Parte Cuarta. PASIÓN Y RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

CAPÍTULO IV. LA DIVINA VICTIMA

1 Mt 26, 36-46; Mc 14, 22-42; Lc 22, 39-46.
2 «Torrente de invierno» (Χείμαρρος).
3 Esta es la palabra que mejor traduce el sustantivo χωρίον, empleado por Mt y Mc (Vg villa et praedium). En habla de un χήπος o jardín, en sentido amplio.
4 SAN JERÓNIMO, Onomasticon, en la palabra Gethsemane: Ad redices montis Oliveti.
5 Gathse mani; la transcripción griega es Γηθσημανεί. SAN JERÓNIMO, In Matth., 36, 36, propone la traducción vallis pinguissima, «valle feracísimo», conforme a la pronunciación suavizada de Guechemani.
6 La duda proviene de que, según Josefo, Bell. jud., 6, 1, 1, cuando Tito sitió a Jerusalén el año 70, mandó cortar todos los árboles de este lado de la ciudad.
7 F. VIGOUROUX, Le Nouv. Testament et les découverts arch., 2.ª ed., p. 170.
8 EUSEBIO y SAN JERÓNIMO, Onomasticon, 1. C.
9 Qui videbantur fideliores et fortes, ORÍGENES, Comment. in Matth., serie 71.
10 Mc 5, 37; Lc 8, 51.
11 Mt 17, 1; Mc 9, 1; Lc 9, 28.
12 Mc 13, 3.
13 Is Mt 6, 6.
14 Mt 14, 23; Mc 1, 35; Mc 6, 46.
15 Λυπεϊσθαι (Mt), έχθαμβεϊσθαι(Mc), άδημονεϊν (Mt y Mc). Estos tres verbos juntos expresan una pena moral que ha llegado al mayor grado de su intensidad. El primero indica tristeza profundísima; el segundo, un terror irresistible; el tercero, el no poder más.
16 Dial. c. Tryph., 125. Cfr. Gn 32, 22-32.
17 Lc 22, 43.
18 La palabra griega άπεσπάσθη (Vg avulsus est) supone un esfuerzo violento.
19 Mt y Mc señalan expresamente este hecho.
20 Hb 5, 7.
21 La palabra aramea abba significa «padre». Esta oración del Salvador se halla reproducida con ligeras variantes, por los tres sinópticos; pero en todos ellos se compone de los mismos elementos.
22 Más atrás, Mt 20, 22-23; Mc 10, 38-39, encontramos ya esta metáfora oriental, de fácil inteligencia. Cfr. Sal 10, 7; Sal 74, 8, 9; etc.
23 Mt 6, 10.
24 Summa 3, q. 46, art. 6, ad. 4.
25 Primer sermón para el Viernes Santo, exordio.
26 Is 53, 4-6.
27 Tandem gravatum animi anxietate corpus altior somnus oppressit. QUINTO-CURCIO, 4, 13, 17. Cfr. APULEYO, 2. Mt y Mc expresan este torpor con dos participios significativos: βεβαρημένοι y χαταβαρυνόμενοι (Vg gravati). Los ojos de los apóstoles estaban pesados, cargados de sueño.
28 Mc 9, 1; Lc 9, 32.
29 San Pablo describe repetidas veces este triste contraste.
30 Πάτερμου (Vg Pater mi). Caso único, según creemos, en los Evv.
31 La palabra griega έχτενέστερον antes indica la intensidad de la oración que no su duración (Vg prolixius).
32 Lc 22, 43-44.
33 Discútese acerca del momento exacto en que acaecieron. Muchos comentadores los refieren a la primera fase de la lucha; nosotros; siguiendo a otros intérpretes, creemos que cuadran mejor con la tercera y última fase: el sudor de sangre, como indicio extremo de la violencia del combate; la aparición del ángel, para ayudar a Jesús a completar su victoria.Esta misma opinión fué ya expuesta por TACIANO en su Diatessaron.
34 Ώφθη, «fué visto».
35 Según la verdadera lección del texto griego, el participio χαταβαίνοτεςse refiere a las gotas de sangre. La Vg (decurrentis) leyó χαταβαίνοντος, como si este epíteto recayese en la palabra «sangre».
36 Mt 26, 47-56; Mc 14, 43-52; Lc 22, 47-53; Jn 18, 2-11.
37 μάχαιρα de los griegos.
38 En habla de una cohorte (σπεϊρα) que, de ordinario, constaba de 500 ó 600 hombres; pero esa palabra quizá sólo significa aquí un destacamento más o menos considerable. Un mayor despliegue de fuerzas habría perjudicado al intento de los enemigos de Jesús, excitando demasiado la atención.
39 Esto es lo que indica en griego el verbo compuesto χατεφίλησεν «besó repetidas veces».
40 Es de notar que el sustantivo griego que corresponde a esta palabra no es φίλε que expresa amistad, sino έταϊρε, que antes tiene la significación de «camarada».
41 Lc 4, 30.
42 Entre otros, SAN JUAN CRISÓSTOMO, Homil. 83, in Joan; SAN LEÓN, Sermo II, de Passione; SAN AGUSTÍN, Tractat., 112 in Joan. Cfr. LANGEN, Die letzten Labenstage Jesu, pp. 220-221.
43 Jn 17, 12.
44 Ninguno de los sinópticos menciona aquí su nombre, acaso porque habría algún inconveniente, y hasta algún peligro para el apóstol en nombrarle más a las claras. Pero tal inconveniente había cesado ya cuando En compuso su Ev; por esto incluyó esta circunstancia de tanto interés.
45 Lc 22, 38.
46 Lc 22, 50.
47 El equivalente griego de esta palabra, έάτε έως τούτου (Vg sinite usque huc), es bastante obscuro, y ha sido interpretado de diferentes modos.
48 Cfr. Mt 26, 24, 31, 54, 56.
49 Mt 26, 31; Mc 14, 27.
50 Mc pone de relieve este hecho doloroso, repitiendo la palabra «todos» al fin de la frase. En el Evangelio apócrifo de Pedro, 6, 26-27, se intenta paliar esta falta. Segúnél, se ocultaron simplemente al pasar, y se excusan diciendo: «(Los judíos) nos buscaban como malhechores, so pretexto de que queríamos incendiar el Templo... Ayunamos y permanecimos en la tristeza y en las lágrimas, día y noche, hasta el sábado.»
