos, Jesús estaba solo en la playa, en tanto que Lc nos le muestra rodeado de considerable muchedumbre, a la que dirige a palabra, después de haber subido a la barca de Simón. Además, el mismo Lc asocia a esta predicación una pesca milagrosa, de la que nada dicen los otros dos evangelistas. Si termina su narración con la fórmula: «Arrimando las barcas a tierra, lo dejaron todo y le siguieron (a Jesús)», es que, queriendo pasar en silencio la historia de la vocación propiamente dicha, quería, sin embargo, dar a conocer su resultado.
93 1M 11, 67; Γεννησάο en el texto griego (Vg Gennesar). Cfr. JOSEFO, Ant., 13, 5, 7; 18, 2, 11; Vita, 65; Beli. jud., 2, 20, 6; 1M 3, 10, 7. PLINIO., Hist. nat., 5, 15, dice «Gennesara»; los Targums ponen Guinesar o Guinnesar.
94 Nm 24, 11; Jos 13, 27. Los LXX traducen este nombre por Κενερέθ; la Vg por Cenereth.
95 Lc 5, 1.
96 Jn 6, 1; Jn 21, 1.
97 Mt 4, 18; Mc 1, 16, etc. Es también de notar que estos dos evangelistas nombran al lago con el vocablo general θάλασσα «mar», al modo hebraico. Lo propio hace Jn. Lc es el único que emplea el término, más correcto, de ιμνη.
98 La principal es la de Amman, cerca de Tiberiades.
99 Midr. Tehillin, 4.
100 Se las llama en hebreo beth-hakkeneset, «casa de reunión», que equivale poco más o menos al vocablo griego συναγωγή, sobre el cual se ha calcado el latino synagoga.
101 Cfr. SCHÜRER, Geschichte des jüd. Volkes, 4. edic., t. 2, pp. 445-446.
102 Hch 12, 15; etc.
103 En griego: έξεπλήσσοντο (Vg stupebant). A la letra: «estaban como sobrecogidos de estupor, fuera de sí».
104 En el texto griego, el más frecuente de estos nombres es δαιμονιζόμενος, cuya perífrasis, daemonium habens, empleada por la Vg, no expresa toda su fuerza. A propósito del mismo hecho que aquí estudiamos, Lc 4, 33, emplea una locución extraordinaria: «Un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo.» Mc 1, 23, dice a la letra : «Un hombre en (poder de) un espíritu inmundo.»
105 Cfr. Mc 16, 9, y Lc 8, 2 (María Magdalena); Mc 5, 9, y Lc 8, 30 (Los posesos de Gerasa).
106 Mt 17, 14-20; Mc 9, 13-28; Lc 9, 37-44.
107 Mt 8, 28-35; Mc 5, 1-20; Lc 8, 26-39.
108 Lc 13, 10-12.
109 F. DELITZSCH, System der bibl. Psychologie, 2.5 edic., p. 305.
110 La palabra griega έα podría ser aquí el imperfecto del verbo έάω, y en este caso significaría «Deja (nos)». Mas antes representa una exclamación, el eahh hebreo, «ah, ¡ay!».
111 Los más calificados críticos suprimen aquí en el texto el signo de interrogación.
112 Cfr. 2Co 6, 14-15.
113 Cfr. Jn 6, 69 (Vg 70), donde Pedro dice a Jesús, según la lección más autorizada : «Tú eres el Cristo, el Santo de Dios.»
114 St 2, 19.
115 Este epíteto (en griego άχάθχρτον, Vg immundus) va asociado al nombre del demonio, según la concordancia griega de Geden, dos veces en Mt, once en Mc, seis en Lc y dos en Hch. En todas ellas tiene la significación general que le hemos dado.
116 El verbo έπετίμησεν (Vg comminatus est en Mc e increpavit en Lc), frecuente en los Evv, denota una amenaza. a la que no hay derecho a resistir.
117 En el texto griego se emplea un verbo que significa «abozalar, amordazar»: metáfora enérgica, tomada del bozal que se pone a ciertos animales para impedir que muerdan.
118 No están de acuerdo los exegetas respecto a la puntuación e interpretación de este pasaje; pero sus divergencias no se refieren más que a simples matices.
119 Mc 1, 21-28; Lc 4, 31-37.
120 En este caso a ella se referiría la expresión «la casa» en los pasajes de Mc 2, 1; Mc 9, 33; Mc 10, 10.
121 1Co 9, 5.
122 CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, StRm., 3, 6, 52; 1Co 7, 19-63; EUSEBIO, Hist. eccl., 3, 30.
123 Jn 1, 44.
124 Mt y Mc se contentan con decir que la enferma estaba πυρέσσυσα. (Vg febricitans), acometida de fiebre.
125 De nuevo el verbo έπετίμησεν.
126 Mt 4, 24-25; Mt 8, 23; Mt 12, 15; Mc 3, 10-12; Lc 6, 18-19.
127 Is 53, 4.