51 Mc 14, 51-52.
52 La palabra σινδών que emplea aquí Mc indicaba entre los antiguos una gran pieza de lino o de algodón. En este pasaje representa un cobertor o una sábana.
53 SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. in Ps. 13; SAN AMBROSIO, Enarrat. in Ps. 36; SAN GREGORIO MAGNO, Moral., 14, 14.
54 SAN EPIFANIO, Haer., 87, 13.
55 Jn 17, 12-14.
56 Jn 18, 24.
57 Jn 18, 13-14. Cfr. Jn 11, 49, 51; Jn 18, 24.
58 Lc 3, 2.
59 Jn 11, 49.
60 JOSEFO, Ant., 18, 2, 2; Jn 4, 3.
61 Jn 18, 19-23.
62 Una escena semejante de la vida de San Pablo se refiere en Hch 23, 2.
63 Mt 26, 59-66; Mc 14, 55-64.
64 Mc 10, 33.
65 Así se deduce de una noticia que más adelante nos dará Mc (Mc 14, 66), cuando dice que Pedro «estaba abajo, en el atrio».
66 Mt 26, 59, lo dice expresamente: «Los príncipes de los sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban un falso testimonio contra Jesús para hacerle morir.»
67 Sanhedr., 5, 2. Cfr. Nm 35, 30; Dt 14, 15; Dt 17, 6.
68 Nm 35, 31; Dt 17, 6; Dt 19, 15.
69 Mc 14, 58. Según Mt 26, 61: «Puedo destruir este templo y reedificarlo en tres días.»
70 Jr 26, 6-19.
71 Jn 2, 19.
72 Hch 6, 13-14.
73 Mt 26, 62; Mc 14, 60.
74 1P 2, 21-23. Cfr. Is 53, 7; Hch 8, 32-34.
75 Este epíteto laudatorio se asociaba con frecuencia al nombre divino por un sentimiento de respeto.
76 Henoch, 10, 5, 2; Esd 7, 28-29.
77 Mt 16, 16.
78 Dn 7, 13-14.
79 Mt άπ’άρτι (Vg amodo); Lc άπό τοϋ νϋν (Vg ex hoc).
80 Mt 24, 27-31.
81 Este gesto se menciona muchas veces en los escritos del A. T., Lv 21, 10; 2R 18, 37; Jdt 14, 17; Is 37, 1; Jr 36, 24; Jl 2, 13.
82 Lv 10, 6; Lc 21, 10.
83 Mt y Mc emplean, con mucha exactitud, el plural (τά ίματία, τούς χιτώνας), pues, según los rabinos, no era solamente la túnica exterior la que debía desgarrarse, sino también todos los vestidos, excepto tan sólo la camisa. Los ricos solían llevar varias túnicas sobrepuestas.
84 Mt 26, 69-75; Mc 14, 66-71; Lc 22, 56-62; Jn 18, 15-18, 25-27. Como sucede con frecuencia, las narraciones de Mt y de Mc son muy parecidas; la de Lc y Jn sonmás diferentes entre sí.
85 Jn 18, 15-16.
86 Jn 19, 27.
87 En tiempos antiguos, así en Judea como en otras partes, este oficio estaba común mente encomendado a mujeres. Cfr. 2S 4, 6, según los LXX; Hch 12, 13; JOSEFO, Ant. 7, 2, 1; PLAUTO, Curculio, 1, 1, 76.
88 Mc 14, 67: έμβλέψασα (Vg aspiciens).
89 Mt 26, 58.
90 En el segundo Ev el empleo del imperfecto ήρνεϊτο indica un acto prolongado, reiterado.
91 'Eνέβλεψεν (Vg respexit). Nos refiere este tierno incidente Lc.
92 Mt 26, 67-68; Mc 14, 65; Lc 22, 63-65.
93 Is 1, 6-7.
94 Lc 22, 66-71.
95 Mt 27, 1-2; Mc 15, 1.
96 Mt 27, 2; Mc 15, 1; Lc 23, 1; Jn 18, 28.
97 Lc «toda la muchedumbre de ellos». Pero no se ha de tomar demasiado a la letra esta locución.
98 Mc 10, 33. Cfr. Mt 20, 18-19; Lc 18, 32.
99 Mt 27, 1; Mc 15, 1; Lc 22, 66; Jn 18, 28.
100 SÉNECA, De ira, 2, 7: Tot millia prima luce ad lorum properantia.
101 Jn 18, 3.
102 Sanhedr., 1, 1; Jn 2, 7.
103 DAREMBERG ET SAGLIO, Dictionn. des antiquités rom. et grecques, t. 7 p. 640.
104 JOSEFO, Ant., 15, 11, 4; Jn 18, 4, 3; Bell. jud., 1, 21, 1; Jn 5, 4, 2, y 5, 8.
105 JOSEFO, Bell. jud., 5 4, 4.
106 JOSEFO, Bell. jud., 2, 14, 8; Jn 15, 1 y 5; Jn 5, 5, 8; FILÓN, Leg. ad Caium, 38 y 39.
107 De las sentencias que expone el A. tres merecen atención:
a) La que en el año 333 coloca el Pretorio en el valle Tiropeón, concretamente donde está la iglesia de Santa Sofía (Sabiduría), así llamada para honrar al Verbo, Eterna Sabiduría, que tantas humillaciones había padecido en este lugar, delante de Pilato. La antigüedad de la tradición merece respeto. El P. Lagrange sentía simpatía por esta sentencia. La tradición, aunque antigua, ha sido pasajera. Hoy queda en pie, como testimonio, la iglesia de Santa Sofía, en la confluencia del Tiropeón, que viene de la puerta norte de Damasco y la calle de la amargura.
b) La Torre Antonia, en el ángulo NO. de la Explanada del Templo. La tradición coloca el Pretorio de Pilato en este sitio ya en el siglo XII. un poco antes del XIV, que señala el A., cf. BALDI Enchiridion, n. 924. Esta sentencia tiene a su favor a los PP. Franciscanos, a las Hermanas de Sión. Los primeros tienen aquí su convento de la Flagelación y su Escuela Bíblica. Las segundas orfanatrofio y preciosa iglesia del Ecce Homo. Todos los viernes por la tarde arranca de aquí el Vía Crucis, que se celebra por las calles, hasta llegar a la Basílica del Sto. Sepulcro. Es la sentencia que siguen muchos autores como L. Pujos., VerbDom 15 (1935) 180-6. 204-07. 233-7; BUZY, St Mt,362 s.; PRAT, Jésus Chr., II 383 s.; PERRELLA, I Luoghi, 312-25; RICCIOTTI... Su gran defensor es el P. VINCENT Cr RevBibl 42 (1933) 83-113; 46 (1937) 563-70; 59 (1952) 513-30. El P. Vincent da cuente de sus trabajos de excavación en este lugar, que han puesto de manifiesto una gran explanada pavimentada con grandes losas con estrías para que no resbalasen los caballos y con figuras que representan los juegos de los soldados. Sería el lugar indicado para situar el Lithostrotos o Gabbata.
e) El palacio de Herodes el Grande o fortaleza de David con sus célebres torre; Hípica, Fasael y Mariamne, hoy cuartel de la policía, no lejos de la actual puerta de Jafa En la misma Escuela Bíblica de San Esteban de Jerusalén defienden esta hipótesis e P. ABEL, Jerusalén nouvelle, 2, 562-80 y el P. BENOIT, Prétoire,Lithostrotos et Gabbata RevBibl 59 (1952) 531-50. Se suman a esta sentencia figuras tan insignes como SCHUERER Geschichte, 3, 458, DALMAN, Itineraires, 438 s., y entre nosotros el P. A. FERNÁNDEZ, quien tan concienzudamente ha estudiado todos estos problemas sobre el terreno mismo y durante muchos años. Vida de J. C., pp. 614-17. Si científicamente es discutible la topografía del Pretorio, prácticamente se ha impuesto la Torre Antonia con las dos capillas de 1a Flagelación y del Ecce Homo y el tradicional ejercicio del Vía Crucis, que empieza en 1a Escuela musulmana de la Explanada del Templo y sigue por toda la calle del Ecce Homo hasta la confluencia con el Tiropeón junto a la capilla de Santa Sofía, y sube luego para llegar al Calvario y Santo Sepulcro. Cfr. DORADO, Praelect., p. 957;- J. STARCKY, Lithos tratos, DB(S), 5, 398-405; M. REVUELTA, La localización del Pretorio: EstBibl 20 (1961 261-317; J. LEAL, Evangelio según S. Juan, Madrid, 1964, p. 1065.
El palacio de Herodes tiene a su favor el hecho históricamente cierto de haber morado en él los Procuradores y de haber uno, por lo menos, dado sentencia en él, como dice Josefo. Cfr. A. FERNÁNDEZ, l. c.
108 Mt es el único de los evangelistas que refiere esta escena (Mt 27, 3-10).
109 TÁCITO, Annal., 14, 10, en un bello pasaje: Perfecto demum scelere, magnitudo ejus intellecta est.
110 El evangelista expresa muy bien esta particularidad, empleando, no ya el verbo μετανοέω, que indica verdadero arrepentimiento, una transformación moral, sinoμεταμέλομαι, que no indica más que mutación del pensamiento, cambio de consejo o de parecer.
111 En griego, είς τόν ναόν, locución que puede indicar el Santo.
112 Hch 1, 18.
113 Dt 23, 13.
114 Mt 23, 24.
115 Más exactamente: Hakal densa.
116 Jr 18, 2-3; Jr 32, 6-15.
117 Za 11, 13. A ésta pertenece la parte principal. Acerca de la dificultad que suscita la aplicación que hace del oráculo a Jeremías, el evangelista, cfr. L. Cl. FILLION, L'Evangile de Saint Matthieu, pp. 533-534.
118 Hch 10, 28; Hch 11, 2-3; el tratado talmúdico Ohel, 18, 7.
119 Procurator, y no praeses, como traduce la Vg; en griego έπίτροπος, mejor que ήγεμών.
120 Cap. 38.
121 Ann., 15, 44.
122 Varios ejemplos de ello tenemos en Hch 17, 6; Hch 18, 12; Hch 25, 6. Cfr. JOSEFO, Bell, jud., 2, 9, 3, y 14, 8.
123 Sermo II in Passion.
124 El Evangelio de Marción, según SAN EPIFANIO, Haer., 42, y el Codex Colberti in Luc., 23, 5, añaden otras dos acusaciones: Subvertentem legem et prophetas, et filios nostros et uxores avertit a nobis.
125 Σύ εϊ ό Βασιλεύς τών Ίουδαίων; Tu es rex judaeorum?, «¿Eres tú el rey de los judíos?»
126 1Tm 6, 13.
127 La palabra griega έπίσχουν expresa vigorosamente esta idea. Está además el imperfecto de duración.
128 Posible es que este nombre signifique aquí toda la Palestina, como en otros lugares de los escritos de San Lucas (Lc 1, 5; Lc 7, 17; Hch 2, 9; Hch 10, 37; Hch 11, 1, 29); pero en rigor, también puede significar solamente la Judea propiamente dicha (Lc 2, 4; Hch 1, 8; Hch 8, 1).
129 Mt 27, 13; Mc 15, 6.
130 Mt 27, 14.
131 Lc 23, 6-12.
132 JOSEFO, Ant., 20, 8, 11; Bell. jud., 3, 14, 3, y 17, 6.
133 ΅Ην… θέλων (Vg Erat... cupiens), giro de lenguaje que expresa deseos ardientes y perseverantes.
134 Mt 14, 1-2; Mc 6, 14-16; Lc 9, 7-9.
135 Nótese lo expresivo del lenguaje del evangelista: έπηρώτα έν λόγοις ίχανοϊς Lc (Vg interrogabat multis sermonibus).
136 Lc 23, 23, nota también este hecho: «Estaban allí acusándolo agriamente,»
137 En el texto griego se lee: έσθήτα λαμπράν. Discútese acerca del sentido que se ha de dar aquí al adjetivo λαμπράν, que la Vg traduce por alba, «blanca», pero que, etimológicamente, antes significa el esplendor que el color. Con todo, sabido es que los grandes personajes de Roma y Judea se vestían a veces de blanco para las ceremonias de grande aparato. Ch. TACITO, Hist., 2, 89; JOSEFO, Ant., 8, 7, 3; Lc 19, 8, 2; Bell. jud., 2, 1, 2
138 Lc 23, 14-16.
139 Es difícil decidir si la iniciativa procedió de los judíos o de Pilato. Lc y Mc parecen insinuar lo primero; Mt y Jn, lo segundo.
140 Mt 27, 19.
141 TÁCITO, Annal., 3, 33-34.
142 NICÉFORO, Hist. eccl., 1, 30.
143 Bell. jud., 2 20, 2. Cfr. Hch 13, 50.
144 Hom. in Matth., t. 35. El menologio griego llega hasta a colocar a Claudia Prócula en el número de los Santos.
145 Expositio in Luc., lib. 10, 100.
146 Jn usa aquí el verbo έχραύγασαν que indica gritos salvajes.
147 Homil. in Matth., h. 1.
148 Hch 3, 14-15.
149 Mt 27, 24-25.
150 Con una expresión semejante habían respondido a Judas los príncipes de los sacerdotes (Mt 27, 4).
151 Se le ha atribuído origen judaico, conforme al Dt 21, 1-9; pero los romanos usaban también lustrationes expiatoriae.
152 Mgr. PIE, Mandement du 12 février 1861. El nombre de Pilato fué incluido en el símbolo de los apóstoles, principalmente para fijar la fecha de la muerte del Salvador.
153 Bell. jud., 2, 6, 25.
154 Lc 23, 16 y 22.
155 Mt 27, 26; Mc 15, 15; Lc 23, 25; Jn 19, 1.
156 In Verrem, 5.
157 Pro Placeo, 10.
158 Cfr. también AULO-GELLIO, Noctes atticae, 10, 3; SUETONIO, Caligula, 26; las Actas de los mártires, en diversas partes.
159 TITO LIVIO: Alios verberatos cruci affixit; JUSTINO, 21, 4: Corpus verberibus lacerum in cruce figitur; LUCANO, Pise., 2; JOSEFO, Bel jud., 2, 14, 9; SAN JERÓNIMO, Comment. in Matth., h. 1.
160 Lc 23, 16, παιδεύσας (Vg emendatum).
161 La columna a que, según se cree, estuvo atado Nuestro Señor se venera en Roma, en la iglesia de Santa Práxedes. Se la menciona ya en el año 333 (Patrol. lat., t. 8, col. 791). SAN JERÓNIMO refiere, Epist., 108, 9, que Santa Paula la vió en el pórtico de la iglesia de Sión,
162 Sat., 1, 3, 110: Horribile flagellum.
163 CICERÓN, in Verr., 5, 54: Pro mortuo sublatus, brevi postea mortuus.
164 TITO Livio, 28, 16; SUETONIO, Caligula, 26; JOSEFO, Bell. jud., 6, 5, 3.
165 Databan de los años 195 y 123 antes de J. C.
166 Lc 18, 32. Cfr. Mt 20, 19; Mc 10, 34.
167 Mt χλαμύδα χοχίνην. La clámide era un manto de lana basta, teñida de rojo (PLINIO, Hist. Nat., 22, 2, 3), que los soldados romanos llevaban encima de su armadura. Era de forma cuadrada o rectangular. Un broche o un lazo la sujetaban unas veces al hombro izquierdo y otras por debajo del cuello. Según Mc y Jn el manto era de color de púrpura (πορφύραν); lo que viene a ser lo mismo, como se ve por un texto de HORACIO (Sat., 2, 6, 102-103), donde de un mismo vestido se dice primero: vestis rubro cocco tincta, y después: purpurea vestis.
168 Conocemos esta noticia esta noticia por SAN JUSTINO, Apol., 1, 35.
169 MACROBIO, Sat., 2, 4, 29.
170 Ann., 15, 44. Cfr. también DION CASTO, 4.
171 Jn 19, 4-7.
172 Jn 18, 31.
173 Jn 19, 8-11.
174 Jn 19, 12-16a.
175 Él imperfecto «buscaba» denota intentos reiterados.
176 Los mejores manuscritos griegos traen también έχραύγαζον.
177 TÁCITO, Annal., 3, 38; SUETONIO, Tiber, 58.
178 Por aquel tiempo eran muy usados los mosaicos en las casas ricas griegas y romanas. Los había también en los atrios del Templo, según JOSEFO, Ant., 5, 2, 2; Bell jud., 6, 1, 8.
179 MC 15, 25.
180 Tractat. in Joan., 19, 14: Magna disceptatio solet aboriri.
181 Mt 20, 3, 5, 6, 9; Mt 27, 46; Lc 23, 44; Jn 1, 39; Jn 4, 6; Jn 19, 14; Hch 5, 7; Hch 10, 9; Ap 8, 1.
182 Mt 27, 26; Mc 15, 15; Jn 19, 16.
183 Lc 23, 25.
184 Apócrifo de Nicodemo 1, 2.
185 Apol., 21.
186 Acerca de estas leyendas cfr. Evangelio de Nicodemo, Evangelio de Pedro. Sobre los últimos años de la vida de Pilato, de la que también se apoderó la leyenda, cfr. elartículo «Pilato» en F. VIGOUROUX, DB, t. 5, col. 433.
187 Mt 20, 19. Mc y Lc emplean la expresión general «le matarán».
188 El salmo 22, según el hebreo.
189 1Co 1, 23.
190 1Co 1, 23.
191 Dt 21, 21; Ga 3, 13.
192 LACTANCIO, Institut. div., 4, 26; cfr. TERTULIANO, De carne Christi, 5, 26.
193 Jn 12, 32.
194 Mt 28, 5; Mc 16, 6.
195 Hch 2, 36; Hch 4, 10; Hch 5, 30; Hch 10, 39; Hch 13, 29; 1Co 1, 18, 23; 1Co 2, 2; Ga 3, 13; Ef 2, 16; Col 1, 20; Col 2, 14; 1P 2, 24; etc.
196 L. C. FILLION, L'Evangile de S. Matthieu, p. 546.
197 ¡Qué diferencia, en este orden, de los Evv canónicos a los apócrifos, que añaden cien noticias legendarias! Cfr. en particular las «Actas de Pilato» y los fragmentos del «Evangelio de Pedro».
198 SAN CIPRIANO, De bono patient., 7: Plena et perfecta patientia.
199 De ahí, entre los romanos, las locuciones rapare ad suppliciurn, ad crucem (CICERÓN, Orat., 2, 59; in Verrem, 5). Cuanto a la costumbre de los judíos, cfr. JOSEFO, Ant., 20, 3, 1; Bell. jud., 2, 14, 9; 1P 4, 5, 4.
200 CICERÓN, in Verr., 5, 62; cita estas palabras: I, lictor, expedi cruces.
201 Su nombre griego más usual era σταυρός. La palabra cruz expresa, según su etimología, la idea de tormento.
202 Los judíos nunca la adoptaron como castigo legal. No la usó ni aun Herodes, a pesar del espantoso ejemplo que había dado el rey asmoneo Alejandro Janneo, quien, enun solo día, mandó crucificar en Jerusalén a ochocientos de sus súbditos. Cfr. JOSEFO, Ant., 13, 14; Bell. jud., 1, 4„ 6.
203 SAN JUSTINO, Dial. c. Tryph., 90. Cfr. MINUTIUS FÉLIX, OCt., 29. Más adelante citaremos un texto de San Justino que resuelve la cuestión.
204 TERTULIANO, Apol., 16.
205 SAN MÁXIMO DE TURÍN, De Cruce Domini, hom. 3.
206 SAN JERÓNIMO, Comment. in Marc., 11.
207 Para la historia y la arqueología de la cruz cfr. J. LEAL, El misterio del crucifijo, RaFe (1949) 310-43; U. HOLZMEISTER, Crux Domini atque crucifixio, quomodo ex archaeologia romana illustretur, Romae, 1934. M. GÓMEZ-PALLETE, Cruz y Crucifixión EstEcl 2C (1946) 535-44; 21 (1947) 85-109; A. FERNÁNDEZ, Vida de J. C., pp. 670-674. DORADO Praelectiones, pp. 971-73. Trata de la concordia de los Evangelistas respecto a la hora do la crucifixión y sobre la cruz y la crucifixión. A. SANZ, Historia de la cruz y crucifijo. Palencia, 1951; J. RIQUELME, Examen médico de la vida y pasión de J. C., Madrid, 1953: J. DELGADO ROIG, Los signos de la muerte en los crucificados de Sevilla, Sevilla, 1951.
208 De ira, 1, 16. Cfr. TÁCITO, Ann., 3, 14.
209 Mencionan esta bárbara costumbre ARTEMIDORO, Oneirocrit., 2, 56, y PLUTARCO De sera numin. vindicta, 9. Por mucho tiempo se emitieron las opiniones más diversa: sobre cuál era la madera de que estaba hecha la cruz. Del examen científico de varia: reliquias resulta que la madera era de una conífera y que esta conífera era un pino.
210 Hch 12, 4.
211 MELITÓN DE SARDES, Fragm., 9; TERTULIANO, Adv. Marc., 3, 18-19; Adv. 7ud. 10 y 13; etc.
212 Gn 22, 6.
213 En cuanto a los judíos, cfr. Nm 15, 35-37; 1R 21, 13; Hch 7, 58. Respecto d los romanos, CICERÓN, Pro Rabir., 3, 10; PLAUTO, Miles glor., 2, 4, 6.
214 Sobre la situación del Calvario es muy completo el estudio del P. A. FERNÁNDEZ y muy autorizado, Vida de J. C., pp. 662-670. Cfr. también A. PARROT, Golgotha et Saint Sépulcre, Paris-Neuchátel, 1955, n.° 6 de la colección Cahiers d'Archeelogie Biblique. DORADO, pp. 977-78.
215 'Aπ’άγροϋ, dicen Mc y Lc (Vg de villa). Lo que de ningún modo significa que volviese de trabajar en el campo y, por tanto, que aquel día no pudiese ser Pascua.
216 JOSEFO, Contr. Apion., 2, 4; Ant., 14, 7, 2. El historiador judío refiere que Ptolomeo Soter o Lagos (306-285 antes de J.-C.), fundador del reino de Egipto después de Alejandro Magno, estableció en este país 100.000 judíos, a los que concedió considerables privilegios.
217 Hch 6, 9. En 2, 10, habla también de los judíos de Cirene, que fueron a Jerusalén para celebrar en ella las fiestas de Pentecostés.
218 Lcέπιλαβόμενοι (Vg apprehenderunt).
219 Φέρουσιν αύτόν. Pero el verbo φέρω significa con frecuencia «conducir» (Vg per ducunt illum).
220 Rm 14, 13. San Pablo, en el mismo lugar, saluda también a la madre de Rufo.
221 Ita te forabunt patibulatum per viam stimulis, escribía PLAUTO a este propósito, Most., 1, 1, 53.
222 Lc 23, 27-31. Con razón se ha hecho notar que este tierno episodio es muy propio del tercer Ev donde se atribuye a las mujeres un papel considerable. Cfr. Lc 1, 39-56;Lc 2, 36-38; Lc 7, 11-15, 47-50; Lc 8, 1-3; Lc 10, 38-42; Lc 11, 27; Lc 13, 11-16; etc. «En los evangelios no hay ejemplo de mujer alguna que manifieste hostilidad contra el Cristo.» (PLUMMER, Comment. on the Gospel according to St. Luke, p. 523.)
223 Tal es el sentido del griego έχόπτοντο (Vg plangebant).
224 Bab. Sanhedr., 42, 2: Non planxerunt eductum ad supplicium.
225 Mt 23, 34-38; Mt 24, 4-22; Mc 13, 5-20; Lc 21, 8-24.
226 Lc 11, 27.
227 Cfr. Os 9, 14, donde la privación de hijos se considera como una maldición.
228 La esterilidad era considerada entonces comúnmente como un oprobio. Lc 1, 25
229 Os 10, 8.
230 Ap 6, 16.
231 Cfr. Pr 11, 31; 1P 4, 17-18.
232 En cuanto al primero, cfr. Mors Pilati y Vindicta Salvatoris. En cuanto al segundo, las Acta Pilati, B, 10.
233 Kρανίου τόπος (Vg Calvariae locus).
234 Kρανίον.
235 SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catech., 13, 19. Los árabes dan el nombre de ras a las cimas de las montañas que les sugieren la idea de una «cabeza».
236 Commentar. in Matth., 27. También San Beda el Venerable.
237 Entre otros, por ORÍGENES, Homil. in Matth., 27, 35; SAN BASILIO, In Isaiam cap. 5; SAN ATANASIO, Sermo de cruce et pasione;NONNUS, Paraphras. in Evang. Joannis 19, 89-90, y SAN AMBROSIO, Exposit. in Luc., 10, 114, que no oculta su preferencia por esta opinión.
238 Loc. cit.
239 JOSEFO, Bell. jud., 5, 4, 2.
240 Bab. Sanhedr., 48, a.
241 PLINIO, Hist. nat., 14, 15.
242 DIOSCÓRID., 1, 77.
243 Pr 31, 6-7.
244 Mt 27, 34: οϊνον μετά χολής μεμιγμένον (Vg vinum cum felle mixtum). Alguno manuscritos griegos traen también όξος «vinagre», en vez de ϊνος; pero erróneamente, sin duda, por influencia del Sal 68 (hebr. 69), 22, donde leemos: «Y me dieron hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.»
245 ARTEMIDORO, Oneirocrit., 2, 58.
246 Bab. Sanhedr., 6, 5
247 El Evangelio de Nicodemo, cap. 10, supone la existencia de este velo.
248 SUETONIO, Nero, 49. En otro lugar, Galba, 9, el mismo autor habla de una cruz muy alta, pero como de caso extraordinario.
249 Los latinos la llamaban también sedile, silla.
250 SAN JUSTINO, Dial. c. Tryph., 91. SAN IRENEO, Adv. haer., 2, 42, y TERTULIANO, Adv. Marc., 3, 18, lo señalan expresamente. El texto de San Justino merece transcribirse, porque demuestra claramente que, según este Santo Doctor, que vivió en la primera mitad del siglo II (103-168) y era oriundo de Palestina, la cruz del Salvador fué verdaderamente cruz latina. «Es un madero derecho –dice–, cuya parte superior se eleva como un cuerno cuando se les adapta otro madero; de cada lado, otros dos cuernos, que forman las extremidades, parecen unidos al primero. En medio lleva como otro cuerno, para servir de asiento a los crucificados.
251 PLINIO, Hist. nat., 28, 4; LUCANO, 6, 543 y 547. De ahí venía la expresión cruci inequitare, «cabalgar en la cruz».
252 SÉNECA, Epist., 101; TERTULIANO, Adv. nation., 1, 12.
253 «En Nuestra Señora de París se conserva un clavo de la Pasión, que tiene 90 mm. de largo... En la basílica de Santa Cruz de Jerusalén, en Roma, se ve otro, que tiene 12 cm.de largo y 8 mm. y medio de grueso en su parte más ancha... La catedral de Tréveris conserva un clavo de forma semejante, que se dice fué donado por Santa Elena al Obispo de dicha ciudad.» F. VIGOUROUX, Le Nouv. Test. et les découvertes archéologiques modernes, 2.a ed., pp. 182-183.
254 SAN JUSTINO, Dial. c. Tryph., 97, 98, 104, y Apol., 1, 35; TERTULIANO, Adv. Marc. 3, 19, y 4, 42.
255 Sal 22,17 (hebr. 22).
256 Lc 24, 39-40.
257 El texto siguiente de Plauto, Mostell., 2, 1, 13, demuestra también la antigua costumbre de clavar así los pies como las manos de los crucificados: Ego dabo eltalentum primus qui in crucem excurrerit; sed ea lege ut affigantur bis pedes bis brachia.
258 Sereno de Passione.
259 De obitu Theodos., 47 y 49.
260 Tr ctat. in Joan., 36, 4.
261 Hist. eccl., 2, 8.
262 Hist. eccl., 1, 17.
263 Hom. in Matth., h. 1. Cfr. TERTULIANO, Adv. Jud., 13.
264 1, 372-373.
265 Cap. 10.
266 Por este motivo se le llamaba servile supplicium (CICERÓN, Philipp., 1, 2).
267 In Verr., 5, 64.
268 Sermón para la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, Euvres, ed. Versaillel t. 14, 331 y 341.
269 Fragm., 16.
270 SENECA, Epist., 101; PETRONIO, Sat., 3, 6; EUSEBIO, Hist. eccl., 8, 8.
271 Op. cit., 331.
272 Mgr. BOUGAUD, Jésus-Christ, 2.a ed., p. 548.
273 Mt 27, 46; Mc 15, 34.
274 Lc 23, 33, 44, 45; Jn 19, 26-28, 33.
275 Esta primera palabra de Cristo en la cruz se omite en algunos manuscritos griegos, en el siríaco sinaítico, en la versión copta y en algunos manuscritos de la Itala; pero latraen otros muchos documentos antiguos. TACIANO la incluyó ya en su Diatessaron; SAN IRENEO la cita asimismo.
276 Hch 3, 17; Hch 13, 27; Cfr. 1Tm 1, 13.
277 Mt 27, 35; Mc 15, 24; Lc 23, 24b; Jn 19, 23-24. El relato de Jn es aquí el más completo.
278 El Sal 22 del texto hebreo, versículo 19. Según la Vg y diversos manuscrito griegos, también. Mt cita este mismo oráculo (Mt 27, 35b); pero los mejores documentoantiguos omiten esta cita.
279 PETRONIO, Sat., 3, 6; PLUTARCO, Vita Cleom., 38.
280 Cuenta JOSEFO, Víta, 75, que así se libró un amigo suyo y volvió a la vida. Otro murieron a consecuencia de la crucifixión.
281 Mt 27, 36-37; Mc 15, 26; Lc 23, 28; Jn 19, 19-22.
282 SUETONIO, Domit., 10; EUSEBIO, Hist. eccl., 5, 2. El nombre técnico de este rótulo era titulus (de ahí la voz griega τίτλος, empleada porJn). A veces lo suspendían del cuello del condenado cuando era conducido al lugar del suplicio (SUETONIO, Calig., 32).
283 Según Mt «Este es Jesús, el rey de los judíos»; según Mc «El rey de los judíos»; según Lc «Este es el rey de los judíos».
284 Λησταί. El latrones de la Vg más bien corresponde al griego λέπται, «ladrón». Lc emplea el sustantivo χαχοϋργοι, «malhechores». Cfr Mt 27, 38; Mc 15, 27-28; Lc 23, 33b; Jn 19, 18.
285 JOSEFO, Ant., 16, 10, 8; 20. 8, 10; Bell. jud., 2, 12-13.
286 Is 53, 12. Con todo, no consta ciertamente que Mt haya citado este texto, que falta en manuscritos griegos de mucha importancia. Pero sí se lo aplicó Jesús, según Lc 22,37. Cfr. Hch 8, 32-33.
287 Mt 27, 39-44; Mc 15 29-32; Lc 23, 35-39a.
288 TÁCITO, Annal., 1, 32; LUCIANO, De morte Peregr., 34; SÉNECA, De ira, 1, 16 JOSEFO, Ant., 4, 8, 24; Lc 20, 6, 3.
289 En griego: ουά (Vg vah), interjección que en este caso expresa admiración irónica Cfr. EPITECTO, 3, 23-24.
290 Hch 6, 7.
291 PLAUTO, Miles glor., 3, 2, 25; Trucul, 2, 7, 48. También ésta era, entre los antiguos judíos, la bebida de los obreros que trabajaban en los campos (Rt 2, 14).
292 Lo dicen expresamente Mt y Mc. Lc parece indicar que sólo uno de los ladrones intervino en los insultos. Orígenes, San Jerónimo, San Juan Crisóstomo, etc., en sus comentarios a este pasaje, armonizan las narraciones diciendo que al principio los dos ladrones injuriaron a Nuestro Señor, pero que pronto uno de ellos volvió a mejores sentimientoEs preferible decir con SAN AGUSTÍN, De consensu evangel., 3, 16, y con otros intérpretes que Mt y Mc usan el plural de categoría, sin determinar cuál de los dos ladrones blasfemaba. San Lucas es aquí más preciso que sus dos predecesores. Cfr. Mt 27, 44; Mc 15, 32b; Lc 23, 39-43.
293 En importantes manuscritos y en varias versiones antiguas se lee Ίησοϋ en vez de Κύριε.
294 Él texto griego lee: έν τή βασιλεί σου (in regno tuo, y no in regnum tuum, como traduce la Vg). No se trata, pues, directamente del cielo, sino del retorno de Jesús a la tierra para fundar su reino. Cfr. Mt 25, 31; J. CHAINE, Descente du Christ aux Enfers DB(S) 2 (1932) 412-14.
295 Sermo, 234, 2.
296 La palabra «paraíso» es de origen persa. Su primitiva significación era: jardín en forma de parque. En este sentido la usaron los LXX en su traducción del Gn 2, 8, 15, y 3, 23. para denotar el paraíso, el gran Edén de la Biblia hebrea. De ahí, los judíos vinieron a dar poco a poco este nombre al lugar donde moraban las almas de los justos esperando la felicidad del cielo.
297 El bonus latro tuvo el honor de ser inscrito en el catálogo de los Santos (en el Martirologio romano, el día 25 de marzo). Varían mucho los nombres; los más frecuentes son los de Dimas, para el buen ladrón, que debió de ser crucificado a la derecha del Salvador, y de Gestas para el mal ladrón, crucificado a la izquierda.
298 Jn 19, 25-27.
299 Muchos exegetas suponen que la hermana de la Santísima Virgen y la mujer Cleofás fueron dos personas distintas. Creemos más conforme con el texto evangélico con la tradición el identificarlas.
300 Mt 27, 56; Mc 15, 40.
301 El A. calla el sentido de maternidad universal y espiritual que tienen las palabras de Cristo a su Madre. Cada día es más frecuente entre los aa. católicos ver en estas palabras la proclamación de la maternidad espiritual y universal de la Virgen. La ocasión no era para proveer sobre el porvenir temporal de la Virgen, tampoco era oportuno momento del supremo pontificado de Cristo para ocuparse en asuntos de tipo temporal familiar. La relación que hace Jn con las profecías; el sentido profundamente simbólico trascendente de todo su evangelio persuaden la exégesis espiritualista del texto. Cfr. J. LEA Sentido literal mariológico de Jn 19, 26-27, EstBibl 11 (1952) 303-19; Evangelio según San Juan 2, Madrid, 1964, p. 1079; M. TUYA, Valor mariológico del texto evangélico «Mulier ecce filiustuus», CTom, 1955, pp. 189-223; A. FERNÁNDEZ, Vida de J. p. 683, not. 2 y 3. J. M. BOVEU, Vida de J. C., pp. 1299-1302.
302 Tal era ya la opinión de ORÍGENES, Comment. in Matth., h. 1. Una restricción parecida hace el Evangelio apócrifo de Pedro.
303 Orígenes también. Cfr. asimismo VÍCTOR DE CAPUA, De cycl. Pasch., en el Spicilegium Solemense, t. 1, p. 297, y el Evangelio de Nícodemo, 11.
304 ARNOBIO, Adv. nat., 1, 53; PSEUDO-CLEMENTE, Recognit., 1, 41; SAN JERÓNIMO, Comment., in h. 1. Cfr. W. BAUER, Das Leben Jesu..., pp. 327-329.
305 Mt 27, 46; Mc 15, 34.
306 Adv. Marc., 3, 19.
307 Jn 19, 28-29.
308 Sal 22, 16 (hebr. 22).
309 Sal 68, 22 (hebr. 69).
310 Mt y Mc hablan vagamente de una caña; Jn concreta más. El hisopo pertenece las familias de las labiadas, al género Origanum. Su tallo no suele pasar de medio metro de altura; pero era bastante, pues la cruz era poco elevada.
311 Jn 19, 30a. En griego: τετέλεσται (Vg consummatum est).
312 Lc 23, 46a.
313 Sal 30 (hebr. 31), 6.
314 Mt 27, 50; Mc 15, 27; Lc 23, 46b; Jn 19, 30b.
315 Jn 10, 18.
316 1Co 5, 7.
317 Ef 5, 2.
318 Desenvuelve magníficamente estas ideas la epístola a los Hb, especialmente en los caps. 9 y 10.
319 Mt 20, 28; Mc 10, 45.
320 Mt 26, 28; Mc 14, 24.
321 Col 2, 14.
322 Mt 27, 51a; Mc 15, 38; Lc 23, 45b.
323 Yoma, 5, 1; Schekalim, 8, 5.
324 Ex 26, 31-37; Lv 16, 23; Hb 9, 3; FILÓN, Vita Moys., 3, 6.
325 Kαταπέτασμα y no χάλυμμα.
326 Lv 16, 1-34; Hb 10, 19-22.
327 Comment. in Matth., 27, 51; Epist., 149, ad Hedib., 8.
328 Bell. jud., 6, 5, 2-4. Cfr. SAN JERÓNIMO, Epist., 120, 7.
329 Bab. Ioma, 39. Cfr. también TÁCITO, Hist., 5, 13.
330 Mt 27, 51b-53.
331 ¿Fué sólo temporal su resurrección? ¿O bien fué definitiva, de suerte que el Salvador triunfante pudo llevarlos consigo al cielo el día de su Ascensión? Cuestión es ésta muy discutida e imposible de resolver.
332 Con todo, hemos de decir que en el relato de Mc, que es el único que menciona esta circunstancia, la lección ότι ούτως χράξας έξέπνευσεν (Vg quia sic clamarasexpirasset) no es enteramente cierta, pues el participio χράξας (claman) falta en muchos manuscritos.
333 En griego: θεοϋυίός, sin artículo.
334 Lc 23, 48.
335 Mt 27, 55-56; Mc 15, 40-41; Lc 23, 49.
336 Lc 8, 1-3.
337 Πάντες οί γνωστοί αύτώ (Vg omnes noti ejus), todos sus conocidos, en masculino.
338 Dt 21, 22-23; JOSEFO, Bell. jud., 4, 5, 2.
339 De las dos palabras crura frangere, quebrar las piernas. En griego, σχελοπηγία.
340 SUETONIO, August., 67; SÉNECA, De ira, 3, 32; LACTANCIO, Instit. divin., 4, 26.
341 La Vg leyó ήνοιξεν en el griego; de ahí su traducción por aperuit, «abrió». La verdadera lección es ένυξεν, «picar, punzar, herir».
342 Cfr. THILO, Cod. apocr., N. T., t. 1, p. 587.
343 Cap. 35.
344 Jn 20, 27.
345 Jn 19, 31-37.
346 1Jn 5, 6-8.
347 San Juan Crisóstomo, San Cirilo de Aléjandría, San Agustín, San Juan Damasceno, etc.
348 Tertuliano, San Agustín, etc. Cfr. Evangelio según S. Juan 2, Madrid, 1964, p. 1083; A. FENILLET, AmiClergé 74 (1964) 327-332.
349 Ex 12, 46; Nm 9, 12.
350 Za 12, 10.
351 Mt 27, 57-58; Mc 15, 42-45; Lc 23, 50-52; Jn 19, 38.
352 Τολμήσας, «habiendo osado» (Vg audacter).
353 Tal es el verdadero sentido de la palabra βουλευτής que la Vg traduce por decurio
354 Mt πλούσιος, «rico»; Mc εύσχήμων «honorable»; Lc άγαθόςχαίδίχαιος i'aOós xai ¿Ixgccoc «bueno y justo».
355 Jn 3, 2; Jn 7, 50-52.
356 Onomasticon, en la palabra Armathem Sophim.
357 Epist. 108.
358 El P. A. FERNÁNDEZ (Vida de J. C., p. 689) prefiere Rentis, la antigua Rama o Ramataim Sofim, patria del profeta Samuel. Cfr. Bibl 12 (1931) 119-123.
359 CICERÓN, In Verr., 5, 45 y 51; JUSTIN., 9, 4, 6.
360 Έδωρήσατο (Vg donavit).
361 La palabra σινύών (Vg sindon), empleada por los sinópticos, sirve para indicar, ya una pieza de tela de esta clase, y a una ropa interior. Jn 20, 5-6, 11.
362 QUINTILIANO, Declam., 6, 9.
363 Mc y Lc emplean el término técnico y χαθλών (Vg deponens, depositum). Se decía también detrahere, refigere de crucibus (SÉNECA, Vita beata), 19.
364 Jn 19, 40. Cfr. Jn 11, 44.
365 Mt 2, 11.
366 aquilaria agallochum.
367 La λίτρα (Vg libra) de los griegos equivalía a 336 gramos 328 miligramos.
368 Jn 12, 3-8.
369 Jn 20, 5-6, 11.
370 El sepulcro de José de Arimatea, excavado en la roca, unos quince metros al NO del Calvario, se abría con un vestíbulo, que probablemente quedaba abierto y sin puerta. Detrás del vestíbulo venía la cámara mortuoria, con su puerta baja, que se cerraba con la piedra giratoria. En la cámara mortuoria había un banco cortado en la piedra, sobre el cual se depositaba el cadáver. No consta si este banco tenía forma de arcosolio, si era plano o estaba excavado en la pared. El vestíbulo fué destruido, cuando se construyó la basílica constantiniana, como dice SAN CIRILO DE J., Mg., 33, 354.
Los Evv distinguen la sábana, σινδών; los lienzos, όθόνια; y el sudario, σουδάριον. El término όθόνια Jn 19, 40; Jn 20, 5-7, significa lienzos en general y no se puede restringir a las vendas, aunque pueda incluirlas. El sudario y las sábanas los afirman los Evv; las vendas se deduce de Jn 11, 44. Cfr. A. VACCARI, Miscell. Ubach, pp. 383-386; A. FERNÁNDEZ, Vida, pp. 693-95. Sobre el áloe, cfr. F. M. BRAUN, NouvRevThéol 1939, 1026; RevBibl 1936, 34-52. 184-200. 346-363.
371 Mc έθεώρουν; Lc έθεάσαντο. Dos verbos que significan mirar con atención.
372 Mc 16, 1; Lc 23, 56.
373 Mt 27, 62-66.
374 Tal parece ser la mejor traducción del verbo έχετε.
375 Un puesto de esta clase solía constar de dieciséis hombres. De éstos había siempre cuatro de guardia.
376 SAN JUAN CRISOSTOMO, Homil. in Matth., h. 1.; SAN JERÓNIMO, Comment., in h. l.
377 1P 3, 18-20.
378 SAN IGNACIO, Epist. ad Magnes., 9; SAN JUSTINO, Dial. c. Tryph., 72; SAN IRENEO, Adv. haer., 3, 22; 4, 36, 42, 55
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